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ESCUELAS MILITARES DEL SIGLO XIX Y XX


Enviado por   •  17 de Mayo de 2013  •  2.692 Palabras (11 Páginas)  •  611 Visitas

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ESCUELAS MILITARES DEL SIGLO XIX Y XX

Objetivos:

- Conocer el principio de la formación militar en Colombia

- Estudiar las causas y consecuencias de la formación académica

de los cadetes integrantes del ejército Colombiano

Introducción

Entre 1863 y 1885, el país estuvo bajo el influjo de la Carta Constitucional de 1863 firmada en Rionegro y quedó dividido en nueve estados federales (Antioquia, Bolívar, Boyacá, Cauca, Cundinamarca, Magdalena, Panamá, Santander y Tolima). Cada estado tenía la libertad de redactar su propia constitución, manejar sus finanzas, comerciar libremente con armas y pólvora, y erigir y armar sus propios ejércitos, es decir, establecer su propio monopolio fiscal y de la fuerza. Como resultado de esta descentralización, tuvo lugar la creación de nueve ejércitos o fuerzas armadas a disposición del respectivo estado. El enfrentamiento armado como solución recurrente a los conflictos tanto entre los estados como al interior de los mismos creó unas condiciones caóticas, sumiendo al país en la precariedad. Como no existían reglas generales bajo las cuales se rigieran las medidas que tomaron los estados, cada uno adecuó la ley a su conveniencia. Las discrepancias regulares se presentaron en torno a la tributación: “el montaje de aduanillas, peajes y pontazgos, entre los estados” dificultó la formación de un mercado interno. La imposibilidad de resolver estas discrepancias y concertar con la oposición conservadora, o con los otros estados, tuvo como consecuencia el estallido de conflictos regionales, que en su mayoría se convirtieron en conflictos nacionales.

Por su parte, el Ejército de la Unión quedó reducido a un exiguo grupo armado denominado “Guardia Colombiana”, cuya misión principal era intervenir en el momento en que se encendieran las hostilidades entre los estados. En realidad, la injerencia de la Guardia era limitada, ya que contaba con un pie de fuerza de 600 hombres en promedio, cifra menor comparada con la del ejército del Estado Soberano de Santander que contó con presupuesto para alistar y poner a su servicio un promedio de mil hombres en tiempo de paz y el que fuere necesario en tiempo de guerra. Así, la capacidad operacional de la Guardia frente a una confrontación armada entre dos o más estados era mínima. Si a esto sumamos que los encargados de proveer a la Guardia Colombiana de contingentes de hombres eran los mismos estados y que éstos, a su vez, podían armarse fácilmente y disponer de sus rubros para la compra de armamento, indumentaria y parque, es entendible que la Guardia Colombiana, en el plano de mantener el orden interno del territorio nacional, no tuviera efecto. Colombia no tuvo la oportunidad de medir sus fuerzas con las de otros países, renovarlas y equiparlas. No necesitó un ejército para defender su soberanía frente a una agresión externa. No hubo líos fronterizos ni disputas por vías de comunicación de gran magnitud que dieran lugar a una confrontación armada, que hubiera significado y producido para el Ejército su consolidación como una institución preponderante en un Estado

En 1886 se sancionó una nueva Constitución, que nació en el seno de la Regeneración conservadora. Este proyecto de gobierno centralizó los dos ámbitos de dominio indispensables de un Estado Nación: el monopolio fiscal y el de la fuerza. De esa manera se dispuso que la Nación debería tener para su defensa un ejército permanente unificado al servicio del poder regenerador. Requisito indiscutible para poder poseer el monopolio de la fuerza, con lo cual el gobierno Regenerador no tendría oposición bélica. Se dejaban atrás todas las formas de ejército o milicias que pudiesen existir al servicio y bajo el mando de los antiguos estados soberanos, ahora departamentos, perdiendo así la autonomía que habían obtenido de poseer fuerza armada a su servicio en la Constitución de los Estados Unidos de Colombia de 1863.

1. La educación en el Ejército entre 1886 y 1898

La creación y el fortalecimiento de la carrera militar es pieza fundamental en el proceso de la profesionalización militar. La existencia de las academias militares, instituciones educativas donde se incorporaban los cadetes, se encontraban alejadas de la población civil, los alumnos que se incorporaron como cadetes fueron extraídos de la tropa que conformaba los diferentes batallones distribuidos en el territorio colombiano.

Instrucción para la tropa

El Código Militar de 1881 dispuso que en todos los cuerpos del Ejército hubiera una escuela primaria por cada sesenta individuos de tropa, recibiendo todos la misma instrucción dada en las escuelas elementales. Los gobiernos de la Regeneración devolvieron a la Iglesia el privilegio de manejar la enseñanza pública, privilegio que había perdido durante los precedentes gobiernos liberales, ratificando, así, la orientación católica en la educación.

Con el fin de sacar de la ignorancia a los individuos de tropa que componían el Ejército, se le encargó a la Iglesia su educación. Esta función se encomendó a la Capellanía General del Ejército, pues ellos “al tener a su cuidado la moral y la religión pueden lograr positivos adelantos, En ciudades como Honda con una población de 6.000 habitantes, la instrucción civil estaba a cargo de un solo cura, quien además debía atender el servicio religioso de su población y de las poblaciones cercanas. Fue necesario solicitar por parte de la Diócesis el nombramiento de un cura que ayudara al cumplimiento de las funciones espirituales en las poblaciones cercanas.

El fortalecimiento de las materias de religión y moral, encargadas a los capellanes del ejército, fue el primer paso en la educación de la tropa. La enseñanza de las oraciones y de los ejercicios religiosos hicieron parte de la instrucción impartida. El siguiente paso fue la enseñanza de las materias que se dictaban en las escuelas elementales de la República. La instrucción civil del Ejército se dio acorde a los conocimientos previos que tuvieran los integrantes de la tropa. Es decir, cada batallón podría tener diferencias frente a otros batallones en las enseñanzas que se dictaran en el interior de la tropa, dividiéndose en secciones (superior, inferior y media) que dependían de sus capacidades.

Diversas circunstancias impedían la completa dedicación de la tropa a las labores de aprendizaje: las salidas de las compañías en comisión, la falta de memoria, la poca disposición, y quizás la más importante de todas era

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