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Resumen. Tener o Ser. Erich Fromm- Introducción, Prefacio y Cap 1

Pedrito65Resumen13 de Septiembre de 2020

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Perspectivas Mundiales

Mi presentación no pretende ser un ensayo introductorio para cada uno de sus libros donde pretendo señalar la meta general y la finalidad de toda la serie, y trato de hacer hincapié en el principio de permanencia dentro del cambio, y en la naturaleza esencial del hombre.

El hombre ha entrado en una nueva época de la historia de la evolución. Está en un proceso evolutivo donde debe cultivar su sabiduría para dirigir el proceso hacia su realización y no hacia su destrucción. Por ello está sustituyendo el proceso evolutivo dirigido a una meta, en su lucha contra la dureza del medio, por la evolutivo dirigido a una meta, en su lucha contra la dureza del medio, por la evolución lenta pero eficaz de la mutación biológica y la selección natural que produjo al hombre moderno.

Ya que todos estamos unidos por una humanidad común, más fundamental que toda unidad dogmática; aquellos que reconocen que la fuerza centrífuga que ha esparcido y atomizado a la humanidad debe ser remplazada por una estructura y por un proceso integrador capaces de conferir sentido y finalidad a la existencia; los que comprenden que la ciencia, cuando está inhibida por las limitaciones de su metodología, cuando es pura y humilde, lleva al hombre a un campo indeterminado de consecuencias aún no soñadas que pueden surgir de ella.

Nuestra situación es nueva. Ninguna civilización se había tenido que enfrentarse al desafío de la especialización científica, y nuestra respuesta debe ser nueva. Por ello, podemos afirmar que hoy día el hombre ha recobrado su antigua posición geocéntrica en el universo. Está es una idea nueva y poderosa en la historia, como ninguna otra que haya surgido de la conciencia humano. Todos nos preocupamos seriamente por nuestro medio natural. Esta preocupación no sólo es resultado de las advertencias de los biólogos, de los ecólogos y de los partidarios de la conservación de la naturaleza, sino también de la conciencia penetrante de que algo nuevo ha sucedido, de que la Tierra es un lugar único y precioso.

Esta serie se esfuerza por señalar una realidad, de la cual sólo ha revelado un aspecto la teoría científica. El compromiso con esta realidad es lo que le confiere un impulso universal al pensamiento científico más original y solitario. Nuestro problema consiste en descubrir un principio de diferenciación y una relación lo bastante lúcida para justificar y purificar el conocimiento científico, filosófico y cualquier otro conocimiento, tanto racional como intuitivo, y aceptar su interdepencia.

Intenta examinar de nuevo todos los aspectos de la conducta humana que el especialista fue enseñado a creer que podía olvida sin ningún peligro. Además, intenta mostrar el parentesco estructural entre el sujeto y el objeto y cómo el uno reside en el otro. Su finalidad es ofrecer nuevos horizontes al mundo y al desarrollo humano, pero a la vez se niega a traicionar la correlación íntima entre la universidad y la individualidad, entre la dinámica y la forma, entre la libertad y el destino.

Perspectivas Mundiales se esfuerzan por mostrar que el concepto de integridad, de unidad, de organismo, es más elevado y más concreto que el concepto de materia y de energía. El elemento de la vida predomina en la vida predomina en la textura misma de la naturaleza, y por ello hace de la vida, de la biología, una ciencia transempírica. Las leyes de la vida tienen su origen más allá de sus meras manifestaciones físicas y nos obligan a considerar su fuente espiritual.

El conocimiento, ya no consiste en manipular al hombre y a la naturaleza como fuerzas opuestas, ni en reducir los datos a un mero orden estadístico, sino que es un medio para liberar a la humanidad de la fuerza destructora de miedo, señalar el camino hacia la meta de la rehabilitación de la voluntad humana y hacia el renacimiento de la fe y la confianza en la persona humana.

Los volúmenes de esta serie se esfuerzan por demostrar que sólo en una sociedad en que existe conciencia de los problemas de la cultura humana, de tal manera que estos descubrimientos pueden volver más profundo el sentimiento de la unida humana universal y no destruirlo.

Otras cuestiones vitales se relacionan con los problemas de la comprensión internacional relativa a los prejuicios, las tensiones y las rivalidades. La creciente percepción y responsabilidad de nuestra Época Mundial señala una nueva realidad: que el individuo y la colectividad se complementan y se integran entre sí; que la esclavitud del totalitarismo tanto de izquierda como de derecha ha sido quebrantada por el deseo universal de conquistar de nuevo la autoridad de la verdad y de la totalidad humana.

Esta nueva conciencia ha ampliado los horizontes humanos más allá de todo regionalismo, y ha iniciado una revolución en el pensamiento humano comparable con el supuesto básico, de la soberanía de la razón; que corresponde al gran esplendor de la conciencia moral.

Esta generación está descubriendo que la historia no concuerda con el optimismo social de la civilización moderna, y que la organización de las comunidades humanas y la consecución de la libertad y la paz no sólo son logros intelectuales, sino espirituales y morales, que exigen apreciar la totalidad de la personalidad humana, “la totalidad no mediatizada del sentimiento y del pensamiento”.

La justicia misma, que ha sido “una peregrinación y una crucifixión”, hoy día empieza a liberarse lentamente de las garras de las demonologías políticas y sociales en Oriente y Occidente, y comienza a cuestionar sus propias premisas. Y a luz de esto, debemos reconocer que la falta de libertad y la libertad, aunque se oponen, se encuentran unidas. Por ello las dos fuentes de la conciencia del hombre son inseparables, no como cosas muertas, sino como vivas y complementarias, son aspectos del “principio de complementariedad”.

Estamos al inicio de una época en que la vida humana lucha por crear nuevas formas en el mundo. Sé reconoce la falsa separación del hombre y de la naturaleza, del tiempo y del espacio, de la libertad y de la seguridad, y nos enfrentamos a una nueva visión del hombre que en su unidad orgánica e histórica ofrece una igualdad rica y diversa, y tiene un alcance sin precedentes.

El hombre ha contribuido a cambiar su medio, pero, aunque sujeto a los nuevos procesos implicados en este cambio, el proceso de selección continúa operando. La historia bíblica es Adán y Eva contiene una profunda lección, que difícilmente se capta en una lectura superficial. Después de que comieron de “fruto del árbol de la sabiduría”, el mundo cambió. El nuevo mundo fue modelado por el conocimiento, no por una orden de Dios. Hoy día empezamos a preguntarnos si esto es verdad. Sin embargo, nos sentimos intranquilos, con miedo, y nuestros temores quizá causará la ruina de la civilización. Por ello aceptamos que el conocimiento y la vida son indivisibles, así como la vida y la muerte con inseparables. Somos lo que sabemos, pensamos y creemos; estamos vinculados con la historia, con el mundo y con el universo.

De esta manera, el amplio conocimiento humano puede relacionarse con el estudio de la naturaleza del hombre y armonizarse con el campo amplio y profundo del pensamiento y la expresión humana.

La naturaleza funciona por necesidad, no tiene alternativa, ni voluntad, ni libertad ni elección como el hombre. El individuo debe tener convicciones y valores para vivir, y esto lo reconocen y la aceptan los científicos que también son filósofos. Mientras que la naturaleza del conocimiento, ya sea científico u ontológico, consiste en conciliar el significado y el ser. Y ser significa realizar las potencialidades y realizarse a sí mismo en armonía con la transformación.

Podemos concluir que el organismo es un ser que perdura en el tiempo, de hecho, en el tiempo eterno, ya que no principia con la procreación ni con el nacimiento, ni termina con la muerte. El hombre como hombre debe saber distinguir entre los mejor y lo peor.

Es la única criatura que no solamente puede decir “no” a la vida, sino también “si”. De esta decisión dependen su complejidad y su grandeza. El poder sobre la vida y sobre la muerte no sólo depende del idioma: recientemente el hombre ha adquirido capacidad para destruir o crear vida y por ello se enfrenta a nuestra época a opciones ilimitadas y sin precedentes del bien y del mal.

A pesar de los deberes infinitos de los hombres, a pesar de su poder finito, a pesar de la intransigencia de los nacionalismos, por debajo de los evidentes disturbios y de las catástrofes de la actualidad, y surgiendo de las transformaciones de este periodo dinámico en que ha brotado una conciencia mundial, la finalidad de Perspectivas Mundiales es contribuir a hacer latir más rápidamente “el corazón firme de la verdad rotunda”, e interpretar los elementos importantes de la época Mundial que hoy día toman forma por esa continuidad clara de los procesos creadores que le restituyen al hombre su humanidad y profundizan y amplían su comunión y su relación simbiótica con el universo.


Prefacio

En este libro continúo dos tendencias de mis escritos anteriores, Primero, prologo el desarrollo del psicoanálisis radical y humanista, y me concentro en el análisis del egoísmo y del altruismo como dos orientaciones básicas del carácter.

En realidad, el título de este libro y los títulos de otras dos obras son casi idénticos: Etre et avoir de Gabriel Marcel, y Haben und Sein de Balthasar Staehelin. Estos tres libros están escritos con espíritu humanista, pero cada uno enfoca el tema de modo muy distinto: Marcel escribe desde un punto de vista teológico y filosófico; el libro de Staehelin es un examen constructivo del materialismo en la ciencia moderna.

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