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Las Teorias De La Educacion Y El Problema De La Marginalidad En America Latina.

alan1430727 de Junio de 2013

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Las Teorías de la Educación y el Problema de la Marginalidad en América Latina.

En lo que respecta a la cuestión de la marginalidad, de las teorías educacionales puede ser clasificado en dos grupos.

En el primero tenemos aquellas teorías que entienden que la educación es un instrumento de igualación social, por lo tanto, de superación de la marginalidad.

La sociedad es concebida como esencialmente armoniosa, tendiendo a la integración de sus miembros. La marginalidad es, entonces, un fenómeno accidental que afecta individualmente a un número más o menos grande de sus miembros, lo que constituye un desvió, una distorsión que no solo puede sino que debe ser corregida. La educación aparece allí como un instrumento de corrección de esas distorsiones

El logro óptimo de su función coincide, entonces, con la superación del fenómeno de la marginalidad. En tanto esta aun existe se deben intensificar los esfuerzos educativos; una vez superada corresponderá mantener los servicios educativos en un nivel por lo menos suficiente como para impedir la reaparición del problema de la marginalidad. Le cabe un papel decisivo en la conformación de la sociedad evitando su disgregación y, aun más que eso, garantizado la construcción de una sociedad igualitaria.

Las teorías del primer grupo “teorías no críticas” consideran a la educación como autónoma y buscan comprenderla a partir de ella misma.

En un segundo grupo están las teorías que entienden que la educación es un instrumento de discriminación social, luego, un factor de marginación.

Concibe en la sociedad como esencialmente marcada por la división entre grupos o clases antagónicos que se relacionan sobre la base de la fuerza expresada, fundamentalmente, en las condiciones de producción de la vida material. La marginalidad es entendida como un fenómeno inherente a la propia estructura de la sociedad. Porque el grupo o clase que detenta mayor fuerza se convierte en dominante apropiándose de los resultados de la producción social y tendiendo a relegar a los demás a la condición de marginados. La educación es entendida como totalmente dependiente de la estructura social generadora de marginalidad, cumpliendo allí la función de reforzar la dominación y legitimar la marginación, la educación se convierte en un factor de marginación ya que su forma específica de reproducir la marginalidad cultural y, específicamente, escolar.

Las del segundo grupo son críticas dado que se empeñan en comprender la educación remitiendo siempre a sus condicionales objetivos, o sea, a los determinantes sociales, a la estructura socio-económica, que condiciona la forma de manifestación del fenómeno educativo. Entiende que la función básica de la educación es la reproducción de la sociedad, serán denominadas “teorías criticas-reproductivistas”.

LAS TEORIAS NO CRÍTICAS.

La Pedagogía Tradicional: La constitución de los llamados “sistemas nacionales de enseñanza” data de principios del siglo pasado. Su organización se inspiro en el principio según el cual la educación es derecho de todos y deber del Estado. El derecho de todos a la educación derivaba del tipo de sociedad correspondiente a los intereses de la nueva clase consolidada en el poder: la burguesía. Se trataba de construir una sociedad democrática, de consolidar la democracia burguesa, era necesaria vencer la barrera de la ignorancia. Solo así sería posible transformar a los súbditos en ciudadanos, esto es, en individuos libres, esclarecidos, ilustrados. La escuela es erigida en el gran instrumento para convertir a los súbditos en ciudadanos.

La ignorancia es identificada como la causa de la marginalidad. La escuela surge como un antídoto contra la ignorancia, un instrumento para resolver el problema de la marginalidad. La escuela se organiza, entonces, como una actividad centrada en el docente, el cual transmite siguiendo una graduación lógica, la herencia cultural a los alumnos.

Como las iniciativas del profesor, lo esencial era contar con un docente razonablemente bien preparado. Las escuelas eran organizadas en forma de clases, cada una con un maestro que exponía las lecciones que los alumnos seguían atentamente y planteaba los ejercicios que los alumnos debían realizar disciplinadamente.

La referida escuela, mas allá de no conseguir realizar su desiderátum de universalización (no todos ingresaban a ella ni todos los que ingresaban tenían éxito) aun debía ceder ante el hecho de que no todos los que tenían éxito se ajustaban al tipo de sociedad que se quería consolidar. Comenzaron a crecerlas críticas a esa teoría de la educación y a esa escuela que paso a ser llamada escuela tradicional.

La Pedagogía Nueva: Las críticas a la pedagogía tradicional formuladas a partir de fines del siglo pasado fueron dando origen a otra teoría de la educación. Esta teoría mantenía la creencia en el poder de la escuela y en su función de igualación social. Si la escuela no venia cumpliendo esa función, el hecho se debía al que el tipo de escuela implantada la escuela tradicional era inadecuada. La “escuela nueva” tal movimiento tiene como punto de partida la escuela tradicional ya implantada según las directivas consustanciadas con la teoría de la educación rotulada como pedagogía tradicional. La pedagogía nueva comienza por efectuar la crítica de la pedagogía tradicional esbozando una nueva manera de interpretar la educación.

Según esta nueva teoría, la marginalidad deja de ser vista predominantemente desde al ángulo de la ignorancia, esto es, el no dominio de conocimientos. El marginado ya no es, propiamente, el ignorante, sino el rechazado. Alguien está integrado no cuando es ilustrado sino cuando se siente aceptado por el grupo y, a través de él, por la sociedad en su conjunto. Se nota una especie de bio-psicologización de la sociedad, de la educación y de la escuela. Se forja, entonces, una pedagogía que aboga por un tratamiento diferencial a partir del “descubrimiento” de las diferencias individuales. Los hombres son esencialmente diferentes; no se repiten cada individuo es único. Por lo tanto, la marginalidad no puede ser explicadas por las diferencias entre los hombres, sino también diferencias en el dominio del conocimiento, en la participación en el saber, en el desempeño cognitivo.

Esta marcada por la desadaptación o el ajuste, fenómenos asociados al sentimiento del rechazo. La educación, en tanto factor de igualación social será, pues, un instrumento de corrección de la marginalidad en la medida en que cumpla la función de ajustar, de adaptar los individuos a la sociedad.

Se comprende que esa manera de entender la educación, en comparación con la pedagogía tradicional desplazo el eje de la cuestión pedagógica, del intelecto hacia el sentimiento; del aspecto lógico hacia el psicológico; de los contenidos cognitivos hacia los métodos o procesos pedagógicos; del profesor hacia el alumno; del esfuerzo hacia el interés; de la disciplina hacia la espontaneidad, del directivismo hacia el no_directivismo; de la cantidad hacia la calidad. Se trata de una teoría pedagógica que considera que lo importante no es aprender, sino aprender a aprender.

Así, en lugar de clases confiadas a maestros que dominaban las grandes áreas del conocimiento, capaces de colocar a los alumnos en contacto con los grandes textos que eran tomados como modelos a ser imitados y progresivamente asimilados por los alumnos, la escuela debería agrupar a los alumnos según áreas de intereses originados en su actividad libre. El profesor actuaria como un estimulador y orientador del aprendizaje cuya iniciativa principal cabria a los propios alumnos. Para ello, cada maestro tendría que trabajar con pequeños grupos de alumnos, sin lo cual la relación interpersonal, esencia de la actividad educativa, quedaría dificultada, porque implicaba costos más elevados que los de la escuela tradicional. La “Escuela Nueva” se organizo, básicamente en forma d escuelas experimentales o como núcleos pocos comunes, muy bien equipados y circunscriptos a pequeños grupos de elite.

En lugar de resolver el problema de la marginalidad, la escuela nueva lo agravó. En efecto, al enfatizar la “calidad de la enseñanza”, desplazó el eje de preocupación del ámbito político (relativo a la sociedad en su conjunto) al ámbito técnico-pedagógico (relativo al interior de la escuela) cumpliendo al mismo tiempo, una doble función: mantener la expansión de la escuela dentro de límites soportables por los intereses dominantes y desarrollar un tipo de enseñanza adecuado a esos intereses. La propagación del ideario de la pedagogía nueva, ya que a ese ideario, al mismo tiempo que procuraba poner en evidencia las “deficiencias” de la escuela tradicional, daba fuerza a la idea según la cual es mejor una buena escuela para pocos que una escuela deficiente para muchos.

La Pedagogía Tecnicista: Al finalizar la primera mitad del siglo actual, se radicalizaba la preocupación por los métodos pedagógicos, presente en La Escuela Nueva, desembarcando en la eficiencia instrumental. Se articula aquí una nueva teoría educacional: la pedagogía Tecnicista.

A partir del presupuesto de neutralidad científica e inspirada en los principios de racionalidad, eficiencia y productividad, esa pedagogía propone el reordenamiento del proceso educativo de manera de tornarlo objetivo y operacional, se pretende la objetivación del trabajo pedagógico. En efecto, si en el artesanado el trabajo se centraba en el sujeto, esto es, los instrumentos de trabajo eran dispuestos en función del trabajador y este disponía de ellos según sus deseos, en la reproducción fabril esa relación

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