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DIOS, COMO SER MORAL O COMO LEY


Enviado por   •  1 de Febrero de 2012  •  1.727 Palabras (7 Páginas)  •  849 Visitas

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DIOS, COMO SER MORAL O COMO LEY

El título de este paper retoma el mismo tema del cuarto capítulo del libro la esencia del cristianismo de Feuerbach. En este capítulo el autor hace una crítica muy interesante y fuerte a la vez al cristianismo. Entonces, el contenido de nuestro paper tiene como pretensión de conservar la misma línea de la idea del autor, es decir sin buscar a defender con argumentos cristianos lo que dice el autor sino presentar fielmente, en la medida posible, la imagen que maneja Feuerbach de Dios a partir del cristianismo. Así, en este tema mostraremos con mucha claridad, concisión y precisión la imagen de Dios que se describe en este capítulo, siguiendo paso a paso el hilo conductor del autor. Y luego haremos una breve reflexión y concluir dejando el tema abierto, pues la intención del trabajo no es declarar caso cerrado ni tampoco agotar todas las posibilidades en este campo; sino más bien descubrir que imagen de Dios presenta el autor en este capítulo. A continuación, presentamos que entiende el autor por Dios, que contenido maneja por ser moral y la ley.

Feuerbach parte de la misma imagen del Dios filosófico: ser infinito, universal, no antropomórfico del entendimiento. De allí, solamente en el primer párrafo del capítulo se encuentre cuatro (4) relaciones diferentes entre Dios, la religión, hombre, ciencia. Con estas relaciones arranca sus críticas al cristianismo basándose en el hacer y el decir del cristianismo en aquel entonces.

En la primera, la relación se nota en una comparación entre Dios y un principio general y fundante para una ciencia especial; se presenta a Dios como el supremo y último punto de contacto y de unión, el punto matemático de la religión. También se nota que la conciencia que tenemos de nosotros mismos, es decir, de nuestra limitación y nulidad humanas, y que está en unión con la existencia de Dios, no es una conciencia religiosa; más bien esta conciencia nos determina como escépticos, materialistas, naturalistas y panteístas. Feuerbach nos está diciendo refiriéndose a estas cuatro corrientes que Dios no puede ser distinto de nosotros. Pues, ninguna de las cuatro corrientes admite una existencia trascendental y menos aún sin posibilidad de comprobarlo.

En la segunda, se relaciona la fe en el Dios de la religión que se pierde como se pierde la fe en el hombre en el escepticismo, panteísmo o materialismo. Aquí el Dios de la religión no tiene ningún grado de superioridad a lo humano, es algo más en la cotidianidad del hombre, en la naturaleza.

La tercera relación se refiere a que como la religión no toma en serio la nulidad del hombre, así tampoco toma en serio aquel ser abstracto con el que se une la conciencia de aquella nulidad. Es decir lo que cuenta para la religión no son más que las determinaciones que objetivan al hombre para sí mismo. De allí, viene también la cuarta relación que hace referencia a que la religión no puede negar al hombre, pues negar al hombre significa negar la religión.

Las relaciones anteriores son la base para plantear que como es posible al hombre de encontrar satisfacción en la religión si fuera esencialmente diferente.

“Un Dios que no es hombre, y que nunca ha llegado a ser hombre, no es Dios (…). Es un mal Cristo, es un Dios puramente separado y una persona divina (…) sin humanidad. Donde pones a Dios, debes también poner a la humanidad.”

Un Dios que no comparte la esencia humana, que es totalmente diferente no puede traer paz al hombre y tampoco satisfacerlo. Para Feuerbach este Dios sólo expresa la esencia del entendimiento pues, lo que no satisface ni a la religión ni al hombre. Entonces si el hombre quiere encontrar satisfacción en la religión, debe llegar a tener como objeto algo que sea completamente de la esencia del entendimiento, y este algo debe contener el núcleo específico de la religión; y la característica más importante de la religión es la perfección moral. Y es lo que hace el cristianismo, presenta un Dios como ser moral o como ley. Es decir se hace más énfasis en lo que es norma, prohibición en vez de enfocar en la verdadera esencia de Dios.

DIOS COMO SER MORAL

Entonces Dios como ser moralmente perfecto no es más que el fruto de la propia conciencia del hombre. El Dios moral exige del hombre que sea como él mismo. Pero la conciencia del ser moralmente perfecto, como conciencia de un ser abstracto, libre de todo antropopatismo, nos deja fríos y vacíos, porque la distancia, el vacío que sentimos entre nosotros y este ser es una conciencia insensible; el autor llama esta conciencia la de nuestra nada personal, de la nada moral. La idea del ser moralmente perfecto que tenemos debe exhortar a la acción y la imitación. Es decir, es inconcebible pensar la voluntad perfecta sin pensarla al mismo tiempo como objeto de la voluntad, es decir como mi deber. En esta misma línea al decirme lo que debo ser,

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