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El Análisis Del Populismo Clásico


Enviado por   •  14 de Noviembre de 2013  •  1.505 Palabras (7 Páginas)  •  420 Visitas

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El Populismo Clásico y su análisis

Las diferentes miradas y análisis académicos respecto del populismo fueron, en un primer momento, bastante claras en su definición, pues, sin abandonar el sano debate académico que permite establecer diferencias y matices que enriquecieron las visiones, fueron capaces de definir ciertos ejes características definitorias que permitieron un análisis académico cabal acerca de las diferentes manifestaciones que aparecieron en Latinoamérica entre los años 30 y 50, e incluso permitieron dar cuenta teóricamente de los protopopulismos o caudillismos anteriores a esta fecha. Autores como Germani y Di Tella ponen al populismo como una respuesta a una modernización demasiado rápida, que logra que la sociedad latinoamericana salte de etapas premodernas a modernas, creando bolsones donde conviven ambos paradigmas y se enfrentan las fuerzas disímiles de las tendencias, tradiciones (a veces ancestrales), poderes, sistemas de sobrevivencia, conceptualizaciones disímiles, que no logran resolverse de forma adecuada. El desencuentro, de acuerdo a los autores, produciría una tensión continua entre movilización de la sociedad e integración de los grupos humanos marginados del “progreso” (González, 2007)

Durante los primeros años del siglo veinte, en muchos países las identidades nacionales no están bien definidas debido a la fragmentación regional, las diferencias profundas entre campo y ciudad y las diferencias étnicas que persisten.

Las identidades de clase tampoco está bien definida, excepto en países de desarrollo más complejo como Chile, lo que no da origen a los partidos que representen los intereses de estas clases y permitan el equilibrio de las demandas y representen a los grupos marginados. De ahí, de acuerdo a Germani el carácter policlasista – nacionalista de los movimientos populistas. La apelación a estas demandas y a la integración social de estos grupos - los cabezas negras de Perón-, son un gran imán para la integración de amplios sectores de la población a la nueva representación que se les ofrece.

Di Tella propone un origen inmediato del populismo en la tensión que se

produce entre las masas excluidas de este progreso moderno y las elites que no han logrado conseguir el consenso para su gobierno. Pero suma a esta dinámica el resentimiento de grupos de las antiguas elites educadas pero desplazadas del poder y empobrecidas luego de la crisis de 1929 y que buscan la reivindicación aliándose a sus antiguos trabajadores campesinos que han emigrado a la ciudad. El caudillo emerge entonces transfigurado en líder de masas y nexo entre los marginados y la elite.

Así, señalaron que muchos países latinoamericanos pasaron durante estas décadas por algún tipo de experiencia populista asociada a un liderazgo carismático de un sujeto que en sí mismo encarnaba las aspiraciones del pueblo; se erigía a sí mismo como representante legítimo de la nación; y que en su proyecto se consideraba a sí mismo como portador del futuro de la nación, difuminando los límites. El líder era el pueblo y el pueblo, la nación, encarnación de su líder y, por lo tanto, repositorio de valores morales, esperanzas y proyecciones hacia el progreso indefinido de su sociedad.

De acuerdo estos autores, el concepto de populismo se jugaba entre una serie de características que podían sintetizarse, pero que no siempre eran definitorias de todos las manifestaciones, ejemplificado por Juan Domingo Perón en Argentina y Getulio Vargas en Brasil, se caracterizaba por una serie de rasgos que suelen ser vistos como una suerte de matriz general del populismo urbano e industrial clásico. El discurso populista se asoció, en esta visión clásica, a:

a) Políticas redistributivas y de crecimiento hacia dentro. El Estado es percibido como un botín político y como fuerza rectora de la actividad económica. Los programas económicos que se elaboran se caracterizan por la entrega de subsidios y control de precios. Se privilegia la política de substitución de las importaciones y la protección de la industria local.

b) El desarrollo del clientelismo. Los populismos clásicos fueron también caracterizados por la búsqueda de la creación de redes clientelares traducibles en votos Su mecanismo más común fue la sus asignación discrecional de recursos públicos para premiar a sus seguidores construir redes de adeptos comprados con favores para promover el desprestigio de sus adversarios.

c) Una relación directa entre lo nacional y lo popular. El pueblo, como construcción mítica. El pueblo, concepto que abarcaba a todos los adeptos sea cual fuere su procedencia, sería un sector social portador de las virtudes y de la historia de una sociedad. Por ello se fomentaba un fuerte nacionalismo que se asociaba a la incorporación de los desposeídos urbanos y su movilización en contra de la oligarquía.

c) Movilización

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