Henry Pluckrose- Enseñanza Y Aprendizaje De La Historia
StephannyH29 de Mayo de 2013
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Henry PLUCKROSE
Enseñanza y aprendizaje de la historia
La historia, su lugar y su propósito
¿Cómo era esto antes de estar yo?
Jane, 4 años
El lugar que debería ocupar la historia en el curriculum de nuestras escuelas ha sido objeto de una encarnizada discusión durante los últimos años. Se ha planteado el debate sobre el contenido, sobre la forma de transmitirlo, e incluso sobre el valor de la historia como una signatura unitaria dentro del curriculum de la escuela primaria.
El debate ha originado innumerables documentos, folletos y artículos en periódicos y boletines. Entre ellos algunos resaltan la necesidad de un curriculum de la historia que explore temas como el feminismo, el racismo, el colonialismo, la guerra y la paz, otros analizan la necesidad de proporcionar a los niños una comprensión de su patrimonio y su cultura compartidos, otros parecen indicar que, como la historia es esencialmente narrativa, un enfoque más simplista de entonces ahora es de una adecuada eficacia para las mentes infantiles.
Lógicamente, la discusión es más amplia y compleja que el simple resumen que hemos esbozado. La respuesta a la pregunta ´´ ¿qué debemos enseñar a nuestros niños sobre el pasado?´´ se complica y confunde con consideraciones que son de orden tanto político como educativo. La historia hace comentarios abre valores y actitudes y al hacerlo es portadora de un mensaje. El mensaje puede ser claro e inequívoco. El hecho de que la historia puede conducir al estudiante a reflexionar sobre los valores y actitudes adoptadas por la sociedad hace que su estudio sea vulnerable a la interferencia política. El rumor en boga en el otoño de 1988 de que muchos niños de la unión soviética carecían de libros de historia porque la historia se estaba reescribiendo, para tomar en consideración nuevos enfoques sobre Stalin puede resultar de dudosa autenticidad. No obstante sugiere los peligrosos que conlleva la adopción de un curriculum de la historia moldeado a gusto de las necesidades del gobierno en turno.
El advenimiento de la tecnología moderna ha traído aparejado que la presentación de los acontecimientos contemporáneos pueda estar todavía más sujeta al control. En solo unos días de la masacre de la Plaza de Tiananmenen 1989, la vieja guardia china pudo reescribir el pasado. La gente en occidente vio imágenes televisivas de estudiantes enfrentándose a tanques. Escuchamos hablar a sus líderes de sus esperanzas de establecimiento de un régimen menos totalitario. Nos entristeció el modo en que sus sueños fueron arrastrados por las fuerzas armadas. Nuestras percepciones de estos sucesos y nuestra respuesta pasaron por alto la realidad política. Sin duda la documentación de los sucesos de la plaza por la agencia de noticias oficial china, fue muy diferente de la ofrecida por los medios occidentales. Así pues el informe de los sucesos que se ofreció al público chino fue el que resulto aceptable y útil para los que detentaban el poder político. Que haya sido extraído en un régimen totalitario no debe ser motivo para descartar este ejemplo en china. También la muerte de tres miembros del IRA en Gibraltar ilustra como un suceso puede ser cuidadosamente editado para proyectar un mensaje deseado.
Estos dos ejemplos son indicativos del cuidado con que debemos obrar al presentar el pasado a los niños. Puede que el reinado de la Reina Victoria se haya caracterizado por el ahorro, la dedicación, el trabajo, el entusiasmo personal y la observancia religiosa. No obstante, estos valores, fueron propuestos por una sociedad que podía tolerar la prostitución infantil, la explotación de una mujer en las fábricas y las minas, la pobreza y un durísimo código penal.
Un modo de evitar el cambio minado del contenido del curriculum es aceptar que, a pesar de que existe una zona de importancia decisiva en la historia, las escuelas deberían proporcionar a los niños la oportunidad de descubrir dicha zona ofreciéndoles las técnicas y los conceptos específicos del estudio de la historia. Como este estudio es una disciplina académica reconocida, se deduce que es una materia que puede ser explorada en una forma particular y especializada. Si los niños tienen que estudiar la historia y extraer algún sentido de ello se les debe ayudar a ser conscientes de lo que significa ser un historiador, a analizar el modo en que un historiador examina el material y lo interpreta.
El capítulo II examina en detalle las técnicas y conceptos que deben asimilarse para emprender una investigación histórica. Sin embargo antes de ello es necesario intentar establecer los parámetros con los cuales el historiador trabajara. Para esto necesitamos responder a la pregunta ´´¿qué es la historia?´´
´´¿Cómo era esto antes de estar yo?´´ es una pregunta histórica, profunda y de gran amplitud. La historia es una comprensión de los actos humanos en el pasado una toma de conciencia de la condición humana en el pasado, una apreciación de cómo los problemas humanos han cambiado a través del pasado y una percepción de cómo hombres, mujeres y niños vivían y respondían a los sucesos en el pasado. El resumen no acaba aquí si así fuera, el historiador sería un poco más que un voyeur en el tiempo. Debe preocuparse también porque las cosas fueron como fueron.
Este interés por el género humano apunta quizá a la razón por la que la historia como asignatura merece un lugar indiscutido en el curriculum de nuestras escuelas primarias. Para los niños pequeños es importante comprender el presente en el contexto del pasado fundamentar su interés innato por lo que paso.
La historia busca comprender el género humano. Aquí reside el problema. Tanto hombres y mujeres han vivido durante tantos periodos diferentes, en tantos lugares distintos con tantas creencias y actitudes diversas y en tantas culturas de marcados contrastes. Para llegar a comprender la naturaleza de la investigación histórica tenemos forzosamente que delimitar un pequeño segmento del pasado humano, centrarnos en un periodo, lugar y pueblo en particular.
A medida que el historiador se adentra en el pasado, selecciona algunos materiales y rechaza otros, reuniendo fragmentos escogidos en el intento por comprender una época a la que solo puede accederse mediante la interpretación de los datos, la ponderación de las posibilidades, la reconstrucción imaginativa de lo que una vez pude haber ocurrido.
Esto sugiere que no deberíamos comenzar por construir un curriculum para niños de 7 a 11 años en torno a un cuerpo de hechos históricos indiscutibles, sino considerando el desarrollo de técnicas que capacitaran a los niños para estudiar el pasado como investigadores aptos en la evaluación de sus fragmentos escogidos con métodos similares a los empleados por el historiador profesional. La diferencia del enfoque será más bien de grado que de dirección ya que el caudal de experiencia humana y de actividad apropiada y válida para los análisis de los niños es probablemente muchos más limitado que el que se ofrece a los adultos.
De esto se deduce que el historiador no necesita establecer un punto de partida concertado; el acceso al pasado puede realizarse desde cualquier punto y sitio. Ello presenta un problema para los profesores. Guiar a los niños en un estudio de la historia requiere, necesariamente haberles presentado ya alguna de sus áreas con anterioridad.
Así pues, una comprensión de la naturaleza de la historia no depende de los puntos de acceso predeterminados y generalmente acordados ni si quiera de áreas específicas de estudio. La historia no tiene ni un principio, en el tiempo y el espacio, ni un fin particular. Este punto fue resaltado en el informa final de THE NATIONAL CURRICULUM HISTORY WORKING GROUP. El estudio de la historia requiere el dominio de una disciplina académica particular y especifica. Si las mentes de los jóvenes van a tener que entrenarse en un estudio disciplinado, también será necesario que comprendan algo de los métodos esenciales para la investigación histórica. Los historiadores intentan construir sus propias explicaciones coherentes del pasado mediante un control riguroso de los datos a veces incompletos, el futuro de las técnicas practicadas durante este proceso ha trascendido el estudio de la historia.
Admitiendo la posibilidad de estructurar el aprendizaje de modo que incluso los más pequeños puedan explorar el pasado ¿es imperativo que lo hagan? En muchos países del continente Europeo la historia se ha presentado como una asignatura académica durante la educación primaria.
Algunos hechos históricos se presentan en forma de cuentos, proyectos y estudios locales con las frecuencias carentes el rigor que debería acompañar a la investigación.
Los documentos particulares publicados por el Departament of Education and Science para las asignaturas troncales y básicas del curriculum que de coherencia al aprendizaje infantil durante todos los años de escolaridad obligatoria. Se presta una atención considerable al
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