EL ESPÍRITU DE LA INVESTIGACIÓN CIENTIFICA

En el artículo “El espíritu de la investigación científica” de Juan Manuel Silva Camarena se expone la necesidad de retomar las bases en cuanto a la investigación científica para el ser humano, en donde la búsqueda del saber y explicarse a si mismo las cosas que lo rodean han sido poco a poco olvidadas y cambiadas por las de ver a la ciencia como un medio de enriquecimiento económico y de obtención de beneficios puramente materiales.

El autor inicia su argumentación exponiendo que el ser humano es el único, de entre todos los seres vivos en el planeta, de tener la capacidad de palabra y razón. Aunque no se ha podido determinar cómo ni cuándo el ser humano se dio cuenta de esta capacidad de conocer, es la mayor cualidad que lo separa del resto, porque lo hace creador del conocimiento y cultura.

Otro de los puntos que aborda es – El conocimiento es posible porque las cosas se dejan conocer – y nos explica que dentro de la diversidad que existe en el cosmos, las cosas están dispuestas para que el conocimiento, y esto es para cualquier ser vivo, pero esto no sería de utilidad para el hombre si este no tuviera una vocación constante para el conocimiento y esta necesidad de explicarse todo lo que lo rodea. Y es esta perfecta combinación, por un lado la disposición de las cosas para poder conocerlas y por el otro el humano con el poder de conocerlas, tiene como resultado la obtención de nuevos conocimientos.

Silva precisó que dentro de la realidad existen ciertas características que nos ayudan a generar conocimiento, y estas características se incluyen en los seis principios de la ciencia, los cuales son:

1. La realidad es una y en ella está incluido todos los aspectos como lo humano, lo natural, lo divino y lo por alguna razón es misterioso o desconocido aun.

2. La realidad es común. Este punto hace referencia a que la realidad es la misma para todos, la única “diferencia” por llamarlo de alguna forma, es la opinión que cada persona puede tener sobre una misma realidad.

3. La razón es solo una. Y esto es porque si existieran varias razones, no contaríamos con un conocimiento que fuera verdaderamente conocimiento, lo que tendríamos sería una serie de distintas opiniones o versione de las cosas del mundo.

4. La razón es común. Esto significa que la razón es la misma para todos, no es diferente para cada persona, y esto ayuda a que a pesar de que no estemos de acuerdo con una misma razón, nos podamos entender.

5. La realidad es racional. Todo dentro del cosmos sucede o está por alguna razón es especifico.

6. La realidad es temporal. Lo que hace posible el conocimiento en el mundo es el su constante cambio, ya que si todo permaneciera constante o sin cambios no sería posible reconocerlo.

El autor al escribir sobre el espíritu de la ciencia, hace especial énfasis en que no debemos ver a la ciencia como la respuesta a nuestras necesidades, más bien debemos de concebirla como una acción espiritual de suma importancia, ya que sin ella no sería posible conocer la verdad, y una vez que conocemos la verdad, tenemos la oportunidad de cuestionar esta verdad y así no ser presas de la arbitrariedad.

Más adelante nos expone cuales son los enemigos o enfermedades que ponen en peligro a el espíritu científico, las cuales son en palabras de Silva Camarena: “Las enfermedades que en todos los tiempos lo amenazan son los sofistas, los mercenarios del saber y el mercantilismo en el conocimiento, toda clase de dogmatismo y escepticismo, de relativismo y subjetivismo, y en general, todo ismo

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