Los distintos sentidos de “lo que es”

1.2.1. Los distintos sentidos de “lo que es”

        Si “lo que es en tanto que algo que es” constituye el objeto propio de la ciencia buscada por Aristóteles, resulta fundamental saber qué es lo que éste entiende cuando habla de “ser” o de “lo que es”, dado que esta expresión tiene múltiples sentidos. El texto más completo al respecto es el capítulo 7 del libro V (1017a 7-b 9), que cabe complementar con los capítulos 2 a 4 del VI.

        1) Aristóteles hace referencia primero al sentido accidental de “lo que es” (τὸ ὄν). Este sentido es el que aplicamos cuando aludimos a algo que se da en un sujeto, pero ni necesariamente ni la mayoría de las veces. Dicho en otras palabras, cuando la predicación del verbo “ser” deja constancia de una situación o de un hecho que se da por pura coincidencia, sin que exista ninguna conexión necesaria. Por ejemplo, cuando se predica de un hombre que es músico, o de un músico que construye una casa, ya que al hombre no le pertenece necesariamente ni la mayoría de las veces ser músico, ni al músico construir una casa.

        2) El segundo sentido es el que corresponde a las figuras de la predicación o categorías, que expresan los distintos modos de ser. Eso quiere decir que “lo que es” tiene tantos sentidos como predicaciones categoriales que indican los distintos tipos de realidad, empezando por la primera, la entidad, y siguiendo por las determinaciones accidentales de ésta, que expresan su cualidad, su cantidad, su relación, su localización, el tiempo, su situación (p. e. yacer, estar sentado…), su estado (p. e. ir calzado, ir armado…), y su carácter activo o pasivo. Aristóteles añade que cuando se predican las categorías, los predicados resultantes expresan por sí mismos un modo de ser, independientemente que para expresarlos se use o no el verbo “ser”. Por ejemplo, no hay ninguna diferencia entre decir “un hombre está paseando (βαδίζων ἐστίν)” y decir “un hombre pasea (βαδίζει)”.

        3) En tercer lugar, “es” se usa en el sentido de “ser verdadero” y “no es” en el sentido de “es falso”. Así por ejemplo, decir que “Sócrates es músico” es como decir que es verdad que Sócrates es músico, o decir que “Sócrates es no-blanco” es como decir que es verdad que Sócrates es no-blanco. Sin embargo, decir que “Sócrates no es espartano” es como decir que es falso que Sócrates lo sea.

        4) Finalmente, “es” y “lo que es” significa también “ser en potencia” y “ser en acto”, es decir, tener la posibilidad o la capacidad de ser algo, y ser algo plenamente realizado.

        En los capítulos 2 a 4 del libro VI, Aristóteles retoma esta misma clasificación de los sentidos de “lo que es”, añadiendo algunas precisiones sobre dos de estos sentidos: el de “ser accidentalmente” y el de “ser verdadero”.

        En cuanto al primero, Aristóteles argumenta que lo que es accidentalmente no puede ser objeto de ninguna ciencia. Primero, porque los accidentes son infinitos, y por tanto no pueden ser objeto de estudio como tales. Segundo, porque no puede establecerse una causa de lo que es accidental que sea generalizable para otros accidentes, ya que dicha causa es también accidental. Lo accidental no es, pues, subsumible bajo ninguna regla o ley general que lo explique. Además, toda ciencia se ocupa de lo que es siempre o la mayoría de las veces, ya que las definiciones se establecen por lo que es siempre o la mayoría de las veces. Esto posibilita que la ciencia se pueda enseñar y aprender. Sin embargo, lo accidental es precisamente lo que no es siempre ni la mayoría de las veces, luego queda al margen de la definición y por tanto no es objeto de estudio científico (VI 2, 1026b 2-27a 28). En consecuencia, lo que es accidentalmente no entra dentro de la ciencia que se busca.

        En cuanto al sentido de “ser verdadero” o “ser falso”, también son excluidos del ámbito de la ciencia buscada, ya que la verdad o la falsedad no son propiedades de las cosas, sino del pensamiento que afirma o niega algo de un sujeto. Es decir, si decimos que Sócrates es blanco, el carácter de verdad del ser blanco corresponde sólo al pensamiento que une el sujeto “Sócrates” con el predicado “blanco”, mientras que lo que se da en la realidad es la afección de la cualidad “blanco” en la entidad “Sócrates”, lo cual entra dentro del ámbito de las categorías, no del ámbito de la verdad o la falsedad (VI 4, 1027b 17-28a 5).

        Por lo tanto, los sentidos de ser que interesa a la ciencia que se busca, lo que después se llamará “ontología”, son los de las categorías y los de potencia y acto. Los primeros, sobre todo en lo que se refiere a la entidad o οὐσία, que es la categoría primera, se estudian en los libros VII y VIII, mientras que las nociones de potencia y acto se tratan en el libro IX.

1.3. La filosofía primera como ousiología o ciencia de la entidad

        Los requisitos de universalidad que debe satisfacer la ciencia que se busca se cumplen estableciendo como su objeto “lo que es en tanto que algo que es” y sus atributos esenciales, así como sus principios y causas, pues este objeto cubre todo el ámbito de lo que existe. Ahora bien, para cumplir el requisito de la unidad de objeto, sin el cual no puede haber ciencia, Aristóteles había establecido que los diversos sentidos de “lo que es”, expresados por las categorías, remiten todos, tanto lógica como ontológicamente, a una unidad de referencia, de la cual dependen. Y esta unidad de referencia πρὸς ἕν es la entidad o οὐσία, que se expresa en la primera y fundamental de las categorías. Luego la ciencia que se busca, como su objeto es unívoco y se ocupa de lo primero, tendrá que ocuparse fundamentalmente de la entidad, que es el ser en sentido primero y unívoco. Para fundamentar esta tesis, dedica el capítulo primero del libro VII.

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