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El Contexto Social De América Latina Y Las Estructuras A Las Que Está Sometida

ameb1408931 de Noviembre de 2013

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El contexto social, cultural, político y económico de esta región conocida como América Latina nos hace repensar las diferentes estructuras bajo la cual se encuentra. Como sabemos, los actuales países que conforman esta región son producto de la historia de empresas colonizadoras que llegaron a esta parte del mundo en busca de recursos que ayudaran a paliar los problemas económicos de sus metrópolis europeas. América Latina se constituye así históricamente como la fuente de recursos primarios que ayudarían a las naciones europeas desarrolladas a continuar con su progreso capitalista. No obstante debido a los sucesos históricos de la Primera y Segunda Guerra Mundial, el orden hegemónico giró a favor de los EE.UU., constituyéndose este como el principal acaparador del poder mundial. Esto también repercutió en la economía de la región latinoamericana. Un nuevo orden imperante plantea nuevas situaciones que reproducen las dinámicas heredadas de la colonia. Una nueva colonización impera, no pierde su fuerte poder intervencionista en la economía y en las políticas, pero ahora influye mucho más en la cultura a través de los medios masivos de comunicación.

Sobre este influjo por parte de los EE.UU en diversos ámbitos interesa exponer acerca de sus políticas de intervención en cuanto a la resolución de problemas que afectan a las poblaciones menos favorecidas de los países Latinoamericanos. Power and Visibility: Development and the Invention and Management of the Third World nos explica acerca del conjunto de nuevos ideales que Estados Unidos tenían acerca de cómo concebían el desarrollo.

Este nuevo paradigma se ubica en el marco post Segunda guerra Mundial, en el que se reconfigurarían las estructuras de poder como resultado de la guerra, lo que permitiría el posicionamiento del capitalismo liberal como modelo económico muy idealizado. Este país se siente en el deber de formular un plan de reconstrucción de la economía que a la larga permitiera perpetuar su situación de éxito.

El caso que se muestra es el de Colombia. Para este país se formuló una misión con el propósito de mejorar puntos clave que permitieran a este país salir de la pobreza. Estos eran: transporte, industria y energía, carreteras, divisas, agricultura, finanza, salud y bienestar, etc.

No obstante, para continuar con el proceso de planeamiento, era necesario la creación de categorías que ayudaran a clasificar las nociones con las que se percibían la situación actual del nuevo orden mundial. Hubo un proceso de redefinición de cómo se percibían los países en situación económica, política y social más estable en relación con el resto de países. De este modo surge los conceptos construidos de subdesarrollado, desarrollo y tercer mundo. Con esto se instaló la idea de necesidad de llegar a ciertos estándares que solo los países desarrollados podían proveer a través de la intervención- Estos discursos fueron promovidos desde la academia americana y tuvieron harto poder debido al dominio en temas económicos que tenía el país. La profesionalización del concepto de desarrollo desde la mirada académica llevo a una institucionalización de esta que se plasmó en una red de instituciones como organizaciones y agencias que poseían conocimientos técnicos para la aplicación de programas.

Esto condujo a estudios sobre economía para el desarrollo que tenía postulados acerca del método correcto para la superación de la pobreza en países catalogados como tercermundistas. La solución que planteaban era del mecanismo de ahorrar e invertir para acrecentar el capital. Sin embargo, encontraron que no se podía aplicar a este contexto latinoamericano porque el nivel de ahorros era muy limitado. Luego encontraron que la salida a estos problemas era la industrialización. Para esto delimitaron que era necesaria la intervención externa mediante la inversión que facilitara el dinamismo económico.

Se trató el tema de los alimentos y la nutrición y hallaron que un error pasado fue es de tratar estos asuntos de manera aislada e individual de temas como producción de alimentos, atención de la salud, sanidad y educación. Dedicaron esfuerzos a tocar el tema del sistema alimenticio y decidieron trabajar con los campesinos. Un problema en este proceso fue la creación de etiquetas que establecían relaciones de poder. Las etiquetas como campesinos analfabetos, o pequeños agricultores dan a entender la situación del beneficiario como un cliente de los servicios ofrecidos por estas instituciones impulsoras del programa. Más adelante se constata la intención de administrar el trabajo de los participantes de tal modo que estos sean los que van a ser integrados dentro del sistema económico; es decir, “they are managed and controlled, obliged to maneuver within the limits posed by the institutions” (Escobar 1988 :435)

Lo que se constata en todo momento es la naturaleza de dominación a través de dicursos vinculados al tema de la economía que quieren imponer para tener un efecto de desarrollo desde la propia mirada de norteamericana de cómo se concibe esta noción.

Esta dominación también tiene injerencia en las negociaciones que hacen las empresas privadas de capitales extranjeros. Tal es el caso de la minería en el Perú. Es sabido de que el desarrollo económico de nuestro país se funda en las actividades extractivas como la minería. Somos el abastecedor de estas materias prima para los países desarrollados, ellos vienen a extraer nuestros minerales y a cambio de eso nos compensan con las negociaciones que surjan del conflicto, y deterioran los ecosistemas naturales.

En Actores y ambientalismos: conflictos socio ambientales en Perú se opta por la definición de conflicto dada por Arturo Escobar “el conflicto como manifestación de contradicciones entre distintas maneras de entender el desarrollo, la democracia y la sociedad deseada” (Escobar citado por Bebbington y Humphreys 2009: 119). Luego se procede a esbozar lo que definiríamos como conflicto socio-ambiental. Para esto se plantea necesaria la descripción de los distintos tipos de ambientalismo que establecen las distintas maneras de entender la relación entre medio ambiente y sociedad.

De este modo tenemos conocimiento del ambientalismo conservador que tiene como fin el conservar ciertos tipos de ecosistemas y que prioriza la necesidad de proteger la naturaleza de la intervención humana. El segundo es el nacionalista populista que se preocupa por delimitar quiénes son los que tienen acceso a estos recursos y el valor en dinero que pueda tener. Tienden a tener ciertas ideas reivindicativas nacionalistas que van en contra de empresas transnacionales y que están a favor del reparto para el pueblo de las ganancias de la extracción. En tercer lugar está el ecologismo de los medios de vida que es impulsado mayormente por las personas que se verían afectadas en cuanto al acceso a los recursos naturales si se procede con alguna actividad minera. Esta caracterizado por la predominancia de la población rural. En cuarta posición están los que se podrían dominar como justicia socio ambiental que busca promover los derechos fundamentales de los excluidos que pueden verse afectados por la expansión de la actividad minera. Velan principalmente por la plena participación de la población en las consultas y en una regulación de estas industrias que garantice el respeto de los derechos de la población. Finalmente está el ecologismo profundo que se basa en la igualdad de derechos de los seres humanos y la naturaleza para el derecho de la vida. Tiene profundas contradicciones con la minería por lo que la resolución del conflicto casi nunca tiene fin.

El único medio para la resolución de estos conflictos es el de la compensación, de este modo un ambientalista del sector conservacionista podrá ser compensado con las garantías ambientales. Un ambientalista del sector nacionalista-populista estaría conforme con un aporte en cuanto a impuestos y regalías. Finalmente un ecologista que tiene una visión del ecologismo como medio de vida podrá optar por una compensación a modo de transferencia por la pérdida del acceso a la tierra.

Sin embargo, los autores deslindan de la idea de que el conflicto puede llegar a ser negativo. Para esto exponen el caso de nuestro país que ha funcionado como un “estado bombero”, es decir, ha actuado como un mediador de los conflictos para solucionarlos ante el desarrollo de estos que podía tornarse peligroso. Pero a la vez se ha mostrado como un estado que deslegitima los conflictos y acusa a responsables de manipular a la opinión pública. Según el diagnóstico de Anthony Bebbington y Denisse Humphreys esto sucede debido a que se concibe los conflictos como problema y no como reflejos de causas estructurales y profundas. Es decir, la labor que

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