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Linguistica General


Enviado por   •  8 de Diciembre de 2013  •  1.250 Palabras (5 Páginas)  •  342 Visitas

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Principios del signo lingüístico

A. El signo lingüístico es arbitrario. Arbitrario quiere decir que es inmotivado, es decir, que no hay un vínculo natural entre el significante y el significado: no hay nada en la naturaleza de la idea de “perro” que lo ligue a los sonidos /p-e-rr-o/, de ser así, no podríamos explicar, por ejemplo, las diferencias entre las lenguas.

Sin embargo, que la relación entre significante y significado sea arbitraria, no significa que el hablante pueda elegir llamar /perro/ o /anteojo/ para referirse al [animal cuadrúpedo, carnívoro, doméstico], el hecho de que se lo llame de una manera y no de otra es por convención, es del uso colectivo, y no está en manos del hablante individual hacer estos cambios .

B. El significante es lineal. El significante se desarrolla en el tiempo, y por lo tanto sus elementos se presentan uno tras otro. Esta característica puede observarse fácilmente cuando se representa a los significantes por medio de la escritura, en donde las letras siguen una cadena en el espacio.

C.El signo lingüístico es inmutable. Tal como habíamos aclarado al hablar del principio de arbitrariedad, el hablante individual no puede elegir libremente los significantes. La comunidad lingüística de un período determinado recibe la lengua como si esta fuera “heredada”. Los hablantes dirán /perro/ en lugar de /anteojo/ porque las generaciones anteriores lo han hecho así. De esta manera, dos factores entran en juego en esta fijeza del signo: por un lado, el peso de la colectividad, por otro lado, el tiempo, es decir, el lazo que une a la lengua del pasado con el presente.

3.D. El signo lingüístico es mutable. Si bien consideramos al tiempo como un factor esencial para la inmutabilidad del signo, también produce el efecto contrario: el de alterar a los signos lingüísticos. La alteración se produce por la persistencia del signo a lo largo del tiempo. Mientras que es inmutable para una masa colectiva determinada por su estrecha relación con la lengua de una masa colectiva anterior, esta continuidad provoca algunos cambios en la relación entre el significado y el significante. Por ejemplo, en anglosajón, para El valor lingüístico

Para estudiar la lengua como sistema, se debe partir de la noción de valor. En un partido de ajedrez, las piezas del juego no significan nada en sí mismas. Si tomo un alfil fuera del tablero y sin tomar en cuenta las reglas del juego, ese alfil pierde su identidad. Es más, si de la caja de piezas pierdo uno de los alfiles puedo reemplazarlo por un botón o por cualquier otra cosa siempre y cuando se le atribuya el mismo valor que al alfil.

En la lengua pasa lo mismo, los elementos que entran en juego para formar un signo lingüístico son conceptos e imágenes acústicas, es decir, ideas y sonidos. Tanto el plano de las ideas como el de los sonidos son masas amorfas, planos indeterminados: las ideas sólo pueden ser distinguidas unas de otras con la ayuda de los signos lingüísticos, no hay nada delimitado de antemano. A su vez, el plano de los sonidos tampoco es un molde rígido en el cual se “acomodan” las ideas, sino que se trata de otro plano indefinido que se divide para suministrar los significantes que el pensamiento necesita.

La lengua sirve de intermediario entre el pensamiento y el sonido. De la elección de un trozo del plano del sonido y un trozo del plano de las ideas se conforma un hecho lingüístico indivisible, del mismo modo que una hoja de papel, en donde si corto una cara de la hoja, inevitablemente cortaré también su reverso, tampoco puedo separar la idea del sonido.

Por lo tanto, para comprender el fenómeno de la lengua es necesario entenderlo como una totalidad solidaria en donde los signos “valen” por su relación con otros signos. La lengua es un sistema de términos solidarios, donde el valor de uno no resulta más que

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