La palabra “problema”

La palabra “problema” tiene más de 25 siglos. Los griegos la usaban,  los romanos la adoptaron y luego el mundo entero.  El cristianismo dijo del mundo “valle de lágrimas”, es decir, lleno de problemas.

Al utilizar el sustantivo “problema” es natural crear en la mente la idea de que algo negativo está presente.

El significado etimológico del término griego proviene del verbo próoballw (proballo) “lanzar hacia adelante”, el cual no es negativo,  como se lo usa en la vida actual “llevar más allá” o “hacer avanzar algo”

Las personas decimos “hay un problema” o “tenemos un problema” o bien “me ha surgido un problema”, como quien tiene una verruga, existe algo negativo que nos deja solos, indefensos, atados y conmocionados,  luego de un tiempo mas o menos largo veremos la forma de enfrentar esa verruga, tiempo que a veces no tenemos o lo ocupamos en sentir cosas desagradables en el cuerpo, maltratando a los que nos rodean.

Prueba sustituir la palabra PROBLEMA POR PROYECTO que es algo más o menos parecido a la palabra original ¿Qué sientes? ¿Cómo te sientes? Confía en tus sentimientos todo lo que te cause placer síguelo,  siempre y cuando no te cause placer violar niños o maltratar a tu pareja.

Por ejemplo, si pienso que “tengo un problema de autoestima” puedo lamentar pasivamente mi desgracia, resignarme humildemente, odiar mi estado, etc. Todo ello favorece la permanencia de la situación. En cambio si pienso que tengo un proyecto de desarrollo de mi autoestima ¿Cómo crees que me sentiré o te sentirás?

La palabra problema es buena para los que creen que la vida es  épica “mira como sufro y como me levanto de las cenizas, admírame”.   O sobrenatural, considerando que las personas somos indefensas y expuestas a la suerte, el karma, la brujería o don sata etc.  

No se trata de que tengamos o nos surjan problemas sino que actuamos y eso nos lleva a resultados buenos o malos, pero son resultados que no nos caen del cielo, salvo algunas pequeñas cosas.

¿Cómo creamos o “nos metemos” en problemas?

1.  CREANDO PROBLEMAS INTENSAMENTE: Empeñarse en aplicar una solución que no funciona, sus descubridores (No fui yo)  de Palo Alto (Watzlawick, Weakland, etc) lo describen “cuando la solución es el problema” usamos la misma solución siempre, hacemos lo mismo siempre, presentamos el mismo proyecto siempre, hablamos de la misma forma siempre, gritamos de la misma forma siempre, a la persona le da pena o vergüenza hacer otra cosa, porque no lo sabe, porque le es cómodo, por lo que sea,  siempre hace lo mismo, habla de lo misma forma, llora siempre que le dejan, no busca una nueva pareja cuando la dejan, sufre de la misma forma cuando hace algo malo, bebe hasta morir cuando se siente mal, cuenta sus problemas para aliviar su alma, etc, etc, etc. Otra interesante variante es no hacer nada o llamada también,  técnica del  avestruz.

2. MALA PUNTERÍA: Establecer objetivos malos, ejemplo: busco a una mujer para casarme con el cuerpo de Valeria Mazza, la mente de sor teresa de Calcuta, cariñosa como mi mamá, comprensiva como mi abuelita.  Empeñarse en alcanzar un objetivo mal planteado desemboca en un problema.  Si no tienes una idea clara y sobre todo real de quien eres, cuales son tus talentos, habilidades, cuerpo y lo que deseas,  puedes usar la súper fe evangélica, la oración extrema y chantajista (Diooooossss ayúdame, miraa que soy tu hijooooo, dame lo que buscoooo, porque no pediiiiii venir, es tu obligación darmelooooooo bla bla bla) el poder mental, la mediumnidad, la conversación con sata, los ovnis etc etc, etc, pero seguirás igual porque tus objetivos no son coherentes a tus talentos, no tienes la preparación para tener eso que deseas.  Los sicólogos vemos personas que saben claramente lo que NO DESEAN pero ignoran lo que desean “No quiero sentirme mal”.

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