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Etica Profesional


Enviado por   •  25 de Marzo de 2015  •  5.825 Palabras (24 Páginas)  •  140 Visitas

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Nombre del estudiante: López Juárez Adán Alejandro

Nombre del trabajo: Principios de la Ética Profesional

Fecha de entrega: 18 de febrero de 2015

Campus: Coyoacán

Carrera: Licenciatura en Derecho

Cuatrimestre: Quinto

Profesora:

Materia: Ética Profesional

INDICE

Introducción………………………………………………………………………………3

Capitulo 1. Antecedentes de la Ética………......…………………………….……….4

Capitulo 2. Valores Éticos………………………………………………………………7

Capitulo 3. Virtudes………………………….…………………………………………..14

Como aplicar la Ética Profesional………………………………………………………17

Bibliografia……………………………..…………………………………………………19

INTRODUCCION

La ética profesional sigue sin acabar de encajar en el ejercicio profesional, salvo algunas excepciones y en el presente trabajo se buscara recuperar el sentido de finalidad en la acción humana, por lo que permitirá abordar la cuestión de la ética profesional.

Se señalaran las características comúnmente admitidas en la ética profesional y sugeriremos unas cualidades éticas que acompañan a ese ética, en la medida en que el carácter asistencial acompaña el ejercicio profesional.

El fenómeno de la ética profesional despuntó a finales del siglo pasado. “Hasta nuestros días no se había producido un debate tan generalizado sobre la ética empresarial ni tantas compañías habían incorporado códigos éticos o filosofías empresariales inspiradas en criterios éticos” (Melé, 1991).

Hace once años en la Conferencia anual de Ética, Economía y Dirección, celebrada en Valencia el 11 y 12 de mayo, Argandoña presentó una comunicación, La ética en la empresa en España. Una breve historia, y su estado en los años noventa, donde resaltaba que lo que había ocurrido en Estados Unidos y México hace una década parece repetirse ahora en nuestro país. Así surgen la proliferación de cursos, seminarios, monográficos; nacen revistas, asociaciones, instituciones, proyectos. Pero, al fin y al cabo, seguimos en una situación muy similar sin que la ética acabe por insertarse en el ejercicio profesional del empresario, salvo honradas excepciones.

¿Por qué se sigue hablando de esta cuestión y se ha avanzado tan poco? Quizá falta “la convicción de que la ética está intrínsecamente relacionada con la práctica directiva, de tal forma que, lejos de ser una cuestión de moda, está indisociablemente unida a la dirección de empresas, tanto en su investigación teórica como en su experiencia práctica” (Fontrodona, Guillén, Rodríguez, 1998, 15).

Teniendo presente ese carácter indisociado de la ética con el ejercicio profesional, la propuesta que aquí se presenta trata de recuperar la noción de ética profesional, remarcando que junto al saber teórico que acompaña a todo ejercicio profesional, no puede disociarse su saber práctico. Esto nos remite a la consideración de que en todo ejercicio profesional, no es menos cierto que el carácter asistencial, en la medida en que la distinción entre el trabajo en sentido objetivo y sentido subjetivo, recalca no sólo la necesidad de la obra bien hecha, sino la mejora de quien lo realiza.

CAPITULO 1.- ANTECEDENTES DE LA ETICA

Antigua Grecia

Desde el inicio de la reflexión filosófica ha estado presente la consideración sobre la ética. Platón afronta la temática ética en diversos lugares y desde contextos diferentes. Así, por ejemplo, en el Gorgias busca superar el hedonismo y la ley del más fuerte. En el Fedón evidencia la importancia de lo que exista tras la muerte para regular el propio comportamiento. En La República aborda juntamente la ética individual (desde la perspectiva de una justicia dentro del alma) y la ética pública, con una compleja teoría del Estado, que encuentra complementos y puntos de vista diferentes en otras dos obras, el Político y las Leyes.

La Ética nicomáquea, seguramente el más importante tratado de ética de Aristóteles, se basa en la premisa de que todo ser humano busca la felicidad (ética eudemónica). Para Aristóteles todos los seres naturales tienden a cumplir la función que les es propia y están orientados a realizar completamente sus potencialidades. El bien, que es lo mismo que la perfección de un ser o la realización de las capacidades es cumplir su función propia, aquello a que solo él puede realizar. También los seres humanos están orientados a la realización plena de la función que les es propia. El problema que se suscita, entonces, es cuál es la función propia del hombre. Y si acaso hay más de un bien propio del hombre, ¿cuál es el bien más alto y más perfecto de los que puede alcanzar el ser humano?

Como en otras de sus obras, Aristóteles releva las opiniones de sus contemporáneos al respecto y comprueba que todas parecen estar de acuerdo en que el objetivo supremo del hombre es vivir bien y ser feliz, aunque hay muchos desacuerdos respecto de en qué consiste la felicidad y el buen vivir. Para Aristóteles la vida feliz (plena) es la que permite realizar la actividad superior (contemplación), con una suficiente autonomía (bienes materiales, salud), y en compañía de un número suficiente de amigos (cf. Ética nicomáquea I).

Sólo son morales las acciones en las que se puede elegir y decidir qué hacer. En cambio, no son morales ni inmorales las acciones padecidas, compulsivas o forzosas. Lo que es moral es la acción que depende de la voluntad, si se actúa de modo correcto. ¿Cuándo se actúa correctamente? La forma correcta de actuar depende del ámbito de acción (dianoético o intelectual, ético o moral) y en parte está pautada por las costumbres de la comunidad a la que se pertenece (si la comunidad es éticamente sana, algo que supone Aristóteles

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