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La realidad incognoscible de las percepciones


Enviado por   •  9 de Diciembre de 2019  •  Tesis  •  1.013 Palabras (5 Páginas)  •  148 Visitas

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La realidad incognoscible de las percepciones

Se podría decir que la percepción es el gran incógnito que ha pasado constantemente por la cabeza de la mayoría de las grandes mentes filosóficas que han intentado definir nuestro mundo y la relación que establecemos con él. Pero esto recién señalado no le quita importancia al concepto, es decir, no hay que pensar que el estudio de la percepción es algo fácil y ordinario, y que por esto es un tema recurrente en la filosofía al ser una base para iniciarse en el conocimiento. Todo lo contrario, hay que tomar el concepto de percepción como el inicio y el fin de todo pensamiento que se cruza por nuestra conciencia: lo que pensamos y relacionamos, supone de un estímulo que por alguna razón nos causa alguna atracción y capta nuestra atención; luego procesamos esa información y la relacionamos con otro estímulo que proviene de una percepción distinta o la definimos para tener una imagen clara del objeto de nuestra conciencia.

Me parece prudente y necesario definir lo que voy a considerar como percepción en este escrito. La percepción no la voy a entender de la misma manera que Kant y Hegel la definen, es decir, no de una forma trascendental ni universal; sino que como la facultad de sensibilidad que posee cada conciencia de manera particular, lo que nos permite hacernos una impresión clara de lo que llamamos realidad. Esto recién mencionado se acerca bastante a cómo Karl Marx establece la relación entre realidad-pensamiento, él dice que nuestra forma de vida (lo que claramente es particular y diverso) define nuestra manera de pensar.

Immanuel Kant en su obra “Crítica de la razón pura”, publicada en 1781 y criticada años después por Hegel en su obra “Fenomenología del Espíritu”, plantea que nuestra conciencia define la experiencia a través de sus condiciones de posibilidad, es decir, lo que puede o no puede ocurrir en la realidad. Este planteamiento define a la realidad como la cosa en sí, la cual no podemos conocer, ya que lo que nosotros percibimos son sólo fenómenos de esta. Pero de igual forma, Kant dice que esta conciencia que rige la realidad, es una conciencia trascendental, es decir, universal. Y es aquí donde entra lo incognoscible de la realidad, ¿cómo sabemos que lo que percibimos es precisamente lo real?, ¿cómo podemos asegurarnos que lo que nosotros percibimos es exactamente igual a lo que perciben los demás? Me parece que la respuesta a estas preguntas puede ser explicada por el postulado de Marx, el cual; y aquí no se puede decir lo contrario; es totalmente relativo.

Me gustaría plantear un ejemplo relacionado con lo anterior: los colores. ¿Cómo yo puedo asegurarme de que el color rojo que yo veo es el mismo color rojo que ve mi compañero o mi hermano o mi abuelo, etcétera? Es necesario aclarar que no me refiero a que el convencionalismo de rojo que existe sea distinto al que vea una persona con una distorsión a la vista como los daltónicos; sino que cómo podemos demostrar que lo que percibimos es de la misma forma percibido en todo el universo. Para desarrollar un poco más la idea anterior imaginémonos que existen tres colores, el rojo, el azul y el verde. Yo veo el rojo de tal manera, el azul de tal manera y el verde de tal manera; mi hermano también ve los colores de tal manera, la cual no sé si es igual a la mía; tal vez él ve el rojo de la manera que yo veo el azul, o el azul lo ve de la manera que yo veo el verde, o tal vez lo ve de una manera completamente distinta a estas tres opciones. Entonces, si alguien nos dice “¿me puedes traer el lápiz azul?”, seguramente los dos le llevemos el mismo lápiz, porque desde nuestros inicios vemos el color azul de esa manera y se nos vuelve costumbre. Pero ¿qué sucedería si mi hermano viese los colores de distinta manera? Es algo que obviamente nunca vamos a saber, pero si mi hermano ve el azul de la manera que yo veo el rojo, entonces sería un mundo completamente distinto al que yo veo. Si él dice el mar es azul (pero lo ve de la forma que yo veo el rojo), este mar sería distinto al que yo veo e incluso me parecería muy raro ver los colores de la forma en que él los ve, y viceversa; ya que estoy acostumbrado a mi percepción, la cual se forma en torno a mi conciencia particular.

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