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La filosofía platónica

crisabMonografía2 de Octubre de 2013

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Introducción

En estas páginas reúno de forma breve la filosofía de Platón, centrándome sobre todo en la política.

La filosofía platónica es sencilla de entender, pero muy avanzada para la época en la que fue escrita. Sus teorías se pueden explicar de forma gráfica y sencilla.

He escogido escribir sobre Platón, ya que es un filósofo que ya he estudiado en el colegio y me gusta mucho su filosofía. Comparto muchas ideas suyas y aún sirve de referente para la vida actual.

La finalidad es que el que lea el trabajo entienda la filosofía de este autor antiguo y aprenda algo sobre él.

La composición es la siguiente:

Empezaré hablando del marco histórico, político y cultural en el que se desarrolla la filosofía de Platón.

A continuación explico brevemente la teoría más importante de su filosofía, la Teoría de las Ideas. Las fotografías sirven como resumen y como apoyo en la comprensión del mismo.

Tras explicar su Teoría de las Ideas, paso a otra de las cuestiones más destacadas del autor, su concepción del hombre como una realidad dúal, compuesto de cuerpo y alma.

Por último hablaré sobre las clases sociales y el gobierno de la polis, la ciudad. Este punto es el más relacionado con la asignatura, Pensamiento Político y Cultural, y le doy la importancia que merece.

1. PLATÓN (428-347 a.C.) Marco Histórico-Político-Cultural

De entre todas las valoraciones que se han hecho de Platón hay una coincidencia prácticamente general en que es uno de los pensadores que más han influido en el mundo occidental.

Cabe mencionar la situación en que se encontraba la política griega en tiempos de Platón. Después de la reforma de Solón, en 594 a.C., y Clístenes, en 502 a.C., la democracia se fue imponiendo en contra del poder aristocrático. Con Pericles Atenas logró su mayor esplendor. Posteriormente, la Guerra del Peloponeso (431-404 a.C.) entre Esparta y Atenas dio el triunfo a los espartanos, que establecieron la oligarquía de los <<treinta tiranos>>.

Platón observaba todo esto, veía el crecimiento de la corrupción y confiesa que le daba vértigo esta situación. Creía que los Estados estaban mal gobernados y los males de la sociedad solo podrían acabar cuando los gobernantes supieran lo que era justo, lo cual enseñaba la filosofía. Por eso, la filosofía tenía que actuar y en los diálogos de Platón hay siempre una preocupación ético-política.

Todo esto le llevó a retirarse de la política, a la que había pensado dedicarse desde su juventud. En su lugar fundó la Academia en Atenas, el año 387 a.C., donde se enseñaba a través del diálogo, lo que le había sido transmitido por su maestro Sócrates, y que, además, respondía a la tradición oral de la antigüedad, cuando la gente no sabía leer y menos aún escribir.

Sin embargo, no puede decirse que la retirada fuera definitiva, ya que emprendió animoso hasta tres viajes para convencer a Dionisio, tanto al viejo como al joven, de cómo se debía gobernar. En ninguno de los viajes tuvo éxito e incluso puso en peligro su propia vida. Diógenes Laercio ha dejado escrito en su Vida de los filósofos ilustres uno de los encuentros con Dionisio en el que este defendía el derecho del más fuerte para gobernar. Platón le replicó que esto no bastaba, a no ser que se encontrara igualmente lleno de una gran virtud. Ofendido Dionisio le contestó que sus palabras eran las de un viejo, a lo que Platón respondió que las suyas eran las de un tirano. Dionisio pensó en matarlo, pero lo entregó para que lo vendieran como esclavo. Salvó su vida porque sus amigos pagaron el rescate.

2. Teoría del conocimiento

Platón fue un filósofo griego Discípulo de Sócrates. La filosofía platónica tiene una finalidad política: intenta justificar un orden social.

Platón hereda de Parménides la idea de que la realidad es permanente en inmutable. Por otra parte, hereda de Heráclito la idea de que la realidad está en continúo cambio.

Ambas influencias las unifica en la Teoría de las Ideas, donde compone una realidad dual que se compone del mundo sensible y el mundo de las ideas o inteligible.

El mundo sensible es el mundo de los sentidos, de los objetos. Es el mundo en el que vive el hombre. A cada objeto le corresponde una idea. Los objetos son copias o imágenes de las ideas.

El mundo de las ideas o inteligible es aquel en el que se encuentra todo el conocimiento, todas las ideas. Las ideas son eternas, inmutables, universales y están jerarquizadas. La más importante es la idea del bien, a la que solo llega el filósofo.

La comprensión de la teoría de las Ideas de Platón requiere tener en cuenta su posicionamiento político. Platón parte de la siguiente premisa: la política debe ser una ciencia; en consecuencia, sólo deben gobernar aquellos que muestren el conocimiento suficiente de lo que es justo y correcto. Al constatar en repetidas ocasiones que esto no se produce, que los gobernantes se caracterizan por tomar decisiones injustas y atendiendo a intereses propios, considera imprescindible llevar a cabo una reflexión teórica, con el fin de diseñar un proyecto político en el que se determine cómo debe darse la polis perfecta, aquella en la que reine la justicia y la armonía. Este planteamiento descansa sobre la implícita aceptación del intelectualismo moral socrático, según el cual, nadie que conozca lo que realmente es la justicia, querrá obrar en contra de ella. “El mal es la ignorancia o desconocimiento del bien”.

Reclama, por tanto, Platón, la sabiduría para el gobernante, que este posea conocimiento de lo más verdadero y deseable, pues sólo así será capaz de llevarlo a la práctica. Esa sabiduría no puede descansar en el ámbito de lo sensible, de aquello a lo que se accede básicamente a través de los sentidos, pues se caracteriza por su constante y perpetuo devenir. No ve Platón forma de adquirir un conocimiento fiable y definitivo de aquello que está continuamente cambiando, del ámbito en el que todo es puro avatar, puro accidente, pura contingencia. De ese tipo de entidad, que solo posee ser en apariencia, solo se puede tener una mera opinión temporal, circunstancial y falible. Opinión que, en el mejor de los casos coincidirá con la verdad, pero por pura casualidad y sólo de forma coyuntural.

Resulta, por tanto, imprescindible trascender el ámbito de lo sensible para acceder al único ámbito en el que el ser puede cumplir las exigencias de lo establecido por Parménides: permanecer siempre igual a sí mismo, sin padecer cambio alguno, porque es perfecto y completo, eterno y necesario.

Será el ámbito de lo que Platón denominará “ideas”, “formas”, “eidos”: las auténticas realidades, las auténticas esencias, al que sólo puede accederse a través de la pura racionalidad en su despliegue dialéctico, confrontando realidades opuestas hasta llegar a aquella cuyo ser resulte incontrovertible.

Ahí se desvelará que, frente a la materialidad de lo sensible, las ideas son inmateriales, frente a la multiplicidad de lo sensible, las ideas son únicas, frente a la particularidad de lo sensible, las ideas son arquetípicas, subsistentes por sí mismas y causas esenciales de las cosas del mundo sensible. Éstas, realizadas por esa inteligencia ordenadora que manipula la materia de acuerdo al patrón de las ideas, el Demiurgo, vienen a ser copias o meras participaciones de las auténticas realidades.

Platón lleva a cabo un profundo análisis del ámbito de lo inteligible y llega a la conclusión de que el mundo de las ideas es un mundo perfectamente ordenado y jerarquizado, encontrándose en la cúspide la Idea de Bien. Se trataría de lo máximamente real, del fundamento de todo ser, de la expresión de orden y del sentido racional de lo real; principio unificador en torno al cual se agrupan y ordenan el resto de las idas.

Las funciones principales de este concepto en la obra de Platón son:

Ø Ontológica, en tanto que la idea de bien es el máximo grado de realidad: causa esencial del ser de las restantes ideas y de las cosas del mundo sensible

Ø Epistemológica: causa de la inteligibilidad de las restantes ideas. Lo que hay de racionales en las ideas se debe a una participación en la propia idea de Bien

Ø Ética-Política, en tanto que fundamento ético, pues es preciso su conocimiento para encauzar sabia rectamente tanto la vida privada como la pública: el gobernante precisa haber accedido a la intuición intelectual de la Idea de Bien para así poder gobernar conforme a ella.

Nos encontramos por tanto ante una teoría que presenta un evidente dualismo ontológico, en la que sólo posee auténtico valor de ser aquello a lo que se accede a través de la pura racionalidad en su despliegue dialéctico. En este ámbito de lo inteligible, todo acontece de forma necesaria; posibilita cualquier tipo de conocimiento del mundo sensible, ya que es previo, desde el punto de vista lógico y temporal, a lo que se accede a través de los sentidos, sólo cognoscible en la medida en que en alma ya se posee en ciernes el conocimiento de la idea que lo propicia.

Platón determina así la existencia de lo sensible, en

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