El comienzo de la Europa de las naciones

El comienzo de la Europa de las naciones.

Orígenes del nacimiento político europeo

Europa, hija de Agenor y de Telefasa, raptada por un enamorado Zeus en las playas de Tiro, convertido en un hermoso toro blanco se valió de su mansedumbre para secuestrar a Europa, después la llevó hasta Creta, donde el dios se transformó en águila y la poseyó. Así explica la mitología griega el rapto de Europa, una princesa que terminó dando nombre a un continente.

El nacimiento pues de Europa hunde sus raíces ya no en la historia sino en la mitología, y muestra sus orígenes en la civilización del pensamiento, en la civilización griega. Europa ya aparecía entonces descrita como un continente por Estrabón en su Geografía (c. 27-25 a. C). Una idea del origen griego de Europa que va a tener mucho que ver con un periodo clave para la configuración de la idea política europeísta, como es la primera mitad del siglo XIX. Será en ese momento, con la independencia griega como principal inspirador, cuando se construye desde el historicismo los orígenes míticos de Europa y su vinculación con Grecia.

Una Europa que desde el Imperio de la Lex Romana hasta el siglo XIX se irá configurando como un concepto geográfico, religioso y cultural. Donde desde Justiniano, pasando por Carlomagno, Carlos V o la creación de los estados modernos con sus respectivas alianzas, irán construyendo una noción de territorio europeo. Pero, serán las ideas que surjan de la ilustración y sus consecuencias revolucionarias e imperiales francesas cuando se apunte, desde una óptica institucional y política, la idea de un espacio político común dotado de un orden jurídico público.

Napoleón buscará desde su idea del imperio europeo la institucionalización de Europa, con un objetivo: garantizar una paz duradera, que ya desde la Guerra de los Treinta años con la paz de Westfalia y el tratado de Utrecht se habían convertido en un anhelo. Pero las ideas Napoleón, aunque él propugnase una gran Europa en paz, nada que ver con sus intenciones militaristas, seguían siendo la de una Europa Imperial, donde Francia tuviese el papel de protagonista. Sin embargo, hay que reconocer que logró que la Europa de sus enemigos, la de los contrarrevolucionarios y la de las nacionalidades se uniese. Siendo estas uniones gérmenes políticos del concepto europeo, donde el espíritu romántico historicista vio en la necesidad de buscar los orígenes de Europa una causa social y cultural que justificase la unidad política. Napoleón lograría con sus políticas expansionistas que los movimientos liberales de las incipientes nacionalidades fueran fraguando, surgiendo movimientos nacionalistas contra la ocupación y contra los viejos estados incapaces de dar respuesta a las necesidades sociales y económicas, caso de España, el Tirol, Prusia oriental, Rusia, Holanda etc. Se iba creando una idea política de Europa, sobre la unión de los aliados contra Napoleón.  

En 1815 con la Restauración surgida del Congreso de Viena, junto a la creación de la Santa Alianza y la Cuádruple Alianza, sobre el interés de control y vigilancia mutua de las potencias vencedoras (Rusia, Prusia, Austria y Gran Bretaña), se redibujan las fronteras (figuras 1 y 2), se crearía una unidad europea basada en la diplomacia con el fin de evitar más guerras. Dando lugar, entre otras consecuencias, a ideas como la de una federación europea en paz (no llegó a cristalizarse jurídicamente) y a la integración plena de la Rusia de Alejandro I en Europa. Europa deja de ser solo la parte occidental del continente.

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