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¿ El General maximiliano Hernánde Martínez ejerció un Liderazgo Estratégico para el Estado de El Salvador?


Enviado por   •  26 de Marzo de 2017  •  Ensayos  •  2.038 Palabras (9 Páginas)  •  841 Visitas

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¿El General Maximiliano Hernández Martínez, ejerció un Liderazgo Estratégico para el Estado de El Salvador?

        

El Salvador de los años 20 es descrito por los historiadores como un periodo de auge económico, la era industrial está a las puertas y el comercio se duplica. La bonanza es palpable en las ciudades, pero a partir del derrumbe de las acciones en la bolsa de Wall Street, en octubre de 1929 el panorama mundial cambia; la inflación generada causa estragos en las economías del mundo entero. La producción industrial desciende drásticamente, se reducen los intercambios comerciales y las calles se inundan de desempleados. En este contexto llega El Salvador a la década de los 30, se sufre por el descenso en el precio cafetalero internacional y la población campesina paga las consecuencias; las ideas políticas y sociales extremas son bien acogidas, el pensamiento comunista se convierte en una preocupación para el Gobierno Salvadoreño. Se aumenta la tensión social y se dan los primeros estallidos de huelga y rebelión. Es acá donde aparece la figura del General Maximiliano Hernández Martínez. Este Ensayo tiene por finalidad analizar si este personaje ejerció un Liderazgo Estratégico, para esto se hará una reseña histórica, que permitirá conocer rasgos de la personalidad, características y procederes del General Martínez, luego se expondrán conceptos básicos sobre Liderazgo Estratégico para estudiar y sacar conclusiones al respecto.

Maximiliano Hernández Martínez, nació en San Matías el 21 de octubre de 1882, realizó su educación media en el Instituto Nacional de San Salvador, luego ingresó a la Escuela Politécnica de Guatemala en donde obtuvo el grado de Subteniente. Regresó a El salvador durante la presidencia del General Tomás Regalado y estudió en la facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Universidad de El Salvador dejando la carrera en el segundo año de estudios. Ascendió a General de Brigada en 1919 y fue nombrado Ministro de Guerra y Marina en 1921. En 1931, el partido Pro Patria lo postuló a la Vicepresidencia, la cual ganó, nueve meses después participó en el golpe de estado contra el Presidente Arturo Araujo, autonombrándose Presidente, siendo ratificado al año siguiente por la Asamblea Legislativa. Prolongó su mandato durante trece años por medio de elecciones en las cuales era el único candidato, y también a través de decretos legislativos.

        En Enero de 1932, el Partido Comunista Salvadoreño (PCS) participó en una insurrección popular junto a grupos indígenas y campesinos del occidente del país. Los planes de dicha insurrección fueron conocidos por el gobierno, y Farabundo Martí y otros líderes del PCS fueron arrestados antes de la misma. Los alzados lograron apoderarse de las ciudades de Juayua, Nahuizalco, Izalco, Sonzacate, Tacuba y Salcoatitán, en donde atacaron a las familias terratenientes. Posteriormente, la insurrección fue aplastada sangrientamente por la dictadura de Martínez. El Número de víctimas civiles de la represión militar oscila entre 20,000 a 30,000 muertos. Farabundo Martí y otros líderes del PCS fueron fusilados el primero de febrero. También fue ejecutado Feliciano Ama, Cacique de los indígenas Izalcos y Francisco Sánchez, líder campesino de Juayua (Salvadoreña, 2013).

        Maximiliano ha sido considerado por algunos como una persona de carácter fuerte, con vocación de tirano, personalidad autoritaria, autocrática y drástica, sobre todo con sus enemigos; por otros como un buen militar, gran estadista, generoso, filósofo, sabio, patriota, nacionalista, culto, amante y difusor de la cultura. Inició el militarismo, que duró desde 1932 hasta 1979. Se mostró interesado en mejorar la situación del país, por lo que condujo al gobierno a intervenir en las cuestiones económicas, regulando y promoviendo leyes que impulsaron la economía, creando un ambiente de confianza y seguridad para los inversionistas. Algunas de las medidas sociales que hizo Hernández Martínez fue la Reforma Agraria, esta se realizó en el área de la Hacienda Zapotitán, su único propósito fue dividir grandes propiedades en parcelas individuales.

        Durante el periodo en que el General Hernández Martínez estuvo en el poder, fueron violentadas las libertades constitucionales de los salvadoreños, especialmente los que se oponían al régimen. La prensa era sometida a la censura. Sin embargo por otro lado Martínez disminuyó grandemente la delincuencia debido a las estrictas políticas implementadas, pudo sacar la producción cafetalera de la crisis que estaba sufriendo. Una de las formas en que ayudó al cultivo fue con la creación del Banco Hipotecario para ayudar a los cafetaleros. Fundó el Banco Central de Reserva, estableciendo la tasa de cambio con el dólar a $2.50, con el afán de mejorar la economía; también creó varias fábricas que se dedicaron a procesar algodón. Fue reconocido por el pueblo por la venta de viviendas a bajo costo para campesinos y la reducción significativa de la deuda para personas al borde de la quiebra; construyó la Carretera Panamericana, Carretera Troncal del Norte, 25 Avenida Norte, pavimentó la ciudad de Santa Ana, construyó el Palacio de la Policía, el Parque Cuscatlán, además de cancelar la deuda externa (Noyola, 2005).

        Se encargó de dar respuesta al problema de las vendedoras ambulantes en las calles de San Salvador, construyendo el mercado Sagrado Corazón y La Tiendona. Para resolver el problema de sueldos atrasados de empleados públicos, rebajó los sueldos de los Diputados, Ministros, Jefes Militares y Oficiales Mayores. Retuvo el 25% de las pensiones; gravó con diez centavos a cada litro de cerveza producido. Hernández Martínez era un fanático del orden, de la austeridad, del deber y de la honestidad. Aprendió inglés por su propia cuenta con libros y discos. También se adentró en los terrenos del Ocultismo y la Teosofía, de donde se derivaban sus creencias. Su figura era un tanto contradictoria frente al estereotipo de los militares tradicionales: mediano de estatura, caído de hombros, lector incansable, muy moreno de piel, no comía carne ni ingería bebidas embriagantes (Hoy, Los retos de la historia, 1999).

El 02 de abril de 1944 se produjo un levantamiento militar que fracasó, sin embargo dejó la semilla que pronto germinó en la huelga de mayo siguiente. En esta huelga todo el pueblo de San Salvador se lanzó a las calles, abandonando todas las actividades de la vida diaria, públicas y privadas. Así se cerraron todas las oficinas de Gobierno y particulares, los hospitales y bancos. Se paralizaron los automóviles y ferrocarriles. Todo el mundo abandonó su trabajo, para concentrarse en calles, plazas y avenidas en actitud enteramente pasiva, fue un ejemplo para el mundo el espectáculo de aquella ciudad sin movimiento. No muerta, sino llena de entusiasmo y ocupando las calles que, en aquellos momentos, pertenecían solamente a la multitud dispuesta a mantenerse así indefinidamente. Durante dos o tres días inolvidables, los oradores casi habían perdido la voz de tanto arengar a las masas, hasta que a las siete de la noche del día 08 de mayo de 1944, la radio oficial dejó oír la voz del General Hernández, quien empezó diciendo “no creo en la historia, porque ésta la escriben los hombres y cada uno de ellos tiene su pasión favorable o desfavorables”. El 09 de mayo, la Asamblea Nacional, por decreto legislativo, aceptó la renuncia del General Hernández y dio posesión al General Andrés Menéndez como Presidente. El General Hernández abandono el país el diez de mayo por vía terrestre hacia Guatemala (Figueroa, 2013).

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