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Colonización De Norteamerica

babyfacer315 de Septiembre de 2014

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INTRODUCCIÓN

Este trabajo analiza los inicios de la colonización de América del Norte hasta su consolidación dándole un matiz real y preciso a los hechos ocurridos en aquel entonces, empezando con las primeras colonizaciones que tuvieron lugar en esa parte del continente, es una presentación para Historia de América sobre La colonización de América del Norte y la formación de las 13 colonias. En la misma se habla de cuando los primeros colonos ingleses llegaron a América del Norte y crearon las mencionadas colonias bajo al menos dos modelos: el del sur orientado a las grandes plantaciones y el del norte orientado a la autosuficiencia.

En 1580 la reina Isabel I de Inglaterra concede a sir Humphrey Gilbert el derecho a poseer nuevas tierras en nombre de la Corona. Algo más tarde sir Walter Raleight llegará al norte de Florida, un territorio lleno de bosques y pantanos en posesión de los españoles. Los primeros 117 colonos desembarcaran en un islote y vivirán de forma comunitaria. Sin embargo a la vuelta de Raleight ya no quedara nadie.

Las trece colonias que crearan los ingleses en América del Norte serán Virginia, Massachussets, Pensilvania, Connecticut, Rhode Island, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Georgia, Nueva Hampshire, Maryland, Nueva Jersey, Nueva York y el Maine.

Los inicios del período colonial inglés en América del Norte

Los primeros años del siglo XVII presenciaron una gran corriente migratoria de Europa a América del Norte. Los primeros inmigrantes de lo que ahora es Estados Unidos atravesaron el Atlántico mucho tiempo después de que los españoles hubieran establecido sus primeras colonias en el resto del continente americano y, de hecho, Inglaterra fue la última potencia europea en llegar a América.

A pesar de los primeros fracasos, a finales del siglo XVI, de establecer colonias inglesas en América del Norte, los ingleses no cejaron en el empeño, y en 1607 se fundó la colonia de Jamestown, en la bahía de Chesapeake, que sería la primera colonia inglesa permanente.

Las primeras colonias formaban comunidades autosuficientes provistas de una salida propia hacia el mar. Cada una de las colonias llegó a ser una entidad separada, con fuerte individualidad propia. Pero, a pesar de ese individualismo, los problemas que presentaban el comercio, la navegación, la manufactura y la moneda trascendieron los límites de las colonias e hicieron necesaria la adopción de reglamentos comunes, los cuales, después de conquistarse la independencia de Inglaterra, darían paso a la Federación.

En contraste con la política de colonización de otros países, la emigración desde Inglaterra no era patrocinada por el gobierno sino por grupos de ciudadanos particulares cuyo motivo principal era el lucro. Dos colonias, la de Virginia y la de Massachusetts, fueron fundadas por compañías establecidas, cuyos fondos suministrados por los inversionistas, se utilizaron para equipar, transportar y mantener a los colonos. En el caso de Nueva Haven, fueron emigrantes adinerados los que financiaron el transporte y el equipo de sus familias y servidores. Otras colonias como Nueva Hampshire, Maine, Maryland, Pennsylvania,... pertenecieron originalmente a algunos miembros de la clase media o de la nobleza inglesa, los cuales, en calidad de patrones, prestaron dinero a los colonizadores con la garantía de tierras que les habían sido cedidas por el Rey. Pese a todo, las colonias fueron fundadas por motivos diversos y se iban a desarrollar a ritmos muy diferentes, con economías, formas de gobierno y credos religiosos distintos.

Las trece colonias que con el tiempo llegaron a formar los estados Unidos fueron Nueva Hampshire, Massachusetts, Rhode Island, Connecticut, Nueva York, Nueva Jersey, Pennsylvania, Delaware, Maryland, Virginia, Georgia, Carolina del Norte y Carolina del sur.

La religión en las primeras colonias: el puritanismo y las colonias de Plymouth, Massachusetts y Virginia.

El puritanismo fue al principio un movimiento ideológico iniciado durante el reinado de Isabel i de Inglaterra, que tendía a una completa reforma calvinista de la Iglesia Anglicana. Más tarde se convirtió en un modo de vida, en una interpretación de la peregrinación cristiana que acentuaba la importancia de la regeneración personal, las oraciones domésticas y un estricto código moral. La Biblia fue considerada por los puritanos como la única fuente legítima de doctrina, organización eclesiástica, liturgia y religión personal. Se estimuló la lectura en los hogares de la Biblia de Ginebra, así como los sermones bíblicos regulares en las parroquias y la catequesis semanal.

A los puritanos se les llamó así por que querían “purificar” a la Iglesia de todas las vestiduras, ceremonias y costumbres heredadas de la Iglesia medieval y reformar la Iglesia de acuerdo con las pautas presbiterianas, pero Isabel I aplastó esta tendencia. Durante el reinado de Jacobo I, muchos puritanos continuaron en sus ministerios parroquiales y procuraron reformar la vida moral y espiritual de sus parroquianos. Otros actuaron como predicadores y otros, que consideraron imposible todo compromiso, formaron Iglesias independientes, ilegales y secretas. Después de 1604, con la Hampton Court Conference, no pocos puritanos emigraron a los Países Bajos o a Nueva Inglaterra.

Una de las primeras colonias en fundarse, y que como veremos será la más importante dentro de la mitología nacional americana fue la colonia puritana de Plymouth. En 1608, un grupo de separatistas de Scrooby (Notinghamshire), se había instalado en Leyden, Holanda, para escapar de la hostilidad eclesiástica y popular y, tras una década en el exilio, decidieron buscar un refugio nuevo cruzando el Atlántico. Con la ayuda financiera de un grupo de comerciantes londinenses, zarparon de Inglaterra en el Mayflower en 1620. Los puritanos, a los que se les acabó conociendo como los “Peregrinos” (Pilgrims), arribaron al cabo Cod y fundaron la colonia de Plymouth, pero antes de desembarcar redactaron el “Pacto del Mayflower”, que ligaba a los firmantes a una forma de “entidad política civil” que continuaría siendo la base del gobierno a lo largo de la historia de la colonia.

Poco tiempo después de la ascensión de Carlos I al trono inglés, y de que William Laud, su más acérrimo enemigo, fuera ordenado arzobispo de Canterbury, los líderes puritanos en Inglaterra se vieron sometidos a un continuo acoso, así que muchos de ellos se reunieron con sus hermanos de fe en América, acompañados de sus seguidores. En 1630 fueron diecisiete barcos y casi mil colonos los que emigraron a la Bahía de Massachusetts. Durante los diez años siguientes les seguirían veinte mil hombres más. A diferencia de los emigrantes anteriores, en este segundo grupo de puritanos estaban incluidas personas ricas y de buena posición social. Querían trasladarse a Nueva Inglaterra para establecer una comunidad bíblica basada en las creencias puritanas bajo una forma de gobierno eclesiástico y estatal que satisficiera sus aspiraciones y sirviera como modelo para quienes dejaban tras de sí. Como gobernador de la colonia eligieron a John Winthrop, abogado y terrateniente de Suffolk y puritano ferviente que se iba a convertir en la figura dominante de los comienzos de Massachusetts.

Los dirigentes de la colonia de Massachusetts no consideraron apropiado que el pueblo llano gobernara, pues no estaba preparado para ello. Creían que la autoridad debía ser ejercida por aquellos a quienes Dios había hecho “elevados y eminentes en poder y dignidad” (Winthrop), pero excepto los primeros años, el control por parte de la oligarquía nunca fue absoluto. La participación en la política se hizo depender de la pertenencia a la Iglesia en detrimento de los que abogaban por que dependiera de la posesión de acciones de la compañía; pero sólo aquellos que pudieran “declarar su experiencia y su gracia” podían ser miembros de la Iglesia, puesto que éstos eran los elegidos por Dios. Se creó entonces un gobierno representativo, que ni mucho menos significó la pérdida de poder por parte de los puritanos ni socavó el carácter religioso de la comunidad bíblica. Massachusetts no era, en teoría, una teocracia, pero a la práctica la Iglesia dominaba todas las instituciones: los dirigentes políticos consultaban todas sus decisiones con los predicadores, que tenían una elevada autoridad como los únicos intérpretes de las Escrituras. La ley bíblica era la única ley que ordenaba a la Iglesia y al estado. La colonia prosperó, lo que hizo evidente, a ojos de sus habitantes que Dios bendecía la actuación de los puritanos.

Una década después de la llegada del Mayflower a Massachusetts, una fuerte influencia puritana se establecía en Virginia. Los líderes de la Compañía de Virginia que llegaron a Jamestown en 1607 se veían a sí mismos en una relación de “alianza” con Dios, y leyeron cuidadosamente el mensaje de sus éxitos y sus desgracias. Una típica visión puritana fue sostenida por Sir Thomas Dale gobernador de Virginia. Su estricta aplicación de severas leyes de disciplina en la comunidad de Jamestown en 1611 salvaron probablemente a la colonia de su desaparición, pero también se ganó la reputación de tirano. Dale se veía como un trabajador en la viña del señor, como un miembro de Israel que construía la “Nueva Jerusalén”. Como Oliver Cromwell más tarde, Dale interpretó sus victorias militares contra los indios como un signo directo de que Dios le tendía una mano.

Los pastores puritanos vieron una excelente oportunidad para su causa en Virginia. El reverendo Alexander Whitaker, el “apóstol

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