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TEORÍAS DE LA ADMINISTRACIÓN


Enviado por   •  19 de Agosto de 2014  •  3.217 Palabras (13 Páginas)  •  306 Visitas

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ANÁLISIS DE LAS PRINCIPALES TEORÍAS DE LA ADMINISTARCIÓN DESDE EL ENFOQUE CIENTÍFICO HASTA LOS ENFOQUES CONTEMPORÁNEOS. APLICACIÓN Y VIGENCIA

Por: Lorena Piñeiro Cortes

“La mayoría de las ideas fundamentales de la ciencia son esencialmente sencillas y, por regla general pueden ser expresadas en un lenguaje comprensible para todos.” Albert Einstein (1879-1955)

Introducción

En el presente escrito se realizará un análisis sobre la aplicación y vigencia de algunas de las teorías más importantes de la administración estudiadas en el marco del Doctorado en Administración en la Universidad de Celaya. La importancia de conocer a profundidad el origen y el contexto en que se originaron estas teorías, le dará al lector una visión más clara sobre su aplicabilidad en un mundo actual donde priman conceptos como la productividad, la competitividad, la creatividad y las empresas globales. Científicos y estudiosos de la Administración como lo son Federick Winslow Taylor, Henry Fayol, Shigeru Kobayashi, Mary Parkerk Follett, entre otros que se mencionarán en el trascurso de este trabajo, son pilares fundamentales que han ayudado en la construcción y evolución de la ciencia administrativa hasta nuestros tiempos.

La importancia de la Administración no está en el nombre, sino en el alto nivel de aplicabilidad que posee en todas las esferas de la sociedad, incluyendo a la familia. Posee sus propias leyes, principios, métodos, estilos y técnicas por lo que se declara ciencia, que a su vez, se interrelaciona con otras, tales como: filosofía, sociología, psicología, economía política, contabilidad, etc. La Administración tiene como protagonista principal a los hombres, de ahí su carácter social. Es una actividad inobjetable; sus requerimientos no han sido iguales en la comunidad

primitiva, el esclavismo, el feudalismo, el capitalismo, que ahora en el socialismo; a medida que la sociedad ha ido evolucionando, el proceso de dirigir a los hombres ha planteado nuevas exigencias para desarrollarse. Por tanto, el proceso de la administración posee un carácter “clasista” (de clases). (Garcés, 2012)

Palabras Clave: Teorías, Administración, ciencia, productividad, trabajo asalariado, creatividad, competitividad.

1. De la Praxis a la Administración Científica

Federick Winslow Taylor (1856-1915) fue un hombre que se preocupó toda su vida por entender de qué forma se podría trabajar de manera más eficiente con los recursos escasos de la naturaleza, del trabajo y de la misma sociedad. Taylor estableció parámetros para determinar que el uso ineficiente de los recursos al interior de la empresa se convertiría en un problema social, tanto para los trabajadores como para los directivos de la organización. Así pues se le conoce como el “iniciador de la eficiencia Industrial” (Taylor, 1977:7). De igual forma desarrolló un principio de justicia para los trabajadores, creía que “ninguna empresa debía intentar robarles a sus trabajadores y a su vez los trabajadores debía no procurar robarle a la empresa” (Taylor,1977:11), de esta forma se pensaba que manteniendo buenas relaciones y llevando a conformidad este principio de justicia habría abundancia para todos dentro de la empresa.

El objetivo principal de la administración para Taylor era el de “asegurar la máxima prosperidad para el patrón, junto con la máxima prosperidad para cada uno de sus empleados” (Taylor, 1977:19). Este hombre, veía a la administración como un proceso sistémico y la concebía como una ciencia de orden social, basada en principios, reglas, leyes claramente establecidas y por tal razón, podría ser aplicada en cualquiera de las actividades humanas que se requiriese.

Para asegurar el objetivo que planteaba Taylor, los intereses de los trabajadores y de los directivos tendrían que ir por el mismo camino, si cada uno procuraba por sus

intereses particulares, difícilmente se podían optimizar los procesos, tiempos y recursos, por obvias razones no habría una mayor productividad y la prosperidad no llegaría para ambos dentro de la empresa.

Lo que sucedía en las empresas era que el trabajador no daba su máxima productividad y no rendía de manera más eficiente porque consideraba que si lo hacía podría ser juzgado por sus compañeros y además no se sentía estimulado con su salario. De esta forma, se fomentaba la pereza y un bajo rendimiento laboral. Por otra parte el dueño de la empresa, solo centraba su interés en enriquecer sus arcas, por lo cual consideraba que si aseguraba salarios más altos para sus trabajadores, si acortaba la jornada de trabajo y procuraba unas mejores condiciones laborales, esto iría en detrimento de sus intereses particulares.

Taylor se enfocaba en estos problemas y demostró que pasando de un análisis de una administración empírica a una administración científica se podían reconciliar los intereses de las partes que componen la organización. Argumentaba que para que el trabajo pudiera hacerse de acuerdo con las leyes científicas era necesario que entre la administración y el trabajador existiese una división mucho más por igual de la responsabilidad que existiese bajo cualquiera de los tipos ordinarios de administración (Taylor, 1977:32). Esto significa que la administración no debe dejarle todas las responsabilidades al trabajador, y entender que todo el trabajo no está solo en la producción percápita y que él (el administrador) es vital para la mayor productividad de la empresa. Así pues, procurar por un mejor bienestar y un salario justo para el trabajador, motivaría e incentivaría una mayor productividad del mismo.

Para probar todo lo anterior Taylor realizó una serie de experimentos en diferentes empresas (talleres), donde pudo confirmar que trabajando bajo el sistema que planteaba, donde cada trabajador fuera sistemáticamente adiestrado para que alcanzar su máximo grado de eficiencia y se le enseñara a hacer un trabajo de clase superior que a los que venía acostumbrado y al mismo tiempo se empeñara en tener una actitud mental más amistosa frente a sus patronos y a sus condiciones de trabajo (Taylor,1977:124) y por otra parte los dueños de la empresa se

comprometieran con la administración y la dirección de los procesos arriba mencionados, se lograría el óptimo de prosperidad deseado así como una reducción en la pobreza de la sociedad.

Analizando la extensa obra de Taylor se puede inferir que los principios que planteó a comienzos del siglo XX, todavía siguen vigentes en la actualidad, es imposible dejar de hablar de la productividad de la empresa y de la eficiencia de la misma, cuando hoy las empresas

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