ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

La historia del gato negro de Edgar Allan Poe


Enviado por   •  25 de Marzo de 2021  •  Informes  •  3.177 Palabras (13 Páginas)  •  445 Visitas

Página 1 de 13

Actividad literaria

  1. ¿De qué trata el cuento?

La historia del gato negro de Edgar Allan Poe, trata acerca de la vida de un hombre que, desde su niñez hasta su edad adulta, describe su afición por los animales en especial por su gato Plutón, y en cómo la perversidad, la maldad, y la colara se adueñan de él modificando sus caracteres, ya en su edad adulta, llevándolo así a cometer una serie de sucesos extraordinarios debido al descontrol que decide llevar respecto al alcoholismo.

  • ¿Quién lo escribió[pic 1]

Es escrita por Edgar Allan Poe en el año 1843 del 19 de agosto.

  • ¿Dónde se desarrollan los hechos?

Los hechos de esta historia se desarrollan 4 lugares. El primer lugar en la celda de la cárcel es un espacio donde el narrador-protagonista se hace un autoexamen de sus acciones y su vida, y en donde se niega tristemente a asumir la responsabilidad por sus acciones. El segundo lugar es el hogar del narrador la cuál era su primera casa en donde la convirtió en una prisión para la esposa y sus mascotas. El tercer lugar fue en el bar donde allí se encontraba un gato parecido a su gato Plutón. Y el cuarto es en el sótano de su casa donde sucede la tragedia y en donde termina acabando con la vida de su esposa y en donde ocultas sus dos asesinatos.

  • ¿Cómo está organizado la silueta textual del cuento?

El gato negro

Introducción:   El personaje principal, la persona que narra la historia cuenta una serie de sucesos aterradores y extraños que le sucedieron. Cuenta que desde pequeño él era muy bueno y le encantaban los animales y que de pequeño tenía muchos animales y también de grande. Uno de los animales que tenía de grande era un gato negro. Él y su esposa querían a todas sus mascotas, pero él tenía una preferencia hacia este felino y este también le demostraba su cariño siguiéndolo a todas partes.

Desarrollo:  Después con los años aumentó su carácter de una manera inadecuada, el amor que tenía por sus animales se fue acabando y se sentía desinteresado por ellos ya que los maltrataba sin ninguna razón. Día a día su personalidad fue cambiando se hizo más taciturno, más irritable, más indiferente a los sentimientos ajenos. Su carácter con la mujer ya no era la misma puesto que manejaba un lenguaje brutal, y con el tiempo la fue afligiendo incluso con violencias personales.

Conflicto: El problema comienza cuando él empezó a beber alcohol, y debido a esto ocurrieron una serie de cosas que lo volvieron más loco aún. Puesto que asesino a su gato platón y su casa se incendió. Luego de unos días encontró un gato negro en un bar, este era igual que el anterior excepto que tenía una mancha blanca, cuando se disponía a regresar a su casa, el animal se mostró dispuesto a seguirlo y se quedó en su casa y su esposa se fue encariñando con él, después de un tiempo fue sintiendo odio hacia este gato. Un día fue al sótano con su mujer y el felino lo siguió. Al verlo sintió una serie de sentimientos negativos, agarró un hacha y casi lo mató, no lo logró ya que su mujer intercedió y el hacha golpeó contra la cabeza de su mujer acabando así con la vida de ella. Lo que decidió hacer con el cuerpo fue ponerlo en la pared de una chimenea artificial. Sacó los ladrillos, colocó los cuerpos y volvió a tapar el hueco. Cuando termino vio que todo había resultado perfecto, la pared no presentaba la más leve señal de arreglo, luego con el mayor cuidado barrio el suelo y recogió los escombros e hizo como si no hubiera hecho nada.

Solución: La policía va a su casa a investigar varias veces, le hacen preguntas y miran toda la casa para ver si él había cometido el crimen, pero no encontraron nada.

La última vez que fueron los policías revisaron el sótano varias veces, pero no encontraron nada. Cuando estos estaban subiendo las escaleras, el hombre comenzó a hablar y golpeó con su bastón la pared en donde estaba el cuerpo. Luego de que se terminó de escuchar el eco de los golpes, se escuchó un alarido ensordecedor. Era el maullido del gato, este estaba allí. Los hombres comienzan a desarmar la pared y se dieron cuenta que este hombre los estuvo engañando y que por lo tanto es culpable del crimen. Debido a esto por eso hay un límite en donde una tiene que tomar conciencia, porque si se uno no toma medidas y más si se enfrenta un momento de rabia puede ocasionar daños físicos y hasta salir afectado uno mismo y por eso uno no debe subestimar a las personas ni desquitarse con aquella persona que no tiene nada que ver.

  • ¿Cuáles son los personajes del texto?

*El hombre (Narrador)

*El gato negro (Plutón)

Secundarios:

*La esposa

*El gato con la macha blanca

*La policía

  • ¿Para qué fin se escribe el texto anterior?  

Con el fin de mostrar las problemáticas de la sociedad en donde nos hace tomar conciencia, de saber cómo hacer las cosas, mirando lo malo y lo bueno, si nos conviene o no, porque por cualquier motivo las cosas se pueden salir de nuestras manos y por ello se puedan presentar actos y consecuencias negativas, ya que si uno no toma medidas al asunto pueden causar sucesos extraordinarios, así como lo hizo este hombre.

  1. Texto narrativo

El gato negro

Soy un hombre el cual me niego todos los actos que hago, me ven como un hombre loco pero mi instinto dice totalmente lo contrario y porque me siento seguro que no es así, pero de pronto el día de mañana si podría ser así, es por eso que hoy les voy a contar un poco de mi vida como fue cuando era un niño; aunque ahora en el presente en mí casi no me han producido otro sentimiento que el de horror; pero a muchas personas les parecerán menos terribles que insólitos. Tal vez más tarde haya una inteligencia que reduzca mi fantasma al estado de lugar común. Alguna inteligencia más serena, más lógica y mucho menos excitable que la mía, encontrará tan sólo en las circunstancias que relato con terror una serie normal de causas y de efectos naturalísimos. Recuerdo que cuando era un niño tenía mi corazón lleno de ternura y amor puesto que sentía una auténtica pasión por los animales y mis padres me cumplían ese capricho al tener una cantidad de mascotas en mi vida, me sentía tan feliz cuando les dedicaba tiempo y les daba cariño. Con los años aumentó esta particularidad de mi carácter, y cuando fui hombre hice de ella una de mis principales fuentes de goce. Me casé muy joven, tuve una mujer muy linda, tuve el mejor regalo de descubrir en mi mujer una disposición semejante a la mía. Habiéndose dado cuenta de mi gusto por estos favoritos domésticos, no perdió ocasión alguna de proporcionármelos de la especie más agradable. Tuvimos pájaros, un pez de color de oro, un magnífico perro, conejos, un mono pequeño y un gato. Teníamos una mascota que para mí se volvió mi mejor amigo un gato completamente negro y de una sagacidad maravillosa. Aunque mi mujer, que era, en el fondo, algo supersticiosa, hablando de su inteligencia, aludía frecuentemente a la antigua creencia popular que consideraba a todos los gatos negros como brujas. Plutón todo el tiempo se la pasaba conmigo donde yo fuera el me seguía, incluso me costaba trabajo impedirle que me fuera siguiendo por las calles. Después con el tiempo me sentía diferente, extraño llegaba a pensar que era otra persona cada día me volvía más taciturno, más irritable, más indiferente a los sentimientos ajenos. Mi actitud con mi mujer cambio de una manera espantosa porque utilizaba un lenguaje brutal, y con el tiempo la afligí incluso con violencias personales. Al parecer las mascotas debió de notar el cambio de mi carácter. No solamente, no les hacía caso alguno, sino que los maltrataba. Sin embargo, por lo que se refiere a Plutón, aún despertaba en mí la consideración suficiente para no pegarle. En cambio, no sentía ninguna duda en maltratar a los conejos, al mono e incluso al perro, cuando, por casualidad o afecto, se cruzaban en mi camino. Pero iba secuestrándome mi mal y cada vez el respeto hacia ellos se iba perdiendo. Andando el tiempo, el mismo Plutón, que envejecía y, naturalmente, se hacía un poco arisco, comenzó a conocer los efectos de mi perverso carácter. Una noche, en ocasión de regresar a casa completamente ebrio, de vuelta de uno de mis frecuentes rincones del barrio, me pareció que el gato evitaba mi presencia. Lo tome, pero él, aterrado por mi violenta actitud, me hizo en la mano, con los dientes, una leve herida. De mí se adueñan de repente un furor satánico. En aquel instante dejé de conocerme. Pareció como si, de pronto, mi alma hubiese abandonado mi cuerpo. De mi bolsillo del pantalón saco una navaja, lo abrí, agarre al pobre animal por la garganta y, a sangre fría, le vacié un ojo. En ese momento tenía mucha rabia y me dejé llevar. Cuando, al amanecer, hube recuperado la razón, cuando se hubieron disipado los vapores de mi crápula nocturna, experimenté un sentimiento mitad pavor, mitad remordimiento, por el crimen que había cometido. Pero, todo lo más, era un débil y equívoco sentimiento, y el alma no sufrió sus ataques. Volví a observar los excesos, y no tardé en ahogar en el vino todo el recuerdo de mi acción. Curó entretanto el gato lentamente. La órbita del ojo perdido presentaba, es cierto, un aspecto espantoso. Pero después, con el tiempo, no pareció que se daba cuenta de ello. Pero su carácter conmigo ya no era la misma, tenía mucha impotencia que pensaba cosas e imaginaba cosas espantosas que hacía que mi alma se oscureciera más y que mi espíritu brotara perversidad, mi pensamiento todo absolutamente cambio, toda esa furia se fue construyendo cada vez más y llegue en un momento de locura que decidí , a sangre fría, que ceñí un nudo corredizo en torno a su cuello y lo ahorqué de la rama de un árbol. Lo ahorqué con mis ojos llenos de lágrimas, con el corazón destrozado del más amargo remordimiento. Lo ahorqué porque sabía que él me había amado, y porque reconocía que no me había dado motivo alguno para encolerizarme con él. Lo ahorqué porque sabía que al hacerlo cometía un pecado, un pecado mortal que comprometía a mi alma inmortal, hasta el punto de colocarla, si esto fuera posible, lejos incluso de la misericordia infinita del muy terrible y misericordioso Dios. En la noche siguiente al día en que fue cometida una acción tan cruel, me despertó del sueño el grito de: «¡Fuego!». Ardían las cortinas de mi cuarto. La casa era una gran hoguera. No sin grandes dificultades, mi mujer, y un señor que ayudaba en los que aceres de mi casa y yo logramos escapar del incendio. La destrucción fue total. Quedé arruinado y caí completamente en una desesperación espantosa. Al día siguiente fui a la casa a observar cómo había quedado después de ese horrible incendio todo estaba destruido excepto una pared, al momento que observo todo eso me detengo y me quedo mirando detalladamente que había una figura de un gato gigantesco, apenas vi esta aparición porque yo no podía considerar aquello más que como una aparición, mi asombro y mi terror fueron extraordinarios. Por fin vino en mi amparo la reflexión.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (17.9 Kb)   pdf (106.4 Kb)   docx (557.8 Kb)  
Leer 12 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com