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Castoriadis- Seminarios 10 y 17.

Ivanna SoriaResumen29 de Abril de 2016

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Castoriadis – Seminario 17 de Noviembre

Vamos a hablar de la creación de la democracia en la antigua Grecia, en un sentido es asunto del pasado. Desde aquí, se nos presentan muchos interrogantes.

  • ¿Por qué nos interesamos en el pasado, y en este pasado en particular?

Hay otro interrogante, que es conveniente establecer alguna referencia.

  • ¿Qué relación, además de pasiva, podemos tener con el pasado?
  • ¿A partir de qué y mediante que podemos comprenderlo?

Hay una repuesta tan vieja como la pregunta misma, propuesta desde la antigüedad, y que regresa con fuerza desde hace años, sostenida por los historiadores. Sintetizando podríamos mirarla desde la siguiente manera: No puede haber historiografía verdadera, no puede haber historia en el sentido de investigación y de conocimiento de los acontecimientos del pasado. Por lo tanto, toda historiografía es arbitraria. Esta posición es próxima a Paul Veyne. Castoriadis dice que esta posición es totalmente inaceptable, en el sentido que lleva en cierta dirección consideraciones que tomadas por separados son totalmente justas.

En el pasado histórico, hay acontecimientos más o menos oscuros, más o menos ciertos. Pero una investigación racional que reflexiones sobre ellos, es legítima y posible. No es arbitraria ni más criticable. Se trata de una investigación perfectamente legítima sobre los hechos, y lo mismo ocurre con la historia donde también hay elementos que deben establecerse. Por ejemplo; tabillas cuneiformes pertenecen a tal época, por lo tanto los hombres escribían cosas que es preciso descifrar y por lo general sabemos cómo hacerlo. A partir del momento en que hay huellas escritas esto era tradicionalmente, el criterio de la historia por oposición a la prehistoria.

A todo esto, se debe la pregunta que hace el gran historiador alemán del siglo XX. Leopoldo von Ranke define el objeto mismo de la historia: “como ocurrieron verdaderamente las cosas”, la investigación tiene sentido. Y las respuestas no son más inciertas que para las otras ramas del saber. Queda la explotación de esta masa de hechos y de documentos en donde hay que elegir, clasificar, jerarquizar, trabajo que, por así decirlo, no tiene fin.

Ejemplo: Si nos dedicamos a la historia económica y social e intentamos establecer el nivel de vida que tenían a principios del siglo XIII, buscaremos en las actas notariales, en el monto de los dotes.

  • ¿Cómo y a partir de qué?

Los criterios de elección dependen de la interpretación que los precede y los acompaña; es una trivialidad en epistemología, pero hay que repetirlo. Por ejemplo: Un historiógrafo marxista, se preocupara sobre reunir los hechos que le permitan llegar a conclusiones sobre el estado de las fuerzas productivas, relaciones económicas, etc.

El punto de vista de castoriadis: Estaremos interesados en particular por otro asunto en el cual el establecimiento de las realidades económicas no es sino una parte, de ninguna manera privilegiada, y trata de restituir las significaciones encarnadas en las instituciones de una sociedad, la constitución de su mundo propio, ya se trate de la antigua Grecia, de Francia medieval, de la Rusia contemporánea o de una sociedad arcaica, según el caso.

El mundo propio de una sociedad también incluye para castoriadis su funcionamiento y estas significaciones presentan una dimensión conjustista-identitaria. Es decir, funcional e instrumental. Entran en este contexto la reproducción de la vida material, igualmente todo está subordinado: restituir las significaciones y las instituciones en las que estas se encarnan por medio de las cuales cada sociedad se constituye como tal y también constituye su propio mundo, lo que hace que ella sea la sociedad hebraica clásica, la sociedad griega clásica o la sociedad francesa contemporánea.

Se trata de restituir estas significaciones desde el escéptico radical o el relativismo, que interviene para decir: esta restitución-restauración solo puede ser arbitraria. Esta restitución depende decisivamente del punto de vista de aquel que restituye.

  • Por ejemplo: Hay interdependencia entre las categorías del científico y el objeto sobre el cual trabajo.

Esta dependencia es aún más decisiva en el ámbito de la historia, pero no quiere decir que aquello que llamo provisoriamente “restitución” sea arbitrario. Esto por dos razones:

  1. Un historiador serio no puede decir cualquier cosa. Aunque hay un número de restituciones de significaciones de una sociedad, una gran variedad de interpretaciones que dependen de la época en que se han hecho, (lo que es de otra manera de decir su dependencia con aquel que las efectúa). Los límites son establecidos por el mismo material.

Por otra parte, pretender que toda restitución es arbitraria equivale a olvidar que la discusión, la confrontación entre las interpretaciones de las significaciones de una sociedad pasada, es precisamente la condición para una mejor compresión. La situación aquí es la misma que en muchos otros ámbitos del saber, en donde nunca estamos en la corrección, por ejemplo: Una discusión puramente filosófica no es una discusión entre puntos de vista arbitrarios.

Hay quienes sostienen: Todas las filosofías son equivalentes, porque siempre tienen presente el paradigma, el modelo (Falso modelo) de un rigor ideal, que haría que a partir del momento en que algunos filósofos discuten sobre un problema, (se oponen) sus debates no tienen ninguna significación verdadera, pues cada uno expresa su punto de vista o dice que se le ocurre. Punto de vista, falso por estar sometido a una concepción del saber cientista.

Se generan

  • Discusión filosófica posible y profunda
  • Discusión Política posible y fecunda
  • Discusión posible, pertinente y fecunda sobre las significaciones de una sociedad del pasado.

Se toma un ejemplo, que siempre estará presente: “Es la cuestión del individuo en la sociedad griega antigua, la categoría, la entidad, el eidos, la forma “individuo” tomada en un sentido fuerte, en un sentido moderno.

La discusión empieza en el siglo XVIII, con Adam Ferguson. Explicitada por constant, retomada por fustel quien afirma que el mundo griego antiguo ignora lo que llamamos individuo, encontrándose absorbido por la colectividad, para castoriadis esto es una posición completamente errónea. Podemos reflexionar sobre este tema para decidir si en la Grecia antigua existía o no algo que corresponda a lo que nosotros llamamos individuo en el sentido fuerte. Es lo que podría objetarse a esta idea de carácter arbitrario de toda restitución histórica.

Existe otra crítica para castoriadis: Se refiere a lo que se denomina la “posición hermenéutica”. Esta posición contiene un reconocimiento pleno de lo que se llama el circulo hermenéutico, a saber, que quien quiere interpretar algo, y aquí se trata esencialmente de textos, nunca se comienza con la mente vacía o virgen, siempre esta ya es una cierta “preconcepción” y por medio de ella, se aborda un texto que habla de cierta manera, pero el texto resiste y habla quizás de otra manera que la impuesta por la preconcepción, de modo que el intérprete debe modificarla, volver sobre los textos a partir de otra concepción: así se engrana este movimiento circular entre preconcepción del interprete y significación del texto. Posición que castoriadis no refuta ya que expresa algo verdadero e importante y dice que nos diferencia de esto porque se refiere a obras aisladas dentro de una tradición. La hermenéutica propiamente dicha no opera más que en eso que podemos llamar obras y en particular obras discursivas. Lo que nos importa no es simplemente una interpretación de las obras, es un proyecto de compresión total. Nuestra intención no es teórica, cuando abordamos el nacimiento de la democracia y la filosofía, lo que nos importa es nuestra propia actividad y nuestra propia transformación en este sentido este trabajo se denomina: Trabajo político.

  • Si nos preguntaran. ¿Por qué queremos comprender el mundo griego?

Estamos hechos de manera tal que comprender o saber es ya un fin en sí, que no pide otra justificación. Pero coexiste con: Comprender para actuar y para transformarnos.

  • ¿Comprender como y a partir de qué?

Aquí coincidimos con el circulo hermenéutico, tratamos de comprender el mundo griego antiguo a partir de lo que nosotros somos. Este círculo se refracta y se multiplica, se vuelve más que un círculo.

En el caso particular de Grecia: Lo que somos comprende en un sentido el objeto a examinar. Lo que somos, después de todo, es también nuestra historia y a partir de ella misma y de su resultado queremos pensar. No es más que uno de los aspectos de la complejidad de la cuestión, porque este objeto mismo, esta historia de Grecia  y que empieza con Grecia, es quien ha creado este proyecto de compresión. Dicho de otro modo, comprender como ha sido creada la posibilidad misma de comprensión en la historia, como apareció y se realizó, bien o mal.  

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