Estética Y Sociedad Industrial
danielmbnc18 de Junio de 2015
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El modernismo se resume en la consigna de hacer de la propia vida una obra de arte. Es ante todo un conjunto de ideales y principios estéticos para ser aplicados en todas las áreas de la vida, incluyendo la apariencia personal, la arquitectura, la decoración, el arte y el diseño. Sus características principales son la sencillez, la limpieza de las líneas y formas geométricas y el uso cuidadoso del color.
Baudelaire es el descubridor de la modernidad. Usa esa palabra en 1859, para expresar lo que caracteriza al artista moderno. En un verdadero ensayo precursor sobre el problema del arte en la modernidad, Baudelaire diría en 1863 que "la modernidad es lo transitorio, lo fugitivo, lo contingente, que es la mitad del arte, cuya otra mitad es lo inmutable". El componente eterno está presidido por los principios estéticos de Aristóteles: armonía, orden, simetría, ritmo. Las formas, por su fugacidad, son expresión del fondo espiritual del que derivan.
Para Baudelaire, el hombre moderno es el que se inventa a sí mismo, tanto en el plano físico como en el plano espiritual. Esa aspiración fundamentó en gran medida la aparición del dandismo, cuyo principal exponente fue precisamente Baudelaire. Los dandys eran jóvenes elegantes que pretendían ser modernos y despreciaban las costumbres burguesas, mostrándose como escépticos morales, ociosos, aficionados al lujo y excesivamente adornados.
El dandy se aferra a la moda y las drogas como estados en esencia transitorios y forzosamente reversibles que obligan a comenzar siempre de nuevo, como el juego.
En palabras de Baudelaire, el dandysmo es "una especie de culto de sí mismo, que puede sobrevivir a la búsqueda de la felicidad que se descubre en los demás, por ejemplo en la mujer, y que hasta puede sobrevivir a todo lo que se suele denominar como ilusiones". El dandy es, en definitiva, "el placer de sorprender y la satisfacción orgullosa de no ser sorprendido jamás", el objeto más distinguido de la ciudad. Para distinguirse hay que marginarse y distanciarse de la muchedumbre, esencialmente vulgar.
El modernismo llegó a convertirse en un movimiento artístico gracias a los cambios tecnológicos del siglo XX. En la Europa de comienzos del siglo XX, hubo un conjunto de tendencias artísticas innovadoras, con París como gran centro cultural de la época. Estas tendencias recibieron el nombre de vanguardias. Artística o políticamente, son llamados de vanguardia los grupos o corrientes que presentan propuestas innovadoras que "captan" las tendencias del futuro y que tienen como misión realizar el futuro ahora, por lo cual son polémicos e incomprendidos. El arte moderno estaba contra el pasado cultural y a favor de la libertad de acción.
Las energías y los atractivos de una nueva era de la máquina eran un poderoso estímulo para la imaginación, como se reflejó en el cubismo parisino, el futurismo italiano o el constructivismo ruso. Un nuevo espíritu actuó ampliamente sobre las artes plásticas, valorizando las formas funcionales, geométricas, abstraccionistas.
A estos valores se sumó también el factor industrial, con sus nuevos materiales, lo que marcó un camino totalmente nuevo para la arquitectura y las demás artes, que superaron sustancialmente diversas maneras antiguas de construir y expresar. Además, las condiciones sociales se alteraron profundamente, como consecuencia de la explosión industrial, de la ciencia, de la técnica, del aumento enorme de la población.
En todos los sentidos, la velocidad de transformación de la civilización aumentó. Los cambios que antes llevaban siglos, pasaron a hacerse de generación en generación, e incluso en una misma generación.
Además de la influencia de los materiales, el estilo moderno también se definió en función de las nuevas maneras de entender el arte y las funciones de la arquitectura y el diseño. Se advierte la influencia del cubismo, cuya tendencia geometricista o atención a los volúmenes alcanzó inmediatamente a algunos maestros de la arquitectura, como Osenfant y Jeannaret, más conocido por su seudónimo Le Corbusier.
En particular el cubismo sintético, en virtud de la división racional que imprime a las superficies, articulando geométricamente los elementos, influyó en las nuevas formas arquitectónicas. Esta lógica constructiva del cubismo sintético está presente en el purismo geométrico de Le Corbusier y otros arquitectos expresivos de los nuevos tiempos.
Picasso ejerció enorme influencia en la evolución artística del siglo XX. Desarrolló una tendencia ya esbozada en Cézanne y creó el cubismo, forma artística altamente constructiva de reelaboración del mundo real. Picasso afirmó que la invención de la fotografía había liberado a los pintores de cualquier obligación de hacer de su arte una reproducción parecida al modelo real, conforme a la tradición que existía desde el Renacimiento. Al mismo tiempo, rechazó el arte abstracto, al cual consideraba productor de vacíos. Manteniéndose firmemente figurativo, se permitió una libertad ilimitada en la reconfiguración de los elementos objetivos recibidos del mundo circundante.
Picasso fue un artista que se politizó y que se mantuvo, en todas las circunstancias, políticamente definido. Residiendo en París, tomó posición a favor de los republicanos en la guerra civil española contra el franquismo y, debido a la continuidad de la dictadura, nunca más retornó a su tierra natal. Pero fue precisamente la guerra civil en España la que inspiró su obra más célebre. En el cuadro Guernica, consiguió traducir, bajo formas sofisticadísimas y al mismo tiempo vibrantes, el horror del bombardeo de la aldea vasca por la aviación nazi.
Durante los años de la Segunda Guerra Mundial, Picasso permaneció en París y su taller llegó a ser visitado por intelectuales nazis en uniforme del ejército alemán. El pintor tenía, sin embargo, la confianza de intelectuales militantes de la resistencia francesa, en particular los comunistas Paul Eluard, Louis Aragon y Pierre Daix. Aunque en la época haya causado enorme sorpresa, es comprensible y explicable que el 4 de octubre de 1944, poco después de la liberación de París, Picasso se inscribiera como militante del Partido Comunista Francés, hecho que ocupó, al día siguiente, la primera página del diario comunista L'Humanité. Más notable aún fue que el gran artista se mantuviera comunista hasta el fin de su vida, en 1973.
La producción de Picasso, en los años comunistas, tiene el mismo vigor creativo de la producción de años anteriores. Desde el punto de vista de la técnica pictórica, presenta una riqueza insuperable. Al mismo tiempo, incluye cuadros y dibujos explícitamente políticos. No sólo las palomas de la paz, que se popularizaron universalmente, sino los magníficos páneles Guerra y Paz, que adornan la capilla de Vallauris. O el cuadro Masacre en Corea, que recrea, en términos originalísimos del siglo XX, el célebre cuadro de Goya Ejecuciones del 3 de mayo de 1808, en el cual el fusilamiento de patriotas españoles por los invasores del ejército de Napoleón constituye ciertamente una de las escenas más chocantes fijadas en una tela.
En la naciente Unión Soviética, el problema del "arte y la vida" se transformó en el problema del "arte en la vida", percibiéndose como la necesidad de introducir belleza en todos los elementos del entorno humano.
Los artistas de la vanguardia rusa revolucionaria estaban convencidos de que el artista "debía entregarse al trabajo de crear la vida misma; específicamente, a la producción de nuevos objetos de la cultura material". La primera página del primer número de su órgano "Arte de la Comuna" proclamaba: "Las fábricas, las plantas industriales, los talleres, están esperando a que los artistas acudan para darles diseños de objetos nuevos y sin precedentes". La consigna propuesta por los artistas era: "Arte en la producción".
A lo largo de los años 20, en la joven Unión Soviética, toda una generación globalmente designada como "de izquierda" rechazó el pasado para buscar los modelos de un radiante futuro comunista. Grupos de artistas-pintores (Malevich, Kansinsky), poetas (Maiakovski, Esenin), escultores-arquitectos (Vladimir Tatlin)... buscaban, de una forma concreta, transformar la vida y las ciudades a través de experiencias nuevas, de las cuales cada persona hiciera parte necesariamente, pasando de la pintura al diseño gráfico o la fotografía, de la poesía al periodismo o la publicidad, de la escultura a la arquitectura...
Apóstoles de la vida comunitaria y colectiva, exploraron las posibilidades de alteración de las relaciones entre individuos, entre padres e hijos, entre hombres y mujeres. En medio de éstas, los arquitectos ensayaban las soluciones arquitectónicas y urbanísticas de la sociedad que esperaban ayudar a construir. Teóricos como Moisés Guinzburg buscaban encontrar los "instrumentos arquitectónicos de la nueva cultura socialista". Sus reflexiones sobre el espacio de trabajo servirían, además,
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