CULTURAS ORIENTALES

Culturas Orientales

Mientras vastas porciones de la humanidad vivían todavía con las características propias de la Edad de Piedra, otras progresaban en aspectos fundamentales. Así, a la vez que aprovechaban los metales, inventaban sistemas de escritura. De esa forma se llegó a lo que ahora llamamos Edad Antigua, o sea el comienzo de la historia propiamente dicha.

En el Oriente aparecen las primeras civilizaciones, nacidas en casi todos los casos a orillas de grandes ríos, en cuya cercanía el hombre aprendió y practicó la agricultura. En el Lejano Oriente, en torno del río Indo surgió la India, y próxima a ésta, aunque tiempo después, se destacó la China. En el Medio Oriente sobresalió la Mesopotamia, región rodeada por los ríos Tigris y Eufrates. Y en el Cercano Oriente, en torno del río Nilo alcanzó esplendor el antiguo Egipto.

La civilización India

En el sudeste asiático, en la India, unos 3000 años a.C. cobró importancia la civilización de los drávidas, de piel oscura y origen indeterminado. Alrededor del 1500 a.C. fueron dominados por un grupo de arios (una de las dos ramas de la raza blanca) provenientes del otro extremo de Asia. Los recién llegados, a las que se llamó indoarios, no permitieron que hubiese uniones matrimoniales entre ellos y los drávidas.

La India no tuvo unidad política en la antigüedad, sino que se dividió en muchos señoríos o principados independientes entre sí. Con el correr de los tiempos se sucedieron períodos en que los indoarios, y con ellos los drávidas, fueron dominados por otros pueblos o lograron recuperar por un tiempo su libertad política.

Las castas: los arios invasores crearon el sistema de castas, o sea de grupos sociales cerrados. Nadie podía salir de uno de ellos o agregarse, debiendo hacerse los matrimonios entre un varón y una mujer de la misma casta. Y se consideraba paria (impuro) a quien fuese hijo de padres pertenecientes a distintos grupos.

Las castas eran cuatro: brahmanes o sacerdotes, chatrias o guerreros, vaisias o comerciantes yagricultores y sudras o servidores (en gran mayoría eran los descendientes de los drávidas).

Como cada indoario consideraba a la casta su única y verdadera patria, la división social se ahondó con el correr del tiempo y, a la vez que trabó el desarrollo nacional, favoreció la acción de los invasores extranjeros.

Como cada indoario consideraba a la casta su única y verdadera patria, la división social se ahondó con el correr del tiempo y, a la vez que trabó el desarrollo nacional, favoreció la acción de los invasores extranjeros.

Antiguo Imperio Indio

Brahmanismo y budismo: en gran parte del pueblo se difundieron creencias religiosas politeístas, si bien se afirmaba la existencia de una divinidad suprema, a la que se daba el nombre de Brahma. Los sacerdotes, que tenían por misión presentarle las ofrendas del pueblo, eran llamados brahmanes.

El brahmanismo sostenía la inmortalidad del alma y la presencia divina en animales como la vaca, el mono y el loro. Es por ello que en la India se los consideraba sagrados y no se los podía matar.

Con el tiempo, el brahmanismo fue variando algunos de sus principios y tomó el nombre de hinduismo, que hoy es la religión de millones de indios.

Alrededor del siglo VI a.C , el príncipe indio Buda comenzó a predicar un conjunto de principios morales que debían guiar al hombre: el dominio de las pasiones e instintos, desinterés por los placeres de la vida diaria, no valerse de la violencia para imponer ideas, amor al prójimo.

El budismo fue muy combatido por el brahmanismo, que logró eliminarlo de casi toda la India. En cambio se expandió por los pueblos amarillos, como China, Vietnam, Tibet, Japón y otros.

Buda

A mediados del siglo VI a.C. nació en la India el principe Sidarta Cautama, después llamado Sakia Muni o el profeta. Practicaba la religión brahmánica cuando, a los treinta años de edad, se dedicó al ayuno, a la penitencia y a la meditación. Tiempo después comenzó a predicar una nueva doctrina.

Según ésta, para llegar a la perfección el ser humano debe amar al prójimo, no practicar la violencia y renunciar a los placeres provenientes, por ejemplo, de acumular riquezas o embriagarse. Cautama, que comenzó a ser llamado Buda (el sabio), no creó una religión sino que predicó una forma de vida ajustada a principios morales. Sus enseñanzas no fueron aceptadas por el brahmanismo, pero se difundieron por los pueblos amarillos. Hoy son millones los hombres que siguen la doctrina budista.

La Civilización China

Las zonas vecinas al río Amarillo de este actual país asiático estaban habitadas desde tiempos remotos. Allí se formaron varios reinos que fueron unificados, en el siglo III a.C , por Chi-Hoang-ti, miembro de la dinastía o familia Chin, que tomó el título de emperador. Trató de unir a todos los chinos por medio de la adopción de un sistema único de escritura, el ordenamiento de las leyes y la construcción de caminos que comunicasen a todas las poblaciones.

Como en este tiempo el país fue amenazado por las invasiones de los hunos -pueblo amarillo del Norte-, el emperador pretendió defender su país con la construcción de una larguísima muralla, que no llegó a concluirse.

Poco antes de la era cristiana, y mientras el país era gobernado por otras dinastías sucesoras de la Chin, los chinos tuvieron relaciones comerciales con los europeos a través de caravaneros que iban y venían por el llamado “camino de la seda”.

En los siglos siguientes, la China fue víctima de luchas internas e invasiones de otros pueblos amarillos. En el siglo XIII hasta allí llegaron el joven veneciano Marco Polo y sacerdotes católicos, quienes al regresar a Europa dieron muchas noticias de este pueblo tan poco conocido por los europeos.

Gobierno y sociedad: a través de los tiempos, el supremo mandatario de los chinos tuvo poderes absolutos. Con él colaboraban numerosos funcionarios, a algunos de los cuales se les confiaba el gobierno de las provincias. Se los llamaba mandarines y su importancia residía en que dominaban el complicado sistema de escritura. La sociedad china estaba formada por el conjunto de familias, no existiendo allí la división en castas propia de la India.

Creencias religiosas: en los primeros tiempos los chinos fueron monoteístas, pero con el correr de los siglos el pueblo aceptó creencias politeístas. No poseyeron una religión propiamente dicha, pero muchos seguían las enseñanzas morales predicadas por Lao-Tsé y Confucio,

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