TEORÍAS DE LA DEMOCRACIA Y REPRESENTACIÓN: ADAM PRZEWORSKI
rodriguezmari96Apuntes27 de Enero de 2017
24.715 Palabras (99 Páginas)349 Visitas
[pic 1]
TEORÍAS DE LA DEMOCRACIA: TEXTOS
M.CARMEN RODRÍGUEZ GONZÁLEZ
TEMA 1
- DEMOCRACIA Y REPRESENTACIÓN: ADAM PRZEWORSKI
- El problema de la representación política
La democracia es una forma de norma, en la que las decisiones son obligantes para todos, incluyendo a la minoría, que tiene que adaptarse a las decisiones de la mayoría.
Democracia representativa: Las decisiones son tomadas por una serie de representantes electos y son implementadas por funcionarios, en los que estos representantes delegan algunas funciones del gobierno. Éstos deciden lo que los ciudadanos pueden y no pueden hacer y los coaccionan para que acaten esas decisiones.
Cuestión de la representación política: ¿Por qué los gobernantes han de actuar en beneficio del interés de otros? Por lo tanto, según Pitkin la representación consiste en actuar de acuerdo con los mejores intereses del público.
La reforma del Estado tiene una meta común en todos los países y es diseñar instituciones que pudieran empoderar a los gobiernos para hacer lo que deben al tiempo que evitar que hagan lo que no deben. Esta tarea es una tarea de ingeniería institucional, una cuestión de larga data confrontada ante todo el pueblo, por la cual se fueron conformando diferentes instituciones políticas, despotismo, monarquía, democracia y gobierno representativa (Manin 1995).
Estructura básica de las instituciones representativas:
- Mandatarios: Aquellos que gobiernan, electos a través de elecciones.
- Los ciudadanos no están capacitados para ordenar qué hacer al Gobierno, aunque sean libres para discutir, criticar etc.
- Gobernantes sometidos a decisiones periódicas.
- Gobierno dividido en órganos separados que pueden controlarse recíprocamente, y está limitado por una Constitución.
Estas instituciones son las que mejor combinan una autoridad necesaria para que los representantes estén en capacidad de gobernar, con las precauciones que podrían asegurar que gobernarán bien.
La democracia moderna es un sistema elitista o como diría Manin (1995) un sistema aristocrático. Según Aristóteles era una oligarquía o el gobierno de unos pocos. La opción más aceptada es que es una oligarquía competitiva (Shumpeter 1942, Dahl 1971 y Bobbio 1989).
En las democracias modernas, las diferentes funciones del gobierno son desempeñadas por órganos separados, que se controlan y equilibran entre ellos. No se trata solamente de las tres funciones clásicas de Montesquieu, ya que en los países federales la estructura es más compleja, ya que las unidades subnacionales tienen algunos poderes que les están reservados a menos que entren en conflicto con las leyes nacionales.
La concepción de que los gobiernos son electos, con poderes divididos y limitados constitucionalmente actúan en forma representativa se encuentra muy difundida, ya que la han tratado muchos autores como Dahl, Schimitter y Karl, Riker etc.
¿Por qué los Gobiernos han de ser representativos?
- Porque sólo aquellas personas que muestran espíritu público se proponen a sí mismas para el servicio público y son incorruptibles por el poder mientras se mantienen en el cargo.
- Mientras los individuos se postulan a sí mismos para el servicio público difieran en sus intereses, motivaciones y competencias, los ciudadanos efectivamente utilizarán su voto para escoger los buenos candidatos.
- Porque mientras cualquiera que esté ocupando un cargo puede querer perseguir intereses o valores particulares y onerosos para el pueblo, los ciudadanos efectivamente usan su voto como amenaza a aquellos que pudieran apartarse del camino virtuoso, con la posibilidad de su cargo.
- Porque los poderes separados del gobierno se controlan y equilibran uno al otro de forma tal que, juntos, terminan actuando con los mejores intereses del pueblo.
- Elecciones y representación
- La concepción de la representación como mandato.
En las campañas electorales los partidos proponen políticas y ofrecen candidatos, por lo que los ciudadanos aseguraran su representación mediante el uso del voto, eligiendo las mejores políticas y candidatos que las apoyen.
Podemos examinar problemas:
- Campañas políticas: Los votantes no pueden asegurar que los políticos cumplirán esas promesas.
- El mandato: Si se cumple lo pautado en la plataforma vencedora.
La concepción de la representación como mandato se encuentra difundida, como si fuese una verdad axiomática, desarrollada por autores como Keeler, Klingemann, Hoffebert y Budge.
En las elecciones, los partidos les informan a los votantes de sus intenciones políticas y una vez elegidos deciden qué políticas van a aplicar pudiendo ser diferentes a las prometidas y en base a eso son reelegidos o no.
Los políticos mostrarán preferencias por unas u otras políticas en base a su reelección.
Podemos expresar la recompensa en mantener el cargo en tres formas:
- Cuando los intereses de los políticos coinciden con los de los electores: Los candidatos serán elegidos en función de la plataforma de mayor preferencia para los votantes y como mandatarios implementarán esta plataforma en su propio interés.
- Cuando los políticos quieren ser electos y reelectos: Si buscan ser electos, conocen las preferencias de los votantes decisivos, y suponiendo que no cambiarán, aplicarán las políticas anunciadas en procura de ser reelectos.
- El mandato: Tiene lugar cuando lo que quieren los políticos y los votantes coincide o cuando los políticos solo se preocupan por ganar las elecciones y para ello tienen que prometer e implementar las mejores políticas para el pueblo.
Para evidenciar la debilidad del mandato supondremos que los políticos no pueden ser reelegidos ni una sola vez, entonces los electores sabrán que el candidato una vez en el poder podrá hacer lo que quiera sin ninguna penalización, por lo que se podrían corromper lo que implica que los ciudadanos deberán adivinar qué candidato quiere lo mejor para el pueblo en realidad y cual se mueve por intereses personales.
Son posibles situaciones en las que ya sea que los políticos se desvían de sus promesas de velar por el interés de los votantes o que se mantengan aferrados a las mismas, aunque puedan ir en contra de los intereses de los votantes.
Las condiciones pueden cambiar en tal forma que la implementación del mandato no es ya lo mejor para los electores, por ejemplo, cuando el candidato electo toma conocimiento de algo que los electores ni él sabían en el momento de las elecciones y le obligan a cambiar esas políticas.
Los cambios endógenos de las políticas gubernamentales no previstos por los políticos antes de llegar al cargo pueden ser razones para cambiar el curso de acción en defensa del bienestar de los ciudadanos.
Para ser elegido, el candidato debe ofrecer la plataforma preferida por los votantes decisivos. Si el mandatario cree que la política menos popular es suficientemente más efectiva que las que los votantes prefieren, podrá suponer que los votantes se convencerán de que escogió la política correcta y apostarán por su reelección.
Dos situaciones:
- Harrington (1993 a, Sección IV): Los dos candidatos tienen las mismas opiniones acerca de las preferencias de los votantes, pero difieren de sus opiniones acerca de la eficacia de las políticas, porque uno de ellos piensa que los votantes están equivocados. Ambos proponen la misma plataforma en el sistema electoral, pero una vez elegidos pueden implementar diferentes políticas.
- Stockes (1997, en prensa): Los dos candidatos tienen las mismas los dos candidatos tienen las mismas opiniones acerca de la efectividad de las políticas, pero difieren en sus opiniones concernientes a las preferencias del electorado.
En ambas situaciones los candidatos pueden adaptarse de sus plataformas una vez electos, pero lo hacen pensando que están actuando de acuerdo con el interés del electorado.
Si toda la situación es idéntica a la anterior, pero que el candidato no cree que los electores hayan de convencerse de la mejor política, el candidato propone la plataforma que los electores prefieren y la respetará en contra de lo él cree que es el interés de los ciudadanos.
La impunidad es mitigada por consideraciones vinculadas con la reputación (Downs 1957, Ferejohn 1995). Los políticos pueden estar preocupados por mantener sus promesas como una inversión en credibilidad. Si los candidatos prevén que los votantes mirarán tanto a las nuevas promesas como a las políticas del pasado se preocuparán tanto por informar, como por convencer, lo que modera su tentación de apartarse de las viejas promesas. Los votantes pueden castigar a los políticos que reniegan de sus promesas de invertir en información, ya que quieren que sus escogencias tengan consecuencias, y, por lo tanto, quieren ser capaces de predecir el comportamiento de los políticos a partir de sus plataformas de campaña, su retórica y su identidad.
...