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NECESIDAD DE UNA MEJOR BASE FILOSOFICA

valenp97Documentos de Investigación1 de Marzo de 2016

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UNIVERSIDAD TECNOLOGICA DE PEREIRA

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

PROGRAMA DE MEDICINA

HISTORIA SOCIAL DE LA MEDICINA Y LA SALUD

        HACIA UNA BASE FILOSOFICA DE LA SALUD[1]

                                                                                David Bersh

PROFESOR: Jesús Herney Moreno Rojas. MD. MSP

NECESIDAD DE UNA MEJOR BASE FILOSOFICA

                El fenómeno de la salud afecta en forma ostensible y permanente, tanto a los grupos de población en general como a cada uno de los seres humanos en particular. Esta característica, de ser permanente y no esporádica, unida a la sensación de apremio como usualmente el fenómeno es percibido, ha hecho que se valore y considere como una necesidad existencial básica del hombre.

                Por ser valorada así, la salud se ha convertido en objeto de fuertes intereses científicos, académicos, administrativos y políticos; y por ser objeto de dichos intereses ha llegado a ser el centro y motivo de multitud de decisiones que día a día comprometen apreciable cantidad de esfuerzos y recursos de la sociedad. Dichas decisiones se fundamentan entre otras cosas, en las definiciones y conceptualizaciones del fenómeno de salud disponibles en el momento. Es así como las acciones generadas por los intereses antes mencionadas se ven orientadas y limitadas por las definiciones y conceptos de salud en boga; porque al establecer, por medio de definiciones y conceptos, tanto lo que la salud es como lo que no es, se determina de hecho lo que es procedente y consecuente hacer en su pro.

                Personalmente creo que las definiciones y conceptos existentes no ofrecen una base filosófica suficiente para orientar en forma adecuada la acción en pro de la salud. En los apartes siguientes trataré de sustentar esta opinión que afirma que es necesario un mejor desarrollo filosófico para fundamentar las actividades científicas, administrativas y políticas en el campo de la salud. Como paso previo a tal discusión es conveniente comentar en forma sucinta lo que entendemos por bases filosóficas desde el punto de vista de la lógica, la metafísica y la epistemología y además mostrar un poco mejor la conveniencia de este enfoque.

                Quisiera empezar recordando el pensamiento de A. Einstein quien al referirse a la relación entre ciencia y filosofía decía: "la ciencia nos dice lo que las cosas son pero no lo que deberían ser" y esto último de acuerdo al pensamiento de Einstein solo puede ser respondido en términos filosóficos. Por su parte Will Durant, con un enfoque semejante, es quien dice: "la ciencia empieza donde termina la filosofía". Tanto en el pensamiento de Einstein como en el de Durant hay una clara inclinación a mirar la filosofía como orientadora de la ciencia y por extensión puede decirse que es orientadora de la acción en la medida que ella establezca lo que la acción debería ser. Estos puntos de vista son compartidos por muchos hombres de saber; pero desafortunadamente no se puede afirmar lo mismo de un buen número de científicos, administradores y políticos que día a día toman decisiones, es decir que orientan y emprenden la acción sin tener un moderado grado de certeza de contar con un piso filosófico adecuado.

                Parece entonces que definir "lo que son las cosas sea dominio de la ciencia en contraste con la filosofía", la cual debe determinar "lo que ellas deberían ser". Sin embargo, se acepta que la filosofía tiene también algo que decir en cuanto a "lo que las cosas son", pues siempre, tanto antes como después de que la ciencia verifique la realidad de las cosas, el hombre se forma una noción de las mismas y es en este proceso de formarse una noción, donde la filosofía tiene un papel. En forma más concreta se puede decir que las nociones, ideas o pensamientos que tenemos a cerca de las propiedades esenciales de una cosa, así como de aquellas características que la distinguen de otras cosas, constituyen lo que en lógica se llaman "conceptos". La trascendencia que tiene en filosofía el proceso de conceptualizar correctamente se explica por el papel que el concepto juega en el pensamiento lógico; el cual consta esencialmente de concatenaciones de ideas organizadas en forma de juicios. Como quiera que la corrección del pensamiento lógico depende de la calidad de los juicios y que esta a su vez esté subordinada entre otras cosas a la calidad de los conceptos, se infiere que una conceptualización incorrecta puede viciar el resultado del pensamiento lógico. Por otra parte, y de acuerdo con la lógica, el concepto es la idea que nos formamos a cerca de un objeto o una cosa, la cual nos permite distinguir "lo que hay en el objeto de semejante a los objetos que le son distintos y lo que es diferente en relación con los objetos que se le asemejan". Por lo tanto puede decirse en forma simple que en el concepto se trata de determinar "lo que las cosas son". Así he vuelto al punto en el cual afirmé que la filosofía a través de la lógica, puede contribuir tanto a la determinación de lo que las cosas son como a anticipar lo que deberían ser. Además reafirmo así que la filosofía tiene un papel orientador para la ciencia y para la acción. Para cumplir con este fin de ofrecer bases filosóficas, que en último término es lo que se trata de mostrar en esta discusión, los medios de la filosofía se centran en dos instrumentos que son el CONCEPTO Y LA TEORIA. El primero enfocado hacia lo que las cosas son y el segundo hacia lo que ellas deberían ser.

                Me ocuparé ahora del concepto a fin de estudiar tanto sus características, como los principios lógicos que se deben tener en cuenta al trabajar con él. De aquí tomaré las bases para el siguiente paso que será analizar los conceptos de salud que actualmente se encuentran en uso.

LOS ELEMENTOS DEL CONCEPTO

                Todo concepto es un pensamiento acerca de las propiedades del objeto, pensamiento que usualmente es el resultado o eslabón final de una serie más o menos larga de juicios o raciocinios anteriores. El concepto se hace realidad de pensamiento precisamente por medio de una concatenación de juicios que reflejan sucesivamente y en determinada conexión lógica todas las facetas y relaciones conocidas del objeto.

                En todo concepto se deben distinguir: a) sus propiedades esenciales o contenido y b) su extensión.

                Las propiedades esenciales son aquellos caracteres considerados necesarios para distinguir el objeto de los demás. Aquí en la determinación de la esencia está uno de los más importantes aspectos para una correcta conceptualización. La extensión es igualmente importante, sobre todo porque ella nos dice cuál es la suma o totalidad (conjunto, clase) de objetos que el concepto puede abarcar. Su interés radica en la aplicación que tal rasgo tiene en las operaciones lógicas de: limitación, generalización, definición, división y clasificación. Esto último da pie para disgregar brevemente y comentar por qué este trabajo se refiere más al concepto de salud que a la definición de salud.

        Se puede decir que: "la definición es una operación lógica por medio de la cual concretamos los rasgos esenciales del objeto definido y, al mismo tiempo, lo diferenciamos de todos los objetos que le son parecidos. Aparentemente no hay mucha diferencia entre el concepto y la definición; sin embargo, la distinción es crítica, pues el concepto es primero y la definición es después. Esta no debe ir más allá del contenido de aquel; por lo tanto, las imperfecciones en el concepto se reflejarán en la definición que es, como ya lo dijimos, una operación lógica basada en el concepto. En éste tenemos lo que pensamos del objeto y en la definición lo que concretamos de nuestro concepto para fines de una comunicación precisa y sucinta. . El concepto resuelve un problema de cognición mientras que la definición resuelve uno de comunicación De estas diferencias entre definición y concepto se desprende que una definición pobre pueda deber sus fallas bien sea a una técnica incorrecta de definición o a un problema de conceptualización. En el caso de la salud el problema parece ser de conceptualización, de aquí que el énfasis en este trabajo se le dé al concepto.

                Volvamos ahora a las propiedades esenciales o contenido del concepto dejando la extensión del mismo para una discusión posterior. En esta tarea, de encontrar la propiedad verdaderamente determinante del objeto, está uno de los objetivos mayores del conocimiento y por ende del camino para saber lo que las cosas son.

                Todo objeto tiene multitud de propiedades, facetas y vínculos. De estos hay algunos que son esenciales y otros accidentales. Pero cuáles son los esenciales?.  ¿En qué se distinguen las propiedades esenciales de las accidentales?. La respuesta a la pregunta anterior ha sido objeto de amplio debate filosófico. Uno de los puntos álgidos en la discusión ha sido decidir si las propiedades esenciales de las cosas son atributos objetivos, es decir, inherentes al objeto, o si por el contrario tales propiedades responden al deseo subjetivo del ser pensante. Aunque en el fondo la cuestión es metafísica, a su análisis han concurrido también la filosofía del conocimiento y la ética.         Tucídides, Platón y Aristóteles asumieron posiciones al respecto fundados en sus doctrinas particulares. Platón sesgado por su noción de "los universales", a los cuales confirió la única realidad más allá de los sentidos y del mundo material.         Tucídides, naturalista inclinado a ver únicamente en los fenómenos o apariencias de las cosas la realidad última de ellas, y Aristóteles, puente entre los dos con su empirismo práctico. No fueron estos sabios los primeros estudiosos de la esencia de las cosas y tampoco fueron los últimos; su trabajo fué proseguido por muchos otros entre los cuales mencionaremos solo unos pocos. Berkeley y Hume, comentados por B. Russell, quienes llegaron a dudar totalmente de la existencia del mundo material y por lo tanto estuvieron orientados por un criterio netamente subjetivista. En contraste, Locke quien tuvo una concepción más realista al igual que B. Russel y A. O. Lovejoy, quienes reconocieron que el mundo de nuestras percepciones necesariamente tiene que tener una causa externa. Una posición notable entre todos fue sin duda alguna del genial Protágoras al afirmar que: "El hombre es la medida de todas las cosas", pues en esta afirmación están contenidas las partes claves del problema, a saber: Las cosas o el mundo externo con sus propiedades y características, las cuales son percibidas por el hombre a través de su complejo biológico-sensorial y finalmente la capacidad de medir o interpretar las sensaciones por medio de sus procesos mentales y sicológicos. El en síntesis, reconoció los elementos que las teorías contemporáneas ofrecen de común para el entendimiento del problema. Entre ellas la teoría del conocimiento del materialismo dialéctico que ofrece, al mismo tiempo, explicaciones al carácter "objetivo" de la diferencia entre propiedades esenciales y accidentales y al proceso por medio del cual dicha diferencia se refleja en nuestro pensamiento.

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