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Metafisica

mayrarosario50224 de Junio de 2015

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Título : sobre la posibilidad de una convergencia entre los horizontes de la antropología filosófica y de la metafísica.

Introducción

En este ensayo comenzaremos por poner de manifiesto algunas de las perplejidades a las que nos conduce la problemática metafísica . Trataremos de poner de manifiesto el carácter meramente aparente de algunas de las aporías que se plantean en la historia de la metafísica . La intención fundamental es proponer un nuevo punto de vista que parta de la constatación de los presupuestos antropológicos del principio de razón suficiente .El mismo se realizará haciendo primero una breve referencia al problema del ser , para luego mostrar, según análisis llevados a cabo por Max Scheler en su libro El puesto del hombre en el cosmos , los presupuestos antropológicos del principio de razón suficiente. Una vez realizada dicha constatación queda allanado el camino para el establecimiento de un punto de vista convergente entre la metafísica y la antropología filosófica , dicho punto de vista toma la forma de una metafísica antropo-ontológica y se resume en una serie de tesis fundamentales que han de plantearse a lo largo de este trabajo .Estas tesis se refieren al modo en el cual acaece el conocimiento en general , y sobre todo, al modo en el cual una especie determinada _ el ser humano _ se relaciona con el ser . Sin tener en cuenta eso es imposible tener , desde nuestro punto de vista , una comprensión más o menos adecuada de la problemática del ser . En este ensayo se realizará una deducción antropológica de las categorías metafísicas no a los efectos de reducir la metafísica al ámbito de la antropología filosófica, sino para mostrar cómo es posible mostrar una relación de correspondencia entre algunos de los conceptos fundamentales de la ambas ramas de la filosofía.

Nudo o cuerpo

I Introducción al tema

Tal vez no hay mejor forma de comenzar este escrito que la siguiente reflexión de Aristóteles: “…en todas los casos la ciencia se ocupa fundamentalmente de lo primero , es decir , de aquello que las demás cosas dependen y en virtud de lo cual reciben la denominación (correspondiente) . Por tanto , si esto es la entidad, el filósofo deberá hallarse en posesión de los principios y causa de las entidades. ”[1]

Y eso es lo que ha hecho la filosofía a lo largo de la historia, ocuparse de los principios y causa de las entidades . Si pensamos en los albores mismos de la filosofía , vamos a ver que , dentro del contexto de un pensamiento cosmogónico , los filósofos buscaban el arké o primer principio de la naturaleza , encontrando distintas respuestas según cual fuera la naturaleza de su pensamiento filosófico ; pero lo decisivo es que , en todos los casos , estos pensadores tenían en cuenta la diferencia existente entre este primer principio y el resto de los elementos de la naturaleza. Esto ya plantea problemas significativos que parecen no tener solución. Se trata, ni más ni menos que del hecho de que , como bien lo dice Edgar Morin, “los explicantes últimos no pueden ser explicados ”[2] . Se da entonces una situación según la cual aquello que lo explicaría todo no puede ser susceptible de explicación . Veremos eso al analizar uno de los problemas fundamentales de la metafísica : el problema del ser, tal como éste se planteara en algunos de los momentos de la historia de la filosofía . La idea de este ensayo es usar ese problema como hilo conductor para desarrollar una nueva manera de entender a la filosofía , basado en la fusión de horizontes de la metafísica y de la antropología filosófica.

Comencemos por examinar algunas notas fundamentales del concepto del ser tal como éste se presentara ya en Parménides . Este filósofo subraya en todo momento la oposición ente el ser y la nada , oposición que fuera relativizada por Hegel mucho tiempo después [3]. Para Parménides el verdadero pensamiento , la verdadera vía es la que se ocupa del ser , esa es la vía que conduce al conocimiento verdadero , en tanto que de la nada nadie debe ocuparse, puesto que nadie debe ocuparse de lo no- ente, ya que “no es decible ni pensable que no es. Pues ¿Qué necesidad le habría impulsado a nacer después más bien que antes , si procediera de la nada ? . De modo que es necesario que sea absolutamente o no.”[4]

Este aforismo resulta muy importante puesto que no sólo impugna la nada ( o el no ente) , sino que prefigura , aunque más no sea de un modo vago , una de las formulaciones del principio de razón suficiente: el que afirma que de la nada , nada se crea. Volveremos sobre este punto más adelante , cuando veamos los presupuestos antropológicos del principio de razón suficiente; por el momento nos concentraremos en otro punto fundamental del pensamiento de Parménides. La idea de que el ser es uno. Esta idea puede encontrarse ya en el pasaje anteriormente anticipado , cuando dice que “lo ente es ingénito e imperecedero , pues es completo, inmóvil y sin fin . No fue en el pasado , ni lo será , pues es ahora todo a la vez , uno, continuo….”[5] La misma idea puede encontrarse en el fragmentos 348 , cuando dice : “ …pues es todo igual : ni hay más aquí , esto impediría que fuese continuo , ni menos allí , sino que está todo lleno de ente . Por tanto, es todo continuo , pues lo ente toca a lo ente .”[6] Ambas ideas : la de la no existencia de lo no ente y la de que el ente es uno aparecen juntas también en este pasaje : “…puesto que tampoco es lo no ente que le podría impedir alcanzar lo homogéneo , ni es posible que lo ente sea aquí más y allí menos que lo que es , pues es todo inviolable , puesto que , siendo igual a sí mismo por todas partes , está uniformemente dentro de sus límites . ”[7] En realidad ambas ideas están siempre indisociablemente unidas; pero en lo que hace al orden de aparición, podría decirse que la idea de la unidad del ser es expresada incluso antes que la idea que afirma que es lo mismo pensar que ser . Al menos esa es la impresión que produce el hecho de que el primer aforismo expresado después del proemio sea el siguiente : “Me es igual dónde comience ; pues volveré de nuevo allí con el tiempo ”. [8] Esta es una afirmación que afirma , fundamentalmente , la unidad del ser. Se trata de una idea que va a dejar su impronta en la historia de la filosofía , pero que también va a tener sus detractores. Podemos mencionar , entre estos últimos a Camus , quien sostiene al respecto que “ …si salvando el abismo que separa el deseo de la conquista , afirmamos con Parménides la realidad del Uno (cualquiera que sea ) , caemos en la ridícula contradicción de un espíritu que afirma la unidad total y prueba con su afirmación misma su propia diferencia y la diversidad que pretendía resolver. Este círculo vicioso basta para ahogar nuestras esperanzas. ”[9] Esta referencia a Parménides que realiza el filósofo francés se ubica en el contexto más amplio de un pensamiento que trata de afirmar el carácter absurdo de la experiencia humana , o por lo menos de una sensibilidad absurda dispersa en su siglo . La nostalgia de unidad que el autor de El hombre Rebelde advierte en el corazón de los hombres no hunde sus raíces directamente en el mundo , sino en el modo en el cual el hombre se lo representa . Ya veremos más adelante las implicancias antropológicas de la cuestión del ser. Por ahora retomemos el análisis de la problemática del ser en relación con el uno[10]. El hecho de que se identificara al ser con el uno fue muy cuestionado también por Alain Badiou, en su obra Breve ensayo de una ontología transitoria. En dicho libro este autor define a la metafísica como : “apresamiento del ser por lo uno . Su máxima sintética más apropiada es la de Leibniz , la cual establece como norma la reciprocidad del ser y lo uno : “Aquello que no es un ser no es un ser”[11] A esta concepción , Badiou le opone una ontología transitoria , la cual consiste en : “la ontología que se despliega entre la ciencia del ser en tanto que ser , o teoría de lo múltiple puro , y la ciencia del aparecer , o lógica de la consistencia de los universos que efectivamente se presentan”.[12]

Esta ontología de Badiou se sustenta en una serie de tesis que es pertinente mencionar a renglón seguido:

1-La ontología es pensamiento de la multiplicidad inconsistente , es decir reducida- sin unificación inmanente – al sólo predicado de su multiplicidad

2- Lo múltiple es radicalmente un sin-uno por el hecho de que él mismo no está compuesto sino por múltiples. Aquello que hay, o la exposición a lo pensable de lo que hay , no son sino múltiples de múltiples .

3-Por la misma razón que ningún límite inmanente que provenga de lo uno es capaz de determinar la multiplicidad en tanto tal, no existe ningún principio originario de finitud . Lo múltiple puede ser pensado por tanto como in-finito . O aún : la infinidad es otro nombre para la multiplicidad en tanto que tal . Y como tampoco hay ningún principio que encadene lo infinito a lo uno , hay que sostener que existe una infinidad de infinitos , una diseminación infinita de multiplicidades infinitas .

4_ Por la misma razón que un múltiple es pensable como algo que no es un múltiple de múltiples , no se concederá que hay que reintroducir aquí lo uno . Diremos más bien que es un múltiple de nada . Y la nada no estará, no más que lo múltiples, dotada de un principio de consistencia. [13]

He considerado citar textualmente estas cuatro tesis a los efectos de que el intérprete de este texto pueda compararlas entre sí a los efectos de apreciar la mayor o menor coherencia de los puntos de vista del autor

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