Los roles en la educación a distancia
DannielonEnsayo22 de Febrero de 2014
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Los roles en la educación a distancia
Mtro. Luis Antero Aguilar
En la educación a distancia intervienen elementos que tienen roles perfectamente definidos (aunque no necesariamente inamovibles) y que en base a la manera en la que los cumplan, los procesos de educación podrán llegar a la consecución de los objetivos planteados, es decir, las relaciones que se establecen presentan una complementariedad absoluta, en la que cualquiera de los elementos que no se encuentre en el mismo tono impedirá el adecuado desarrollo de la experiencia de aprendizaje.
En todo momento he comentado que esta modalidad de capacitación y actualización es flexible, por lo que en este aspecto no puede ser la excepción, por lo que una persona que juega el rol institucional de asesor no significa de ninguna manera que en algún momento pueda aprender de sus estudiantes.
En este sentido, puedo establecer el rol central que algunos de sus elementos debe llevar a cabo:
A).- Rol del docente.
Inicio este apartado con una cita que considero ilustrativa de José María Valero García, quien señala que “el docente deberá alejarse de ser un transmisor de datos para adentrarse en la función de formador; interesándose por los aspectos emocionales, de aptitudes y de las condiciones de destrezas de los alumnos, para que, de esta manera, tenga la capacidad y se haga de los instrumentos necesarios para llevar a cabo la educación integral de los sujetos del proceso enseñanza – aprendizaje.”
En este punto son notables las diferencias que se establecen en relación no sólo al papel que el docente debe llevar a cabo durante el aprendizaje a distancia sino que inclusive a su actuar antes y después del proceso, vamos ni siquiera en el nombre que éste debe llevar, ya que es mencionado como asesor, capacitador, tutor, facilitador, e-formador, gestor, acompañador, etc.
En este mismo sentido, Carmen Luisa Hernández , Directora de la Oficina de Desarrollo Tecnológico EDP Collage de Puerto Rico, INC. hace referencia al “profesor portable” cuando éste participa en los procesos de aprendizaje mediante el empleo de la videoconferencia, esta investigadora, por cierto, niega tajantemente la desaparición del profesor con el ingreso de las nuevas tecnologías y coincidimos al estimar que en efecto, no se elimina el rol del docente, aunque sí sufre notables transformaciones, ya que ahora tendrá la mediación tecnológica en la impartición del conocimiento.
Sin embargo, sí es un punto de coincidencia en señalar que en esta modalidad se da prioridad al aprendizaje sobre el de la enseñanza, ya que aquí el docente cumple funciones esenciales de acompañamiento de los procesos y serán los alumnos, como lo veremos posteriormente, quienes toman la responsabilidad del aprendizaje y ello es justamente el cambio paradigmático más importante.
Por ello, y partiendo del hecho de que el fin último de la educación a distancia sitúa la responsabilidad del aprendizaje en el alumno (también con diversos nombres en la actualidad: alumno, aprendiz, etc.), considero que lo más adecuado es el de llamarle simplemente “acompañador” del proceso de aprendizaje, ya que no se trata de facilitar la apropiación del conocimiento en virtud de que este hecho en sí es diferente en cada persona; de la misma manera, la definición de e-Formador que le da Red Escolar me parece un tanto alejada de la realidad, toda vez que ni en la educación presencial ni en la que se lleva a cabo a distancia es posible que una persona “forme” a otra, a lo más que puede llegar es a establecer ciertos elementos de influencia, que, sin embargo, son apropiados por los aprendices de formas muy diversas.
Al respecto y a manera de ilustrar esta discrepancia, vale la pena incluir varios nombres y acciones que le asignan, dentro de un mismo artículo , varios autores.
El Dr. Fabio Chacón de la UNA de Venezuela lo menciona con varios términos indicando que los trabajadores educativos a distancia actúan en una gran diversidad de roles como los de diseñadores de materiales, asesores de contenido, etc.
Por su parte, para el Dr. José Julio Allende Hernández habla del docente a distancia como mediador pedagógico, ya que para él su función es la de establecer los nexos oportunos entre los contenidos de aprendizaje, los aprendices y los recursos tecnológicos que se emplean en sus interacciones.
Dentro del artículo citado, también se expresa Araminda Turrent de la Universidad La Salle, y lo cataloga como acompañador, asesor y promotor del aprendizaje independiente, con lo que se establece la multiplicidad de roles de este agente del proceso educativo.
Bien, sin poder establecer una definición contundente del nombre del docente virtual, en cambio sí es posible indicar algunas funciones centrales que requiere efectuar este sujeto dentro de la capacitación y actualización a distancia, y de cuyo cumplimiento adecuado se derivan situaciones positivas para los aprendices, ya que su acción no es únicamente en relación con los contenidos de aprendizaje, sino que también abarcan una amplia serie de situaciones tecnológicas, y claro está, afectivas.
Así, comenzaré por reproducir el punto de vista expresado por Susana García Mendoza, quien señala que el docente a distancia debe:
• “Democratizar el acceso a la educación.
• Propiciar el aprendizaje autónomo ligado a la experiencia del usuario.
• Ofrecer enseñanza innovadora y de calidad.
• Fomentar la educación permanente.
• Ser eficiente y eficaz en el uso de los recursos, medios y tecnologías de la comunicación que inciden en el aprendizaje.”
Pero más allá de ello, es preciso concebir al docente dentro de los procesos educativos a distancia como un sujeto comprometido con el aprendizaje e interesado con la totalidad de las características de sus alumnos, más aún, con elementos aparentemente intrascendentes como su situación familiar.
El Licenciado Jorge Eduardo Pádula concretiza con gran claridad el rol a desempeñar por el profesor a distancia, al señalar que “La función del tutor es la de un acompañante que no enseña ni transmite contenidos conceptuales (responsabilidad de los planificadores y contenidistas en la elaboración de los materiales) sino contribuye a la autogestión de aprendizaje que desarrolla el alumno, mediante una crítica constructiva orientadora que se revela constantemente superadora, motor de una espiral ascendente en la construcción del conocimiento del estudiante.”
B).- Rol del estudiante.
Debido a que la educación a distancia centra su atención en el aprendizaje, es conveniente recordar que son los estudiantes hacia quienes están enfocadas las acciones, herramientas, así como la totalidad de la construcción de los ambientes.
Aquí se precisa entender que “la concepción del aprendizaje, como el aprender – aprender, que permite al sujeto utilizar sus propios razonamientos con todo y errores. Así, la construcción intelectual será el resultado de la necesidad de resolver una contradicción entre esquemas, que conducen a conclusiones opuestas, en esta concepción lo que se generaliza no son los resultados, sino el procedimiento constructivo” que lleva a cabo el estudiante en sus múltiples interacciones con los sujetos, objetos y contenidos de aprendizaje.
Los estudiantes, en este sentido, deben llevar a cabo un proceso sistemático de adaptación y de cambio en sus paradigmas, ya que aquí su aprendizaje no depende de ninguna manera de su asesor, sino que se construye como resultado de sus propias interacciones con otros sujetos, así como con los contenidos de aprendizaje, y, por supuesto, con las mediaciones tecnológicas.
En la educación a distancia se requiere de que los alumnos desarrollen al máximo la totalidad de sus potenciales, sean estas de carácter cognitivo, como afectivo y procedimentales.
La actividad del alumno se convierte a la vez en una oportunidad para modificar sus percepciones de la realidad, pero también un cambio en cómo concibe el proceso de aprender y las necesarias acciones que ello implica.
María de Jesús Rentaría Ávila dice al respecto una opinión que vale la pena detenerse a reflexionar; señala que “No se debe dejar que el trabajo se convierta en un hábito. Hacer de las tareas diarias algo creativo que me permita sorprender a los demás y aún a mi misma. Exigirme cada día más como si fuera un reto y dar lo mejor de mi en cada una de las actividades que realice, por pequeñas que sean.”
Son múltiples las acciones que el alumno a distancia debe desempeñar, y para cada una de ellas se requieren del dominio de ciertas habilidades tanto intelectuales como de procedimiento, así como estar lo suficientemente motivado y con los objetivos perfectamente definidos para llegar a la culminación del proceso.
Así, uno de los roles a desempeñar por parte de un aspirante a alumno a distancia es el de llevar a cabo un proceso de autoevaluación en el que honestamente considere los requisitos básicos para participar de manera aceptable, es decir, será él mismo quien de inicio tome ciertas providencias que le augurarán logros positivos, y, en su defecto, atender primero situaciones de aprendizaje previos a la educación a distancia propiamente dicha.
Dentro de los roles más importantes que tienen los
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