ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Filosofia Egipcia


Enviado por   •  23 de Octubre de 2012  •  1.391 Palabras (6 Páginas)  •  970 Visitas

Página 1 de 6

Filosofía Egipcia.

En Egipto se entiende la filosofía como la aplicación practica de unas doctrinas de una pureza extraordinaria. Gracias a ella se desarrollo una actividad política, religiosa, científica y artística, pocas veces repetida a lo largo de la historia de la humanidad.

Sabemos a ciencia cierta que la moral egipcia por el contenido del ritual funerario prohibía blasfemar, engañar a otro hombre, hurtar, matar a traición, excitar motines o turbulencias, tratar a persona alguna con crueldad, aunque fuera un esclavo propio. También se prohibía la embriaguez, la pereza, la curiosidad indiscreta, la envidia, maltratar al prójimo con obras o palabras, hablar mal o murmurar de otros, acusar falsamente, procurar el aborto, hablar mal del rey o de los padres. La prohibición de estas cosas como malas iba acompañada con varios preceptos acerca del bien obrar, entre los cuales resaltan los de hacer a Dios las ofrendas debidas, dar de comer al hambriento, vestir al desnudo y algunos otros por el estilo.

Como base y sanción de estas prescripciones morales, lo egipcios admitían la inmortalidad del alma y el juicio divino después de la muerte, con los premios o las penas correspondientes a las acciones practicadas en vida. Según Herodoto, los egipcios fueron los primeros que profesaron el dogma de la inmortalidad del alma, pues afirmaban que cuando el cuerpo se descompone o muere, el alma pasa sucesivamente a otros cuerpos por medio de nuevos nacimientos o encarnaciones.

Estas y otras muchas creencias vividas por el hombre egipcio, desarrolló un poder interno que dio como fruto el desarrollo, que aún nos asombra hoy día, a nivel técnico y científico.

La pureza y la perfección relativas de la moral entre los egipcios no tuvieron fuerza bastante para impedir la introducción, si no de castas propiamente dichas, como las de la India, de clases tan privilegiadas que equivalían o se asemejaban a castas. Sabemos, por el testimonio de Herodoto, de Diodoro y otros antiguos historiadores, confirmado por los descubrimientos modernos, que la influencia político-social, los empleos, el gobierno y hasta la propiedad, se hallaban monopolizados por la clase sacerdotal y la militar. Los pastores, los artesanos y los agricultores, que formaban el pueblo, y, digamos, la tercer clase del Estado, apenas tenían participación en las funciones públicas, ni en la propiedad de las tierras o bienes raíces, siendo su condición bastante análoga a la de los vayçias y çudras de la India.

El principio de la igualdad de los hombres, lo mismo que el principio de la dignidad e independencia individual, eran desconocidos a las sociedades paganas, por más que algunas de ellas percibieron algo de estas grandes verdades. Moviéndose fuera de la órbita de la revelación divina, ignoraban lo que ésta enseña acerca de la unidad de origen y destino final de la especie humana. Por eso vemos que en todas las sociedades antiguas o paganas, cualquiera que sea su grado de civilización, o domina la institución antihumana y antisocial de las castas, o domina la concepción político-socialista, es decir, la absorción del individuo y hasta de la familia por el Estado. El doble principio de la dignidad e independencia personal y de igualdad de los hombres, principio que constituye el fondo de la civilización cristiana, y que es una de las razones suficientes de su fecundidad indefinida y de su fuerza poderosa de expansión, sólo encontró acogida en la antigüedad en el pueblo depositario de la revelación divina, en el pueblo de Abraham, de Moisés y de los profetas.

Los antiguos egipcios sabían que todo el universo procede de una misma causa u origen: la diosa Nun como espacio primordial del que surge la dualidad Atum-Ra. Este Ser-Constructor hace el mundo a su imagen y semejanza, esto es, dual y armónico. Todo en el Antiguo Egipto expresa esta dualidad y la posibilidad de conjugarse armónicamente. En lo político la dualidad es el Alto y el Bajo Egiptos. Desde la más remota Antigüedad el País de los Faraones se componía de diferentes pueblos que fueron unificados por la Dinastía de Menes-Narmer. Es el primer caso constatado históricamente de unificación de diferentes pueblos

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (8.4 Kb)  
Leer 5 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com