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Razones Trigonometricas


Enviado por   •  30 de Marzo de 2013  •  5.740 Palabras (23 Páginas)  •  534 Visitas

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B) SEGUNDA FASE: EL AUTORITARISMO DE REFORMA ESTRUCTURAL MODERNIZANTE.

GOBIERNO DEL GENERAL FIDEL SÁNCHEZ HERNÁNDEZ

La principal estrategia del candidato Sánchez Hernández del PCN fue presentarse como el protector del país contra el comunismo, concentrándose en el candidato del PAR., Fabio Castillo. La prensa reforzó la estrategia del PCN al presentar a Fabio Castillo como comunista y transmitir reportajes especiales del levantamiento campesino de 1932, en los que se enfatizaba la manipulación de los campesinos por parte de los comunistas. Con esta estrategia, los militares se presentaron como los salvadores del país y paladines de la democracia, amenazada por el “comunismo internacional”. Sánchez ganó las elecciones con una amplia ventaja. La estrategia electoral del PCN comenzó a fracasar en las elecciones municipales y legislativas de 1968. El PDC ganó 78 alcaldías y logró un número importante de escaños en la Asamblea Legislativa. Esto incrementó las presiones derechistas contra Sánchez Hernández, particularmente cuando éste declaró en la inauguración del congreso sobre reforma agraria de 1970, que esta reforma era una necesidad. Como contrapeso a su retórica reformista, Sánchez realizó acciones que mostraban su identificación con los intereses oligárquicos: nombró al coronel José Alberto Medrano como comandante de la Guardia Nacional, el puesto de comando más poderoso dentro del sistema de seguridad y la posición más involucrada en la represión cotidiana de las organizaciones populares campesinas. A finales de 1967, el presidente Sánchez y el coronel Medrano presionaron a la elite agraria a financiar la expansión de ORDEN, aludiendo que era necesario para combatir al comunismo y como algo consistente con la propia experiencia histórica de El Salvador, una afirmación que era, en ese contexto, una referencia a los eventos de 1932. El nuevo partido oficial, la constitución política de 1962 que ligeramente modificó la de 1950, la ley de representación proporcional que posibilitó el crecimiento de los partidos de oposición y su participación en la Asamblea Legislativa, la elección presidencial de 1967, la autonomía universitaria y el desarrollo del sindicalismo urbano, indican, para todo el período que estamos analizando una liberalización del régimen autoritario y un incremento de la participación política. Por otra parte, el aumento en el valor de las exportaciones, el crecimiento industrial, la Alianza para el Progreso, el desarrollo del Mercado Común Centroamericano y el crecimiento económico hicieron posible una respuesta relativamente suficiente a las demandas de distribución de la época. En 1967 y 1968 estallaron, sin embargo, algunas huelgas importantes. El régimen resultante del golpe de 1961, conducido por el coronel Rivera hasta 1967 y posteriormente por el entonces coronel Sánchez Hernández, continuó el modelo establecido por Osorio, consiguiendo estabilidad mediante la adopción de una política flexible de cambiante grado y forma de represión y concesiones económicas según las exigencias políticas del momento. Se permitió una considerable mayor libertad de actividad política en formas que se consideraban inocuas mientras el proselitismo de izquierdas en el campo se reprimió rígidamente y violentamente. En esta etapa, los procedimientos e instituciones de gobierno evolucionaron en la dirección de permitir mayor pluralismo y participación. La base social del régimen político cambió al incorporarse al sistema las clases medias. Sin embargo, la incorporación de las clases medias no significó una disminución correspondiente del poder de la oligarquía cafetalera. La oligarquía cafetalera dejando de ser casi exclusivamente cafetalera para modernizarse con las posibilidades ofrecidas por el Mercado Común Centroamericano se convirtió en gran burguesía rural-industrial-financiera, y ella también incrementó su poder. Este incremento burgués hegemónico unido al de las clases medias proporcionó al régimen una base social más amplia. El gobierno del general Fidel Sánchez Hernández tuvo problemas de orden social, debido a los desajustes y a las tensiones que estaban incubándose. Su íntimo amigo y Ministro de Educación Walter Béneke, puso en práctica una reforma educativa, que fue muy combatida. A mediados del período presidencial de Sánchez Hernández, el Mercado Común centroamericano hizo crisis. Honduras alegaba que no había tenido beneficios proporcionales en las ventajas de intercambio. Por otra parte, en ese país se ensayaba una reforma agraria que en su desarrollo encontró una manera fácil de favorecer al campesino nacido en honduras: despojó a los salvadoreños que tenían hasta 40 años o más de poseer esas parcelas. Algunos de tal despojos tuvieron caracteres violentos. Los medios de comunicación social salvadoreños, aumentaron la magnitud de la tragedia. Todo el pueblo salvadoreño ardía en deseos de ir a socorrer a sus hermanos. El ejército estaba al lado del pueblo y ambos presionaron al presidente Sánchez Hernández, que hacía los mayores esfuerzos para resistir dichas presiones, creyendo que tenía capacidad para evitar el conflicto armado. Las presiones lo arrollaron y tuvieron que ir a la guerra, el 14 de julio de 1969. Al comienzo de la década de los 70’, El Salvador, era un país agrario, pobre, y con profundas desigualdades en la distribución de la riqueza. Su economía estaba basada en el cultivo y exportación de café, algodón y caña, y el proceso de industrialización incipiente padecía crecientes dificultades a consecuencia de la ruptura del Mercado común Centroamericano, crecimiento demográfico, vivienda, educación, salud y desempleo eran agudos problemas sociales. Además, desde 1969, la movilización popular posibilitada por la liberalización precedente, el crecimiento de los partidos políticos de oposición, el desarrollo de los sindicatos obreros industriales, los movimientos de maestros y estudiantes, el surgimiento de las organizaciones populares campesinas de masas y la concientización social de un sector de la iglesia católica coincidieron con la crisis económica, agudizada por la guerra contra Honduras, y la mocionada ruptura del Mercado común Centroamericano al que El Salvador exportaba bienes industriales y fuerza de trabajo. Ante esta situación, el gobierno militar y la fuerza armada concibieron una estrategia político-económica, que algunos académicos bautizaron como “modernización capitalista en el marco de la seguridad nacional”. La estrategia del régimen se orientó, en definitiva, a dar una alternativa económica reformista, congelando la crisis política mediante el autoritarismo. Esta estrategia se reflejó en los últimos años de la presidencia de Sánchez Hernández. En 1970, Sánchez convocó

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