La Percepción De La Realidad

La percepción de la realidad

Debería crearse una escuela, donde pudiera estudiarse la percepción de nuestra realidad. La totalidad de lo que percibimos pasa a través de nuestros sentidos y es interpretado por la mente, a su manera –claro-. Habría que estudiar los procesos mentales que nos llevan a ciertas conclusiones al pasar los impulsos nerviosos –eléctricos- de nuestros sentidos al cerebro, antes de averiguar el porqué suceden las cosas. Ver a la inversa, de dentro a afuera.

Todo lo que se habla de múltiples dimensiones, de otros mundos, de otras realidad, quizás no sean más que otros planos de conciencia y que, todo lo que vemos, no son más que imágenes reproducidas por nuestra mente, lo que implicaría una revisión a todo lo que se conoce. Pero entonces, si la existencia de un todo, es producto de nuestra mente ¿Cómo explicaríamos nuestra existencia?, ¿Cómo se ha materializado nuestra mente en un mundo creado por si misma?

Lo más fácil es aceptar que el mundo físico como tal existe, hemos nacido y crecido en él, y todo lo que percibimos es una interpretación de este mundo. Pero no deberíamos negarnos a creer que puedan existir otros planos reales a parte del que percibimos en un estado de conciencia normal.

Por ejemplo, ciertas tribus utilizan algún tipo de droga para alterar su percepción. Los psiquiatras y psicólogos lo llaman alucinaciones. ¿Por qué no podrían ser estados alterados de la conciencia donde, los chamanes de las tribus, pueden ver más allá de las fronteras de nuestra realidad? Está demostrado que hay realidades paralelas que no podemos percibir empíricamente. Sólo son cálculos. Ciertas partículas subatómicas no pueden ser rastreadas siempre para calcular sus trayectorias.

Todo lo que llega a nuestros sentidos son frecuencias de onda, -de luz, de sonido, de radiación calorífica hecha infrarrojos, de cadenas proteínicas o hidratos de carbono que rozan nuestro paladar o compuestos químicos que llegan a nuestro olfato. Todas esas terminaciones nerviosas, reaccionan a una escala de tiempo de milisegundos, enviando un mensaje en forma de señal eléctrica que nuestro cerebro transforma en algo perceptible por la conciencia. Como todo sensor, está calibrado en un rango, y tiene un tiempo de reacción. Está claro que hay cosas que no podemos percibir o bien porque la escala de tiempo es incluso demasiado grande en el caso del tiempo de reacción, o bien porque las ondas son inferiores o superiores a ese calibrado.

Lo que puedo decir es que no podemos negar ninguna posibilidad y tendríamos que replantearnos muchos aspectos de nuestras ideas en cuanto a nuestra singularidad como individuos en el universo. Incluso en la singularidad de un solo universo. Seguramente nunca lleguemos a saber que hay más allá de las barreras físicas de este mundo, pero es interesante comprenderlo y tener en cuenta teorías que no se han demostrado todavía pero que podrían ser muy ciertas.

A estas alturas alguien puede pensar que la percepción e interpretación de la realidad puede ser el fruto de una “distorsión de la realidad” condicionada por lo emocional y que la realidad es “algo constante” fuera del ser humano que sigue leyes del universo físico. Esta dualidad de los conceptos nos persigue desde siempre. La percepción- interpretación de la realidad en forma fraccionada, otorgando a cada causa un efecto y no ver más allá de la superficie.

Esta forma de realidad fragmentada es típica del ser humano y ha sido estudiada por la psiquiatría y neurofisiología en el desarrollo del neocortex (corteza cerebral) o “cerebro visual”. Vemos imágenes fragmentadas y las interpretamos como un continuo, igual que en el cine o televisión.

Esta realidad fraccionada y causal es posible porque debemos movernos en el universo convencional “cartesiano” “newtoniano” el universo diseñado por Laplace del “determinismo y causalidad de la realidad”, en el cual si se conocen las condiciones iniciales se puede determinar las condiciones finales. De otro modo no podríamos salir a la calle sin sufrir un accidente de tránsito, la experiencia nos dice que si no frenamos en la esquina o en un semáforo en rojo tenemos “altas probabilidades” de colisionar con otro vehículo. Por qué solo percibimos-interpretamos tres dimensiones espaciales y una cuarta que llamamos tiempo. A la materia la sentimos como sólida y no se nos ocurriría intentar atravesar una pared.

Percibir la realidad desde la mente no circunscripta cambia profundamente la forma en que enfrentamos lo cotidiano. Porque la realidad ya no se trata de una “secuencia de hechos distintos” en una relación de mera “causa –efecto” de la cual nos alegramos, lamentamos o por la cual intentamos resolver un problema. Al otorgar un significado al devenir ya no estamos “pasivos ante la realidad” sino que la creamos cotidianamente.

Cuando nos preguntan por algo “¿Qué es….?”¿Qué es la realidad? Considero que cuando alguien utiliza la palabra realidad la puede estar utilizando en dos sentidos distintos:

A) Como conjunto de todo lo que existe, siendo su existencia independiente de su percepción por el ser humano (y siendo el ser humano parte de ese conjunto), digamos una realidad objetiva.

B) Como representación que un sujeto tiene del mundo exterior, realidad subjetiva.

Esta doble naturaleza del término realidad sigue haciendo que la comunicación sobre estos temas sea enormemente dificultosa. Un interlocutor puede estar hablando de la realidad objetiva y

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