LA LECTURA DE LOS JÓVENES DE LA ACTUALIDAD

Universidad del Valle

Artesanía de la producción intelectual II

Luz Merlynn Rojas Daza

Código: 1745200

LA LECTURA DE LOS JÓVENES EN LA ACTUALIDAD

No hay duda de que leer es una parte fundamental dentro de los procesos formativos por los múltiples beneficios que trae consigo. La lectura es sin duda, no solo una de las actividades que deberían desarrollarse con mayor frecuencia, sino que resulta de gran importancia y relevancia para una participación además de activa, asertiva en una sociedad que día a día demanda mayor nivel de competencias para enfrentar los grandes retos y desafíos que nos impone. No obstante, pareciese que en la actualidad la lectura ha perdido el valor e importancia que anteriormente tenía; los jóvenes hoy leen muy poco puesto que existen múltiples distractores y en muchos casos lo último que suele pasar por sus mentes es leer; no hay duda que resulta mucho más atractivo el internet, el celular, la televisión y en general las nuevas tecnologías, que un buen libro.

Según Zambrano Leal, Director de la Maestría en Educación de la Universidad Icesi, “para nadie es un secreto que los estudiantes leen poco o no leen. Que las instituciones de educación superior se vean enfrentadas a introducir cursos de escritura y de lectura muestra que lo clásico de la universidad se esfumó” (2013. P. 1). Conscientes de esta debilidad tan grande, generalmente pareciese que se está esperando que sean las instituciones de educación superior, dentro de su autonomía, quienes corrijan estas falencias, y que obligatoriamente deban generar espacios para el desarrollo de algunas competencias básicas como lo son en este caso la lectura y, por ende, la comprensión y producción de textos. Sin embargo, no puede obviarse el rol de los colegios, escuelas, preescolares y primordialmente la familia.

Sabemos que los malos hábitos en la lectura tienen una alta incidencia en los procesos formativos, llevándonos en muchas ocasiones al fracaso escolar, pues la dificultad radica en que si los estudiantes no leen tampoco escriben, ni hablan de manera correcta, lo cual además trae consigo efectos negativos no solamente en su aprendizaje y desempeño académico, sino también, en su participación en la sociedad. Uno de los cambios en los hábitos de lectura más evidentes que se ha dado, está relacionado con el mal uso de las tecnologías, pues si bien es cierto que esta facilita el acceso al  conocimiento, es común encontrarnos que los estudiantes simplemente buscan la información, copian y pegan, pero no leen o lo hacen de manera inadecuada y por ende no comprenden; además, no puede desconocerse que con el uso de algunos dispositivos como el celular, es mucho más difícil concentrarse, por las múltiples aplicaciones a las que podemos acceder a través de él.

Por otra parte, es común escuchar que los jóvenes consideren la lectura aburrida ya que se encuentra lejos de sus intereses; tal y como lo plantea  Zambrano (2013), el uso inadecuado del internet en cierta forma acostumbró a los jóvenes a buscar paginas e información escueta que no les exige realizar ningún tipo de análisis,  pues generalmente  solo buscan cumplir con un deber; es decir, ven la lectura como una obligación, y desde ésta perspectiva,   lo mágico de la lectura desaparece, comparado con el espectáculo que ofrece lo tecnológico.  Ahora bien, la falta de hábitos de lectura tiene repercusiones que van más allá de no querer acercarse a los libros, encontramos una generalizada falta de cultura ciudadana, errores ortográficos, dificultad para argumentar y defender de manera coherente un punto de vista, y por supuesto como se ha venido mencionando una deficiente comprensión y producción de textos que suele verse reflejado en un bajo rendimiento académico.

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