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Argumentacion


Enviado por   •  14 de Junio de 2014  •  5.745 Palabras (23 Páginas)  •  162 Visitas

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Los fundamentos de la argumentación: Tipos, Garantías y pre-construidos culturales

La argumentación es un género cuya complejidad reside en el hecho de que su estructura requiere no sólo de conceptos sino de que estos se articulen en afirmaciones, las que, por principio, están sujetas a la duda o a la refutación. A esto se suma la necesidad de que dichas afirmaciones sean justificadas. Aunque se sabe que frecuentemente algunos fundamentos quedan implícitos, no parece posible entender un discurso argumentativo correctamente sin reponer esos elementos faltantes. Pero ¿en qué consisten los fundamentos de las argumentaciones? ¿en qué se apoyan? ¿qué es lo que hace que un argumento sea válido?

La propuesta de este trabajo es observar cómo desde distintas teorías se han generado nociones para entender los fundamentos que sostienen la argumentación. De este modo, como primer paso, nos proponemos identificar algunas de las nociones estratégicas que giran en torno al concepto de fundamentación: Topos, Ley de pasaje y Preconstruidos culturales. Brevemente, Aristóteles pensó en términos de topos a los lugares de donde se extraen los argumentos, Toulmin (1958) identifica como Garantía a los enunciados que funcionan como una Ley de pasaje y que permiten llegar a una conclusión; por otro lado, Grize (1990) formula la idea de pre-construidos culturales como los saberes en los que se funda todo discurso, que tienen como elemento clave el lugar común, y que intervienen en el proceso de esquematización necesario para producir un discurso. A partir de relacionar estos conceptos, se esbozarán algunos criterios que nos permitan evaluar la contribución de dichas nociones al campo.

Los topos: lugares comunes/lugares específicos

Un topos es un elemento de una tópica, los topos son los lugares en los que se guarda información y de donde surgen los argumentos. Es decir que no son los argumentos mismos sino los lugares en los que estos se encuentran. Una posible definición de tópicos es la que los concibe como principios generales admitidos que intervienen en el proceso de argumentación. Estos principios sirven de base a los razonamientos y son generalmente consensuados o admitidos por una comunidad . Aristóteles considera dos tipos de lugares, cuyas características pueden resumirse a través del siguiente esquema:

Tipos Características Usos

Lugares comunes Lugares formales, esquemas lógicos abstractos Aptos para cualquier tema

Lugares especiales Reservorio de argumentos: retoman creencias y valores, basados en ideas comunes, se relacionan con la doxa. Aptos para temas determinados o un género particular

Como se puede ver, se encuentran, por un lado, los lugares comunes que según la acepción netamente artistotélica son considerados formas vacías que son “comunes” justamente por el hecho de ser aptos para tratar cualquier tema y por otra parte, los lugares específicos o especiales que son lugares referidos a temas determinados y se pueden considerar verdades particulares aceptadas. Estos últimos se vinculan con la práctica de disciplinas específicas en la medida en que tienen en cuenta la especialidad del contenido, el género o temas particulares y es a través de ellos que se trata de dilucidar los diferentes tipos de recursos empleados en los distintos campos de la práctica de la argumentación. Por ejemplo, los lugares del exordio en el género epidíctico: Nos dice Aristóteles al respecto: “Así los exordios de los discursos epidícticos se obtienen de lo siguiente: del elogio, de la censura, del consejo, de la disuasión y de las disculpas dirigidas al auditorio”. (Retórica,Libro III, 559 y ss.) Luego Aristóteles pasará a analizar el exordio en el género deliberativo y el judicial y sus lugares específicos. Observamos que los lugares específicos dependen de la especialidad del contenido, pero también son más concretos y algunos toman conocimientos de la doxa o la opinión común y suelen tomar formas estereotipadas.

Con respecto a la noción de lugar común, Barthes hace referencia a una acepción generalizada de este término, que suele traer confusiones, que es la de “reserva de estereotipos”, y lo explica con el hecho de que esas formas vacías muy pronto mostraron la tendencia a llenarse de la misma manera; pero agrega que este no es de ningún modo el sentido que le da Aristóteles, aunque sí el que ya le dieron los sofistas: “estos habían sentido la necesidad de tener una tabla de temas de los que se habla comúnmente y ante los cuales uno no debe quedar acorralado.” (Barthes, 1982:57)

Así es como Barthes explica la ambigüedad histórica del término lugares comunes considerados como formas vacías (siguiendo a Aristóteles) o como estereotipos (concepción sofística y postaristotelica):

Los lugares son, en principio, formas vacías; pero estas formas mostraron muy pronto una tendencia a llenarse siempre de la misma manera, a apoderarse de contenidos primero contingentes, luego repetidos, reificados. La Tópica se transformó en una reserva de estereotipos, de temas consagrados, de fragmentos enteros que se incluían casi obligatoriamente en el tratamiento de cualquier tema. (Barthes, 1982:57)

Bart Garssen (2007) retoma la diferencia entre los lugares comunes y específicos, al plantear la relación entre los topos aristotélicos y los denominados esquemas argumentativos. Garssen afirma:

Básicamente estos tópicos específicos consisten en aseveraciones generales que pueden ser directamente usadas como premisas en el discurso y que sirven como licencias de inferencia que conectan premisas a tesis (…) son frases hechas que pueden ser usadas como recursos que establecen un puente entre la premisa y la tesis, los tópicos generales consisten en principios generales y abstractos. (Garsen, 2007:21)

Partiendo de la base de que un argumento es una afirmación que se sigue de otra por la mediación de una tercera, cuando alguien argumenta, se espera que las proposiciones que propone como datos se ajusten apropiadamente a las conclusiones que de ella se derivan. Para Garssen (2007), esa adecuación está garantizada por un esquema argumentativo. Este se define como aquello que permite que la aceptabilidad de las aserciones aportadas como datos se traslade correctamente a la conclusión que se defiende. Desde esta perspectiva, podría decirse que lo que en Toulmin consiste en el pasaje de los Datos a la Conclusión a través de la Ley de pasaje, se logra por medio de un esquema argumentativo. La originalidad de Garsen (2007) es que lee los tópicos de Aristóteles,

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