Resumen "Las Meninas" De Foucault

Resumen “Las meninas” de Foucault

Foucault utiliza la obra de Velazquez como punto de partida para hablarnos, primeramente, de “lo visible y lo invisible”.

El cuadro representado en la escena, al estar vuelto de espaldas, oculta al espectador lo que está retratado en él. Pero el pintor parado junto a éste es el único que está en posición de observar lo allí representado. El espectador puede ver claramente al artista, que en cuanto vuelva a su trabajo quedará escondido de tras del cuadro, invisible.

El pintor posa su mirada hacia un punto invisible, que los espectadores podemos asignarnos. Si el pintor nos observa, es solo por que hemos respondido a su mirada, y ésta nos acoge, nos trasformamos en el modelo, nos obliga a entrar en el cuadro. Así el papel del contemplador y el contemplado, del modelo y el espectador, se intercambian infinitamente.

Lo que el artista contempla es dos veces invisible: ya que nosotros no estamos representados en el espacio del cuadro pero al formar parte de la escena nos volvemos invisibles a nosotros mismos. Sin embargo existe una reciprocidad: vemos un cuadro desde el cual, a su vez, nos contempla un pintor.

Foucault utiliza la descripción de la luz que entra por la venta, casi inadvertida, y que hace visible toda la escena representada, como disparador para revelarnos el espejo que se encuentra detrás de los personajes, con su resplandor singular y poseedor de un espacio interior propio.

De todas las representaciones que representa el cuadro, es la única visible, pero nadie la ve. El espejo no dice nada de lo que ya se haya dicho, sino que aporta nueva información acerca de la escena, muestra lo que está mas allá de nuestra mirada como espectadores, se dirige a lo que es invisible tanto por la estructura del cuadro como por su existencia como pintura. Lo que se refleja en él es lo que los personajes están por ver si dirigen la mirada de frente.

El espejo permite ver lo que en el cuadro de Velazquez es invisible.

En la segunda parte del análisis Foucault revela los nombres de las personas reflejadas en el espejo. Se trata de Felipe IV y su esposa Mariana.

Si bien los nombres sirven como referencias , para él lo visto no reside jamás en lo que se dice, por eso si se quiere mantener abierta la relación entre el lenguaje y lo visible es necesario borrar los nombres propios e interrogar el reflejo del espejo al nivel mismo de su existencia.

Junto al espejo hay una puerta abierta que da a un corredor. En su entrada hay un hombre, que casi pasa desapercibido, que está a medio entrar o quizá a medio salir, observando o acabando de ver la escena que el pintor está retratando.

Este hombre ve la escena desde una perspectiva diferente a la de nosotros los espectadores. Desde su posición puede ver todas las dimensiones

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