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Cotidianidad


Enviado por   •  14 de Marzo de 2015  •  1.562 Palabras (7 Páginas)  •  146 Visitas

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Desde sus albores, la filosofía no sólo tiene que plantearse la cuestión por el ser, su tema por excelencia, sino que ha de justificarse ante sí misma y ante las ciencias o saberes particulares, en la medida en que se deslinda, en primer lugar, del discurso mítico, postulando el discurso del suyo en segundo lugar, de las ciencias positivas propugnando un saber radical y total, y, por último, de lo que ha dado en llamarse sucesivamente oía, sentido común, concepto natural de mundo, actitud natural, mundo de la vida o cotidianidad. En este estudio pretendo mostrar que el suelo de la filosofía, donde ésta plantea su cuestión fundamental, lo constituye precisamente aquello que se opone radicalmente a ella misma: la cotidianidad. Si la filosofía es un saber radical, tendrá que obtener lo primariamente propuesto, previo a toda teoría o forma específica de saber, y ahí estará su comienzo. Pero la filosofía, al plantear explícitamente su problema, habrá de preparar este suelo o fundamento que se encuentra sepultado bajo los escombros acumulados a lo largo de la historia de la filosofía. En resumen, la filosofía tiene como tarea previa cuestionar la cotidianidad en cuanto aquello que se opone a ella misma, con el fin de perfilarse más nítidamente y de obtener así el fundamento originario para Plantear la cuestión del ser Una vez desarrollado el planteamiento de esta cuestión será posible volver de nuevo sobre ese suelo previamente propuesto. Por consiguiente, la filosofía debe buscar el concepto natural primero de mundo en que los entes se nos dan primordialmente.

La concepción de mundo es un nexo de experiencias naturales comunes que traía de resolver el enigma de ya vida, que se resume en ci sentido de nacer y morir. Sin embargo, esta noción de Weltanschauung, aunque sea «lebensoahe» no se ia debe equiparar a la de cotidianidad tal y como nosotros vamos a sostener aquí. Porque las Concepciones de mundo son productos de objetivaciones de todo lo que de mundo percibe, representa, siente o quiere el hombre

Con ello no ceja la búsqueda inquisitiva, puesto que se pone en cuestión también aquello que constituye lo que la cotidianidad es. Su estructura ontológica, la cual no debe confundirse con el sentido de la pregunta o aquello que posibilita la intelección del ser de la cotidianidad. Elemento fundamental de todo preguntar. Finalmente la pregunta interpela algo, los entes que se dan en la cotidianidad, cuyo análisis es el punto de partida para elucidar lo realmente cuestionado. Sin embargo, a fin de poder fijar qué es un ente dado cotidianamente y de delimitar Asimismo el ámbito o dominio de lo cotidiano, se precisa poseer una noción previa de cotidianidad. ¿Cómo puedo interpelar a un ente cotidianamente dado sí no se de alguna manera qué es aquello que constituye tal ente? Sin esta noción previa ni tan siquiera podría encontrarse un ente en su presentarse cotidiano y reconocerlo en cuanto tal, lo cual es el punto departida de la cuestión.

¿Cuál es esa noción previa? Cotidiano es lo que pasa todos los días o cada uno de los días. Tan cotidiano es el pavimento que piso como el caminar. Cuyo fin es llegar a la casa de un amigo o al lugar trabajo, Lo cual es también algo cotidianamente dado. Al dirigir mis pasos a la casa del amigo estoy también con alguien, la meta de un esfuerzo, semejante a mí, que me abrirá la puerta y me invitará a pasar; con los otros también me encuentro cotidianamente en distintas esferas o secciones de la vida cotidiana: en mi trabajo. En mi trabajo en mi ocio,, entendido como el tiempo que me queda libre después del trabajo, en mi vida familiar. Cotidiano es eso que hago o percibo o pienso todos los días desde mi nacimiento hasta mi muerte, incluidos ambos extremos, puesto que en definitiva, son también posibilidades dadas en el ámbito de lo cotidiano

Ahora bien, la cotidianidad no es ni algo cotidiana, como el caminar, ni el conjunto de todos los entes que ocurren todos los días, ni tampoco el conjunto de todas las posibilidades de la existencia ejercidas cotidianamente. Sino justamente el ocurrir todos y cada tino de los días, la índole de lo que acontece todos los días desde el nacimiento a la muerte y del comportarse con eso que ocurre todos los días.

Con esta amplísima definición previa de cotidianidad se abarca a la totalidad de los entes, nada parece escapar al ocurrir todos los días, hasta incluso el mismo filosofar parece algo cotidiano, como una posibilidad más de la vida cotidiana incorporada al mundo del trabajo profesional. Que el filosofar sea una posibilidad de la existencia que se ejerce de modo cotidiano y que aparece en el modo cotidiano de

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