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PROBLEMA DE APRENDIZAJE COMUNICACIÓN ORAL Y ESCRITA


Enviado por   •  14 de Diciembre de 2020  •  Documentos de Investigación  •  21.441 Palabras (86 Páginas)  •  350 Visitas

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PROBLEMA DE APRENDIZAJE

DESCRIPCIÓN

CLASIFICACIÓN O TIPOS

CAUSAS Y/O CONDICIONES ASOCIADAS

INDICADORES

ESPECIALISTA AL CUAL RECURRIR

TRATAMIENTO QUE SE APLICA

PROBLEMAS DE COMUNICACIÓN ORAL Y ESCRITA

Dislalias

Alteraciones en la articulación de algún o algunos fonemas, bien por ausencia o alteración de algunos sonidos concretos del habla o por la sustitución de éstos por otros, de forma improcedente, en personas que no muestran patologías del sistema nervioso central, ni en los órganos fonoarticulatorios a nivel anatómico.

Estas alteraciones perduran más allá de los cuatro años: hasta entonces aparecen muy frecuentemente. Son las más frecuentes y conocidas de todas las alteraciones del lenguaje.

Se produce cuando el niño emite un sonido o fonema que no se produce de forma correcta, a pesar de ser percibido y ser diferenciado normalmente de otros sonidos.

El sistema fonológico del niño está bien construido y dispone de una representación mental de los fonemas y de una organización ajustada; pero puede haber un mal funcionamiento de los órganos articulatorios.

  1. Dislalia evolutiva o fisiológica: Fase en el desarrollo del lenguaje en la que el niño no articula algunos fonemas o los distorsiona. Es común antes de los 4 años y normalmente desaparece con el tiempo.
  2. Dislalia audiógena: Causada deficiencia auditiva. Si el niño no oye bien, no podrá articula correctamente y confundirá fonemas que ofrezcan alguna semejanza al no poseer una correcta discriminación auditiva
  3. Dislalia orgánica: Alteraciones de la articulación cuya causa es de tipo orgánico. Si se encuentran afectados los centros neuronales cerebrales (SNC) reciben el nombre de disartrias y forman parte de las alteraciones del lenguaje de los deficientes motóricos. Si implican anomalías o malformaciones de los órganos del habla (labios, lengua, paladar, etc.) se les llama disglosias.
  4. Dislalia funcional o trastorno de la articulación: Alteración de la articulación producida por un mal funcionamiento de los órganos articulatorios. El niño no usa correctamente dichos órganos a la hora de articular un fonema a pesar de no existir ninguna causa de tipo orgánico; en su lugar recurre a la sustitución del fonema, su distorsión u omisión o a la adición de otros. Es la dislalia más frecuente y comprende:
  • Trastornos fonéticos: Alteraciones de la producción o dificultad en el aspecto motriz articulatorio. No hay confusiones de percepción y discriminación auditiva. Son niños con errores estables, que cometen siempre el mismo error cuando emiten el sonido o sonidos problemáticos. La dificultad aparece por igual en repetición que en lenguaje espontáneo.
  • Trastornos fonológicos: Alteración a nivel perceptivo y organizativo, o sea, en los procesos de discriminación auditiva, afectando a los mecanismos de conceptualización de los sonidos y a la relación entre significante y significado.

En la dislalia funcional se señalan:

  • Falta de control en la psicomotricidad fina en cuanto al control de los órganos articulatorios, especialmente de la lengua.
  • Déficit en la discriminación auditiva, es decir, el niño no decodifica correctamente los elementos fonémicos de su idioma y no percibe diferenciaciones fonológicas del tipo sordo/sonoro, dental/velar, oclusivo/fricativo, etc., produciendo errores en la imitación oral.
  • Errores perceptivos e imposibilidad de imitación de movimientos.
  • Estimulación lingüística deficitaria, sobre todo en el caso de niños/as de ambientes socioculturales deprivados, abandonados, en situaciones de bilingüismo, etc.
  • Factores de tipo psicológico como sobreprotección, traumas, etc., que hacen persistir modelos articulatorios infantiles.
  • Deficiencia intelectual.
  • Problema de representación mental de dicha articulación.
  • Malformaciones físicas (como el frenillo lingual) que limiten la articulación correcta del sonido.

En general:

  • El niño presenta errores en la articulación de sonidos del habla (sustitución, distorsión, omisión o adición) al principio, en medio o al final de las palabras, tanto en su lenguaje coloquial como en repetición de esos sonidos cuando se le da un modelo de palabra que los contenga.
  •  Suele tener más de cuatro años.
  •  No existe evidencia, ni diagnóstico de hipoacusia, trastornos neurológicos, deficiencia mental, ni cambio idiomático.

En la dislalia funcional:

  • El niño sustituye un fonema por otro (“r” por “g”, por ejemplo).
  • El fonema afectado no aparece en el inventario fonético del niño, ni en el lenguaje espontáneo, ni en el lenguaje repetido.
  • El niño no es capaz de realizar el fonema afectado de forma aislada.
  • La incorrección que produce es estable, es decir, el fonema se realiza incorrectamente y siempre de la misma forma.

Logopeda

Maestro en audición y lenguaje

Terapeuta del lenguaje

Médico especialista (cuando la causa del trastorno viene por malformaciones físicas)

El tratamiento comprende:

  1. Estimulación de la capacidad del niño para producir sonidos.
  2. Estimulación de la coordinación de los movimientos necesarios para la pronunciación de sonidos mediante ejercicios labiales y linguales.
  3. Realización de ejercicios donde el niño debe producir el sonido dentro de sílabas hasta que se automatice el patrón muscular necesario para la articulación del sonido.
  4. Articulación de palabras completas a través de juegos.
  5. Uso de los sonidos difíciles en el habla cotidiana del niño.

Trastornos fonológicos: Retraso del habla

Las dificultades se producen en la adquisición del sistema fonológico. En principio, en este trastorno, no aparecen alteradas ni la comprensión oral ni el desarrollo morfosintáctico o el semántico. Pero, dependiendo de la gravedad del trastorno, pueden estar afectados el uso del lenguaje y la intencionalidad comunicativa.

Los fonemas están presentes en el repertorio fonético de los niños, que son capaces de producirlos, bien aisladamente, en repetición o en determinadas producciones. Sin embargo, a la hora de incorporarlos en palabras del lenguaje espontáneo, se producen variados errores. La alteración puede situarse en el plano perceptivo (discriminación y memoria auditiva) y/o en el organizativo (representación mental del sistema fonológico en cuanto a la ordenación y secuenciación de los sonidos de la lengua). Con frecuencia se asocian trastornos de articulación de uno o varios fonemas.

Hay dos tipos principales de deficiencias:

  • Sistemas fonológicos retrasados: Persistencia en el tiempo de procesos fonológicos normales.

Sistemas fonológicos desviados: Son aquéllos en los que los niños muestran patrones con características distintas a las del patrón de adquisición normal, es decir, muestran procesos que, raramente, aparecen durante el desarrollo normal.

Pérdida auditiva.

Desarrollo lento

Retraso mental

Otras causas incluyen:

  • Privación psicosocial (el niño no pasa suficiente tiempo hablando con adultos)
  • Ser gemelo
  • Autismo
  • Mutismo electivo (el niño simplemente no quiere hablar)
  • Parálisis cerebral (un trastorno del movimiento causado por daño cerebral)
  • Crecer en un hogar bilingüe
  • El niño no habla tanto como otros de su edad.
  • No es capaz de decir palabras simples (como “mamá”), ya sea de manera clara o poco clara, entre los 12 y 15 meses de edad.
  • No comprende palabras simples (como “no” o “alto”) a los 18 meses de edad.
  • No puede hablar con oraciones cortas a los 3 años de edad.
  • No tiene la habilidad para contar una historia simple a los 4 o 5 años de edad.

Especialista en logopedia

Patólogo del habla y el lenguaje

Audiólogo

Psicólogo

Terapeuta ocupacional

El tratamiento dependerá de la causa del retraso.

En ocasiones no se necesita tratamiento alguno; sólo hay que darle al niño más tiempo para que comience a hablar.

Retraso del lenguaje

El núcleo del problema se centra en los aspectos expresivos, sobre todo en los fonológicos y semánticos.

El retraso en el desarrollo lingüístico es homogéneo en todos los componentes del sistema.

El acceso al lenguaje oral, se inicia un año o año y medio más tarde de lo que suele ser habitual; pero, a pesar del retraso temporal, se observa una evolución paralela a la estándar en los rasgos característicos de cada una de las etapas.

Al retraso de lenguaje acompañan otros síntomas no lingüísticos:

  • Inmadurez generalizada (prematuridad, hospitalismos, etc.).
  • Ligero retraso motor en movimientos que requieren una coordinación fina.
  • Retraso en la expresión gráfica.
  • Retraso en el establecimiento de la dominancia lateral.
  • Dificultades en aspectos del desarrollo cognitivo: relación pensamiento/lenguaje y memoria/atención.
  • Problemas psicoafectivos: baja autoestima, dificultades en las relaciones con los iguales (Inhibiciones).
  • Dificultades en el aprendizaje de la lecto-escritura y otros aprendizajes escolares.

Los retrasos del lenguaje pueden presentarse:

  • A nivel de producción: La aparición de las primeras palabras se retrasa hasta los dos años; y la unión de dos palabras no aparece hasta los tres años.
  • A nivel fonológico: Los niños suelen presentar: patrones fonológicos desviados; habla infantilizada, con omisión de consonantes iniciales y sílabas iniciales; una estructura silábica “v, c+v”, y no realizan “c+c+v” o “v+c”.  El grupo más afectado suele ser las fricativas, reduciéndose en algunos casos a las producciones /p/, /m/ y /t/.
  • A nivel semántico: Hay un vocabulario reducido a objetos del entorno y problemas en la adquisición de conceptos abstractos (colores, formas y espacio-temporales).
  • A nivel morfosintáctico: Existen desorden en la secuencia normal de la oración y lenguaje telegráfico. El niño usa un número reducido de términos en la frase; tiene dificultades en la utilización de artículos, pronombres y plurales; y hay alteración en la conjugación de los tiempos verbales. También presenta dificultad en la adquisición de frases subordinadas (que suelen ser coordinadas con la partícula "y").
  • A nivel pragmático: El niño presenta alteración de la intencionalidad comunicativa. Predomina la utilización del lenguaje para: denominar, regular la conducta y conseguir objetos. Presenta dificultades para atribuir cualidades a los objetos y preguntar. Hay una escasa utilización del lenguaje para relatar acontecimientos y explicarlos; y apenas utiliza el lenguaje en la función lúdica o imaginativa.  Tiene tendencia a compensar la expresión verbal deficiente con mímica y gestos naturales.
  • A nivel de comprensión: La comprensión verbal es mejor que la expresión, lo que hace pensar que se encuentra en un nivel normal. No obstante, puede haber algunas alteraciones: los enunciados referentes a conceptos espaciales, temporales, cromáticos, etc., son difícilmente comprendidos y no están integrados en el lenguaje normal.
  • A nivel de imitación provocada: Se observan deficientes resultados en la repetición de palabras o frases, estructuras lingüísticas que aún no se tengan integradas.

Alteraciones en la lengua o en el paladar, como frenillo corto.

Problemas orales-motores que dificultan que el niño coordine labios, lengua y mandíbula para emitir los sonidos del habla.

Problemas auditivos como las

infecciones de oído, sobre todo si son crónicas.

  • El niño presenta reducción y simplificación del sistema fonológico.
  • Manifiesta retraso en la adquisición de determinadas categorías morfológicas.
  • Se aprecia incorporación lenta de las marcas flexivas, que varían y precisan el significado de las palabras.
  • En su expresión hay predominio de oraciones con pocos elementos.
  • Tiene frecuentes errores de concordancia entre los elementos de las frases.
  • Denota incorporación lenta de palabras al vocabulario.
  • Tiene dificultad para recordar el término con el que se denomina al referente.
  • Experimenta dificultad para establecer relaciones entre palabras que pertenecen a una misma categoría semántica.
  • Denota comprensión alterada del lenguaje; pero en menor medida que la expresión.
  • Manifiesta escasa participación espontánea en situaciones de conversación colectiva.
  • Tiene dificultad para iniciar y mantener turnos conversacionales.
  • Sus habilidades comunicativas son limitadas.
  • Tiene dificultades en los aprendizajes escolares.

Psicólogo

Patólogo del habla y el lenguaje

Terapeuta de lenguaje

Terapia formal que involucre técnicas de estimulación del lenguaje y juegos.

Adaptación curricular en la escuela (currículum específico de tipo logopédico).

Ayuda en casa y/o en la escuela por parte de los padres, fortaleciendo los intercambios comunicativos.

Trastorno específico del lenguaje: Disfasias

Estos trastornos se caracterizan por severas dificultades en la adquisición del lenguaje oral, mostrando una limitación significativa en la competencia lingüística oral.

Los problemas se extienden tanto al plano expresivo como al comprensivo. Se observan asincronías en el desarrollo de los distintos componentes, coexistiendo habilidades lingüísticas propias de la edad con la ausencia o formulación errónea de otras más simples y primitivas. El componente morfosintáctico es uno de los más alterados y los niños presentan patrones de error que no se corresponden con los usuales en los procesos de adquisición del lenguaje.

  1. Disfasia mixta: Comprende, a su vez:
  • Sordera verbal: Forma más grave de las alteraciones de la compresión verbal.  El niño es incapaz de analizar e interpretar los sonidos del lenguaje hablado a pesar que posee un buen funcionamiento de los mecanismos periféricos de la audición. La compresión, por tanto, es prácticamente nula.
  • Déficit sintáctico fonológico: Dificultad para descodificar los enunciados largos y los conceptos abstractos. Las frases son cortas, mal organizadas y con las palabras desordenadas. La comprensión es parcial; pero está más preservada que la expresión.
  1. Disfasia expresiva: Incluye:
  • Dispraxia verbal: Incapacidad para realizar los movimientos necesarios para articular los sonidos, acompañada, en ocasiones, por alteraciones de la motricidad fina. Los niños que la padecen hablan poco, generalmente en un estilo telegráfico.
  • Alteración en la producción o programación fonológica: Articulación errónea de los sonidos; es decir, se pronuncian bien los sonidos aislados, pero se articulan mal dentro de la palabra o la frase. Los niños que la sufren hablan mucho, pero cuesta entenderles.
  1. Disfasia con dificultad para tratar la información: Se distinguen:
  • Síndrome lexical sintáctico: Alteración para decir las palabras, lo que ralentiza el aprendizaje del nombre de las letras y el aprendizaje de palabras nuevas.
  • Síndrome semántico pragmático:  Al niño le cuesta entender las palabras, las preguntas y las órdenes. Monologa más que conversar y no parece entender la función del lenguaje como herramienta de comunicación. Se relaciona con trastornos como el autismo.

Lesión cerebral o falta de oxígeno al nacer.

Traumatismo craneoencefálico en el momento del parto.

Enfermedades infecciosas como meningitis, encefalitis, etc. que afectan al sistema nervioso central.

Mal ambiente familiar.

Periodos largos de hospitalización.

  • El lenguaje del niño presenta distorsión y desorganización fonológicas.
  • Su expresión denota reducciones significativas del sistema consonántico y de la estructura silábica.
  • Es posible que su habla sea ininteligible.
  • Presenta pocas intenciones de comunicarse con los demás o ausencia de participación espontánea en conversaciones grupales o colectivas.
  • Su competencia conversacional es muy limitada.
  • Presenta omisión de elementos gramaticales a la hora de organizar una frase.
  • Sufre de pobreza de vocabulario.
  • Sus construcciones léxicas manifiestan una morfología muy primaria: tiene dificultad para utilizar los pronombres personales; no suele usar preposiciones y conjunciones; y los verbos los suele emplear en infinitivo.
  • Tiene dificultad en la adquisición de los morfemas como el género, número y morfemas verbales.
  • Presenta alteración de la comprensión, pudiendo parecer en ocasiones, sordo.
  • Manifiesta dificultad para recordar y repetir frases largas.
  • Reacciona muy bien a los apoyos no verbales y por ello la utilización de gestos le ayuda mucho.
  • Tiende a la repetición de palabras sin saber su significado.

Con frecuencia estos síntomas van acompañados de otros como:

  • Alteraciones de estructuración espacial y temporal.
  • Dificultades en las praxias orofaciales (movimientos que intervienen en la articulación de los fonemas).
  • Alteraciones del ritmo.
  • Dificultades psicomotoras (retraso en las destrezas motoras, lateralidad poco definida o adquisición tardía de la lateralidad).
  • Déficit de atención e hiperactividad.
  • Problemas de discriminación auditiva (los niños tienden a confundir unos sonidos con otros o a no identificar determinados sonidos que deberían serle familiares).
  • Alteraciones en la memoria auditiva (capacidad para retener y reproducir una serie de números o palabras emitidas verbalmente).
  • Tiene dificultad para usar nexos entre oraciones.
  • Suele alterar el orden de los términos de la frase.
  • Hay yuxtaposición de palabras en sus frases debido a la omisión de categorías funcionales.
  • Hace uso casi en exclusiva de estructuras simples.
  • Su vocabulario expresivo es muy limitado.
  • Tiene dificultad para comprender y expresar nociones referidas al espacio y al tiempo.
  • Emplea abundancia de gestos y conductas no verbales para mantener la interacción.
  • Hace uso del lenguaje oral para funciones comunicativas muy primarias.

Logopedas

Terapeutas del lenguaje

Psicólogos infantiles

El tratamiento estará en función de la causa del problema; pero, en general, suele incluir:

  • Ejercicios de discriminación auditiva (distinguir sonidos distintos que son familiares para el niño).
  • Trabajar la memoria auditiva (entrenamiento dirigido al análisis y síntesis de la palabra).
  • Ejercicios para aumentar vocabulario (se inicia ampliando paulatinamente el número y la dificultad de los conceptos que el niño conoce, para luego clasificarlos e incluirlos en categorías).
  • Ejercicios y praxias buco-faciales  (para conseguir una correcta pronunciación de los fonemas).
  • Actividades para organizar el campo semántico (a través de imágenes o dibujos relacionan unos conceptos con otros).
  • Otras actividades : Ejercicios para aumentar la comprensión verbal, ejercicios morfosintácticos, actividades para aprender la organización y estructuración de frases, etc.

Trastorno específico del lenguaje de carácter fonológico-sintáctico

Es el más común de los trastornos específicos del lenguaje. Los niños que lo sufren presentan un lenguaje poco fluido, con vocabulario reducido y sintaxis muy elemental. La expresión está muy alterada y tienen dificultad para comprender situaciones no contextuales o discursos complejos

Es un subtipo en sí mismo.

Se desconocen las causas, aunque se cree que tiene fuerte vínculo genético. Es probable que los niños con el trastorno tengan padres y hermanos que también han tenido dificultades y retrasos en el habla.

  • El niño presenta déficit mixto receptivo-expresivo.
  • Tiene fluidez verbal perturbada.
  • Manifiesta articulación de habla alterada.
  • Denota sintaxis deficiente: frases cortas, omisión de nexos y marcadores morfológicos, laboriosa formación secuencial de enunciados.
  • Su comprensión es mejor que su expresión.
  • En su lenguaje hay variables de dificultad de comprensión: longitud del enunciado, complejidad estructural del enunciado, ambigüedad semántica, contextualización del enunciado, rapidez de emisión.
  • Muestra dificultades en los comportamientos prerrequisitos para el aprendizaje (habilidades comunicativas básicas, atención, imitación verbal y seguimiento de instrucciones).
  • Presenta comportamientos disruptivos (aventar cosas, gritar, tirarse al piso, etc.) debido a los problemas que tiene para comunicarse con los demás y a la frustración que eso le produce.
  • Tiene un puntaje bajo en las pruebas de inteligencia, llegando a alcanzar un nivel “borderline”[1] o de retraso mental leve.
  • Se muestra retraído en el contacto social y puede ser considerado como "torpe" por los demás.
  • Tiene un rendimiento académico muy pobre, ya que la mayor parte del currículum está construido sobre habilidades que tienen un componente verbal.

Logopeda

Terapeuta de lenguaje

Psicólogo infantil

El tratamiento incide en el desarrollo y la atención a distintas áreas:

  • Habilidades comunicativas básicas. Atención conjunta, adaptación a los turnos de una actividad interactiva, reforzamiento de cualquier intento comunicativo, etc.
  • Atención: El niño debe aprender a controlar sus propias reacciones y concentrarse en los estímulos presentados; de ahí se pasa a lograr que sea capaz de escuchar y atender a unas instrucciones mínimas. Todo ello se hace mediante tareas manipulativas (rompecabezas, juegos de construcciones, dibujos…) que progresivamente se van haciendo más complejas. Por último, debe enseñarse al niño a controlar cuándo y cómo dejar la actividad que está realizando, en función de lo que los demás demanden de él.
  • Imitación verbal: Conseguir que el niño repita modelos verbales con la mayor exactitud posible, así como que aprenda a repetirlos espontáneamente. Se usan tareas de repetición de modelos verbales comenzando por onomatopeyas, para posteriormente ir pasando a elementos lingüísticos de complejidad creciente.
  • Seguimiento de instrucciones verbales: Ayudar al niño a identificar personas, lugares y cosas por su nombre y aprender a seguir instrucciones sencillas, comenzando con un vocabulario básico que se va haciendo cada vez más complejo.
  • Alteraciones en la discriminación de fonemas:  Ejercicios en torno a la discriminación de fonemas similares y a la identificación del orden de los fonemas dentro de las palabras: diferenciar palabras iguales o que se distingan sólo en un fonema (parónimos), seguir órdenes que contengan fonemas problemáticos, señalar objetos, emplear gestos diferentes en función del fonema presentado, responder a palabras según la discriminación de fonemas y otros.
  • Déficits en la producción de fonemas: Se busca  mejorar la pronunciación de los fonemas que el niño ya tenga adquiridos, y, al mismo tiempo, enseñarle los que todavía no produzca mediante ejercicios de manipulación directa de los órganos de la articulación, aparatos de biofeedback[2]. imitación de fonemas y palabras, lectura de sílabas, palabras, frases y textos, juegos con fonemas, canciones y rimas, juegos de rol donde se representan papeles apropiados, empleo de modificadores de la articulación (depresores, bolas, etc.), visualizadores de voz[3] y demás.
  • Problemas a nivel silábico: Se atiende mediante actividades como discriminar la duración de palabras (más o menos sílabas) y las variaciones en el tono de la voz en las distintas sílabas, Identificar el número de sílabas del que constan las palabras, imitación de sílabas, añadir o quitar sílabas a los vocablos, etc.

Trastorno específico del lenguaje de programación fonológica

El rasgo más distintivo es la presencia de una expresión muy afectada. El habla está distorsionada debido a la emisión defectuosa que produce sustituciones fonéticas y errores en la secuenciación de los sonidos. Los niños que lo sufren a veces suplen sus deficiencias expresivas con el uso de un lenguaje gestual más o menos elaborado.

Es un subtipo del trastorno específico de lenguaje en su vertiente expresiva.

Posiblemente genética.

  • El niño presenta cierta fluidez de producción expresiva, pero con articulación confusa (enunciados casi ininteligibles).
  • Muestra notable mejoría de calidad articulatoria en tareas de repetición de elementos aislados (sílabas, etc.).
  • Tiene una comprensión normal o casi normal.

Logopeda

Terapeuta del habla y del lenguaje

Psicólogo infantil

El primer objetivo de la intervención en este trastorno se refiere a la superación de la inconsistencia, es decir, a la programación fonológica de la palabra.

Para ello se estimula la adquisición de vocabulario mediante el diseño de diferentes actividades y estrategias que ayuden a desarrollar las habilidades con las que se tengan problemas, a la vez que potencian aquellas en las que más destaquen. Puede ser de utilidad contar con apoyos visuales que permitan una mejor comprensión de los contenidos durante la enseñanza. Una parte central es trabajar la conciencia fonológica.

Trastornos del lenguaje hablado

Las dificultades con el lenguaje hablado no son lo mismo que las dificultades con el habla.  Un trastorno del lenguaje es una insuficiencia que dificulta encontrar las palabras adecuadas y construir oraciones claras al momento de hablar. También puede dificultar entender lo que las personas dicen. Un niño puede tener dificultad para entender los que otros dicen, para poner los pensamientos en palabras o ambas.

Los trastornos del lenguaje pueden hacer difícil que los niños entiendan lo que las personas les dicen y expresar sus propios pensamientos y sentimientos a través del habla. También pueden afectar cómo los niños aprenden y socializan. No es que tengan problemas escuchando o pronunciando palabras. Su reto es dominar y aplicar las reglas del lenguaje, como la gramática.

Los trastornos del lenguaje pueden afectar a los niños de diferentes maneras, tanto social como académicamente. Por ejemplo:

  • Habilidades sociales:  Cuando los niños no se pueden comunicar claramente, pueden tener dificultades para hacer amigos y formar parte de un grupo social. Puede que prefieran estar solos y volverse tímidos o distantes. También pueden ser víctimas de “bullying” o actuar agresivamente porque no pueden resolver sus problemas de manera verbal.
  • Problemas académicos: Los niños con trastornos del lenguaje también tienen dificultades para leer y con la escritura debido a la limitación de su vocabulario y escaso entendimiento de la gramática.

Tipos más comunes:

  • Trastorno del lenguaje receptivo
  • Trastorno del lenguaje expresivo
  • Trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo 
  • Trastorno de comunicación social (pragmática) 

Los trastornos del lenguaje pueden ser:

  • Adquiridos: Aparecen cuando la persona ha tenido una enfermedad o una lesión neurológica, como un derrame cerebral o una lesión traumática en la cabeza.
  • Del desarrollo: Son mucho más comunes. Los niños que los padecen a menudo comienzan a hablar más tarde que los niños de su edad. Este retraso no está relacionado con su nivel de inteligencia (por lo general tienen una inteligencia promedio o por encima del promedio). Usualmente tienen problemas con las habilidades del lenguaje expresivo y receptivo antes de los cuatro años de edad.
  • Genes y herencia: Una historia familiar de discapacidades del habla y el lenguaje predispone al padecimiento.
  • Nutrición prenatal: Cuando una mujer toma ácido fólico durante el embarazo, su bebé es menos propenso a tener dificultades del lenguaje severas.
  • Otras condiciones: El   trastorno del espectro autista, el síndrome de Down, las discapacidades intelectuales y el nacimiento prematuro también pueden causar trastornos del lenguaje.
  • El niño tiene un vocabulario limitado comparado con los niños de su edad.
  • Usa palabras generales como “cosa” o “eso” en lugar de palabras más precisas.
  • Tiene problemas para aprender nuevas palabras y ampliar el vocabulario.
  • Puede no tener problema pronunciando las palabras, pero batalla para construir oraciones lógicas.
  • Omite ciertas palabras importantes cuando habla.
  • Repite ciertas frases una y otra vez al hablar.
  • Habla poco, aunque entienda lo que dicen las otras personas.
  • Utiliza oraciones cortas y simples, o habla usando frases.
  • Utiliza una variedad limitada de estructuras gramaticales al hablar.
  • Muestra poco interés en las interacciones sociales.
  • Se desvía del tema o monopoliza las conversaciones.
  • No cambia su lenguaje para adaptarlo a diferentes oyentes o situaciones.
  • Tiene problemas para entender información implícita que no se dice directamente.
  • Se le dificulta expresar pensamientos y sentimientos a través del lenguaje.
  • Encuentra difícil seguir instrucciones.
  • No entiende cómo saludar apropiadamente a las personas o lograr su atención.
  • No entiende los acertijos, los chistes o el sarcasmo.

Pediatra

Pediatra especialista en desarrollo conductual

Psicólogo educativo

Psicólogo infantil

Psiquiatra infantil

Neurólogo

El tratamiento debe considerar la causa del trastorno.

La logopedia y la terapia del lenguaje son el mejor método. Además, se recomienda asesoría como psicoterapia debido a la posibilidad de problemas emocionales o de conducta relacionados.

  1. Trastorno del lenguaje receptivo

Los niños con estas dificultades pueden tener problemas para entender lo que otras personas dicen. También podrían tener dificultad siguiendo instrucciones simples y organizando la información que escuchan. Es un trastorno difícil de identificar a edad temprana.

Es un subtipo en sí mismo.

Susceptibilidad genética (antecedentes familiares).

Exposición limitada al lenguaje auditivo en su entorno cotidiano.

Deficiencias en las habilidades generales de desarrollo y cognitivas.

Trastornos del desarrollo como el autismo o el síndrome de Down

Daño al cerebro (por un trauma, un tumor o una enfermedad).

También puede estar relacionado con: discapacidad auditiva, deterioro de la visión y trastornos de la atención:

  • El niño escucha y lee perfectamente; pero tiene problemas para entender el significado del lenguaje.
  • A menudo parece desinteresado cuando las personas están hablando. No hace preguntas si le cuentan una historia; pero puede interrumpir a alguien que está contando algo. En la escuela no parece estar escuchando la explicación del maestro. Esto es porque “se desconecta” y se aísla debido a que lo que escucha no tiene sentido para él y no sabe cómo reaccionar.
  • Le cuesta trabajo seguir indicaciones. Pareciera que ignora las peticiones de ayuda y a veces sólo realiza una parte de la tarea. Tal vez pueda seguir la instrucción si se le plantea por partes.
  • No entiende lo que se le pregunta, lo que se le dice o lo que está escrito. Por eso pide que le repitan la pregunta, o puede dar una respuesta que no tiene relación. Puede captar detalles; pero no es capaz de conectar palabras e ideas para entender el significado general.

Terapeuta de lenguaje

Psicólogo infantil

Terapia del habla y lenguaje (individual o como parte de un grupo, o ambos, según las necesidades del niño).

Adecuación curricular en la escuela y apoyo para la integración en casos de dificultad severa.

Intervención psicológica en caso de problemas de conducta significativos.

  1. Trastorno del lenguaje expresivo o afasia expresiva del desarrollo

  • Las dificultades del lenguaje expresivo implican incapacidad para expresar pensamientos e ideas y pueden ser identificadas más fácilmente a edad temprana debido a que los niños que las sufren empiezan a hablar tardíamente y puede ser difícil entender lo que dicen. Estos problemas persisten hasta el nivel preescolar.

Es más común entre los varones.

Es un subtipo en sí mismo.

Se le atribuye un componente genético.

El TDAH, la dislexia y el trastorno del procesamiento auditivo, entre otros, pueden causar dificultades con el lenguaje expresivo.

  • El niño tiene un vocabulario limitado comparado con pequeños de la misma edad.
  • Frecuentemente dice “ah” y substituye palabras precisas con palabras generales como “cosas” o “eso”.
  • Tiene problemas aprendiendo nuevas palabras.
  • Omite sílabas de las palabras.
  • Omite palabras clave o nexos y confunde los tiempos verbales.
  • Repite mucho ciertas frases cuando habla.
  • Se muestra desesperado por su incapacidad para comunicar pensamientos.
  • No habla mucho ni con frecuencia, pero entiende lo que las otras personas dicen.
  • Es capaz de pronunciar palabras y sonidos; pero a menudo las oraciones que dice no tienen sentido.
  • La variedad de estructuras de oraciones (sintaxis) que emplea cuando habla es limitada.

Fonoaudiólogo

Terapeuta del lenguaje

El tratamiento consiste en estimular la vocalización de sílabas, letras, palabras y frases. Es fundamental hacer la terapia de una forma muy lúdica, con el fin de que el niño se entretenga y aprenda con gusto.

Entre las acciones a desarrollar están:

  • Mostrarle al niño la manera correcta de decir una palabra o frase.
  • Enseñarle las palabras dividiéndolas en sílabas.
  • Incentivarlo para que vocalice lo que necesita en vez de indicar lo que quiere con gestos o sonidos.
  • Fortalecer la comunicación  mediante todas las instancias posibles.
  • Evitar el uso del chupón.
  • Usar libros de estimulación directa con figuras, colores o elementos que se pueden mostrar al niño para que aprenda la palabra correspondiente y la  relacione con la imagen.
  1. Trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo

Alteración en la que el lenguaje receptivo y expresivo están significativamente por debajo del nivel intelectual evaluado por pruebas normalizadas de la capacidad intelectual no verbal. Los niños con este problema pueden mostrar algunos de los síntomas del trastorno del lenguaje expresivo, así como también la dificultad para entender lo que los otros dicen (lenguaje receptivo) y para usar en general el lenguaje hablado.

Existen dos tipos, con base en la forma en que se produce:

  • Evolutivo: Detención del proceso evolutivo del sujeto en esta área. Nunca se presenta mostrando sólo alteraciones del lenguaje receptivo.
  • Adquirido: Pérdida de habilidades logradas en una etapa evolutiva correcta.

Hay un patrón familiar. El tipo evolutivo es más frecuente en familiares de primer grado.

Puede haber trastorno fonológico, pérdida de la audición y trastornos del aprendizaje.

A veces se presenta con TDAH, trastorno del desarrollo de la coordinación, trastorno del espectro autista y enuresis.

Puede acompañarse de daños en el sistema nervioso central y alteraciones neurológicas. Existe una forma de tipo adquirido que se inicia entre los 3 y los 9 años, con convulsiones, conocida como Síndrome de Landau-Kleffner.

  • Los niños tienen problemas para expresar sus pensamientos con palabras.
  • Presentan desvíos en la estructuración de frases.
  • A menudo tienen dificultad para entender instrucciones verbales y oraciones más largas.
  • Pueden tener dificultades para entender el vocabulario básico.
  • Pueden no comprender las historias que se les leen.
  • Se expresan con muchos vicios del lenguaje (balbuceos, ecos, onomatopeyas…).
  • Hay riesgo de que tengan dificultades de comprensión de la lectura y en el aprendizaje en general.
  • Tienen dificultades para integrase socialmente.                

Terapeuta de lenguaje

Logopeda

Psicólogo infantil

Terapia del lenguaje

Logopedia

  1. Trastorno de la comunicación social, discapacidad pragmática del lenguaje, impedimento del lenguaje pragmático o trastorno semántico-pragmático.

Los niños con TCS tienen problemas para utilizar el lenguaje hablado en maneras socialmente apropiadas. Suelen hablar de manera aceptable en lo que se refiere a pronunciar palabras y construir oraciones; sin embargo, tienen dificultad para sostener conversaciones lo cual les dificulta hacer amistades y tener un buen desempeño en la escuela.

Su dificultad reside en el manejo de la pragmática, esas reglas no habladas y sutiles del lenguaje hablado u oral que permiten que las personas se relacionen. Tienen, por tanto, escasa intencionalidad comunicativa. Esto no es porque sean maleducados, sino que para ellos es difícil aprender a usar el lenguaje de una manera socialmente apropiada.

También puede resultarles dificultoso decodificar la fonología y no son conscientes del impacto que causa su conducta en los demás.

Este trastorno afecta sobre todo las habilidades académicas y sociales de los niños.

Es un subtipo en sí mismo

Se cree que se trata de un trastorno del desarrollo neurológico (cerebro). Podría ser causado por un “desperfecto” en el hemisferio derecho del cerebro, que dificulta que los niños procesen la información verbal y visual de manera simultánea. Otra teoría es que este trastorno está de alguna manera relacionado con deficiencias en las habilidades del funcionamiento ejecutivo.

También se le asocia con la presencia de algún trastorno del espectro autista y con el TDAH.

  • Los niños con TCS dicen cosas inapropiadas o fuera de lugar durante una conversación, se salen del tema o monopolizan las pláticas.
  • No son capaces de adaptar el lenguaje a las diferentes audiencias (hablan de la misma manera a un adulto que no conocen que a un amigo).
  • No adaptan el lenguaje a las diferentes situaciones (hablan de la misma manera en el salón de clases que en el patio de juegos).
  • Interrumpen muchas veces la plática.
  • No dominan las reglas básicas de la conversación: cómo comenzarla, escuchar, expresar una pregunta, mantenerse en el tema y darse cuenta cuándo se ha terminado la conversación.
  • No respetan el espacio físico del interlocutor.
  • Presentan retraso para alcanzar los pilares del desarrollo del lenguaje.
  • Pueden presentar retraso en el desarrollo de las habilidades para la lectoescritura y, en especial, problemas en la comprensión de la lectura.
  • Tienen poco interés en las interacciones sociales.
  • Tienen dificultades para hacer inferencias y entender las cosas que están implicadas y que no están aclaradas de modo explícito.
  • No proporcionan referencias cuando están hablando con personas que no conoce.
  • Su pensamiento puede parecer ilógico y difícil de seguir.
  • No entienden cómo saludar de modo apropiado a las personas, pedir información o lograr su atención.
  • Tienden a entender todo literalmente y no comprenden los acertijos ni el sarcasmo.
  • Tienen problemas para entender las comunicaciones no verbales, como las expresiones faciales.
  • Les es difícil hacer amigos y mantenerlos porque suelen ofender a otros niños sin darse cuenta.
  • Tienen más dificultad que otros para resolver conflictos comunes.
  • Pueden mostrar dificultades de la conducta, como hiperactividad.
  • La carencia de habilidades de comunicación social puede causar que los niños se frustren y se comporten mal.

Psicólogo infantil

Neurólogo

Terapeuta del habla y el lenguaje

No se conoce aún un tratamiento específico para este trastorno. Se cree que la terapia del habla y del lenguaje diseñada para mejorar la pragmática del lenguaje puede ayudar, en conjunto con el entrenamiento de destrezas sociales.

Trastorno del procesamiento auditivo o trastorno del procesamiento auditivo central

Esta dificultad afecta la forma en que los niños reciben el lenguaje hablado más que la manera como lo usan, limitando su conversación.

Esta condición hace que los niños tengan dificultad para reconocer las diferencias sutiles entre sonidos en las palabras. Esto afecta sus habilidades para procesar lo que las otras personas están diciendo.

Normalmente, el cerebro procesa los sonidos sin problemas y casi instantáneamente. Sin embargo, con el TPA alguna clase de desperfecto retrasa o “revuelve” ese proceso. El problema reside en la habilidad para entender los sonidos del lenguaje hablado, no el significado de lo que ha sido dicho.

Los niños con TPA, por lo general, tienen una capacidad auditiva normal; su problema es procesar y darle sentido a los sonidos que escuchan. Esto es evidente cuando hay mucho ruido de fondo. Los niños con este trastorno corren el riesgo de tener dificultades con la lectura, incluyendo la dislexia.

Pueden llegar a tener debilidad en una, alguna o en todas las áreas siguientes:

  • Discriminación auditiva: Habilidad para notar, comparar y diferenciar entre sonidos distintos y separados.
  • Discriminación auditiva figura-fondo:

   Capacidad de concentrarse en los sonidos importantes en un ambiente ruidoso.

  • Memoria auditiva: Habilidad para recordar lo que se ha escuchado, ya sea inmediatamente o más tarde.
  • Secuencia auditiva: Habilidad de entender y recordar el orden de los sonidos y las palabras.

Es difícil diagnosticar a los niños con TPA antes de los 7 u 8 años, ya que algunas de estas habilidades auditivas no se desarrollan hasta esa edad. El trastorno provoca deficiencias en las áreas académicas y de comunicación, además de las habilidades sociales.

Puede ser adquirido (si no se trata de una limitación genética o de nacimiento) o progresivo (cuando se va desarrollando paralelamente al desarrollo del niño en todas las demás áreas).

El trastorno adquirido puede ser causado por cualquier daño o disfunción en el sistema nervioso auditivo central, lo cual causa los problemas de procesamiento auditivo.

Existe un componente hereditario y genético.

Un nacimiento difícil predispone al trastorno.

En la mayoría de los casos, la versión progresiva del trastorno tiene causa desconocida. Una excepción es la afasia epiléptica adquirida o el síndrome de Landau-Kleffner.

Otras causas posibles incluyen retraso en la maduración de la mielina, células ectópicas (mal colocadas) en las áreas corticales auditivas.

Muchas condiciones, incluyendo el TDAH, la epilepsia y el autismo, pueden afectar la capacidad de los niños para escuchar y entender lo que oyen.

  • A los niños con TPA les cuesta trabajo seguir las indicaciones orales, especialmente aquellas que contienen muchos pasos en sus instrucciones.
  • Tienen problemas para reconocer los diferentes sonidos que forman las palabras.
  • Piden a la persona que les habla que repita lo que dijo o le responden con “¿Qué?” o “¿Cómo?”.
  • Se distraen con facilidad, especialmente por el ruido de fondo o ruidos fuertes que aparecen de repente.
  • Tienen problemas para leer y deletrear porque estas actividades requieren la habilidad de procesar e interpretar los sonidos.
  • Tienen dificultad con los problemas de matemáticas orales (palabras).
  • Les cuesta trabajo seguir las conversaciones.
  • Tienen muy poca habilidad musical.
  • Les cuesta mucho trabajo aprender canciones o rimas infantiles.
  • Puede que no hablen con claridad, omitiendo las últimas letras de una palabra y ciertas sílabas.
  • No pronuncian el final de las palabras y las sílabas que no están marcadas fuertemente.
  • Pueden confundir los sonidos de las letras mucho después de que sus compañeros han aprendido a corregirse a sí mismos.
  • Tienen dificultad para recordar los detalles de lo que fue leído o escuchado.
  • Tienen dificultad para desarrollar destrezas para la ortografía y la escritura.
  • Tienen dificultades para contar historias o bromas.
  • Suelen evitar las conversaciones con sus compañeros debido a que es difícil para ellos procesar lo que se está diciendo y pensar en una respuesta apropiada.

Audiólogo

Patólogo del habla y lenguaje (terapeuta del habla)

Psicólogo infantil

No existen muchos tratamientos para el trastorno del procesamiento auditivo que tengan una base científica.

La terapia del habla puede ayudar con la lectura y la comprensión del lenguaje al enseñar a los niños a que pronuncien mejor y con más claridad los sonidos, así como a mejorar la percepción de los sonidos individuales (fonemas) que forman las palabras, a desarrollar estrategias para escuchar activamente y utilizar el lenguaje apropiado en situaciones sociales.

La terapia educativa puede ayudar a los niños con diferentes clases de dificultades de aprendizaje y de atención a desarrollar estrategias para manejar sus dificultades y lidiar con la frustración.

La terapia de entrenamiento auditivo (algunas veces llamada terapia de integración auditiva) es un tratamiento alternativo. Incluye programas de entrenamiento auditivo cuya meta es mejorar la comprensión auditiva a través de actividades y juegos. Es un tratamiento muy controversial aún.

Posiblemente se requerirán adaptaciones curriculares si el niño está en edad escolar.

Trastornos de la comprensión auditiva

Los niños que tienen dificultades con la comprensión auditiva no tienen problemas de audición. El problema está en la manera en que el cerebro procesa los sonidos que escucha. Los signos pueden lucir diferente dependiendo de la causa y de la edad del niño.

No se identificaron.

La causa más común es la presencia del trastorno del procesamiento auditivo; pero hay otras dificultades de aprendizaje y de atención que también pueden hacer difícil entender lo que las personas dicen:

  • Trastorno de déficit de atención con hiperactividad: Suele parecer que los niños con TDAH no están escuchando. La realidad es lo hacen; pero no entienden lo que oyen. Puede que entiendan datos concretos, mas no las cosas que no se explican. Muchos niños con dificultades de atención también presentan habilidades limitadas de la memoria funcional. Esto les dificulta recordar lo que la gente les dice el tiempo suficiente para poder hacer algo con esa información.
  • Trastorno de la comunicación social: Los niños con TCS interrumpen constantemente a las personas y no escuchan cuando están hablando. Esto no ocurre porque sean groseros, sino porque tienen problemas para entender las reglas sociales del lenguaje. También tienen dificultad para entender lo que las personas están diciendo, así como dificultades para iniciar o mantener una conversación.
  • Dislexia: Hay una relación entre la dislexia y las deficiencias auditivas. Esta combinación puede causar dificultades con la comprensión auditiva en algunos niños
  • Tiene problemas para seguir instrucciones orales, especialmente si incluyen más de un paso.
  • Con frecuencia pide que le repitan lo que le acaban de decir.
  • Se distrae con facilidad, en especial por el ruido de fondo o por ruidos fuertes y repentinos.
  • Tiene problemas con la lectura y la ortografía, las cuales requieren entender los sonidos.
  • Le es difícil entender los problemas matemáticos de razonamiento que se exponen oralmente.
  • Tiene dificultad para seguir las conversaciones.
  • Su destreza musical es deficiente.
  • Tiene dificultad para aprender canciones o rimas infantiles.
  • Tiene dificultad para recordar los detalles de lo que se leyó o escuchó

Audiólogo

Patólogo del habla

Terapeuta del habla y el lenguaje

Psicólogo infantil

Maestro de educación especial

Dependerá de la causa del trastorno; pero puede incluir terapia del habla, terapia psicológica, intervención audiológica, etc.

Dislexia

Es una condición de por vida que crea dificultad con la lectura y el procesamiento del lenguaje. Es la dificultad de aprendizaje más común y afecta a aquellas habilidades lingüísticas asociadas a la lecto-escritura, particularmente a la discriminación fonológica, decodificación visual, memoria a corto plazo, percepción y secuenciación.

Los alumnos con este trastorno, presentan problemas en deletreo, en análisis y síntesis auditivo, así como en la traducción fonema/grafema y viceversa. También tienen dificultad para decodificar, pues se les dificulta conectar los símbolos que representan a las letras con los sonidos que esos símbolos producen. Eso obstaculiza que lean con fluidez y de manera correcta. Esto, asimismo, puede afectar la comprensión de la lectura.

La dislexia también puede afectar la ortografía, la escritura y las matemáticas.

Puede hablarse de dos tipos de dislexia:

  • Adquirida: Cuando la dificultad se debe a una lesión cerebral que normalmente sólo afecta a determinados componentes del lenguaje, en función de la zona de la corteza cerebral afectada. Las dislexias adquiridas se clasifican en:
  • Centrales: El sujeto no tiene problemas perceptivos, pero se muestra incapaz de reconocer las palabras. Hay alteraciones en el acceso al significado, manifestándose distintos síntomas según la ruta lesionada. Dentro de las dislexias centrales se distinguen: la dislexia fonológica, la dislexia superficial, la dislexia semántica y la dislexia profunda.
  • Periféricas: Dificultad para identificar los signos lingüísticos, pero no otra clase de estímulos. Aquí se encuentran la dislexia atencional, la dislexia visual y la dislexia letra a letra.
  • Evolutiva: Inhabilidad o dificultad específica para la lectura y escritura, que no aparece asociada a ningún trastorno cognitivo, sensorial, motor, ni afectivo-emocional aparente en un niño que, habiendo estado sometido a una instrucción lecto-escritora, lleva un retraso en la misma de 2 ó 3 años.

Parece que el origen estriba en que las personas no poseen una dominancia hemisférica para el lenguaje; por eso leen la imagen incorrecta o en espejo de la palabra o la letra. A este síntoma de la dislexia se lo llamó estrefosimbolia o alexia del desarrollo (entendiendo por alexia la pérdida de la habilidad de la lectura previamente adquirida o dificultad para la realización, reconocimiento o interpretación de grafemas, palabras escritas o leídas; y se puede asociar con disgrafía y discalculia).

En todos los casos de dislexia adquirida o dislexia del desarrollo aparecen signos indirectos con dificultades en la coordinación y orientación mano-ojo. En la dislexia auditiva destaca la dificultad para reconocer pautas de secuencias, palabras, ordenes. En la dislexia profunda o fonémica se aprecia dificultad para comprender el significado de las palabras.

Además:

  • Los niños con dislexia a menudo tienen problemas a temprana edad con las habilidades del habla.
  • Puede que no sean capaces de reconocer los sonidos individuales en las palabras (conciencia fonémica).
  • Se les dificulta la comprensión de la lectura.
  • Tienen problemas para responder preguntas acerca de lo que han leído.
  • Presentan retraso en el desarrollo del habla y del lenguaje.
  • Denotan confusiones en la pronunciación de palabras semejantes en su forma sonora.
  • Manifiestan alteraciones significativas en la fonología, así como de análisis y síntesis auditiva.
  • Tienen dificultades con el manejo de los términos relacionados con la orientación espacial y temporal.
  • Denotan mayor habilidad para la manipulación de objetos que para su representación lingüística.
  • Tienen dificultad para aprender rimas y secuencias.
  • Manifiestan marcada dificultad para la asociación fonema-grafema.
  • Tienen tendencia a escribir números y letras en espejo o en dirección inadecuada.
  • Presentan fallos en atención y concentración.
  • Posiblemente tengan problemas de conducta.
  • Manifiestan dificultades en la organización del discurso y en la comprensión lectora.

Psicopedagogo

Psicólogo

Pedagogo

Neuropsicólogo

Neurólogo

Logopeda

Fonoaudiólogo

Intervención educativa individual: Personalizar la educación de acuerdo con las necesidades del niño, como realizando cambios en el entorno de aprendizaje.

Rehabilitación neuropsicológica:

Reentrenamiento de las vías del cerebro para mejorar el funcionamiento físico y mental.

Terapia ocupacional:

Mejora la vida diaria y las habilidades motrices.

Orientación: Para el abordaje, sobre todo, de los problemas relacionados con el estudio, las relaciones interpersonales y la vida social.

Dificultad para expresar las ideas por escrito

Algunos niños tienen problemas para agrupar las ideas y planear cómo ponerlas por escrito.

Tener dificultad con la escritura puede conducir a que crean que no son inteligentes y su autoestima disminuya. 

No hay clasificaciones.

Los problemas con la expresión escrita a menudo son causados por deficiencias en las habilidades para planificar y organizar. Sin embargo, pueden intervenir otros factores.

Cuando los niños pequeños tienen un retraso en sus destrezas para escribir, hay que tomar en cuenta la edad y el hecho de que no todos las desarrollan con la misma rapidez.

A veces a los niños no se les han enseñado habilidades importantes para escribir, como el manejo de signos de puntuación o cómo organizar las oraciones de manera adecuada.

Algunos niños aprenden y piensan de manera diferente, y esas diferencias pueden causar dificultad con la escritura.

  • Los chicos podrían no ser capaces de elaborar lo que quieren decir. Incluso si tienen una idea, podrían tener problemas para saber por dónde empezar.
  • Puede que sean capaces de empezar a escribir; pero que después no sepan cómo organizar el resto del texto.
  • Ponen excusas para hacer las tareas escritas.
  • Escriben muy despacio a mano o en un teclado.
  • Permanecen sentados mucho tiempo sin escribir nada.
  • Terminan las tareas escritas rápidamente sin pensarlas lo suficiente.
  • En su texto aparecen palabras que se repiten mucho, que están empleadas de manera incorrecta, escritas con mala ortografía o que no tienen sentido.
  • Hay frases que carecen de sentido, errores gramaticales, texto incompleto o desorganizado, ausencia de detalles importantes, etc.

Psicólogo infantil

Psicopedagogo

Juegos y actividades lúdicas sobre escritura, como redacción de cuentos y de historias.

Enseñarles a los niños a organizar sus ideas (realizar esquemas) antes de escribir.

Disgrafía

Son alteraciones en la calidad de la escritura o trazo gráfico, sin que exista retraso intelectual o alteración neurológica que lo justifique. Tienen que ver con un conjunto de habilidades conocidas como transcripción, que incluyen la escritura a mano, la mecanografía y la ortografía.

Este trastorno suele situarse entre los 7 u 8 años de edad, después o durante el aprendizaje de la escritura. Para ello se necesita desarrollar destrezas motoras o de movimiento limitadas, incluyendo las habilidades motoras finas, las habilidades motoras gruesas y la planificación motora. Todas son necesarias para sostener y controlar un lápiz, un crayón o un pincel, así como para ejercer la presión adecuada y formar letras y formas.

Los problemas para expresarse por escrito no son parte de la disgrafía. Sin embargo, cuando los chicos tienen que enfocarse mucho en la transcripción puede interferir en cómo se piensan y se expresan las ideas.

  1. Disgrafía motriz: Trastornos psicomotores. El niño comprende la relación entre sonidos escuchados y la representación gráfica de éstos; pero tiene dificultades en la escritura como consecuencia de una motricidad deficiente (lentitud, movimientos gráficos disociados, signos gráficos indiferenciados, manejo incorrecto del lápiz y postura inadecuada al escribir, etc.).
  2. Disgrafía sintomática o secundaria: La dificultad de la escritura es consecuencia de problemas como trastornos neurológicos, deficiencia intelectual, problemas de visión, etc.
  3. Disgrafía especifica: La dificultad para reproducir las letras o palabras se debe a la mala percepción de las formas, a la desorientación espacial y temporal, a los trastornos de ritmo, etc.
  4. Disgrafía superficial: Se produce cuando está afectada la ruta ortográfica o léxica, por lo que se utiliza la ruta fonológica. Cuando ocurre esto no se pueden escribir palabras que no se ajusten a las reglas de conversión fonema-grafema, es decir, los niños escriben bien las palabras regulares y pseudopalabras, pero cometen errores en palabras irregulares. Hay también confusión con los homófonos, ya que siguen las reglas de conversión fonema- grafema (escriben lo que oyen como “baca” por “vaca”). Hay errores de omisión, adicción o sustitución de letras.
  5. Disgrafía fonológica: Se produce cuando se lesiona la ruta fonológica y se usa la ruta ortográfica. Por eso no se pueden escribir pseudopalabras, ya que está dañado el mecanismo de conversión fonema-grafema. Hay errores derivativos con los sufijos de las palabras compuestas (mantienen la raíz, pero cambian los sufijos). Pueden escribir bien las palabras regulares y las irregulares porque la ruta léxica está intacta y tienen las palabras integradas a nivel visual.
  6. Disgrafía profunda: Se produce cuando se lesionan las dos rutas (fonológica y ortográfica), por lo que hay dificultades con las palabras irregulares, las pseudopalabras y las palabras regulares. Lo más característico de este tipo de disgrafía es la emisión de errores semánticos al escribir dictados o de forma espontánea (el niño sustituye una palabra por otra relacionada semánticamente, como naranja por limón porque los dos son cítricos). También hay dificultades en los verbos, derivaciones, etc.
  7. Disgrafía semántica: Se produce cuando la conexión con el sistema semántico (donde están almacenados los significados) está afectado. A pesar de ello los niños pueden escribir correctamente al dictado palabras irregulares y cuyo significado no conocen.
  • Factores madurativos: En el caso de los niños pequeños, quizá están tardando más en desarrollar las habilidades necesarias para: formar letras, colocar letras y palabras en la página, hacer las letras del tamaño correcto, espaciarlas, sostener y controlar un lápiz, etc.
  • Trastornos de la psicomotricidad: Problemas como el trastorno del desarrollo de la coordinación pueden favorecer la disgrafía; pero puede haber otros desafíos del aprendizaje. Por ejemplo, la mala ortografía puede ser consecuencia de tener dificultades con la lectura, como la dislexia.
  • Trastorno de lateralización: Que el niño sea ambidiestro es una causa frecuente de déficit escritor debido a que no existe una adecuada implantación de la lateralidad manual. La escritura tiende a ser lenta, con regresiones e inversiones de giros y sílabas y con torpeza en el control del útil de la escritura.
  • Trastornos del esquema corporal y de las funciones perceptivo-motrices: Muchos niños presentan un déficit de integración viso-perceptiva con confusión de figura-fondo, rotación de figuras, etc.; otros niños presentan déficit de estructuración espacio-temporal que afecta a la escritura (desordenes en la direccionalidad, posiciones erróneas en torno a la línea base, alteración de grafemas de simetría similar, etc.). Existen también trastornos del esquema corporal que alteran la escritura convirtiéndola en lenta y fatigosa, con dificultad en el control del lápiz y trastornos de la postura corporal durante la escritura.
  • Factores del carácter o la personalidad: La escritura inestable, con falta de proporción, con deficiente especiación e inclinación, es característica de ciertos niños con conflictos emocionales. La escritura es una forma de llamar la atención frente a sus problemas.
  • Factores de tipo pedagógico: Un ejemplo sería un rígido sistema de movimientos y posturas gráficas que impiden al niño adaptar su escritura a los requerimientos de su edad, madurez y preparación.
  • Otros factores: Hay elementos que no parecen estar relacionados con las destrezas motoras; pero que dificultan escribir a mano. Por ejemplo, si el niño es impulsivo, tal vez se apure en terminar los deberes escolares, y por ello sea descuidado y cometa errores.
  • El niño presenta escritura desordenada, caracterizada por dificultades para formar las letras y espaciarlas correctamente en la página, escribir en línea recta, hacer las letras del tamaño correcto, etc.
  • Su letra es irreconocible y los grafismos permiten la confusión de letras.
  • Traza letras sobreimpresionadas (en varios trazos), abiertas, retocadas y con tamaño excesivamente grande o pequeño.
  • Presentan dificultades para sostener y controlar el lápiz; para ejercer la presión apropiada para escribir y para mantener la posición del brazo y la postura correctas.
  • Algunos de sus grafismos son temblorosos, con líneas fluctuantes y espacio irregular entre los renglones.
  • Su escritura tiene ausencia de márgenes y, en general, se distingue por la falta de limpieza y organización.
  • Tiene problemas para trazar las letras, lo que puede dificultar el aprendizaje de la ortografía.
  • Suele escribir muy lentamente y esto afecta qué tan bien se expresa por escrito. Los niños tienen dificultades para trazar las letras y escriben muy lento.
  • No puede colocar adecuadamente las letras y las palabras en la página.
  • Les cuesta trabajo escribir en línea recta, espaciar letras y palabas o sostener el papel con una mano mientras escriben con la otra.
  • Sus letras pueden estar escritas de abajo hacia arriba, en lugar de arriba hacia abajo; pueden estar hechas con demasiados trazos o trazos mal colocados.
  • Las palabras y oraciones suelen estar por encima o por debajo de la línea y estar escritas con demasiada o con muy poca inclinación.

Psicólogo infantil

Psicoterapeuta

Terapeuta ocupacional

Terapeuta físico

El tratamiento de la disgrafía abarca las diferentes áreas:

  1. Psicomotricidad global y psicomotricidad fina: Implica enseñar al niño cuáles son las posiciones adecuadas para escribir bien, cómo sentarse de manera correcta, a qué distancia colocar la silla de la mesa, cómo sujetar el papel y el lápiz, etc.
  2. Percepción: Las dificultades perceptivas (espaciales, temporales, visoperceptivas, atencionales, etc.) son causantes de muchos errores de escritura (fluidez, inclinación, orientación, etc.). Para subsanarlas se deberán trabajar la orientación rítmico-temporal, la atención, la confusión figura-fondo, la reproducción de modelo visuales y otros.
  3. Visomotrocidad: El objetivo de la rehabilitación visomotriz es mejorar los procesos óculomotrices que facilitarán el acto de escritura. Para ejercitar se hacen actividades como recortado con tijera, rasgado con los dedos, ensartado, modelado con plastilina y rellenado o coloreado de modelo.
  4. Grafomotricidad: La reeducación grafomotora tiene por finalidad educar y corregir la ejecución de los movimientos básicos que intervienen en la escritura. Los ejercicios  consisten en estimular los movimientos básicos de las letras (rectilíneos, ondulados), así como tener en cuenta  conceptos tales como: presión, frenado, fluidez, etc., dibujando grecas o repasando dibujos punteados, entre otras cosas.
  5. Grafoescritura: Se pretende mejorar la ejecución de cada una de las letras del alfabeto mediante la caligrafí
  6. Perfeccionamiento escritor: La ejercitación consiste en mejorar la fluidez escritora corrigiendo los errores a través de: unión de letras y palabras, inclinación de letras y renglones, trabajar con cuadrículas y otros.

Disortografía o distorgrafía

Consiste en la presencia de errores gramaticales en la escritura, los cuales afecta tanto a la ortografía natural como a la arbitraria. Se caracteriza por la dificultad de distinguir y memorizar letras o grupos de letras, así como por la presencia de problemas relacionados con el ritmo y la estructura de las oraciones que afectan los procesos de lectura y escritura.

De forma general, se habla de:

  • Disortografía natural: Afecta al desarrollo fonológico y a las reglas de conversión fonema – grafema.
  • Disortografía arbitraria: Afecta a las reglas ortográficas. 

De manera más específica, la disortografía puede ser:

  • Temporal: Relacionada con el tiempo y el ritmo. Los niños que la padecen no tienen claridad en los fonemas ni en la transcripción de las frases o palabras.
  • Perceptiva-cinestésica: Implica tanto dificultades para articular fonemas como problemas auditivos (por ejemplo, cambio de la “r” por la “l”).
  • Disortocinética: Problemas visuales y de orientación espacial.
  • Dinámica: También llamada disgramatismo, se refiere a dificultades con la expresión escrita y la gramática.
  • Semántica: Dificultad para percibir las palabras.
  • Cultural: Incapacidad para aprender la normativa ortográfica o el uso de los acentos.

Déficit intelectual.

Trastorno cerebral, como problemas de desarrollo de algunas de las áreas cerebrales relacionadas con el lenguaje, ya sea por factores genéticos o ambientales, como un traumatismo craneoencefálico o un derrame cerebral.

Deficiencias en la percepción espacio-temporal del sujeto.

Deficiencias en la percepción visual o en la percepción auditiva.

Mala articulación de los fonemas, que se traduce en la escritura.

Bajo nivel de motivación (aprender ortografía no se considera importante).

Causas de tipo pedagógico, como que el método usado para aprender a escribir no sea el adecuado.

  • Déficit en el conocimiento y uso de las reglas ortográficas.
  • Déficit lector.
  • Déficit en el lenguaje hablado.
  • Dificultad para mantener representada una palabra en la memoria de trabajo mientras se busca en la memoria a largo plazo.
  • Déficit para conocer y realizar correctamente la conversión fonema - grafema.
  • Déficit en articular correctamente los sonidos del habla.
  • Los errores más frecuentes son la confusión b-v, la omisión y adición de la h, la unión de la “a” al determinante, la utilización de mayúsculas, la separación de pronominales, la confusión de “ll” y “y”, la “m” delante de “p” y “b”, la confusión “g” y “j”, la confusión de letras, separación final del renglón, la confusión de la “r” y “rr”. También se incluyen los errores de unión y fragmentación de palabras, adiciones, sustituciones, traslaciones y rotaciones de grafemas etc.

Psicólogo infantil

Psicopedagogo

El tratamiento dependerá de la causa del problema y de la gravedad del mismo.

Algunas de las acciones que se pueden llevar a cabo para mejorar los síntomas pueden ir desde la práctica reiterada de las normas de escritura y ortografía hasta la enseñanza de trucos y técnicas para recordar la forma escrita de las palabras más utilizadas del lenguaje.

Por otra parte, mientras se lleva a cabo el tratamiento, se pueden realizar adecuaciones como la grabación en audio de las lecciones escolares o la sustitución de los exámenes escritos por otros de naturaleza oral.

Retraso lector

Dificultad para el aprendizaje de la lectoescritura. La única diferencia entre el lector retrasado y el lector normal es el grado de desarrollo y no los patrones lectores, que son idénticos.

El retraso lector comparte síntomas con la dislexia; la diferencia está en que los disléxicos centran sus alteraciones en los patrones lectores.

Para poder diagnosticar a alguien con retraso lector debe considerarse que no existan problemas sensoriales (visión y audición normales) o físicos que estén implicados en la lectura, así como la ausencia de trastornos emocionales (desórdenes de la personalidad como psicosis, cuadros autistas, etc.) y neurológicos; que el C.I. verbal o manipulativo sea superior a 70 y que existen dos años de retraso lector en sujetos de 8 o más años de edad, esto último para descartar que se trate de dislexia.

Algunos autores hablan de:

  • Retraso lector primario
  • Daño cerebral con retraso lector
  • Retraso lector secundario.

Baja capacidad intelectual.

Déficit sensorial.

Problemas emocionales.

Desmotivación.

Retardo madurativo en alguna de las variables que intervienen en el proceso de aprendizaje de la lecto-escritura.

Problemas de lateralidad.

Dificultades de concentración o atención.

Aprendizajes precoces y/o forzados de la lecto-escritura, incluyendo problemas de método y/o motivacionales, o situaciones de enseñanza-aprendizaje inadecuadas.

Problemas en el desarrollo del lenguaje.

Deprivación sociocultural (ambientes socioculturales desfavorables).

Predisposición hereditaria o antecedentes familiares con las mismas dificultades.

  • El niño manifiesta retraso fundamentalmente en el área lingüística, que puede complicarse con fracaso escolar, fobia escolar, etc.
  • Siente ansiedad elevada ante situaciones de lectura, que a su vez le producen errores de fluencia (por decirlo así, se “atasca”).
  • Comete muchos errores ortográficos y alteraciones frecuentes en la escritura (omisiones, sustituciones, adiciones e inversiones).
  • Comete errores, generalmente consistentes, en la lectura oral.
  • Su velocidad de lectura es lenta.
  • Tiene dificultades para la comprensión del texto escrito.
  • Presenta un deterioro importante de la lectura para extraer de los signos escritos o impresos un significado.
  • Su rendimiento en la lectura es notablemente inferior al esperado, dada su escolarización, y el rendimiento general en otras áreas y tareas.

Logopeda

Psicopedagogo

Puede incluir una terapia, clases y recursos especiales.

Tratamiento de reeducación en lectoescritura.

Programa de desarrollo de estrategias de comprensión lectora.

También se consideran útiles para el tratamiento del retraso lector las fichas de literalidad, orientación espacial y seriaciones.

Trastornos secundarios del lenguaje: Disglosia

Un trastorno secundario es aquel que se produce asociado o derivado de alteraciones de tipo orgánico, es decir, donde el trastorno del lenguaje es un aspecto más dentro de la problemática general del niño. Pueden generar, en mayor o menor grado, necesidades educativas permanentes.

La disglosia es un trastorno de la expresión oral debido a alteraciones anatómicas y/o fisiológicas de los órganos articulatorios.

Se distinguen distintos tipos en función del órgano del habla en el que se sitúe la alteración:

  1. Disglosias labiales: Hay alteración de la forma, movilidad, fuerza o consistencia de los labios debido a:
  • Labio leporino (desde depresión del labio hasta su hendidura total)
  • Frenillo labial superior hipertrófico (membrana entre el labio superior y los incisivos desarrollada de forma excesiva)
  • Fisura del labio inferior
  • Parálisis facial
  • Macrostomia (alargamiento de la hendidura bucal que puede ir asociada a malformaciones en la oreja)
  • Heridas labiales
  • Neuralgia del trigémino (dolor brusco y de corta duración que aparece en la cara en las zonas oftálmica, maxilar superior e inferior).
  1. Disglosias mandibulares: Alteración de la articulación de los fonemas producido por una alteración de la forma de uno o ambos maxilares. Las causas más frecuentes son:
  • Resección de maxilares (el maxilar superior se separa del inferior)
  • Atresia mandibular (detención del desarrollo del maxilar inferior de origen congénito -trastornos endocrinos, raquitismo, etc.- o adquirido -uso del chupón, chupar el dedo, etc.-, lo que acaba produciendo que exista una mala oclusión de los maxilares).
  • Disostosis maxilofacial (enfermedad rara hereditaria que se caracteriza por una malformación mandibular derivado de otras anomalías y que da lugar al aspecto típico de “cara de pez”).
  • Progenie (crecimiento de la mandíbula inferior que produce mala oclusión de los maxilares).
  1. Disglosas dentales: Alteración de la forma y la posición de los dientes por herencia, desequilibrios hormonales, alimentación, ortodoncia o prótesis.
  2. Disglosias linguales: Alteración de la articulación de fonemas por un trastorno orgánico de la lengua que afecta a la rapidez, exactitud y la sincronización de los movimientos de la lengua, como es el caso de:
  • Anquiloglosia o frenillo corto (la membrana de debajo de la lengua es más corta de lo normal)
  • Glosectomía (extirpación total o parcial de la lengua)
  • Macroglosia (tamaño excesivo de la lengua que produce problemas respiratorios, como ocurre en el síndrome de Down)
  • Malformaciones congénitas de la lengua (detención en el desarrollo embriológico).
  • Microglosia (tamaño mínimo de la lengua)
  • Parálisis del hipogloso (cuando la lengua no se puede mover y existen problemas para hablar y masticar)
  1. Disglosia palatina: Alteración en la articulación de fonemas causada por alteraciones orgánicas del paladar óseo y del velo del paladar como:
  • Fisura palatina (malformación congénita de las dos mitades del paladar entorpeciendo gravemente la deglución y el habla)
  • Fisura submucosa (el paladar está hendido)

Las causas son de origen periférico: malformaciones congénitas craneofaciales, trastornos de crecimiento, parálisis periféricas o anomalías adquiridas como consecuencia de lesiones en la estructura orofacial o de extirpaciones quirúrgicas.

Las alteraciones anatómicas más frecuentes que se pueden encontrar son el labio leporino y la fisura palatina (paladar hendido).

Existen tres aspectos que pueden relacionarse con la disglosia: la deficiencia intelectual en grado variable, la deprivación psicosocial y la hipoacusia. Estos aspectos no constituyen una causa directa de las disglosias, aunque sí que empeoran el cuadro porque dificultan que el sujeto ponga en marcha los mecanismos compensatorios para mejorar el habla espontánea.

  • El niño presenta una alteración en la articulación de distintos fonemas por malformaciones anatómicas de los órganos periféricos del habla y de origen no neurológico central.
  • Presenta rinofonías, alteraciones de la voz derivadas de lesiones en las cavidades de la resonancia.
  • Puede experimentar trastornos psicológicos consecuentes a la problemática del habla, como rechazo a hablar.
  • Es frecuente que tenga retraso escolar, dificultades en la lectoescritura, dificultades en la fluidez normal del habla, hipoacusias (especialmente en fisura palatina) y otras dificultades que se relacionan con las estancias largas en hospitales.
  • Suele haber falta de estimulación adecuada a su nivel de desarrollo.

Pediatra neonatólogo

Pediatra

Cirujano

Cirujano plástico

Ortodoncista

Otorrinolaringólogo

Logopeda

Psicólogo infantil

Es importante que se realice una intervención multidisciplinar dada la naturaleza y el carácter del trastorno, pues afecta a diversas áreas del individuo.

Hay que añadir al tratamiento ortodóncico y/o quirúrgico la rehabilitación logopédica y la intervención psicológica para promover la integración social del niño y elevar su autoestima.

Trastornos secundarios del lenguaje: Disartria

Trastorno de la expresión verbal causado por una alteración en el control muscular de los mecanismos del habla. Comprende las disfunciones motoras de la respiración, fonación, resonancia, articulación y prosodia.

En función de la localización de la lesión se distinguen varios tipos:

  1. Disartria espástica: Debida a lesiones en los tractos piramidales, relacionados con el control motor fino de los músculos de la cara y del cuello. Esto provoca hipernasalidad y aumentos súbitos del volumen del habla. La vocalización tiende a ser tensa y forzada.
  2. Disartria atáxica: Lesiones en el cerebelo que provocan una prosodia plana y monótona, así como una vocalización lenta y descoordinada.
  3. Disartria flácida: Está afectado el nervio vago, que permite el movimiento de la laringe y, por tanto, de las cuerdas vocales. También se producen disfunciones (atrofia, parálisis) en otros músculos faciales; y, en consecuencia, el paciente experimenta espasmos, babeo y tensión muscular.
  4. Disartria hipercinética: Causada normalmente por lesiones en los ganglios basales, estructuras subcorticales implicadas en los movimientos involuntarios. La voz tiende a presentar una cualidad áspera y también se da hipernasalidad.
  5. Disartria hipocinética: Aparece en adultos como consecuencia de la enfermedad de Parkinson, o bien por el uso continuado de medicamentos antipsicóticos. El volumen de la voz suele ser muy bajo, el timbre plano y la prosodia monótona. La reducción en la velocidad de los movimientos causada por daño en la región conocida como sustancia negra explica estos síntomas.
  6. Disartria mixta: Cuando las características clínicas son una combinación de más de uno de los tipos de disartria que se han descrito. Las disartrias mixtas se deben a afectaciones en distintos sistemas motores.

Son frecuentes en el lenguaje de los niños con déficit motor como consecuencia de alteraciones en el sistema nervioso central, como es el caso de la parálisis cerebral o la distrofia muscular, las lesiones y tumores en el cerebro o embolias que paralizan la cara o la lengua.

  • El niño "arrastrar" las palabras al hablar.
  • Pronuncia mal las palabras.
  • Habla muy bajito o sólo es capaz de susurrar.
  • Habla con lentitud o bien con rapidez y "entre dientes".
  • Presenta una movilidad limitada de la lengua, los labios y la mandíbula.
  • Tiene una entonación (ritmo) anormal al hablar. Su prosodia suele ser monótona.
  • Experimenta cambios en el timbre de la voz (voz nasal, ronquera…).
  • Tiene dificultades respiratorias.
  • Su voz suena entrecortada.
  • Babea o tiene escaso control de la saliva.
  • Experimenta dificultad al masticar y tragar.

Patólogo del habla y el lenguaje

Logopeda

Fonoaudiólogo

Terapeuta del habla

Foniatra

El tratamiento depende de la causa, el tipo y la gravedad de los síntomas. Fundamentalmente se busca que el paciente  mejore sus destrezas de comunicación, aprenda a hablar con mayor lentitud, mejore sus funciones respiratorias, pueda hablar más alto, incremente el movimiento de la boca, la lengua y los labios, mejore la articulación de las palabras, etc.

En los casos más graves, se busca que el paciente aprenda a usar métodos alternos de comunicación (por ejemplo, gestos sencillos, tableros de comunicación con el abecedario, o equipo electrónico o computarizado).

Trastornos secundarios del lenguaje: Afasia

Privación o alteración del lenguaje provocada por una lesión cerebral focal en un individuo que ya había adquirido el lenguaje.

La clasificación más frecuente de las afasias se hace en función de la localización de la lesión cerebral:

  • Afasia de Broca o expresiva: La lesión está en la tercera circunvolución frontal o circunvolución frontal inferior (área de Broca). Se caracteriza por un déficit primario de la expresión del lenguaje, no estando comprometida la comprensión.
  • Afasia de Wernicke o receptiva: La lesión está en la parte posterior de la primera circunvolución temporal del hemisferio izquierdo (área de Wernicke). Se caracteriza por una escasa comprensión verbal, acompañada de un déficit de lenguaje expresivo, aunque en menor medida.
  • Afasia de conducción: Posible resultado de la evolución de una afasia de Wernicke. Se caracteriza por una alteración moderada de la expresión, así como por una expresión entrecortada, con frecuentes anomias y parafasias.
  • Afasia sensorial transcortical: Las áreas alteradas se sitúan por detrás de la zona perisilviana (alrededor de la cisura de Silvio). En este caso el sujeto presenta buena repetición, comprensión alterada y expresión caracterizada por la normalidad en relación al débito y a la prosodia, pero con la presencia de anomias significativas.
  • Afasia global o total: La lesión destruye gran parte de las áreas del lenguaje del hemisferio dominante. Se caracteriza por un deterioro severo de las capacidades de comprensión y expresión del lenguaje.
  • Afasia infantil: Trastorno del lenguaje que se produce por una lesión cerebral en el transcurso del desarrollo del lenguaje o una vez adquirido el mismo. Se diferencia de la afasia en el adulto por el hecho de que la respuesta del cerebro infantil es mucho más activa y plástica y porque muchos esquemas neurolinguísticos no se han formado antes de producirse la lesión. El pronóstico es favorable porque el cerebro no está totalmente lateralizado hasta los 5 ó 6 años y, con una intervención adecuada, el hemisferio contrario al lesionado puede asumir las funciones lingüísticas del otro.

La afasia infantil puede desarrollarse en dos fases distintas:

  1. Afasia infantil connatal o perinatal: La lesión cerebral se produce durante el embarazo o en el momento de dar a luz. Este tipo de lesiones tienen un pronóstico favorable en lo referido a la adquisición del lenguaje.
  2. Afasia adquirida infantil: Cuando el evento que provoca la afasia tiene lugar después de nacer.

En general, su origen puede ser vascular, tumoral y traumático.

En el caso de los niños, las causas pueden ser:

  • Traumatismo craneoencefálico
  • Tumores, con frecuencia en el cerebelo
  • Infecciones, como la encefalitis
  • Accidente cerebrovascular
  • Anoxia cerebral aguda (falta de oxígeno en el cerebro)
  • Hidrocefalia (acumulación excesiva de líquido en el cerebro)
  • Epilepsia.
  • Los niños con afasia infantil presentan alteraciones en la emisión del lenguaje, con reducción del vocabulario, anomia y pobreza del lenguaje con simplificación de la sintaxis.
  • Según el síntoma, la afasia infantil puede ser:
  • Afasia expresiva: El niño sabe lo que quiere decir, pero tiene dificultad para decirlo o escribirlo.
  • Afasia receptiva: El niño escucha la voz o puede leer un cuento, pero no le encuentra sentido a lo que lee o escucha.
  • Afasia anómica: El niño tiene dificultad para elegir las palabras correctas para describir las cosas.
  • Afasia global: El niño no puede hablar, entender lo que se le dice, leer o escribir.

Pediatra

Psicólogo infantil

Psicopedagogo

El tratamiento suele ser hospitalario y logopédico.

Uno de los sistemas más usado para el tratamiento de la afasia es el  Método Padovan de Reorganización Neurofuncional, que consiste en rehabilitar el sistema nervioso, recapitulando las distintas fases del neurodesarrollo. Se basa en la neuroplasticidad, es decir, en la capacidad que tiene el sistema nervioso para recuperarse y aprender; y consta de una serie de ejercicios físicos y orales que tienen la función de rehabilitar las funciones de respiración, succión, masticación y deglución,  funciones pre-lingüísticas, que preparan los movimientos del lenguaje articulado.

Este método se adapta a todas las edades y a distintos casos de trastornos del habla y del lenguaje.

Disfemia o tartamudez

Trastorno en la fluidez del habla que se caracteriza por repeticiones o bloqueos espasmódicos que afectan al ritmo del lenguaje y a la melodía del discurso.

Se distinguen los siguientes tipos:

  • Clónica: Repetición convulsiva de una sílaba o grupo de sílabas durante la emisión de la frase.
  • Tónica: Interrupción total del habla, produciéndose al final una salida repentina de la emisión.
  • Mixta: Combinación de las dos anteriores. Se puede empezar por una fase tónica y luego clónica, o viceversa. Se cree que la tartamudez se inicia en una fase clónica y pasa a tónica si no recibe un tratamiento adecuado.
  • Genéticas: En gemelos monocigóticos (que se originan a partir de un único óvulo y espermatozoide), si uno de los hermanos padece disfemia, el otro tiene un 77% de probabilidades de desarrollarla. Entre los dicigóticos (individuos gestados a partir de dos óvulos y espermatozoides distintos), la probabilidad es del 32%. De padres a hijos, las probabilidades se sitúan entre el 30% y el 40%.
  • Psicolingüísticas: Problemas de articulación derivados de un déficit en el pensamiento linguoespecular (asociación de significado y palabra escrita) frente a un rápido procesamiento sensoactorial (asociación de significado e imagen).
  • Traumáticas: Estados de tensión prolongados.

La disfemia puede manifestarse a partir de los 2 años y medio, aunque se desarrolla por lo general entre los 3 y 4 años. Este tartamudeo inicial puede desaparecer de forma espontánea antes de los 6 años; pero no en todos los casos, por lo que las principales señales de alarma serían:

  • El niño presenta retraso de tipo lingüístico asociado con sus problemas de fluidez.
  • En su expresión hay frecuencia de bloqueos; y éstos son predominantemente tónicos.
  • Tiene modelos familiares con problemas de fluidez o de habla rápida, exigente y correctiva.
  • Su comunicación tiene presencia de gestos o balbismos (movimientos de la cara y el cuerpo), así como de mecanismos de arranque.
  • Manifiesta bloqueos respiratorios, conductas de evitación lingüística y tendencia a utilizar un lenguaje muy telegráfico.

Logopeda

Psicoterapeuta

Psicopedagogo

Combina técnicas de la logoterapia y psicoterapia, entre las que figuran las siguientes:

  • Enseñanza de la mecánica del habla
  • Observación de la conducta al hablar
  • Corrección de la tartamudez
  • Relajación muscular y control vocal
  • Fluidez

PROBLEMAS DE RAZONAMIENTO, ORGANIZACIÓN Y ATENCIÓN

Velocidad de procesamiento lenta

Velocidad de procesamiento es la rapidez a la cual se capta la información, se la entiende y se comienza a responder. Esta información puede ser visual, como letras y números. También puede ser auditiva, como el lenguaje hablado.

Esta dificultad es una condición que causa que los chicos tarden mucho tiempo en procesar y responder a la información. No es un trastorno específico del aprendizaje; pero puede afectar las habilidades de la función ejecutiva.

Tener una velocidad de procesamiento lenta no tiene nada que ver con cuán inteligentes sea el sujeto, sino con la rapidez en la que capta la información y la usa.

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No hay clasificación.

Lentitud en el desarrollo de habilidades mentales.

Puede contribuir a dificultades del aprendizaje como el TDAH, la dislexia, la discalculia o el trastorno del procesamiento auditivo.

La velocidad de procesamiento también coexiste con trastornos del espectro autista; y en otras patologías como las demencias o enfermedades como la esquizofrenia también se produce un enlentecimiento de la velocidad de procesamiento.

El niño con esta problemática tiene dificultades para:

  • Terminar los exámenes en el tiempo permitido.
  • Terminar la tarea en el tiempo estimado.
  • Escuchar o tomar apuntes cuando un maestro está hablando.
  • Leer y tomar apuntes.
  • Resolver problemas matemáticos sencillos mentalmente.
  • Resolver problemas matemáticos de varios pasos en el tiempo permitido.
  • Escribir proyectos que necesitan detalles e ideas complejas.
  • Mantener conversaciones.

Estos niños también:

  • Se abruman cuando tienen que manejar mucha información al mismo tiempo.
  • Necesitan más tiempo para tomar decisiones o para responder.
  • Necesitan leer la información más de una vez para comprenderla.
  • Pierden lo esencial de una conversación.
  • Tienen problemas para ejecutar instrucciones si se le pide hacer más de una cosa a la vez.

Psicopedagogo

Psicólogo infantil

Incluye actividades como:

  • Desarrollo de estrategias metacognitivas y mejoramiento de la plasticidad cerebral.
  • Practicar una tarea o habilidad específica.
  • Buscar estrategias para que el niño pueda ser más eficiente.
  • Trabajar con las habilidades para planeación y organización.

En el caso de que se relaciona con la presencia de TDAH, debe considerarse tratamiento con medicamentos.

Dificultades del funcionamiento ejecutivo

Son problemas con un grupo importante de habilidades o destrezas mentales que son clave para el aprendizaje. Los niños que tienen estas dificultades suelen tener problemas con la memoria funcional, el pensamiento flexible y el autocontrol. 

Algunas personas describen la función ejecutiva como “el director del cerebro” porque estas habilidades nos permiten establecer metas, planificar y llevar los planes a cabo. Cuando los chicos tienen problemas con las habilidades ejecutivas, se ven afectadas sus actividades en la escuela y en la vida diaria.

Las dificultades del funcionamiento ejecutivo no constituyen una discapacidad del aprendizaje en sí mismas; sin embargo, son un problema común en los niños que piensan y aprenden de manera diferente. Todos los niños con TDAH tienen dificultades con la función ejecutiva y muchos de los que tienen discapacidades del aprendizaje específicas tienen dificultades con algunas habilidades ejecutivas.

Las tres áreas principales de la función ejecutiva son:

  1. Memoria funcional
  2. Flexibilidad cognitiva o pensamiento flexible
  3. Control inhibitorio (incluyendo el autocontrol)

La función ejecutiva es responsable de una serie de habilidades, incluyendo:

  • Prestar atención: Organizar, planificar y priorizar; iniciar tareas y permanecer enfocado hasta terminarlas; entender diferentes puntos de vista; regular las emociones.
  • Autosupervisión: Dar seguimiento a lo que se está haciendo.

Los niños que tienen dificultades con esta función son tan inteligentes y trabajadores como otros niños. Pueden tener dificultades solo en una o dos áreas, o en todas.

Dado que la función ejecutiva se desarrolla a lo largo del tiempo, un niño puede tener distintas dificultades a diferentes edades.

Los problemas con la función ejecutiva pueden coexistir con muchas dificultades de aprendizaje, y siempre ocurren con el TDAH. Por otro lado, aunque las discapacidades específicas del aprendizaje no siempre involucran un problema con la función ejecutiva, es usual que los niños que las padecen también tengan problemas con las destrezas ejecutivas.

No hay clasificación.

Las habilidades ejecutivas suelen desarrollarse rápidamente desde la infancia temprana hasta la adolescencia, pero continúan desarrollándose hasta alrededor de los veinticinco años. Algunos niños cuando son pequeños se pueden quedar rezagados por un periodo de tiempo en comparación a sus compañeros que se desarrollan con rapidez.

 

No se conocen las causas exactas de las deficiencias en la función ejecutiva. Se cree que las áreas frontales del cerebro, responsables de la función ejecutiva, se desarrollan más lentamente en los niños que tienen problemas con esas habilidades.

La genética parece también jugar un papel. Un progenitor con dificultades del funcionamiento ejecutivo predispone al hijo a padecer deficiencias similares.

  • Tener problemas para empezar y/o terminar tareas.
  • Tener dificultad para priorizar tareas.
  • Olvidar lo que acaban de escuchar o leer.
  • Tener dificultad para seguir instrucciones o una secuencia de pasos.
  • Sentir pánico cuando cambian las reglas o las rutinas.
  • Tener dificultad para cambiar la atención de una tarea a otra.
  • Emocionarse demasiado y obsesionarse con ciertas cosas.
  • Tener problemas para organizar sus pensamientos.
  • Tener dificultad para saber dónde dejaron sus cosas.
  • Perder de vista el punto más importante de una discusión.
  • No ser capaces de administrar su tiempo.
  • Frustrarse fácilmente y darse por vencido en lugar de pedir ayuda.
  • Responder preguntas de manera vaga.

Psicólogo infantil

Psicopedagogo

El tratamiento se centra en las terapias conductual y cognitivo-conductual.

La primera puede ayudar a algunos niños a controlar sus acciones, reemplazando los comportamientos negativos por positivos y creando un plan de conducta para que sea cumplido por los niños y los padres. La segunda es un tipo de terapia hablada que aborda las dificultades emocionales que surgen al tener problemas. El terapeuta ayuda al paciente a analizar sus sentimientos y problemas y a reemplazar sus pensamientos negativos por positivos, reforzando también su autoestima.

Otra posibilidad es la intervención de un

capacitador o tutor organizacional que se enfoque en las habilidades ejecutivas y ayude al niño para que aprendan maneras de organizarse y mantenerse organizado.

Una tercera alternativa son los juegos para desarrollar destrezas y entrenar el cerebro, aunque su utilidad no está bien comprobada.

Por otro lado, es importante contar con apoyo en la escuela a través de posibles adaptaciones curriculares y en la organización del salón de clases que pueden ayudar para que el niño desarrolle la

Existen una serie de concentración y el autocontrol.

Si el problema se relaciona con la presencia de TDAH, los medicamentos pueden ayudar a controlar síntomas como la impulsividad, la falta de concentración y la hiperactividad.

Hiperactividad

La hiperactividad es estar constantemente activo de maneras inapropiadas en un momento o lugar determinado. Se considera un problema cuando la inquietud -manifestada a través de correr, gritar, pararse, caminar, moverse rápido, etc.- es constante.

La hiperactividad puede evidenciarse de manera diferente dependiendo de la edad y del niño.

No hay clasificación.

La edad es algo a tener en cuenta. Los niños tardan en desarrollar las habilidades de autorregulación que necesitan para controlar su comportamiento, y no todos se desarrollan a la misma velocidad, de manera que algunos pueden presentar retraso.

Una de las causas principales de la hiperactividad es el TDAH, condición común causada por diferencias a nivel del cerebro. De hecho, la hiperactividad es un síntoma fundamental del TDAH. Al crecer, el trastorno no desaparece; pero la hiperactividad a menudo sí o se vuelve menos extrema.

También existen condiciones médicas, físicas y mentales que pueden causar hiperactividad: problemas de tiroides, falta de sueño, ansiedad, traumas relacionados con situaciones de abuso y hasta el inicio de la pubertad.

  • Los niños hiperactivos tienden a correr y gritar cuando juegan, incluso cuando están en un espacio cerrado.
  • Se paran en clase y caminan mientras el maestro habla.
  • Se mueven con tal rapidez que tropiezan con personas y cosas.
  • Continúan moviéndose incluso cuando están sentados.
  • Juegan muy bruscamente y pueden herir por accidente a otros niños o lastimarse ellos mismos.
  • Pareciera que no paran de hablar.
  • Interrumpen a otros con frecuencia.
  • Son inquietos y necesitan tocar y jugar con todo.
  • Tienen dificultad para sentarse a comer y realizar actividades en silencio.

Psicólogo infantil

Psiquiatra infantil

Psicopedagogo

En el tratamiento de la hiperactividad pueden distinguirse dos clases de terapias: la psicopedagógica y la médica; la primera puede darse sin la segunda, pero nunca al revés.

En la terapia médica sólo se tratan los síntomas, no la causa del trastorno, por eso no existe una cura que sea exclusivamente médica. Lo que se hace es controlar las conductas que hacen que el niño tenga dificultades para así permitirle llevar una vida perfectamente normal.

La medicación ayuda a reducir la agitación motriz y le permite atender y comprender mejor las indicaciones que se le dan.

El tratamiento psicopedagógico trabaja directamente sobre el comportamiento del niño enseñándole nuevas y más correctas formas de actuar. Se apoya tanto en técnicas de modificación de conducta (economía de fichas, contratos de contingencias, coste de respuesta, tiempo fuera, sobrecorrección) como en la enseñanza de estrategias que permitan al propio niño ser el controlador de su comportamiento (estrategias atencionales, solución de problemas y autoinstrucciones).

Distracción, inatención, dificultades para enfocarse

A muchos niños les cuesta trabajo concentrarse, sobre todo cuando están rodeados de muchos estímulos que los distraen. Tener dificultad para enfocarse no significa que los niños tengan un problema de aprendizaje; pero definitivamente puede causar problemas en la escuela y en la vida diaria.

Esto no significa que los niños no se estén esforzando o no sean inteligentes. Tampoco significa que no están interesados en algo, incluso aunque lo parezca.

No se han identificado.

A veces, los niños tienen dificultades para enfocarse debido a una situación temporal que ocurre en sus vidas (una pelea con un amigo, la emoción por una fiesta de cumpleaños…).

El hambre y la falta de sueño también pueden contribuir a que se distraigan más fácilmente, así como el estrés (provocado por una mudanza o una muerte en la familia) y la ansiedad.

El TDAH es causa común de los problemas con el enfoque.

  • El niño no sabe cuándo enfocarse en los detalles y cuándo enfocarse en el panorama general.
  • No es capaz de filtrar escenas, sonidos o información sin importancia.
  • Le cuesta trabajo prestar atención sin distraerse.
  • Le es difícil retomar una idea después de ser interrumpido.
  • Se le dificulta hacer una tarea sin necesidad de escuchar las instrucciones varias veces.
  • No puede concentrarse en una actividad a la vez.
  • Tiene problemas para seguir instrucciones.
  • Le es difícil mantener una conversación.
  • Puede parecer que está soñando despierto o que está concentrado, aunque no lo esté.
  • Puede hiperenfocarse en las cosas que le apasionan, como los deportes, la música, los videojuegos o la música.

Psicólogo infantil

Psicopedagogo

Dependerá de la causa del problema, pudiendo recurrirse a los medicamentos si la inatención es parte del cuadro clínico del TDAH.

Conducta impulsiva

Se presenta cuando el niño actúa sin pensar, haciendo algo inapropiado que podría incluso ponerlo en peligro. Es como si fuera incapaz de poner un freno mental a su comportamiento.

Hay que diferenciar entre lo que es el comportamiento común de un niño, que puede ser impulsivo a veces, y la conducta impulsiva, que ocurre a menudo y que es, en realidad, una dificultad para controlarse.

  1. Impulsividad funcional: Caracteriza a las personas aventureras, activas y rápidas a la hora de tomar decisiones si hay por medio un beneficio personal.
  2. Impulsividad disfuncional: Está relacionada con la toma de decisiones de forma rápida e irreflexiva en situaciones en las  que las consecuencias son claramente negativas para la persona.

La impulsividad puede ocurrir por varias razones: inmadurez (no todos los niños se desarrollan al mismo ritmo, y algunos tardan más que otros en desarrollar la capacidad de detenerse y pensar antes de actuar), falta de sueño, estrés, frustración, problemas en la escuela o en su vida diaria.

La conducta impulsiva está íntimamente relacionada con el neurotransmisor dopamina, sustancia vinculada a los procesos de aprendizaje y de recompensa. Se habla también de fallas en receptores del lóbulo frontal y específicamente en la corteza prefrontal del cerebro encargados de orientar el proceso de toma de decisiones y aplicar un juicio apropiado.

Otra teoría es que la conducta impulsiva está motivada por el hecho de tener una menor cantidad de receptores activos de dopamina en la región media del cerebro, relacionada con la capacidad para tomar decisiones lógicas y bien reflexionadas.

Una causa común es el TDAH, que dificulta poder controlar las emociones intensas. También hay condiciones mentales, como las fobias (miedos intensos e irracionales) y los trastornos del ánimo, que podrían causar conductas impulsivas en los niños.

  • Un niño impulsivo hace cosas tontas o inapropiadas para llamar la atención.
  • Su comportamiento parece ser el de un niño de menor edad.
  • Tiene dificultad para seguir reglas de manera consistente.
  • Es agresivo con otros niños (en niños pequeños es común que golpeen, pateen o muerdan).
  • Tiene dificultad para esperar su turno en juegos y conversaciones.
  • Toma cosas que pertenecen a otras personas o empuja cuando está en una fila.
  • Reacciona excesivamente ante la frustración, la decepción, los errores o la crítica.
  • Quiere tener la última palabra y ser el primero en todo.
  • No entiende de qué manera sus palabras y su comportamiento afectan a las otras personas.
  • No comprende las consecuencias de sus actos.
  • En la adolescencia, la conducta impulsiva hace que los chicos sean más arriesgados en lo que respecta a las citas románticas, el sexo, conducir, el uso de drogas y de alcohol, etc.

Psicólogo infantil

Psicoterapeuta infantil

Psicoterapia que integrare aspectos tanto a nivel cognitivo (reestructurar pensamientos erróneos, trabajar la resolución de problemas, etc.), como a nivel emocional (facilitar la expresión emocional, identificar las emociones y situaciones que disparan la agresividad, etc.) y conductual (con el objetivo de disminuir la conducta).

Problemas con la organización

La organización es parte de un grupo de habilidades conocidas como funciones ejecutivas. Es más que llevar control de las pertenencias, como el contenido de una mochila o los objetos que hay en una recámara; se trata, más bien, de organizar los pensamientos, administrar el tiempo, planificar y saber cómo hacer las cosas.

A los niños que tienen problemas con esta habilidad puede que se les dificulte fijarse metas, estimar cuánto tiempo toman las cosas y llevar un registro del tiempo, saber cómo iniciar y terminar tareas, hacer las cosas en el orden correcto, establecer prioridades y saber qué es más importante, crear horarios y tomar decisiones, entre otras cosas.

No se identificaron.

Generalmente tener dificultad con la organización no es una cuestión de pereza. Cuando se trata de niños pequeños, puede que sólo sea una cuestión del desarrollo.

No dormir suficiente puede afectar la capacidad de los niños para enfocarse y mantenerse organizados.

Los niños con TDAH tienen problemas con la función ejecutiva, incluida la organización.

El estrés, la ansiedad y los traumas son factores que también pueden afectar la concentración y la organización.

  • El niño tarda mucho para vestirse por la mañana y alistarse para ir a la cama por la noche.
  • Olvida llevar y traer cosas importantes de la escuela, como la tarea, un libro, etc.
  • Olvida reunir los materiales adecuados para hacer una tarea o proyecto.
  • No mantiene las cosas en el mismo lugar para que sean fáciles de encontrar.
  • Tiene problemas para pensar o hacer más de una cosa a la vez.
  • Experimenta dificultad para contar una historia de manera lógica.

Psicólogo infantil

Terapia conductual y terapia cognitivo-conductual

Intervención de un tutor o capacitador organizacional

Trastorno de déficit de atención (TDA)

Los trastornos de déficit de la atención son trastornos neurológicos o neurobiológicos que consisten en dificultades en la conducta provocadas por

un déficit en la estructura funcional de ciertas áreas o centros cerebrales relacionadas con la regulación de diferentes procesos atencionales. Con frecuencia están asociados con otras discapacidades del aprendizaje.

Las características típicas del TDA son: falta de atención, distracción, impulsividad (incluido el incurrir en actividades físicas posiblemente peligrosas, dificultad para esperar su turno, dificultad para esperar, etc.), hiperactividad o una conducta excesivamente intranquila, problemas de la conducta y agresión, mal desempeño académico, déficit en las destrezas sociales, inestabilidad e inmadurez emocional, problemas para llevar las cosas a su conclusión, pérdida de cosas, etc.

No todos los niños manifiestan todas estas conductas, pero para diagnosticar el trastorno es necesario que estén presentes, al menos durante seis meses, un mínimo de ocho de las catorce características claves, las cuales tienen que haber aparecido antes de los 7 años de edad.

  • Tipo 1: TDA clásico: El más sencillo de detectar. Suele observarse desde los primeros años de vida. Los niños que lo padecen son inquietos, habladores, impulsivos y desorganizados. Es más frecuente en varones
  • Tipo 2: TDA inatento: Es el segundo más frecuente.  Quienes lo presentan son más introvertidos, tranquilos, desorganizados y perezosos, y dan menos problemas de conducta. Parece ser algo más común en niñas y es la prueba de que no es necesario que exista hiperactividad para hablar de TDA.
  • Tipo 3: TDA “Overfocused” o “hiper-concentrado”: Quien lo padece tiene grandes dificultades para cambiar su atención de un estímulo a otro, centrándose excesivamente en ciertas tareas y pensamientos. Así, tiende a quedar atrapado en patrones de pensamiento y comportamientos negativos.  Este subtipo es habitual en toxicómanos, al igual que en hijos y nietos de alcohólicos.
  • Tipo 4: TDA del lóbulo temporal: Se manifiestan síntomas distintivos del TDA además de aquellos relacionados con alteraciones en el lóbulo temporal, es decir, dificultades del aprendizaje y de memoria, inestabilidad emocional, agresividad, ataques de ira y paranoia leve. Puede aparecer también en individuos que han sufrido daño cerebral adquirido.
  • Tipo 5: TDA límbico: TDA acompañado de una leve tristeza crónica, aunque no se considera depresión. Se caracteriza por mal humor, poca energía, sentimientos de culpa excesiva e impotencia y baja autoestima crónica.
  • Tipo 6: TDA “anillo de fuego”: Su nombre se debe a que, en las exploraciones cerebrales, se observa un anillo de hiperactividad alrededor del cerebro. Los pacientes suelen sentirse abrumados por sus propios pensamientos y emociones. Pueden mostrar hipersensibilidad a la luz, a los ruidos, al tacto, etc., así como problemas de conducta, comportamiento impredecible, habla rápida y ansiedad.
  • Tipo 7: TDA ansioso: Los signos de TDA van acompañados de síntomas de ansiedad como tensión, dolores de cabeza y de estómago, bloqueo ante situaciones temidas, y sensación de que va a ocurrir algo terrible.

  • TDA clásico: Reducción de la actividad normal del cerebro durante tareas de concentración; principalmente en la corteza prefrontal, el cerebelo y los ganglios basales (que contribuyen a la producción de dopamina, fundamental para la atención, la motivación, y la velocidad del cuerpo).
  • TDA inatento: Se relaciona con una menor actividad durante tareas que requieren concentración en la parte inferior del córtex prefrontal, el cerebelo y los ganglios basales, así como niveles reducidos de dopamina.
  • TDA “overfocused”: En su cerebro se observa actividad elevada del giro cingulado anterior tanto en reposo como en tareas de concentración. Esto provoca inflexibilidad y dificultades para pasar de una tarea a otra. También hay menor actividad en la parte inferior de la corteza prefrontal, en el cerebelo y ganglios basales, así como déficit de dopamina y serotonina.
  • TDA del lóbulo temporal: Disminución de la actividad (y a veces, aumento) en los lóbulos temporales tanto en reposo como en la concentración; y reducción de la actividad en la parte inferior de la corteza prefrontal, en el cerebelo y ganglios basales durante la concentración. Hay antecedentes de daño cerebral.
  • TDA límbico: Aumento de la actividad (en reposo y durante la concentración) del sistema límbico del cerebro, un área que regula el estado de ánimo; y disminución de la actividad de la corteza prefrontal, el cerebelo y ganglios basales.
  • TDA “anillo de fuego”: Suele asociarse con alergias, infecciones cerebrales y trastorno bipolar.
  • TDA ansioso: Hay baja actividad en la corteza prefrontal y el cerebelo, con hiperactividad en los ganglios basales (lo que se asocia con ansiedad).

TDA clásico:

  • El niño presenta dificultad para mantener la atención.
  • Se distrae fácilmente.
  • Es desorganizado.
  • Manifiesta impulsividad.
  • Tiene problemas para escuchar a los demás cuando le hablan.
  • Denota descuido y falta de atención a los detalles, lo que le lleva a cometer errores.
  • Con frecuencia se le olvidan las cosas.
  • Es muy inquieto y se mueve como si un motor lo impulsara.
  • Tiene dificultades para esperar su turno.
  • Habla excesivamente e interrumpe a los demás.

TDA inatento:

  • El niño tiene dificultad para concentrarse en una tarea.
  • Se distrae fácilmente
  • Es desorganizado.
  • Tiene dificultades para manejar el tiempo.
  • Tiene propensión a perder cosas.
  • Muestra problemas para escuchar a los demás cuando les hablan.
  • Presta poca atención a los detalles, por lo que cometen más errores.
  • Presenta olvidos frecuentes.
  • Denota ensoñación excesiva o tendencia a quedarse “en la luna”.
  • Se aburre rápidamente.
  • Parece sentirse apático o desmotivado.
  • Tiene aspecto de estar cansado o se mueve/reacciona más lentamente.
  • Parece preocupado o enfrascado en sus pensamientos.

TDA “overfocused”

  • El niño presenta los síntomas típicos del TDA como distracción, pobre control de impulsos, desorganización
  • Siente preocupación excesiva o sin sentido.
  • Se enreda en bucles de pensamientos negativos.
  • Muestra predisposición a conductas compulsivas.
  • Tiene dificultad para ver otras opciones.
  • Es rencoroso.
  • Tiene problemas para cambiar la atención de un tema a otro.
  • Manifiesta tendencia a aferrarse a su propia opinión e ignorar la de los demás.
  • Siente la necesidad de hacer las cosas a su manera, molestándose cuando esto no es así.
  • Puede ser hiperactivo o no.

TDA del lóbulo temporal

  • El niño presenta los síntomas propios del TDA.
  • Tiene dificultades en la memoria.
  • Experimenta problemas en el procesamiento auditivo.
  • Sufre alteraciones visuales, como ver sombras u objetos que cambian de forma.
  • Tiene dificultades de aprendizaje.
  • Muestra irritabilidad.
  • Tiene episodios de ira.
  • Pasa por periodos de confusión.
  • Experimenta “deja vu”.
  • Sufre dolores de cabeza o abdominales sin razón identificable.
  • Experimenta episodios de miedo o pánico sin motivo.
  • Puede tener paranoia leve.
  • Lo inundan pensamientos negativos, que pueden incluir suicido u homicidio.
  • Puede mostrar hiperactividad o no.

TDA límbico

  • El niño presenta los síntomas principales del TDA.
  • Está de mal humor y muestra pesimismo.
  • Tiene poca energía.
  • Manifiesta irritabilidad.
  • Muestra tendencia al aislamiento social.
  • Puede experimentar sentimientos de desesperanza y desamparo.
  • Siente culpabilidad.
  • Experimenta pérdida de interés en las cosas.
  • Tiene alteraciones en el sueño, pudiendo dormir excesivamente o muy poco.
  • Tiene baja autoestima crónica.
  • Puede ser hiperactivo o no.

TDA “anillo de fuego”

  • El niño presenta los síntomas básicos del TDA.
  • Denota mayor sensibilidad al ruido, la luz, el tacto o la ropa.
  • Presenta altibajos emocionales.
  • Su pensamiento es inflexible y rígido.
  • Se muestra conflictivo e irritable.
  • Tiene episodios de comportamiento insensible, mezquino o desagradable.
  • Tiene periodos de incremento de la locuacidad.
  • Su comportamiento es difícil de predecir.
  • Tiene episodios de aumento de la impulsividad.
  • Su pensamiento es acelerado y su habla rápida.
  • Tiene aspecto de estar ansioso o temeroso.
  • Puede ser hiperactivo o no.

TDA ansioso

  • El niño manifiesta los síntomas típicos del TDA.
  • Se siente ansioso o nervioso con frecuencia.
  • Experimenta síntomas físicos de estrés, como dolores de cabeza o de estómago.
  • Tiende a bloquearse en situaciones sociales.
  • Siente temor a ser juzgado.
  • Espera siempre que va a suceder lo peor.
  • Evita conflictos y enfrentamientos.

Neurólogo

Neuropediatra

Psicólogo infantil

Psicopedagogo

Tratamiento multidisciplinar que puede incluir tratamiento farmacológico, pautado y supervisado, intervención psicoeducativa y orientación a las familias.

En la escuela se requieren adaptaciones curriculares y una serie de actuaciones y apoyos  para que se puedan alcanzar los objetivos educativos establecidos.

La intervención psicopedagógica incluye: entrenamiento en habilidades cognitivas, habilidades sociales, de razonamiento, entrenamiento atencional, lectoescritura, así como orientación a familias y educadores. Es importante también explicarle al niño qué le sucede, para rebajar sus niveles de ansiedad y mejorar su autoconcepto y autoestima.

Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)

Es un problema en la estructura y química del cerebro que dificulta el poder prestar atención. Los chicos con TDAH tienen problemas con la función ejecutiva; por eso, además de la atención, a menudo tienen dificultades con habilidades importantes como la memoria funcional, el pensamiento flexible y el autocontrol. Y, en su mayoría, son hiperactivos.

  1. TDAH, presentación predominante hiperactiva-impulsiva: Los niños presentan síntomas de hiperactividad y sienten la necesidad de moverse constantemente. También tienen dificultad para controlar los impulsos. Por lo general no tienen mayor problema con la falta de atención. Esta presentación se ve más a menudo en niños muy pequeños y es el tipo de TDAH cuyas señales son más sencillas de identificar.
  2. TDAH, presentación predominante con falta de atención: Los niños tienen dificultad para poner atención. Se distraen con facilidad; pero no tienen mayor problema con la impulsividad o la hiperactividad. A veces se denomina de manera no oficial sólo como TDA. Los niños sólo pueden parecer tímidos o que “sueñan despiertos”, si bien tienen graves problemas de inatención.
  3.  TDAH, presentación combinada:  Los niños muestran problemas significativos, tanto de hiperactividad/impulsividad como de falta de atención. Sin embargo, puede que al irse acercando a la adolescencia disminuyan gradualmente sus problemas de hiperactividad/impulsividad.

No hay una causa clara, si bien se habla de:

  • Factores genéticos: Familiares biológicos de las personas con TDAH tienen más probabilidades de presentar el trastorno que las personas sin antecedentes familiares.
  • Genética molecular: Al parecer, existe asociación entre algunos genes candidatos y el TDAH, pues éste se asocia con marcadores en los cromosomas 4, 5, 6, 8, 11, 16 y 17.
  • Factores ambientales: Durante el embarazo, el parto y después del parto. Se consideran factores ambientales predisponentes: nacimiento prematuro, encefalopatía hipóxico-isquémica (síndrome que se manifiesta en la primera semana de vida producido por la disminución del aporte de oxígeno o la reducción mantenida del flujo sanguíneo cerebral), bajo peso al nacimiento y consumo de tabaco y alcohol durante el embarazo. Otros factores serían: consumo de heroína y cocaína durante el embarazo, exposición intrauterina al plomo y el zinc, traumatismos craneoencefálicos en la primera infancia, infecciones del sistema nervioso central o la adversidad psicosocial.
  • Factores psicosociales: No se consideran críticos en la etiología del TDAH, es decir, que no se cree que sean factores determinantes, aunque sí desempeñan un papel importante en el trastorno, como la familia, sobre todo en los factores contextuales (estrés, desavenencias matrimoniales o trastornos psicopatológicos de los padres) y la interacción entre padres e hijos.

Tiene tres síntomas centrales:

  • Falta de atención
  • Hiperactividad
  • Impulsividad

Estos síntomas pueden manifestarse con una intensidad variable en cada paciente y pueden presentarse de forma independiente. Por lo tanto, el perfil sintomatológico de los afectados variará en intensidad y en presentación (en función de los síntomas predominantes).

Además, para hablar de TDAH se deben cumplir los siguientes criterios marcados por el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, quinta edición):

  • Que el niño manifieste estas conductas o algunas de ellas de forma desproporcionada comparado con los otros niños de su edad y respecto a su grado de desarrollo.
  • Que las conductas estén presentes desde una edad temprana (antes de los 12 años).
  • Que el comportamiento afecte en al menos dos ambientes distintos de la vida del niño: escolar, social y/o familiar.
  • Que deteriore de manera significativa su calidad de vida.
  • Que no sea causado por un problema médico, tóxico u otro problema psiquiátrico.

Psicólogo infantil

Paidopsiquiatra

Terapia conductual, incluida la capacitación de los padres

Medicamentos

Adaptaciones curriculares e intervenciones en la escuela (espacio áulico)

ÁREA: APRENDIZAJE NO VERBAL

Dificultades con el procesamiento sensorial o trastorno de integración sensorial

Son problemas para organizar y responder a la información captada por los sentidos.

Las dificultades del procesamiento sensorial no son una discapacidad específica del aprendizaje; pero pueden tener un gran impacto en el mismo.

Por otro lado, la estimulación sensorial no está limitada a los cinco sentidos tradicionales (vista, tacto, gusto, oído y olfato), sino que incluye tres más:

  • La interocepción, que permite entender y sentir lo que ocurre en el propio cuerpo.
  • La propriocepcíón o conciencia del cuerpo.
  • El sentido vestibular

Existen dos tipos de problemas de procesamiento sensorial:

  • Demasiada sensibilidad o hipersensibilidad, que conduce a la evasión sensorial, es decir, a que los chicos eviten la estimulación sensorial porque les resulta demasiado abrumadora. Estos niños pueden reaccionar a una extensa variedad de desencadenantes (ruidos, ropa, lugares con muchas personas, ciertos olores, texturas de alimentos, etc.). Cualquiera que sea el detonante, la reacción puede llegar a ser extrema, pues la sobrecarga sensorial puede generar crisis sensoriales sobre las cuales el niño no tiene control.
  • Poca sensibilidad o hiposensibilidad, que lleva a la búsqueda sensorial. Los chicos buscan más estimulación sensorial: quieren tocar las cosas y sentir contacto físico y presión. Pueden ser menos sensibles al dolor o tener una tolerancia al mismo inusualmente alta.

Algunos niños experimentan una mezcla de ambas condiciones: pueden buscar ciertos estímulos y evitar otras sensaciones. Pueden ser excesivamente sensibles a algunos estímulos sensoriales y poco sensibles a otros. Sus reacciones también pueden cambiar de un día para otro, o incluso a lo largo del día, dependiendo del entorno y de la situación.

Las dificultades del procesamiento sensorial a menudo coexisten con dos condiciones: el TDAH y el autismo. Sin embargo, los niños no necesitan padecer TDAH o autismo para tener dificultades del procesamiento sensorial, pues ambos problemas no son causa de las mismas.

Algunos estudios sugieren que estas dificultades pueden ser genéticas o producidas por complicaciones al nacer y otros factores ambientales.

Evasión sensorial 

  • El niño se siente agobiado fácilmente con personas o lugares.
  • Busca lugares tranquilos cuando el entorno es ruidoso y concurrido.
  • Se sobresalta con facilidad por ruidos repentinos.
  • Le molesta la luz brillante.
  • Se niega a usar ropa que pica o que le parece incómoda.
  • Evita tocar a las personas o abrazarlas.
  • Reacciona con intensidad a la textura o al olor de ciertos alimentos.
  • Rehúsa probar nuevos alimentos y tiene una dieta muy limitada de comidas que le gustan.
  • Se molesta por cambios pequeños en la rutina o en el entorno y evita intentar cosas nuevas.
  • Puede tener dificultad para reconocer dónde está su cuerpo en relación con otras personas o el entorno.
  • Se muestra en extremo cauteloso al usar equipamientos como, por ejemplo, los de un parque infantil (columpios, sube y baja…).
  • Puede tener más dificultad con el entrenamiento para ir al baño.

Búsqueda sensorial

  • El niño toca los objetos constantemente.
  • Juega con rudeza y toma riesgos físicos.
  • Tiene gran tolerancia al dolor, es decir, un umbral del dolor inusual.
  • Juega con objetos manipulables.
  • Está constantemente en movimiento.
  • Invade el espacio personal de las personas.
  • Se distrae o se siente ansioso con frecuencia.
  • Es torpe y sin coordinación.

Psicólogo infantil

Paidopsiquiatra

Terapeuta ocupacional

No hay medicamentos para tratar estas dificultades y deben tratarse por separado en el caso de que el niño sufra TDAH.

La terapia debe incluir adecuaciones en la escuela que le permitan al niño sentirse cómodo mientras está en tratamiento para superar estas dificultades.

El objetivo, en todos los casos, es que el niño se sienta mejor y funcione mejor en su entorno; que se sienta seguro y sea capaz de concentrarse. La intervención se basa en el contacto físico y en introducir al niño en un gimnasio sensorial, es decir, un espacio con equipo especializado donde pueda resbalarse o brincar sobre almohadas y pelotas, dejarse caer desde columpios y trampolines, etc. Otra técnica usada es la del “cepillado”, tocando al paciente con un cepillo de cerdas suaves para irlo adecuado a algunas sensaciones que pudiera encontrar desagradables, como andar descalzo, ser tocado por otra persona o que la ropa le roce la piel.

Todo ello se complementa con una “dieta sensorial” que el niño debe seguir en casa con el fin de promover la estimulación que necesita para sentirse seguro. Esto va desde realizar ciertas actividades (usar un cepillo de dientes que vibre, ir al parque de juegos, empujar un carrito del súper) hasta comer ciertos alimentos con determinada textura o beber agua a temperatura muy fría.

Dificultades del procesamiento visual o trastorno del procesamiento visual

Cuando la gente piensa en visión, por general piensan en agudeza visual; pero la visión es mucho más que eso. El cerebro, no los ojos, es el que procesa el mundo visual, incluyendo símbolos, imágenes y distancias; y muchos niños presentan debilidades en estas funciones.

Aun cuando hay maneras de ayudar a los chicos a compensar esas debilidades, las dificultades del procesamiento visual son desafíos que duran toda la vida. No son considerados una discapacidad del aprendizaje; pero son bastante comunes en niños que tienen dificultades de aprendizaje.

No sólo afectan la manera en la que un niño aprende; también impactan la habilidad de hacer cosas rutinarias. Pueden causar problemas con la socialización y la autoestima; y algunos niños se frustran y se aíslan.

  • Existen 8 tipos de dificultades del procesamiento visual:
  • Dificultades de discriminación visual: Problemas para ver la diferencia entre dos letras, formas y/u objetos parecidos.
  • Dificultades de discriminación visual figura-fondo: Incapacidad para, por ejemplo, separar una forma o una letra del fondo en el que está; o para encontrar un segmento específico de información en una página.
  • Dificultades de secuenciación visual: Problemas para decir o seguir el orden de los símbolos, palabras o imágenes. Implica, además, revertir o confundir letras, números y palabras.
  • Dificultades de procesamiento visomotor: Problemas al usar la referencia visual para coordinar el movimiento de otras partes del cuerpo.
  • Dificultades de memoria visual de corto o largo plazo: Problemas para recordar lo que se vio y, en consecuencia, deficiencias en la lectura y el deletreado.
  • Problemas visoespaciales: Problemas para saber dónde están los objetos en el espacio, incluyendo qué tan lejos están de quien los mira y qué tan lejos están unos de otros; esto también sucede con objetos descritos en papel o en una historia narrada. Hay problemas para leer un mapa o para juzgar el tiempo.
  • Dificultades de cierre visual: Problemas para identificar un objeto cuando sólo una parte de él es visible, o una palabra a la que le falten letras.
  • Dificultades de inversión (revertir) de letras y símbolos: Cambio de letras o números al escribir, sustitución de letras al leer después de los 7 años y problemas con la formación de las letras, lo que afecta la lectura, la escritura y las habilidades matemáticas.

No está claro cuál es la causa de las dificultades del procesamiento visual. Se cree que el bajo peso al nacer o haber sido excesivamente prematuro son factores que pueden jugar un papel importante en el desarrollo de estas deficiencias, como también una ligera lesión traumática cerebral.

  • El niño no presta atención a las tareas visuales.
  • Se distrae fácilmente con demasiada información visual.
  • Está inquieto o distraído durante los videos o las presentaciones visuales.
  • No tiene interés en películas o en la televisión.
  • Tiene problemas con las tareas que requieren ser copiadas del pizarrón o de un libro.
  • Invierte o lee mal las letras, los números y las palabras.
  • Choca con las cosas.
  • Escribir en las líneas y entre los márgenes puede ser difícil para él.
  • Tiene problemas para deletrear palabras conocidas con patrones irregulares de las letras.
  • No puede recordar números de teléfono.
  • Tiene poco nivel de comprensión de la lectura cuando lee en silencio y no puede acordarse de los detalles más básicos.
  • Se salta palabras o líneas enteras cuando lee.
  • Se queja de dolor en los ojos o se los frota frecuentemente.
  • Tiene habilidades de comprensión de lectura y escritura por debajo del promedio, a pesar de tener una fuerte comprensión oral y habilidades del lenguaje.
  • Tiene habilidades matemáticas limitadas; a menudo ignora los signos de función, omite pasos y confunde las fórmulas que son visualmente parecidas.
  • Rutinariamente deja de observar y reconocer cambios en los carteles de aviso, periódicos murales, etc.

Psicólogo infantil

Maestro de educación especial

Oftalmólogo

Psicopedagogo

Estas dificultades no pueden ser “curadas”; pero hay estrategias y apoyos que pueden ayudar:

  • Terapia visual optométrica y terapia visual ortóptica: Pueden ayudar si el niño tiene problemas visuales además de otras dificultades; ver bien le dejaría energía para encontrar estrategias que ayuden a su cerebro a procesar mejor la información.
  • Terapia visual comportamental: Involucra ejercicios del ojo que están diseñados para mejorar la percepción visual y las habilidades de procesamiento, aunque su efectividad genera aún controversias.
  • Terapia educativa: Enseña a los niños estrategias para que manejen sus limitaciones. Aprender cómo abordar los problemas puede reducir la frustración, aumentar la seguridad en sí mismo y mejorar el rendimiento en la escuela.

Discapacidades del aprendizaje no verbal o trastorno del aprendizaje no verbal

Dificultad de aprendizaje de por vida que afecta las habilidades sociales, el pensamiento abstracto y la comprensión de las relaciones espaciales. Los chicos con TANV a menudo tienen habilidades de lenguaje sólidas (leen y escriben); pero tienen dificultad para clasificar información y entender conceptos generales.

Supone dificultad para entender la comunicación que no es verbal. Esto incluye el lenguaje corporal, el tono de voz y las expresiones faciales.

Más que una clasificación, hay que distinguir que la condición afecta algunas de las siguientes habilidades:

  • Habilidades conceptuales: Dificultada para entender conceptos importantes, la solución de problemas y las relaciones entre causa y efecto.
  • Habilidades motoras: Problemas con la coordinación y el movimiento. Esto incluye las habilidades motoras gruesas (correr y patear), las habilidades motoras finas (escribir y utilizar tijeras) y el equilibrio (andar en bicicleta).
  • Habilidades visoespaciales: Dificultad con la visualización de imágenes, el procesamiento visual y las relaciones espaciales.
  • Habilidades sociales: Dificultad para captar las señales sociales y comunicar información de una manera socialmente apropiada.
  • Pensamiento abstracto: Dificultad con la comprensión de la lectura y para entender “la idea general”.

No se sabe la causa exacta de las discapacidades del aprendizaje no verbal, aunque se cree que está relacionada con diferencias en varios procesos localizados en las regiones izquierda y derecha del cerebro. Las dificultades podrían ser causadas por un daño en la parte del cerebro que envía señales entre los dos lados del cerebro, o tal vez los problemas se encuentran en el lóbulo frontal del cerebro, área encargada de las habilidades de la función ejecutiva, como la memoria funcional, la organización y la planificación. 

El TANV no es lo mismo que el síndrome de Asperger o el autismo, aunque todas esas condiciones pueden afectar las habilidades sociales y la socialización. El TANV a menudo coexiste con el síndrome de Asperger. También los síntomas del TANV pueden coexistir con el TDAH.

  • Al niño con TANV se le dificulta hacer amigos e integrarse a los grupos.
  • Puede tener problemas con la lectura, la escritura y el lenguaje hablado.
  • Sus habilidades del habla y el lenguaje podrían estar limitadas y tener mucha dificultad con la precisión y la velocidad.
  • Quizá no tenga dificultades con el lenguaje hablado o escrito; pero sí pensar de manera literal y no registrar o percibir las señales sociales sutiles y los mensajes no hablados.
  • Como no detectan señales sociales como las expresiones verbales y/o no verbales, la gente puede pensar que los niños están como “desconectados” o que no atienden.
  • Sus habilidades sociales son limitadas.
  • Algunos niños con TANV tienen buenas habilidades del lenguaje; pero tienen problemas para clasificar la información y entender conceptos importantes.
  • Recuerdan la información, pero no saben por qué es importante.
  • Comunican la información de un modo socialmente inapropiado.
  • Prestan atención a los detalles, si bien no captan la idea general.
  • Tienen dificultad con la comprensión de la lectura.
  • Tienen dificultad en matemáticas, especialmente con los problemas de lógica.
  • Carecen de coordinación y son torpes físicamente. 
  • Escriben de manera desordenada.
  • Piensan en términos literales y concretos.
  • Se paran muy cerca de las otras personas.
  • No se dan cuenta de las reacciones de las otras personas.
  • Cambian de tema repentinamente durante una conversación.
  • Son excesivamente dependientes de los padres.
  • Las situaciones nuevas lo atemorizan.
  • Tienen dificultad para adaptarse a los cambios.

Los síntomas pueden cambiar a medida que los niños crecen.

Psicólogo infantil

Psicopedagogo

Maestro de educación especial

No existe un método único para su tratamiento; dependerá de las distintas manifestaciones clínicas y/o psicopedagógicas.

La intervención psicológica debe abordar no tan sólo el tratamiento individual (clínico y psicopedagógico), sino las orientaciones a los padres desde el conocimiento de lo que sucede. También es necesario acudir a la escuela para explicar las características personales del niño y que así se puedan adoptar las medidas oportunas.

Adecuaciones curriculares y apoyos escolares pueden ayudar a estos niños para tener un mejor rendimiento académico: énfasis en lo verbal y en la comprensión lectora, estimulación cognitiva, etc.

ÁREA: APRENDIZAJE DE LAS MATEMÁTICAS

Dificultades con las matemáticas

La capacidad para entender conceptos básicos como “más/menos”, “menor/mayor” y otros es conocida como sentido numérico. Cuando el sentido numérico de los niños es limitado, les dificulta que aprendan matemáticas.

  • Dificultades relacionadas con los procesos de desarrollo cognitivo:  El aprendizaje de las matemáticas está estrechamente ligado al desarrollo cognitivo. Para que puedan aprenderse ciertos conceptos matemáticos, es necesario que se produzca la maduración de las estructuras cerebrales que subyacen a las habilidades matemáticas. El pensamiento matemático es un pensamiento que poco a poco se va desarrollando a lo largo del proceso evolutivo; hasta que no se ha alcanzado la madurez necesaria no podrán alcanzar ciertos aprendizajes. Aunque existen unos hitos de desarrollo generales, cada niño y niña sigue su propio ritmo. A veces las dificultades de aprendizaje de las matemáticas pueden estar ocasionadas por que todavía necesitan madurar y alcanzar el desarrollo pertinente.
  • Dificultades relacionadas con la estructuración de la experiencia matemática: Los aprendizajes matemáticos constituyen un aprendizaje secuencial y progresivo, es decir, unos aprendizajes se van apoyando en otros. Cuando aparecen dificultades que no se solucionan bien y quedan conceptos por aprender o competencias matemáticas por desarrollar, van a dificultar los aprendizajes posteriores. En este caso las dificultades de aprendizaje de las matemáticas surgen como consecuencias de una deficiencia en los aprendizajes previos.
  • Dificultades en la resolución de problemas: Están relacionadas con la comprensión y resolución de problemas porque ésta parte de la interpretación y comprensión de los mismos. Para interpretar la información del problema se ponen en marcha una serie de habilidades lingüísticas que suponen la comprensión y la asimilación de conceptos y procesos relacionados con la simbolización, aplicación de reglas, y la descodificación o traducción de un lenguaje a otro. Los niños y niñas que tienen dificultades en la resolución de problemas, fallan en la comprensión, la representación y la selección de operaciones y no en la ejecución.

Todos los niños desarrollan las destrezas matemáticas a diferente ritmo; algunos quizá sólo necesiten más tiempo.

En ocasiones, los estudiantes se sienten ansiosos en las clases de matemáticas incluso cuando entienden las lecciones; a esto se le denomina ansiedad matemática. Los niños se estresan tanto que podría parecer que tienen problemas para aprender matemáticas, aunque no sea así.

  • El niño evita hacer la tarea de matemáticas o se enoja cuando tiene que hacerla.
  • Llora antes de los exámenes o rehúsa ir a la escuela el día del examen de matemáticas.
  • Tiene problemas con conceptos simples como “más” y “menos”, o “mayor” y “menor”.
  • Tiene dificultad para entender cantidades o el orden de las cosas en una lista, como primero, segundo y tercero.
  • Se le dificulta entender variables como tiempo y distancia, trabajar con medidas, recordar datos matemáticos, multiplicar y dividir, identificar símbolos matemáticos, colocar los números en la columna correcta, etc.
  • No entiende cómo administrar el dinero.
  • Presenta limitaciones para entender las gráficas y las tablas.

Psicólogo infantil

Psicopedagogo

Se puede trabajar con terapia que permita al niño aumentar la seguridad en sí mismo y disminuir la ansiedad que le causan las matemáticas.

Por otro lado está el entrenamiento matemático para la comprensión y resolución de problemas.

Discalculia

La discalculia no es lo mismo que la ansiedad matemática; sin embargo, los niños que la sufren a menudo reaccionan con intensidad cuando tienen que realizar actividades que involucran el uso de las matemáticas.

  • Discalculia verbal: Dificultad para nombrar cantidades, números, para usar los términos y las relaciones.
  • Discalculia practognóstica: Dificultades para enumerar, comparar, o manipular objetos matemáticamente.
  • Discalculia léxica: Dificultades para leer símbolos matemáticos.
  • Discalculia gráfica: Dificultades para escribir símbolos matemáticos.
  • Discalculia ideognóstica: Dificultades que se centran en la capacidad de hacer operaciones mentales y comprender conceptos matemáticos abstractos.
  • Discalculia operacional: Dificultades en la ejecución de operaciones y cálculos numéricos.

Se cree que es un trastorno congénito con un importante componente genético. Esto es, concurren distintos factores:

  • Biológicos: Determinados por la herencia biológica de cada persona.
  • Ambientales: Determinados por circunstancias del medio. Por un lado, posibles alteraciones físicas o traumatismos pueden provocar un funcionamiento cerebral diferente; y, por otro lado, la estimulación recibida podría potenciar o limitar el desarrollo de la habilidad matemática.
  • El niño presenta dificultad para aprender a contar y omitir números mucho tiempo después de que otros menores de la misma edad son capaces de recordar los números en el orden correcto.
  • Parece no entender el significado de contar.
  • Tiene dificultad para reconocer patrones, ordenar y serializar.
  • Presenta dificultad para entender el concepto del número, los conceptos matemáticos y los símbolos numéricos.
  • Tiene dificultad para relacionar un número con un objeto.
  • Se le dificulta aprender y recordar operaciones matemáticas básicas.
  • En los ciclos escolares posteriores todavía usa los dedos para contar en lugar de emplear estrategias más avanzadas (como calcular mentalmente).
  • Tiene dificultad para identificar y utilizar correctamente los signos matemáticos.
  • Tiene limitaciones para saber el valor de los números dependiendo de su posición en la cifra, y por lo general los coloca en la columna equivocada.
  • Le cuesta entender el lenguaje matemático e idear un plan para resolver un problema matemático.
  • Tiene problemas para llevar la cuenta del puntaje en deportes y actividades gimnásticas.
  • Sufre limitaciones para aplicar conceptos matemáticos al manejo del dinero, como dar el cambio exacto, calcular la propina o determinar el costo total de las cosas.
  • Evita situaciones que requieren entender números, como juegos de mesa que requieren usar las matemáticas.
  • Tiene problemas para entender la información representada en tablas y gráficos.
  • Tiene dificultad para medir cosas (ingredientes de una receta sencilla, el líquido en una botella, etc.).
  • Experimenta inseguridad en actividades que requieren entender velocidad, distancia y dirección, y podría desorientarse fácilmente.
  • Siente dificultad para encontrar diferentes métodos para resolver un problema de matemáticas.

Psicólogo infantil

Psicopedagogo

El tratamiento de la discalculia ha de ser personalizado y especifico. Lo recomendable es hacer un programa específico para cada paciente, basado en la evaluación neuropsicológica que permita conocer sus necesidades concretas.

La intervención se basa en un programa de reeducación cognitiva, con el objetivo de estimular o crear un nuevo sustrato neural responsable de los conceptos numéricos y del sentido de número, todo ello mediante ejercicios y juegos. También se procura reforzar el bienestar emocional del niño.

ÁREA: COORDINACIÓN

Discapacidades relacionadas con la coordinación y el movimiento

Abarca problemas relacionados no sólo con la dificultad motriz o para realizar ciertos movimientos, sino también con seguir la dirección de una pelota, hacer un dibujo, armar un rompecabezas o usar unas tijeras.

Estas deficiencias afectan a:

  • Las habilidades motoras finas, o sea, la capacidad de hacer movimientos usando los músculos cortos de manos y muñecas (escribir, teclear, usar cierres…).
  • Las habilidades motoras gruesas, es decir, destrezas que permiten a las personas hacer cosas que implican usar los músculos largos del torso, los brazos y las piernas para completar movimientos de todo el cuerpo (correr, saltar, lanzar y atrapar…).
  • La planificación motora, habilidad que permite recordar y ejecutar los pasos necesarios para hacer un movimiento (tareas físicas de varios pasos, como preparar un sándwich o lavarse las manos).

A veces los niños se tardan más en desarrollar habilidades de movimiento (o habilidades motoras), simplemente necesitan más tiempo para adquirirlas.

Dos causas comunes de las dificultades motoras son el trastorno del desarrollo de la coordinación y la dispraxia. 

Es posible que los niños parezcan algo torpes en sus movimientos y tengan tendencia a caerse, tropezar y romper cosas. También tienen problemas para:

  • Mantener el equilibrio en general.
  • Montar en bicicleta.
  • Sostener un lápiz.
  • Escribir a mano.
  • Dibujar y colorear.
  • Usar utensilios y cortar los alimentos.

Psicólogo infantil

Psicoterapeuta

Terapeuta físico o fisioterapia

El tratamiento dependerá de la función que se vea afectada, enfocándose en lograr recuperar o dominar el control de la parte del cuerpo que presente la deficiencia.  

Dispraxia

La dispraxia se refiere a problemas con el movimiento. Eso incluye dificultad en cuatro habilidades clave:

  • Habilidades motoras finas
  • Habilidades motoras gruesas
  • Planificación motora
  • Coordinación

No hay una definición fija y no es un diagnóstico oficial, si bien  el término se usa con frecuencia en el Reino Unido y en Estados Unidos.

Para algunos se define como un trastorno del desarrollo de la coordinación. Es una deficiencia del neurodesarrollo debido a la cual los niños muestran una gran dificultad a la hora de realizar actividades y movimientos coordinados, así supongan gestos simples o acciones que impliquen una secuenciación de movimientos.

  1. Dispraxia ideacional: El problema no es únicamente a nivel motor, sino que el sujeto presenta dificultades para planificar a nivel de idea la secuencia de movimientos necesarios para realizar una acción concreta.
  2.  Dispraxia ideomotora: La principal dificultad se encuentra en el seguimiento de la cadena de movimientos necesarios para llevar a cabo una acción sencilla. La dificultad se da únicamente a nivel motor, pudiendo el sujeto realizar la acción correctamente en la imaginación. A menudo la dificultad se vincula a la utilización de un instrumento u objeto.
  3. Dispraxia constructiva: Quien la padece tiene dificultades para entender las relaciones espaciales y actuar conforme a ellas.
  4. Dispraxia oromotora o apraxia verbal: El sujeto presenta dificultades en la coordinación de los movimientos necesarios para comunicarse oralmente, a pesar de saber qué quiere decir. Se dificulta producir sonidos inteligibles.

La dispraxia a menudo se encuentra asociada con otras condiciones como:

  • TDAH
  • Dificultades de transcripción y con la escritura a mano, como la disgrafía.
  • Dificultades del procesamiento sensorial.
  • Problemas de salud mental, como la ansiedad.
  • Velocidad de procesamiento lenta.
  • Autismo

Los síntomas más evidentes son la presencia de torpeza, descoordinación y lentitud motoras, interfiriendo con la vida habitual y el desarrollo del sujeto. Es frecuente que se tengan dificultades en el mantenimiento postural y a la hora de realizar actos que requieran movilidad fina, precisando de ayuda para realizar acciones básicas.

También pueden aparecer comportamientos inmaduros y dificultades sociales. No es infrecuente que existan problemas comunicativos.

Estas alteraciones no tienen que ver con la existencia de ninguna discapacidad psíquica, teniendo quienes padecen dispraxia una inteligencia normal.

En la dispraxia el sujeto nunca ha llegado a desarrollar la capacidad de secuenciar correctamente sus movimientos. Es frecuente que los primeros síntomas ya sean observables durante los dos primeros años de edad, siendo común que presenten retrasos en el desarrollo de la motricidad y tarden más de lo habitual en alcanzar algunos de los hitos del desarrollo.

Psicólogo infantil

Psicopedagogo

Logopeda

La dispraxia no tiene un tratamiento curativo, si bien es posible emplear diferentes estrategias de cara a mejorar la adaptación de los afectados al medio y enseñarles a realizar las diferentes acciones.

El tratamiento de la dispraxia es multidisciplinar, teniendo en cuenta tanto lo clínico como especialmente lo psicoeducativo.

Se emplean estrategias como:

  • Terapia ocupacional, para estimular al sujeto y contribuir a desarrollar su capacidad para el movimiento.
  • Fisioterapia para mejorar la coordinación y el movimiento. 
  • Logopedia para educar al menor y permitirle que desarrolle la coordinación necesaria para poder emitir palabras correctamente.
  • Terapia expresiva o de técnicas que permitan fomentar la autoestima del niño, que puede estar disminuido ante la percepción de sus dificultades.
  • Entrenamiento en habilidades sociales para facilitar una correcta vinculación con el medio.
  • Psicoeducación tanto para ellos como para el entorno puede ser de gran ayuda de cara a facilitar el desarrollo normativo del sujeto y la comprensión de las dificultades en él existentes.

A nivel educativo puede ser necesario establecer adecuaciones curriculares o planes individualizados que tengan en cuenta las dificultades del menor.

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