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Filosofía Pos Moderna


Enviado por   •  25 de Septiembre de 2012  •  1.732 Palabras (7 Páginas)  •  443 Visitas

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1. la Posmodernidad tiene excelentes escritores que han sabido expresar el clima que en ella se vive. Gilles Lipovetsky (1944), profesor de filosofía en Grenoble, es uno de ellos. Este filósofo ha deseado exponer, en particular, el clima cultural de la época actual, llamada posmoderna. Luego veremos cómo este clima cultural es defendido filosóficamente por Gianni Vattimo.

La tesis de lectura que sostiene Lipovetsky es que "vivimos una segunda revolución individualista". La Modernidad ya ha sido una revolución que significó un descentrarse del cosmos y de Dios, para centrarse en el individuo. La Posmodernidad es la segunda revolución en ese mismo sentido, que a partir de la mitad de nuestro siglo, conlleva una mutación sociológica global que aún está en curso.

2. Este individualismo cultural e individual creciente es llamado por Lipovetsky "personalización".

"Negativamente, el proceso de personalización remite a la fractura de la socialización disciplinaria; positivamente, corresponde a la elaboración de una sociedad flexible basada en la información y en la estimulación de las necesidades, el sexo y la asunción de los 'factores humanos', en el culto a lo natural, a la cordialidad y al sentido del humor".

Se va dando consenso a una nueva forma mayoritaria de comportarse, signada no ya por la tiranía de los detalles, sino por un mínimo de coacciones y el máximo de elecciones privadas posibles, con el mínimo de austeridad, con un máximo de deseo, con la menor represión y la mayor comprensión ante las conductas personales.

El individuo sigue relacionado con la sociedad; no puede ser persona sino en relación a ella; pero cambia el sentido de esta relación: se ha roto la uniformidad en las conductas, valores y culturas. Se psicologizan las modalidades de la socialización.

Como los hombres y la sociedad son psicológicamente aquello que desean (esto es, sus proyectos, sus fines), todo cambio implica primera o contemporáneamente un cambio en el aprecio de los valores. Gilles percibe, en este sentido, una acentuación por los valores hedonistas (legitimación del placer), un respeto creciente por las diferencias, un culto a la liberación personal, al relajamiento, al humor, a la sinceridad, al psicologismo, a la expresión libre, y una psicologización de la autonomía. La autonomía ya no se rige por la voluntad general, por las convenciones sociales, por las reglas fijas, por la abnegación exigida por el partido revolucionario. Se trata ante todo de vivir libremente sin represiones, escogiendo cada uno el modo de su existencia: buscar la individualidad, identidad en la diferencia, la particularidad, no la universalidad y la norma social, es lo caracteriza, entre otros aspectos a la Posmodernidad.

3. Desde el punto de vista educativo, se abandona la educación moderna, pues ésta es entendida como autoritaria y mecánica, disciplinadora a través de la ciencia y las exigencias sociales, y se tiende a un régimen homeopático (de imitación por contagio suave) y cibernético (de tecnología usada sin esfuerzo por entenderla). El proceso educativo si existe debe ser un suave juego, pues nadie cree en prepararse para el futuro (como en la propuesta moderna aún vigente en la retórica de los políticos): "La gente quiere vivir enseguida, aquí y ahora, conservarse joven y no ya forjar el hombre nuevo".

Lo nuevo se ha hecho monótono y exige desencantarlo en la apatía. La sociedad posmoderna, sin ídolo ni tabú, vive sólo de la imagen gloriosa de sí misma, sin proyecto histórico: "Estamos regidos por el vacío, un vacío que no comporta, sin embargo, ni tragedia ni apocalipsis". No se trata de un vacío por carencia, sino por abundancia. Seguimos en la sociedad del consumo. El consumo no es una manera de satisfacer necesidades; sino es hoy una forma global de vivir pero sin fascinación: Se consume ocio, técnicas de comunicación y de personalización individual, sin nada imperativo ni imperecedero, ni pleno de sentido.

La televisión vende ante todo (aunque solapadamente) televisión: se preanuncia, se anuncia y reanuncia, para atraer audiencia, para fascinar y encantar el deseo audiovisual del espectador medio; autoafirma la notoriedad de su existencia, porque sabe que debe luchar en medio del desencanto posmoderno constante.

En la Posmodernidad, todo puede cohabitar sin contradicción con todo y sin postergación, con flexibilidad ante las antinomias: "Narcisismo, consecuencia y manifestación miniaturizada del proceso de personalización, símbolo del paso del individualismo 'limitado' al individualismo 'total', símbolo de la segunda revolución individualista"

Los individuos están cada vez más atentos a ellos mismos, pero débiles, lábiles y sin convicción. El narcisismo posmoderno no reside en una independencia soberana asocial, sino en ramificaciones y conexiones en colectivos con intereses miniaturizados, hiperespecializados: agrupaciones de viudos, de padres de hijos homosexuales, de alcohólicos, de madres lesbianas. El narcisismo no es sólo autoabsorción hedonista: es también reagrupación con seres idénticos, solucionando los problemas íntimos por contacto con lo vivido, en la facilidad de la expresión y comunicación con los demás. Pero nadie, excepto el emisor y creador del mensaje está en el fondo interesado por esa profusión de expresión.

La cultura posmoderna es el cultivo de los feelings, de lo que uno siente: lo que cada uno

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