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EL LAICISMO EN LA HISTORIA DE LA EDUCACIÓN EN MÉXICO


Enviado por   •  10 de Agosto de 2014  •  6.094 Palabras (25 Páginas)  •  453 Visitas

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EL LAICISMO EN LA HISTORIA DE LA EDUCACIÓN EN MÉXICO

Documentos históricos

CAPÍTULO TERCERO

José María Luis Mora

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Al Dr. D. José María Luis Mora debe considerársele como el guiador y orientador de los reformadores mexicanos que actuaron después de 1824.

Fue el Dr. Mora el filósofo y cerebro de la reforma social, política y económica que realizaron los liberales, entonces agrupados en el llamado Partido del progreso. Pero sn influencia ideológica no terminó con su vida, sino que fincó los postulados fundamentales del partido liberal 'que más tarde plasmaría sus aspiraciones en la Constitución de 1857 y en las Leyes de Reforma dictadas por el Presidente Juárez.

La clara inteligencia del Dr. Mora, su amplia cultura y, sobre todo, la firme convicción y sinceridad de sus ideas, le permitieron plantear las más acertadas y valientes soluciones a los problemas de su época, como el tiempo y los acontecimientos lo confirmaron.

A Mora tocó el honor de inscribir en la bandera de lucha de los hombres liberales y progresistas de México los principios y el programa que tendrían que defender en las contiendas cívicas y en los campos de batalla cuando, al definir lo que debía entenderse por marcha política de progreso, expresó:

Entiendo aquella que tiende a efectuar de una manera más o menos rápida: la ocupación de los bienes del clero; la abolición de los privilegios de esta clase y de la milicia; la difusión de la educación pública en las clases populares, absolutamente independiente del clero; la supresión de los monacales; la absoluta libertad de las opiniones; la igualdad de los extranjeros con los naturales, en los derechos civiles, y el establecimiento del jurado en las causas criminales.

El Dr. Mora ha sido considerado como el creador de la sociología mexicana, y su obra política y social, contenida en proyectos y publicaciones, sintetiza las aspiraciones de los idealistas, de los revolucionarios de aquel tiempo, así como los primeros y más fuertes argumentos filosóficos que se esgrimieron para destruir el criterio teológico y escolástico de los conservadores de aquella época. Pero la figura de Mora se agiganta cuando se conoce su ideario en materia educacional y cuando se valoriza su destacada intervención en la obra educativa del gobierno de Gómez Farías, que antes hemos dado a conocer.

Las bases fundamentales de la educación laica en México fueron señaladas por el Dr. Mora desde 1824, mucho antes de que el Presidente Juárez estableciese legalmente el laicismo en 1874 y se implantase en Francia en 1882.

Por vez primera en México, el Dr. Mora señaló, en el mismo año del 24, el principio de que las orientaciones de la educación debían estar acordes con el criterio del Estado.

La libertad de enseñanza, el alejamiento del clero respecto de la educación, la popularización de la enseñanza y la planeación científica de la misma, en sus ramas primaria, secundaria y profesional, fueron las ideas reformadoras de Mora que convirtió Gómez Farías en realidades mediante la Ley de instrucción pública, expedida en octubre de 1833, y demás disposiciones legales.

Abundantes fueron las publicaciones del doctor Mora, pero sus Obras sueltas y México y sus revoluciones contienen sus más importantes producciones. Publicó además: Catecismo político (1), El indicador de la Federación mexicana, Observador de la República mexicana, Derecho eclesiástico, Semanario político y literario y varios discursos sobre cuestiones económicas.

A continuación insertamos los más interesantes fragmentos del ideario, en materia educativa, de este gran reformador:

I

PROGRAMA DE LOS PRINCIPIOS POLITICOS DEL PARTIDO DEL PROGRESO

Mejora del estado moral de las clases populares por la destrucción del monopolio del clero en la educación pública, por la difusión de los medios de aprender y la inculcación de los deberes sociales, por la formación de museos, conservatorios de artes y bibliotecas públicas y por la creación de establecimientos de enseñanza para la literatura clásica, de las ciencias y la moral.

LA EDUCACION DEBE LLEGAR A LAS MASAS

El elemento más necesario para la prosperidad de un pueblo es el buen uso y ejercicio de su razón, que no se logra sino por la educación de las masas, sin las cuales no puede haber gobierno popular.

Si la educación es el monopolio de ciertas clases y de un número más o menos reducido de familias, no hay que esperar ni pensar en sistema representativo, menos republicano, y todavía menos popular.

La oligarquía es el régimen inevitable de un pueblo ignorante en el cual no hay o no puede haber monarca: esta forma administrativa será ejercida por clases o por familias, según que la instrucción y el predominio se hallen en las unas o en las otras, pero la masa será inevitablemente sacrificada a ellas, como lo fue por siglos en Venecia.

México no corría riesgo de caer en la oligarquía de familias, porque la Revolución de Independencia fue un disolvente universal y eficaz que acabó no Sólo con las distinciones de castas, sino con las antiguas filiaciones, privilegios nobiliarios y notas infamantes, que fueron por ella enteramente olvidados.

LA SUPRESION DE LA UNIVERSIDAD REAL Y PONTIFICIA

En esto vino la revolución de 1833, y con ella la administración del señor Farías, en la que se hablaba poco, pero se procuraba hacer mucho. En ella no tuvieron cabida los charlatanes (hecha siempre la debida excepción de D. José Tornel, que entró como lacayo del Presidente Santa Anna, cubierto con la librea de la casa): los hombres positivos fueron llamados a ejecutar las reformas, especialmente de educación; se pusieron a contribución las luces de los tímidos, que no saben más que desear y proponer, y se emplearon imparcialmente, tomándolas de todos lados, las capacidades que pudieron encontrarse. En esto pudo haber habido y de facto hubo algunas equivocaciones, pero nadie dudó entonces ni después de la sanidad de intención.

Instalada la Comisión del plan de estudios con las mismas personas que más adelante formaron la Dirección general de Instrucción Pública, se ocupó ante todas cosas de examinar el estado de los establecimientos existentes destinados al objeto. La Universidad se declaró inútil, irreformable y perniciosa: inútil, porque en ella nada se enseñaba,

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