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La hipocresía social de los años 1927 a través de los personajes de la obra “La casa de Bernarda Alba”


Enviado por   •  28 de Noviembre de 2021  •  Ensayos  •  2.788 Palabras (12 Páginas)  •  152 Visitas

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“No creo que ningún artista trabaje en estado de fiebre” dijo alguna vez Federico Garcia Lorca haciendo referencia a que un artista no depende de arranques de genialidad, sino que es capaz de expresar sus sentimientos de forma coherente y bella. Esto lo demuestra en su obra “La casa de Bernarda Alba” en la cual nos sitúa en un contexto completamente distinto, una España en 1927 donde se enfrentan autoridad y libertad, madre e hijas. Las obras de Lorca suelen tener como tema central el amor, el deseo, la pasión y la muerte violenta. En “La casa de Bernarda Alba” hace un uso constante de la simbología tanto con objetos, locaciones como con sus personajes.

Esta obra trata de la represión que Bernarda ejercía en sus hijas. Tras el fallecimiento de su segundo marido, padre de 4 de sus 5 hijas, impuso un luto de ocho años en los cuales fueron aisladas de la sociedad y el trato con los varones. Esto, como era de esperarse, ocasionó conflictos entre las hermanas pues sólo una contaba con herencia monetaria y tenía un novio al cual algunas de sus hermanas agarraron cierto afecto que concluyó en tragedia.

En este comentario literario se analizará el tema de la hipocresía social de los años 1927 a través de los personajes de la obra “La casa de Bernarda Alba”, por medio de tres ideas: El difunto se aprovechaba de las empleadas y sin embargo se le guarda el luto lo cual es una hipocresía; Bernarda Alba es hipócrita ya que es tan chismosa como sus vecinas y obliga a callar a sus hijas frente al suicidio de su hija menor; los hombres podían tener diversas aventuras, demostrando hipocresía de sus verdadcita en relación a la idea+ conclusión parcial de la idea.

CONCLUSIÓN FINAL. eras intenciones.

En primer lugar, se estudiará la idea: el difunto se aprovechaba de las empleadas y sin embargo se le guarda el luto lo cual es una hipocresía. En la obra, esta idea es tratada solamente al principio del acto I y, a decir verdad, toda la situación me resulta irónica. Bernarda impuso el luto de ocho años a toda su familia para brindarle el aprecio supuestamente merecido a su difunto esposo, sin saber nada de lo que ocurría bajo su propio techo:

“Criada. [...] (Vuelven a sonar las campanas.) Si, si, ¡vengan clamores¡., ¡venga caja con filos dorados y toallas de seda para llevarla! ¡Que lo mismo estarás tú que estaré yo! Fastidiate, Antonio María Benavides, tieso con tu traje de paño y tus botas enterizas. ¡Fastídiate! ¡Ya no volverás a levantarme las enaguas detrás de la puerta de tu corral! (Por el fondo, de dos en dos, empiezan a entrar Mujeres de luto, con pañuelos grandes, faldas y abanicos negros. Entran lentamente hasta llenar la escena)”

En este monólogo, se demuestra lo hipócrita que era la situación. La criada, quien se encontraba limpiando, evidencia su consternación mediante el uso de abundantes signos de exclamación, y se refuerza con el uso del verbo pronominal “fastídiate” como repetición para darle mayor énfasis a sus sentimientos, al igual que con la anáfora “Si, si, ¡vengan clamores¡”. Del mismo modo, hace uso de la atenuación para referirse al asiduo acoso y aprovechamiento sexual que recibía por parte de su difunto amo. (¡Ya no volverás a levantarme las enaguas detrás de la puerta de tu corral!). Este acto tan deplorable era común y constante en esa época, pues muchos burgueses abusaban sexualmente de sus sirvientas. Lo que resulta sarcástico es la acotación que le sigue a esas líneas, entraban en escena las Mujeres de luto para realizarle un panegírico al difunto, algo nada propicio teniendo en cuenta lo detestable que era el señor y los actos que cometía.

La hipocresía social está presente en esta situación ya que, Bernarda Alba quiere demostrarle al pueblo lo mucho que quería y respetaba a su esposo iniciando un largo luto en su honor cuando, en realidad, no había mucho que acreditarle. La personalidad de Bernarda nos da lugar a dos opciones, que ella en verdad no sabía lo que sucedía porque se habría deshecho inmediatamente del señor como lo intentó con Pepe el Romano o, si lo sabía, y estaba tratando de encubrirlo para que no se hable mal de su familia puesto a que la imagen personal era muy importante para ella. De todos modos, el fallecimiento de este personaje, encubre y esconde sus infidelidades y deshonra.

Seguidamente, la criada hace un comentario que resulta bastante interesante y nos ayuda a entender mejor la situación:

“Criada. (Rompiendo a gritar.) ¡Ay Antonio María Benavides, que ya no verás estas paredes, ni comerás el pan de esta casa! Yo fui la que más te quiso de las que te sirvieron. (Tirándose del cabello.) ¿Y he de vivir yo después de haberte marchado? ¿Y he de vivir?”

En este fragmento las acotaciones toman un papel importante ya que establecen el sentimiento y la profundidad de las emociones del personaje. Una vez más nos demuestran el dramatismo de la criada, quien se expresa gritando y tirándose del cabello. A esto contribuyen bastantes signos de exclamación y el uso de la interjección “Ay”. Además, degrada el valor de su vida mediante la pregunta retórica “¿Y he de vivir yo después de haberte marchado? ¿Y he de vivir?”. En este monólogo, la criada hace alusión a que, debido al fallecimiento de su amo, su vida no tiene sentido, lo cual resulta ilógico y absurdo ya que contradice al fragmento analizado anteriormente en el cual se muestra mortificada. Por el contrario, en este se lamenta de su pérdida y comunica que de todas las que le sirvieron y estuvieron con él, ella fue la que más lo quiso. Esto último, refuerza la idea de que el luto guardaba los infames actos del personaje ausente, igualmente, nos dan a entender que esta criada no fue la única de las sirvientas que pasaron por esta situación.

De igual modo, nos demuestran la hipocresía de la sociedad. Retomando la idea propuesta, el difunto esposo de Bernarda cometió varios actos abominables en contra de sus sirvientas ya que eran indefensas ante sus órdenes, hasta el punto en que creían que este aprovechamiento sexual continuo, era normal. Las mujeres del siglo 20 eran oprimidas y debían ser cándidas, perfectas, delicadas y serviciales. Lamentablemente, su falta de educación y bajo nivel social de las sirvientas contribuyeron a su vulnerabilidad. Por otro lado, todo estaba en favor del amo, quien hacía lo que deseaba y, finalmente, todo quedó cubierto por su muerte y luto, lo cual es una hipocresía.

En segundo lugar, analizaremos: Bernarda Alba es hipócrita ya que es tan chismosa como sus vecinas y obliga a callar a sus hijas frente al suicidio de su hija menor. Desde el principio de la obra se nos presenta a una Bernarda Alba reservada y estricta, que no desea que sus vecinos

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