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Ciencias Políticas Modernas

fernayn20 de Septiembre de 2012

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Ciencias políticas modernas

Intentar una Epistemología de la Ciencia Política, constituye un ejercicio intelectual y teórico con una finalidad práctica destinada a permitir una comprensión del campo de conocimientos y el ámbito conceptual dentro del cual se mueve la Ciencia de lo Político, la Ciencia Política.

Desde esta perspectiva, la Ciencia Política opera al interior de las Ciencias Sociales modernas no como un “compartimento estanco” o como una “disciplina-islote”, en la que los Politólogos fijamos las reglas del juego científico y conceptual, y en la que permitiríamos a ciertos especialistas de otras disciplinas a venir a recorrer nuestro propio “jardín de las delicias”. No es así. La Ciencia Política opera al interior del vasto campo de las Ciencias Sociales como un “punto de cruce”, como una “encrucijada de convergencia”, donde se entrecruzan capas distintas, aportes diversos, contribuciones desde diferentes disciplinas, a fin de forjar una lectura de la realidad y de los imaginarios políticos.

La Prehistoria de la Ciencia Política

Los inicios del estudio y la reflexión en torno a los fenómenos políticos se remonta a la Filosofía griega, a la Historia y al Derecho romano en la Antigüedad. Pero, al mismo tiempo, y también en Grecia, el pensamiento de lo político aparecerá en íntima asociación con el estudio de la Historia, entendido como conocimiento de los hechos objetivos ocurridos en el pasado.

El estudio de la Política nace así primeramente, como reflexión filosófica y a continuación, en Roma, se instala como una derivación de la concepción jurídica y del Derecho.

Así será a lo largo de toda la Edad Media: la política –como objeto del pensamiento y de la reflexión- aparecerá siempre sumergida dentro de la Filosofía, de la Teología, de la Historia y del Derecho.

El Renacimiento y las premisas de la Política moderna

Fue Maquiavelo el primero quién, a fines del siglo XV y principios del siglo XVI sienta los primeros fundamentos de una Ciencia de lo Político, al separar la política de la religión, de las creencias, de las supersticiones, y al establecer que la Historia sirve al estudio de la política, en la medida en que nos proporciona datos verídicos acerca de las instituciones y las conductas políticas del pasado.

Los pensadores políticos italianos del siglo XVI fijan entonces los primeros fundamentos teóricos de la disciplina política: crean el concepto de Estado, reflexionan sobre la Razón de Estado, comprenden las instituciones, sitúan las reglas jurídicas aplicadas en el campo político, utilizan comparativamente los hechos y las instituciones políticos del pasado para proyectar el conocimiento de la política del presente y proyectarlo hacia el futuro.

Fue la experiencia de los Estados absolutistas europeos de los siglos XVI y XVII la que dio un amplio impulso a la reflexión política acerca del poder, la soberanía, la autoridad, la monarquía de derecho divino y la relación entre la autoridad política y la autoridad religiosa, tópicos en los que los grandes autores como Hobbes, Montesquieu, Puffendorf, Spinoza, Locke y otros, intentaron fijar las grandes concepciones teóricas que predominarían en el imaginario político y jurídico del mundo occidental hasta la Revolución Francesa.

Durante la revolución de la independencia de los Estados Unidos (1776) y la Revolución Francesa (1789-1799), el pensamiento político experimentó el surgimiento de nuevos conceptos: la idea de nación, la idea de república, por contraposición a la monarquía, la noción de soberanía nacional y soberanía popular, la cuestión de la representación, el concepto de ciudadanía, son algunos de los aportes de estos dos grandes cambios políticos a la reflexión sobre la política.

Los siglos XVIII y XIX vieron surgir además, las grandes concepciones ideológicas y políticas que conocemos aun en el presente: el liberalismo, inspirado en Locke, Bentham, Montesquieu, Benjamin y otros; las diversas corrientes del socialismo y el marxismo, inspirado en Marx, Engels, Bernstein, Proudhon y los utopistas de los siglos anteriores; los nacionalismos y las ideas conservadoras surgieron de esta época también.

La Ciencia Política se constituye como ciencia plenamente solo a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando en diversas naciones desarrolladas (Francia, Italia, Alemania, Inglaterra, Estados Unidos), se crean las primeras Escuelas de Ciencia Política y los curriculos universitarios separan definitivamente la formación de Filosofía y de Administración de la Ciencia Política y, al mismo tiempo, el estatuto científico de la disciplina se refuerza con la incorporación de metodologías de investigación científicas provenientes principalmente de la Sociología, de la Psicología, de la Antropología, la Etnografía y de la Historia.

Por lo tanto, lo que constituye a la Ciencia Política en una disciplina científica integral y autónoma son los siguientes requisitos:

- que dispone de un marco teórico y conceptual que le permite intentar investigar, estudiar, analizar y comprender los fenómenos que son su objeto de estudio.

- que ha definido su propio campo u objeto de estudio, en los hechos, los procesos, las ideas y las instituciones políticas.

- que ha puesto en práctica métodos y técnicas propias que le permiten abordar su objeto de estudio para enriquecer el conocimiento científico propio y de las demás disciplinas de las Ciencias Sociales.

La Ciencia Política

en el contexto de las Ciencias Sociales

Veamos en detalle esta noción de la Ciencia Política como punto focal desde las Ciencias Sociales. La Ciencia Política en efecto, se nutre actualmente de distintos aportes disciplinarios: la Historia, en primer lugar, constituye la base empírica de conocimientos y datos a partir de la cual podemos analizar los hechos políticos del pasado y del presente, toda vez que ella nos presenta la trayectoria de múltiples acontecimientos, produciendo tendencias que viniendo desde el pasado se prolongan hacia el presente.

La Psicología y en particular sus ramas derivadas, la Psicología Social y la Psicología Política -al mostrarnos que las conductas humanas no son solamente producto de la racionalidad- permiten comprender las subjetividades que determinan la conducta humana y los hechos políticos y aporta interesantes conceptos que permiten explicar los liderazgos, las conductas grupales, las reacciones violentas, las pasiones que operan en la realidad de los hechos políticos.

La Antropología por su parte, aporta a la Ciencia Política, visiones integrales acerca del desarrollo humano y en especial, nos ilustran acerca de las culturas, sus encuentros y desencuentros.

Del mismo modo, la Ciencia Política moderna necesita del conocimiento especializado que proporcionan el Derecho y las Ciencias de la Administración, para comprender las normas que rigen el funcionamiento de los sistemas políticos y administrativos.

Pero también hoy la Ciencia Política necesita de los aportes de las Ciencias de la Comunicación, en la medida en que asistimos a una creciente mediatización de la sociedad, de la cultura y de la propia política.

EL PUNTO FOCAL DE LA CIENCIA POLITICA COMO DISCIPLINA

La Ciencia Política moderna trabaja, entre otros, sobre la base del desarrollo, reflexión e investigación en torno a cinco grandes ámbitos conceptuales, a saber:

Las instituciones políticas.

El poder en general y el poder político en particular.

Los procesos políticos.

Los actores políticos.

Las ideas, imaginarios y culturas políticas.

Cada uno de estos campos del saber politológico, se entrecruza con los demás, en la medida en que asumimos que la Ciencia Política se pretende una ciencia integral y compleja.

Las instituciones políticas (autoridades, Parlamentos, Gobiernos…) encuentran su punto focal, aunque no el único, en el Estado (llamada la institución de instituciones), pero al mismo tiempo, son el lugar de materialización del poder y de los procesos políticos (trayectorias, coyunturas, tendencias), los que a su vez, son generados por las acciones y prácticas de los actores políticos (ciudadanos, organizaciones de la sociedad civil, medios de comunicación, gremios y sindicatos, partidos políticos, autoridades…) los que son guiados generalmente por ciertas ideologías, programas y demandas, que denominamos las ideas políticas.

El objeto de la Ciencia Política por lo tanto, es el estudio de los fenómenos relacionados con el poder político, las instituciones, ideas, procesos y conductas políticas que tienen lugar en una sociedad determinada. Lo político en toda sociedad, es el ámbito donde se producen y reproducen relaciones de poder, es decir, relaciones de jerarquización, de orden y obediencia y donde se manifiestan los conflictos, las luchas de intereses a que el poder da lugar.

Relaciones de poder e instituciones políticas

Lo político es distinguible como objeto del conocimiento científico, precisamente porque se manifiesta en la realidad bajo dos formas: bajo la forma de relaciones de poder, relaciones que son siempre asimétricas, desiguales, caracterizadas por la desigualdad de intereses; y bajo la forma de instituciones, ese conjunto de normas, estructuras, modos de funcionamiento y cultura corporativa que asegura su permanencia en el tiempo. En este caso, hablamos de relaciones de poder, de carácter político (aunque no solamente) y de instituciones políticas que son aquellas formas organizacionales en las que se materializan esas relaciones

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