Filosofia trabajo

1)

a- La filosofía viene de dos palabras del griego antiguo: “sofía”, que significa sabiduría, y “fileo”, verbo que significa amar. Es preguntarse permanentemente el porqué de las cosas. Pero no es preguntarse una vez, sino todas las veces que sea necesario hasta llegar a una respuesta tal.

La filosofía es el estudio de los “últimos” o “primeros” porqués. “Últimos”, porque son lo último a lo que se llega en tu estudio, y “primeros” porque al llegar a ellos descubres que son la “base” de todo. Estudia las últimas causas o primeros principios de todas las cosas.

b- La filosofía no es nada alejado de la vida, porque ésta compromete hasta las raíces de nuestra vida espiritual y tiene como objeto de investigación lo que de más serio, de verdaderamente serio, hay en nuestra existencia.

c- La filosofía ayuda en la búsqueda de las verdades más fundamentales de la propia existencia, lo cual, a veces, no es fácil, ni sencillo, ni agradable, pero sí necesariamente relacionado con la plenitud como ser humano. Y con esa plenitud está relacionada la felicidad.  

d- La filosofía contempla dos cuestiones que les son muy propias: el ser y el conocer.

e- La metafísica u ontología estudia el “ser”. El “conocer” es estudiado por la gnoseología.

f- La filosofía es esencialmente comprometedora porque significa dos cosas, primero, que el filósofo ha hecho un compromiso con la verdad. Segundo que las primeras verdades del filósofo son especialmente comprometedoras, en cuanto que el filósofo se juega lo más profundo de su vida con sólo preguntar por esas verdades.  

g- En los planteos religiosos, hay una entidad absolutamente superior al hombre, que revela al hombre las verdades fundamentales de su existencia, las cuales son aceptadas por el hombre merced a la autoridad que éste otorga a la entidad superior que revela. Todo esto plantea el delicado problema de las relaciones entre razón y fe. El modo de llegar a la verdad es en la filosofía distinto.  

En la filosofía tratamos de llegar a la verdad por medio de la autoridad de nuestra razón, y no por medio de una autoridad sobrehumana que revela la verdad. El filósofo hace un intento sobre qué cosas puede decirnos nuestra razón acerca de los problemas fundamentales de nuestra existencia.

h- El hecho de encontrar cómo vivir nos conduce a la ética, ya que su objeto de estudio es el valor bien, su naturaleza y su relación con otros valores y con las normas morales que rigen las actividades humanas.

i- Estos planteos nos proporcionan el saber especulativo, que deriva del hecho de que ha visto cómo son las cosas, independientemente de para qué son, en cambio este conocimiento es distinto al conocimiento práctico, que contesta la pregunta para qué sirve. El conocimiento práctico requiere aunque sea un mínimo de conocimiento especulativo, pues para saber cómo se hace algo hay que tener un mínimo de conocimiento de qué son las cosas con las cuales se está trabajando.

j- Las características más pertinentes son:

• Crítica universal, radical, sin fronteras.
• Es objetivo. Trata de llegar a los fundamentos, más allá de los fenómenos.
• Formula siempre los mismos problemas con respuestas nuevas.
• Inquieto, no reposa en ninguna respuesta definitiva.

k- El filósofo posee una actitud contemplativa, que lo llevará a preguntarse qué son las cosas y para qué son.

2)

a- “El ser se identifica con la temporalidad”. Según Heráclito el devenir es la esencia de las cosas. El cambio permanente. Nada es fijo en el orden del ser. No hay esencia inmutable. Si todo cambia, nada permanece, no hay conocimiento permanente. El ser se identifica con la historia, la temporalidad.  

    “El ser queda excluido del tiempo”. Para Parménides el Ser es, y el no-Ser, no es. El Ser es imperecedero e inengendrado, porque en caso contrario, habría que suponer que procede del no-Ser y vuelve a él, pero el no-Ser es impensable e inexistente. El mundo es algo limitado, compacto, inengendrado e imperecedero, excluyéndose la posibilidad de cambios y movimientos. Es como una esfera bien redonda, inmóvil y eterna.

b- El punto de llegada del Diálogo Mayéutico se relaciona con el planteo de Parménides, ya que la mayéutica socrática conduce a un estado de verdadera sabiduría: el concepto. Es aquello que tiene validez para todos y para todos los casos en que la cuestión se presenta. Es lo que hace que la cosa sea lo que es y no otra. Se trata de un conocimiento válido para todos, claramente expresado en una definición.

c- La pena de muerte que se le impuso a Sócrates fue la cicuta.

En el año 399 antes de Cristo, por primera vez Sócrates comparece ante un tribunal de justicia, acusado de tres delitos: corromper a la juventud, no respetar a los determinados dioses antiguos de la ciudad, introducir nuevas divinidades. Al final, luego de una ejemplar autodefensa ante los tribunales, no quiso pedir disculpas ni que le conmutaran la pena porque estaba convencido de que no había obrado mal. Y murió en cumplimiento de los dictados de su propia conciencia y en acatamiento a la ley.

Posiblemente los atenienses no lograron entender bien a Sócrates, ya sea por su gran erudición, o por el proceso de reforma que propugnaba. Lo consideraron como un personaje perturbador de la vida pública y de la tradición y no dudaron en desprenderse de él por cualquier medio posible, recurriendo a la calumnia y difamación en todo momento. Sócrates fue víctima de un injustificable error y de una injusticia irreparable.

3)-

Cuando Platón habla del gobierno logra desprenderse de lo particular para referirse al concepto general de gobierno, de patria, de sociedad, de hombre, y del bien y el mal, conceptos todos relacionados con la verdad y la falsedad.

Sabes vivir es saber gobernarse, dominar las pasiones fútiles y transitorias en busca de verdades trascendentes y bienes duraderos. Sólo ese hombre, el sabio en este sentido, es libre. Nada ni nadie lo domina. Es autónomo en cuanto uno mismo se da el nomos, la ley del qué hacer y cómo hacer. Pero esa ley proviene de la razón, por lo tanto, es común a todos los hombres del mundo, ya que eso es lo que todos tenemos por igual: el poder de pensamiento.

Según Platón, hemos de programar una sociedad ideal, conducida por líderes ideales, gobernantes idóneos que sepan gobernarse a sí mismos y por lo tanto que sean sabios. Para el bien público, que termina siendo el bien de cada uno, se necesita una sociedad con un gobierno constituido por filósofos, sabios, individuos que representan la verdad, es decir, el bien.

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