Documento De Catedra Instituciones Educativas

Motivaciones de las conquistas

No fueron los mismos motivos de colonización los que llevaron al misionero y al hombre de guerra. Estos motivos pueden resumirse en dos:

*La propagación de la fe: constituyo un mandato expreso del Papa donante. Pero mas allá del imperio jurídico existe uno espiritual, el cual se expresa de la Corona desde las instrucciones para el segundo viaje de Colon en adelante, en infinidades de leyes y en la obra concreta de los misioneros, la preocupación de las autoridades coloniales y la colaboración de numerosos laicos. En la India se unifica la religión de España. En América el espíritu de aventura, era si se quiere el más tradicional modo de expresar ese cambio.

*El deseo de cambio: La difusión del cristianismo representa la raíz espiritual del español, su fuerza vital profunda y secular. El deseo de cambio expresado en la vocación de aventura, el ansia de riqueza o la búsqueda de una promoción social, está mostrando el momento en que una orden social, se desintegre ante las nuevas formas de vida y pensamiento de la sociedad moderna. El mundo occidental estaba sufriendo transformaciones, las cuales se traducían en una serie de tensiones y expresiones que se manifestaban con más vigor en el ámbito americano.

El deseo de riquezas fue inaudible, tanto en la Corona como en los individuos. El poder alucinante de las tierras y especies, etc., son la prueba del poder impulsor del objetivo económico y además las riquezas desde Colón, la gran compensación de tantas seguras desventajas.

El deseo de promoción social, también en el traslado de gente y en la intensa actividad desarrollada por ellos en América. La corona procuró desde un principio evitar en América toda configuración feudal o parecida, los nobles no desearon participar personalmente en esta empresa, por lo cual el acceso a la espectabilidad social fue más fácil en América que en España. Era fácil ser propietarios, y la respetabilidad social se basó principalmente en la obtención de la condición de “funcionario”.

Según: Haring, los europeos sentían “insatisfacción del viejo mundo por lo que era más estricto y tendían a huir a tierras distintas donde pudieran crear una sociedad de acuerdo a sus propios deseos”. En el caso de los españoles se cree que este sentimiento se dio en menor medida, por que las tensiones eran mucho menor, la monarquía era popular, la fe uniformemente compartida y la movilidad social mayor. España caminaba con Europa y los cambios generaban inquietudes, insatisfacciones y apetito.

Otros autores incluyen como motivaciones el interés científico y los fines políticos y fiscales pero referidos a la acción de la Corona y sus órganos.

La inmensidad del territorio americano provoco diferenciaciones que aumentaban en la colonización de cada país, dando a la empresa multitud de matrices regionales que dificultan y tornan arriesgadas las generalizaciones. Pero dentro de estas podemos afirmar que el carácter popular de colonización fue una constante. América fue poblada por hombres de pueblos, mezclándose entre ellos hidalgos empobrecidos y en menor cantidad segundones de casas nobles a los que el mayorazgo había cercenado la mayor parte de los beneficios de su condición

Medios de conquista española en América

Así como América fue descubierta gracias a técnicas y a hombres, la conquista también tuvo de esto. Bajo la palabra hombre podríamos encontrar a los españoles, castellano propiamente dicho, los leoneses, vascos y asturianos. Estos hombres fueron más decididos y recios que sus connacionales, que permanecieron en la Península, o tal vez liberados así mismo para exacerbar sus pasiones y virtudes. El conquistador, digno y confiado, orgulloso e indisciplinado, siempre independiente, se mostro capaz de heroicos sacrificios, pero también de odios brutales.

Estos hombres también tenían la técnica de su siglo. Como conquistadores, utilizaban básicamente dos:

- la técnica de luchar:

Las guerras de Italia le habían consagrado la supremacía del soldado español y el arte militar de sus capitanes. Pero esto poco y nada tendría que ver con las peculiares luchas que se desarrollaron en América. Esta conciencia del propio valer ánimo al guerrero de la Conquista en más de una situación difícil y fomentando su temeridad le permitió cosechar frutos inesperados. La guerra de Europa desarrollo diferentes tipos de armas que se llevaron a América para utilizarlas pero su uso vario con relación al Viejo Mundo.

*la hueste indiana

Aquí se trataba de grupos reducidos que se reunían a la convocatoria de un caudillo o jefe de armas, bajo la promesa de particiones en el botín y otras recompensas como la adjudicación de tierras, gratificaciones u honorarios. Este tenía la tarea de equipar y armar la gente. La mano de la autoridad real generalmente se limitaba a autorizar la expedición, la cual era voluntaria y el jefe se debía tanto al objeto de la expedición como en su dirección. Demetrio Ramos llama “hueste indiana” a esta forma peculiar de gente armada, para diferenciarla de la “hueste” medieval con la que no tiene relación alguna. La recluta, la libertad del caudillo, el funcionamiento de la empresa, la licencia real, señalan el origen de la “hueste indiana” y las expediciones de 1501 a 1514 muestran la transformación de la gente de mar en “compaña” terrestre.

De aquí deriva que hubo confusión en las jerarquías, que no existía disposiciones expresas sobre el equipo militar ni se conociera reglamentos u ordenanzas a los que estuvieran sometidos el jefe y su tropa. El bagaje de la expedición dependía de la experiencia o previsión de caudillo y además de su crédito y de las perspectivas de la empresa propuesta.

Tampoco el arma de fuego tuvo demasiado significado en América y apenas algunas bombas o falconetes acompañaban a las fuerzas equipadas. El arma de fuego por excelencia de esta época fue el arcabuz y su efecto principalmente fue psicológico sobre el indio, pero su alcance no era mayor que el de una flecha nativa y su rapidez de tiro muy inferior al que se podía lograr con el arco de un indígena común.

En armas blancas, los europeos tenían ventajas en la calidad y liviandad de las mismas, las espadas españolas no dejaron la

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