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ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN DEL EMPLEO DE LAS MUJERES EN ESPAÑA EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX

juangonloTrabajo18 de Mayo de 2016

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ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN DEL EMPLEO DE LAS MUJERES EN ESPAÑA EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX

ÍNDICE:

1.        JUSTIFICACIÓN

2.        ANTECEDENTES

2.1 CARACTERÍSTICAS DEL EMPLEO Y CONDICIONES DE TRABAJO

2.2 REGLAMENTACIÓN LABORAL

2.3 TASAS DE ACTIVIDAD

2.4 SALARIOS

3.        OBJETIVOS GENERALES Y ESPECÍFICOS

3.1. OBJETIVO GENERAL

3.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS

4.        METODOLOGÍA

5.        ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

6.        CONCLUSIONES

7.        BIBLIOGRAFÍA


  1. JUSTIFICACIÓN

En el siglo XIX se inició en España la transición del Antiguo Régimen a la sociedad capitalista y liberal, afectando de forma significativa a las clases trabajadoras, que vieron como, paulatinamente, desaparecían las tierras comunales, se reducía la acción protectora de la Iglesia en el campo de la beneficencia, y las familias obreras pasaban a depender de un salario.

 

La economía de las familias obreras durante el siglo XIX estuvo sustentada por el trabajo del hombre y de la mujer, pero la consideración social de estos dos trabajos imprescindibles para la subsistencia no fue la misma, pues el trabajo femenino tenía carácter subsidiario, era una actividad sustitutiva sin competencia con la masculina y, por tanto, fue utilizado como una mano de obra barata y sin cualificar.

Durante esta centuria la mujer trabajadora alcanza una notable preeminencia, si bien su existencia es anterior a la revolución industrial, pues ya entonces se ganaba el sustento como hilandera, pulidora de metales, orfebre, modista, lechera o criada, tanto en las ciudades como en el campo. Sin embargo, el trabajo tal y como lo conocemos actualmente es producto de la industrialización, y no es hasta el siglo XIX cuando se la observa, se la describe y se la documenta sin precedentes, porque empieza a convertirse en un problema visible, fruto del cambio del hogar por la fábrica como lugar de trabajo.

La elección de este trabajo obedece a razones de índole personal, pues siempre me ha llamado poderosamente la atención el discurso, que hoy día se sigue haciendo, sobre la división sexual del trabajo, marcando la identidad o la esencia de las profesiones.  Dado que la identificación del trabajo femenino con ciertos empleos y con mano de obra barata se institucionaliza a lo largo del siglo XIX, a través de esta asignatura tengo la oportunidad de estudiar un tema de tal relevancia e influencia en la configuración del mercado de trabajo.

  1. ANTECEDENTES

Como se ha mencionado anteriormente, el propósito general del presente trabajo es analizar la situación del empleo femenino en España, en la segunda mitad del siglo XIX, por lo que se comenzará revisando la literatura especializada que nos ofrecen los distintos autores sobre esta cuestión.

2.1 CARACTERÍSTICAS DEL EMPLEO Y CONDICIONES DE TRABAJO

Las transformaciones provocadas por el proceso industrializador en la situación material laboral de las mujeres, no ha sido interpretada de la misma manera por todos los estudiosos del tema e historiadores. Para una parte de ellos, la incorporación de la mujer al mercado de trabajo, les ofrecía la posibilidad de liberarse de la esclavitud del trabajo doméstico,  les permitía la independencia económica, a la vez que les garantizaba unos derechos a fin de evitar la discriminación que sufrían las mujeres trabajadoras.

En contraposición y frente a esta visión positiva de la industrialización, otros autores argumentan que tuvo más repercusiones negativas que positivas. Esto es, que el trabajo femenino era una prolongación de la actividad doméstica,  que a las mujeres se las excluía de los sectores productivos más desarrollados, y que la falta de formación las relegaba a puestos auxiliares e inferiores y de menor status social y que, por ende, implicaba  segregación en el mercado laboral y segregación salarial, dado que con esta mano de obra secundaria y  no cualificada, por una parte se generaban excelentes beneficios con reducidos costes,  y por otra parte, se protegía la estructura social al reproducir en el ámbito de la fábrica la jerarquización sexual existente.

La población obrera y campesina de los países que se industrializaron, consumía más a fines del siglo XIX que en el siglo XVIII. Tenía una mayor esperanza de vida y también había logrado una mejor educación y sanidad. Sin embargo, un tema muy debatido por los historiadores es si esa elevación del bienestar, se dio o no durante las primeras décadas de la Revolución Industrial.

Para Carlos Marx (El Capital), el capitalismo industrial recurrió masivamente al empleo de mujeres y niños en condiciones de sobreexplotación,  provocando la depreciación del valor de la fuerza de trabajo y amenazando el mantenimiento del poder patriarcal familiar.  Los sindicatos obreros masculinos respaldados por el Estado, adoptaron medidas de control tendentes a evitar la sobreexplotación de la mano de obra femenina e infantil, pero al mismo tiempo estas medidas servían para reafirmar el modelo de jerarquía familiar y eliminar la competencia en el mercado laboral.

DESIGUALDADES LABORALES EN LA REVOLUCION INDUSTRIAL:

MUJER

HOMBRE

ROL

        Esposa

        Ama de casa

        Madre

        Cuidadora

        Rol productivo.

        Cabeza de familia

        Trabajador

        Mantenedor

         Rol productivo.

TRABAJO

        Domestico

        Productivo valorado como aporte económico complementario.

        Productivo valorado como aporte económico principal.

FUNCIONES

        Equilibrio afectivo y emocional de la familia.

        Bienestar material de la familia.

2.2 REGLAMENTACIÓN LABORAL

La primera legislación liberal para promover la libertad de oficios, se inició con las leyes de agosto de 1811 y la de 8 de febrero de 1813 que afirmaban el derecho de todo español a ejercer cualquier oficio o industria, sin necesidad de examen, título  o incorporación a los gremios.

[1]Las primeras regulaciones de las condiciones de trabajo afectaron a mujeres y niños, sector minoritario en la actividad industrial, porque se consideraba un colectivo más vulnerable y necesitado de protección. Estas normas que regulaban las condiciones laborales de las mujeres, solo eran aplicables a las mujeres de la industria, quedando excluidas las mujeres que trabajaban en el campo y en el sector servicios, por lo que más allá de mejorar las condiciones de las trabajadoras, sirvieron para avalar la segregación sexual y poder justificar las diferencias en las remuneraciones y en el status, siempre inferiores en las mujeres (Capel 1986).

2.3 TASAS DE ACTIVIDAD

Tabla 1: Población activa española 1877-1900

AÑO

HOMBRES

MUJERES

TOTAL

1877

70,1

17,2

43,0

1887

64,8

15,8

39,8

1900

66,9

14,2

40,0

Fuente: Estadísticas del siglo XIX y XX

Tabla 2: Población activa femenina 1887 (totales por edades)

ACTIVIDADES

TOTAL

12-20 AÑOS

21-40 AÑOS

41-60 AÑOS

MÁS 60 AÑOS

Industria

45.754

13.613

20.087

9.242

2.812

Artes y oficios

148.825

41.794

64.290

33.665

9.076

Servicios personales y domésticos

322.871

119.494

130.993

51.741

17.363

Transportes

876

121

372

316

32

Agricultura

821.351

148.534

283.210

257.698

131.909

Fuente: Censo de Población de 1887

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