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Ética y Ciencia y su contenido

krlapnortoEnsayo27 de Noviembre de 2012

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Ética y Ciencia y su contenido

El pensamiento latinoamericano desde los inicios del siglo XX comienza a asociar las ideas de ciencia, desarrollo e investigaciones, aunque no siempre es tratado desde el mismo punto de vista. La necesidad de vincularlos parecía indicada por las experiencias de los países avanzados; la idea de que la ciencia moderna generaría tecnología y desarrollo, y a su vez contribuiría a acotar la separación entre países desarrollados y subdesarrollados, cobró mucha fuerza.

Las discusiones y concepciones teóricas sobre el desarrollo de la ciencia y la técnica en el silgo XX siglo se dieron en tres tendencias fundamentales: discusión de problemáticas propias de países europeos o de E. U, desarrollo de una teoría de corte cientificista y defensa y desarrollo de una ciencia y tecnología latinoamericanas. Esta última tendencia propugna la idea de que estos procesos de la ciencia y la tecnología deben responder a los intereses y objetivos que la realidad de los pueblos latinoamericanos imponen. Defiende la necesidad de un desarrollo científico –tecnológico endógeno y considera el desarrollo como una premisa y un resultado ideal de preservación de la identidad cultural y social de los países latinoamericanos.

A partir del desarrollo de esta tercera tendencia de defensa y desarrollo de una ciencia y tecnología latinoamericanas, y su devenir dentro del pensamiento filosófico y ético latinoamericano, la monografía recorre a través de los diferentes artículos que la conforman la relación ética y ciencia desde el pensamiento de los cientistas y filósofos latinoamericanos, la documentación internacional sobre la ética de la ciencia, la responsabilidad y el papel de la ética en las investigaciones comunitarias en el ámbito sociocultural.

En los correspondientes artículos que integran esta compilación se entrelazan una serie de núcleos conceptúales que se definen y se relacionan en todo el material.

Esta compilación está estructurada por seis artículos, de diferentes autores: Isabel Pérez Cruz, Adianez Fernández Bermúdez, Laura Avondet, Sarthou Merina, Vanesa Fernández Bereau, Laura Díaz Suárez y Daily Rodríguez Ramírez.

Los artículos aparecen ubicados en un orden elegido por el compilador respetando siempre desde el inicio, la lógica de lo general, a lo específico que opera en el desarrollo del pensamiento filosófico y ético.

La ética estudia la moral y determina qué es lo bueno y, desde este punto de vista, cómo se debe actuar. Es decir, es la teoría o la ciencia del comportamiento moral. (….). La ética es una de las principales ramas de la Filosofía, en este campo ésta es el conjunto de valoraciones generales de los seres humanos que viven en sociedad

La Ética de la Ciencia

Si nos atenemos a los valores éticos de la ciencia, personalmente ya comienzo a entristecerme. Y no se trata de aquellos valores que afectan a la indagación científica contemporánea, sino que si uno se remonta muchos siglos atrás, como es el caso de las relaciones e investigaciones armamentísticas que conciernen a Maquiavelo y Leonardo Da Vinci)…………. Por mucho que se insista en mentar que la ciencia se concentra en el progreso de las sociedades humanas nadie puede soslayar, por ejemplo, el imponente papel que desempeña la investigación destinada a generar la maquinaria armamentística (como en el caso aludido de Maquiavelo y Da Vinci). Como muchos de vosotros sabéis los principales consumidores de los fondos destinados a I + D + i, al menos en el caso de los países más poderosos, son sus ejércitos, la cual debería ser una materia de profunda reflexión. En estos casos, nos viene a la memoria el manido tema de la bomba atómica con la que termino la segunda guerra mundial. Sin embargo, nada ha cambiado desde entonces. Ya hablemos de biotecnología, nanotecnología, física experimental o inteligencia artificial, entre otras ramas del conocimiento científico, aterra la influencia de los denominados eufemísticamente gastos de defensa.

LA CONFLICTIVA RELACIÓN ENTRE CIENCIA, ÉTICA Y AMBIENTE.

Las relaciones entre ciencia, ética y ambiente no están exentas de paradojas y de contradicciones, cuando no de virulentas polémicas y enfrentamientos. Abordaremos inicialmente está contradicciones por pares en primer lugar la relación entre ciencia y ética. Originalmente la tríada medieval compuesta por el bonun , el pulchrum y el verum ( bondad/ etica, belleza/ estética y verdad/ciencia) , constituían una unidad indisoluble ( nulla aetica sine aestetica, nulla aestetica sine aetica). La irrupción del nominalismo de Occam , del racionalismo de Locke y del escepticismo de Hume destruyeron tal unidad. El racionalismo cartesiano y la cultura analítica y atomista del mecanicismo consagró tal divorcio sobre la base de los principios de separación analítica. La distinción kantiana entre razón práctica y razón teórica acabo edificó una arquitectónica del saber centrada en esta división entre el conocimiento científico exento ya de todo valor moral y de toda dimensión estética y ética ( valores en sí mismo positivos, auto justificación trascendental, subjetivismo.

En el pensamiento moderno está prohibido transgredir estas fronteras y especialmente la que divide la valoración ética de la descripción científica. De esta forma hemos obtenido una "ciencia sin conciencia ( parafraseando al contrario de la expresión usada por Morin) y una "conciencia sin ciencia " (sin apoyatura ontológica solo sicológica o jurídica. Todo lo demás es o "falacia naturalista" ( deducir leyes morales de leyes científicas) o teología (deducir leyes científicas de leyes morales.

La relación pues entre ciencia y ética ha sido, y en gran medida sigue siendo, de divorcio y de incomunicación. Hay entre la lógica moral y la lógica científica una relación de inconmensurabilidad que hace teóricamente imposible cualquier reducción ( o traducción) de enunciados de una a otra o el encuentro en cualquier territorio común de diálogo y debata. No es que la ciencia sea inmoral y la ética falsa o anticientífica: son amorales y acientíficas respectivamente ( en todo esto ayudó mucho la doctrina fideista admitida incluso por la propia iglesia católica en última instancia. ¿Pero esta situación de aislamiento es realmente insuperable?¿Está la división en la "naturaleza de las cosas?"¿ Es posible que ese vastísimo campo de creencias, argumentaciones, actos y prácticas que es la ciencia funcione sin ningún tipo de valores morales y sin ningún sustento ético?¿ Y por el contrario puede entenderse que la ética carece de cualquier anclaje en la racionalidad o en la "naturaleza de las cosas y de los hombres?" ¿ Es posible en fin una ontología sin axiología o una axiología sin ontología? Sobre ello volveremos más adelante, de momento dejemos anotado la situación y sus interrogantes.

Veamos el otro par, el compuesto por ciencia y ecologismo. Aquí tenemos que detallar, en primer lugar, la existencia de una situación paradójica por la cual por un lado todo el discurso ecologista proviene de datos obtenidos y respaldados científicamente ( los ecologistas perciben la crisis ecológica con ojos científicos), incluso la denominación de origen está tomada prestad de una ciencia la "ecología". Por vez primera una ideología política y social reciben su denominación de una ciencia.

Por otro lado el discurso ecologista se distancia y se enfrentan a la ciencia a la hora de establecer las responsabilidades y las culpas de la crisis ecológica (el cientifismo, el racionalismo, el mecanicismo, la racionalidad científico-técnica) y en muchos casos ignora, cuando no desprecia, el papel de la ciencia a la hora de configurar alternativas a esta misma crisis. Podemos decir que hay una percepción racional de la crisis ecológica pero una alternativa irracional o acientífica a la misma.

Tal paradoja ha sido interiorizada por el ecologismo hasta el grado que muchos discursos ecologistas utilizan las nociones entresacadas de la meteorología, la botánica, la geología, la zoología o la química para denunciar y demostrar los efectos catastróficos de la cultura científica y racionalista a la que impugnan por falsa ( la vida no es así) y por dañina ( sus efectos son destructivos. Esta interiorización ha llevado a abrazar las explicaciones más inusitadas bajo los paraguas de un supuesto y malentendido holismo, del esoterismo orientalistas, del energetismo ilusorio o de las imposibles experiencias extrasensoriales ( sí hay experiencia hay algún tipo de sensibilidad, si no hay ninguna sensibilidad entonces no hay experiencia; Podrá haber, a lo sumo, experiencia paranormal, fuera de las normas cognitivas admitidas. El budismo , la el chamanismo, la intuiciones místicas o el hinduismo no son instrumentos más ciertos y más buenos, como parece creer la ecología profunda, que la geología, la botánica o la química orgánica para construir un sistema y una cultura sostenible y ecológica.

Bien es cierto que esto no ocurre en todo el discurso ecologistas, ni se da con igual magnitud en todo los discursos. Pero también es cierto que de una manera u otra esta paradoja atraviesa, en un grado mayor o menor, todo discurso alternativo sobre la crisis ecológica que pueda ser identificado con el ecologismo social y político.

Por tanto, tiene por un lado una relación

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