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Enviado por   •  11 de Agosto de 2012  •  2.892 Palabras (12 Páginas)  •  435 Visitas

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DISCURSO RETORICO (LA RETORICA)

La retórica es la disciplina transversal a distintos campos de conocimiento (ciencia de la literatura, ciencia política, publicidad, periodismo, etc.) que se ocupa de estudiar y de sistematizar procedimientos y técnicas de utilización del lenguaje, puestos al servicio de una finalidad persuasiva o estética del mismo, añadida a su finalidad comunicativa.

PARTES DE LA RETÓRICA

LA INVENCIÓN

Trata sobre el modo como encontramos lo que debemos decir o hacer (de hecho su nombre proviene de la palabra invenire, encontrar). Aristóteles señala que, dada una situación, es en la invención donde encontramos y descubrimos premisas sobre la base de hallar los lugares adecuados para el caso dentro de la reserva colectiva de las convenciones históricamente construidas, es decir los lugares comunes. Por eso Aristóteles define a la retórica como “el arte de encontrar lo que es adecuado en cada caso para persuadir”. Los topoi o lugares comunes son por ello llamados tópicos de invención, pues recurrimos a ellos para argumentar. Los tópicos de invención serían, por ejemplo, los de:

a) Definición (género/especie)

b) División (parte/todo)

c) De relación (causa efecto, antecedente/consecuente, de los contrarios),

d) De circunstancia (posible/imposible, pasado/futuro)

e) De autoridad (leyes, documentos, máximas).

Y existen también tópicos especiales para los discursos judiciales, políticos y apodícticos. Muchas veces nos referimos a lugares comunes peyorativamente, pero en realidad ellos aseguran la comunicación, pues están instaurados en la memoria colectiva. En algunos casos, y para ciertos juicios, requerimos de lugares nuevos (tópicos para cosas de las que antes no teníamos noticia, como por ejemplo el calentamiento global, que nos lleva a una nueva tópica como la de la sustentabilidad). Pero los lugares nuevos siempre están en relación dialéctica con los lugares comunes, pues la comunicación debe asegurarse antes de postular nuevas ideas.

La invención está entonces vinculada al logos, al hallazgo que nos permite asegurar las proposiciones, y se centra más en el estudio de qué debemos decir antes que en el cómo. La invención es el centro de la actividad retórica, pues ahí se genera su núcleo argumentativo.

LA DISPOSICIÓN

La disposición trata sobre el orden de las partes, sobre la organización de la cadena de los argumentos que componen una acción, un texto o un discurso. Se vuelve particularmente importante cuando se procede en una secuencia larga, ya que ahí se decide el recorrido que debe seguir el usuario o el lector, recorrido que debe ser productivo, significativo. En la antigüedad la disposición fue organizada en torno al discurso oral, y se componía de cuatro partes, el exordio (destinado a abrir el ánimo del público) la narración (relación de hechos), la argumentación (discernimiento de los juicios) y la conclusión o epilogo. La disposición está arreglada para apelar tanto al juicio como a las emociones, ya que en el exordio uno puede establecer su propia autoridad (se apela al ethos) en la narración y la argumentación se recurre a los argumentos lógicos (se apela al logos) y la conclusión se arriba al final de forma emotiva (se apela al pathos). La disposición como concepto retórico se ha extendido desde entonces a una consideración más amplia. Por ejemplo con el surgimiento del libro varias partes fueron estableciéndose para ordenar el discurso (introducción, proemio, prólogo, capítulo, subcapítulo, inciso, conclusión, epílogo, etcétera) El índice de un texto o una tesis es una forma bastante conocida de la dispositio, y todos sabemos que su organización es fundamental. Pero llevando el concepto más lejos, podemos decir que todos los artefactos retóricos, un edificio, una traza urbana, una película, una página web, un plan de estudios, una legislación, el organigrama de una institución o un manual de puestos, tienen todos una disposición construida por las convenciones sociales. Es de hecho su disposición lo que decide qué se puede o no hacer, qué jerarquías hay que considerar, es el esqueleto del argumento y por tanto persuade ya desde su propia organización: la disposición ordena.

EL ESTILO

La investidura que un autor da a su lenguaje para alcanzar sus objetivos entra dentro del estatuto del estilo. Para un escritor el estilo es la manera en que algo es expresado, el resultado de aspectos tales como la elección de las palabras, el tono del discurso o las decisiones sintácticas. El estilo se define así como el arte de hallar la adecuada expresión de las ideas, pensando ya no sólo en el QUE sino en el CÓMO de las formas comunicativas.

Desde una perspectiva retórica el estilo no es algo incidental, suplementario o superficial, ya que la manera en que las ideas son encarnadas decide la impronta que el acto dejará sobre el usuario o lector. A menudo la retórica ha sido disminuida al estudio de los efectos de las figuras de la Elocución, que son el cuerpo donde se estudian los elementos del estilo, y es esa disminución la que la hace aparecer como un arte puramente ornamental. Sin embargo, operando dentro de todo el sistema (es decir, sabiendo que la elocución procede de la invención y de la disposición) nos percatamos de que toda inclinación por una expresión conlleva una carga a la que es sensible el usuario, por lo que el estilo no es un revestimiento sino una parte fundamental del argumento.

Si la retórica otorga una importancia crucial a la lexis (el léxico) y al modo de las expresiones es porque sabemos que “el fondo es forma”. De esta manera la ornamentación (que viene del latín ornare- equipar, surtir) no es en la retórica clásica un concepto cosmético, sino una forma de equipar al discurso para alcanzar sus objetivos.

La elocución o estudio del estilo se ha basado en una amplia categorización de las llamadas “figuras retóricas”, como es el caso de la metáfora, la sinécdoque, la metonimia, la ironía, la paradoja, el oxímoron, etc. Las figuras son esquemas en los que los argumentos pueden ser vertidos según diversos propósitos, y es su modo de operación lo que hace que las ideas anclen de un modo u otro en la percepción y en el juicio. La categorización y estudio de las figuras es entonces un aspecto central en el abordaje del estilo dentro de esta tradición.

Las figuras tienen esquemas que permiten incidir sobre las emociones, sobre

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