Valoraciòn De La Filosofia

Pensar es “la más elevada y quizá la más pura actividad de la que es capaz el hombre”, escribe así la filósofa alemana Hannah Arendt. Siempre existe un momento para asombrarnos e interrogarnos, para reflexionar sobre la vida y el universo. Es así como se le dio origen al razonamiento.

El término filosofía procede de las palabras griegas philein (amar, aspirar) y sophia (sabiduría). Por lo que su significado etimológico nos dice que es el “amor a la sabiduría”, o dicho de mejor manera, “aspiración a la obtención de sabiduría”. Según el diccionario, entendemos que la Filosofía es el conjunto de consideraciones y reflexiones generales sobre los principios fundamentales del conocimiento, pensamiento y acción humanos, integrado en una doctrina o sistema.

La filosofía fue, en un principio, una reflexión sobre la naturaleza y las causas que provocan la existencia del universo, el ser humano y la sociedad. Durante los ss. XVI y XVII, con Copérnico y Descartes se empezó a distinguir entre filosofía y problemas físicos: fue entonces cuando la ciencia adquirió su autonomía (o sea, que se diferenció de la filosofía).

La filosofía es la concepción racional sobre el universo y la vida, en cambio, la ciencia es el estudio de una parte de la realidad; mientras que la ciencia busca verdades universalmente aceptadas y limitadas de acuerdo al campo de estudio, la filosofía busca una verdad total, una síntesis universal y total del conocimiento y además son muchas las concepciones filosóficas en cuanto a la explicación de un problema; problematiza todo. La respuesta a una interrogante, te lleva a otra pregunta. En cambio, la ciencia, utiliza la inducción, la deducción y la verificación. La filosofía busca las esencias, lo universal de las cosas, mediante sus causas primeras. La ciencia usa la hipótesis, la teoría para llegar finalmente a la ley, que puede ser representada matemáticamente.

Sin embargo, la ciencia y la filosofía no están peleadas, pues Aristóteles fue un gran filósofo y científico a la vez, al igual que Newton, Pascal y Descartes, entre otros. Sería un error buscar la “verdad” por una sola vía, fuere la científica o la filosófica, lo único es que cada una de las anteriormente mencionadas, tienen sus propios métodos para llegar a esa verdad.

Con la aparición del cristianismo, la filosofía se fue apartando poco a poco de la teología. La filosofía, como mencioné antes, todo lo interroga, lo cuestiona, lo duda; en cambio, la religión no cuestiona a Dios, se apoya en la fe, todo lo que existe viene de Dios. Entonces, existiendo la religión, no podría haber en la filosofía una cuestión sobre el origen de la vida, que indagara sobre él, pues la respuesta estaría en aquella o aquellas deidades, lo cual no permitiría desarrollar el pensamiento filosófico.

La religión, en sí, surge como una necesidad del hombre para sentir que va por el buen camino; la esperanza de que habrá una vida más allá de la muerte, se podría decir que “inspira” al ser humano a llevar una vida terrenal sin infringir la moral establecida por la religión. Y realmente es un tema muy controversial, pues es una cuestión de fe, entendiendo esto último como “creer en lo que no se ve”.

Se podría decir que el problema con la religión es que no ha permitido el desarrollo del pensamiento, el surgimiento de ese superhombre del que Nietzsche, filósofo alemán, nos hablaba, que éste a su vez expone en su obra El Anticristo que las religiones hacen que el hombre reniegue de su propia naturaleza, la Tierra donde éste habita; sostiene que no hay más mundo que este en el que físicamente habitamos. Un claro ejemplo de esa barrera se puede observar en la época de la Santa Inquisición, que por mucho no permitió que se conociera “la luz” (que al finalizar ese periodo, comienza la Ilustración). La religión acepta la

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