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Elite Y Regiones


Enviado por   •  16 de Julio de 2011  •  1.540 Palabras (7 Páginas)  •  895 Visitas

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SOBERANÍA, ÉLITE POLÍTICA Y ESPACIOS REGIONALES EN SAN LUIS POTOSÍ (1824-1828)

Dentro del análisis histórico del Estado nacional mexicano, se puede comprender que antes de los años 80 éste no era más que una “unidad de dominación ficticia”, siendo que se conformaba por regiones que bien podían o no ser dominadas por la élite política en sus límites político-administrativos. A fin de analizar esto, Barbara M. Corbett presenta a San Luis Potosí como un claro ejemplo de este fenómeno debido a sus actividades administrativas, económicas y políticas, y a la forma en que se manejaba a finales de la época colonial. A diferencia de los geógrafos que marcan 6 regiones potosinas, los historiadores suelen dividir a San Luis Potosí solo en 2 regiones principales: el Altiplano y la Huasteca.

En el Altiplano se desarrolló fuertemente la minería; los españoles desarrollaron un gran complejo, con pueblos mineros abastecidos por haciendas ganaderas de la región y pueblos tlaxcaltecas. De esta región se mandaban las barras de oro y plata a la Casa de Moneda de México, así como también sebo y lana a Querétaro para la producción destinada al mercado de México. Aquí surgió una marcada división de castas: la élite del Altiplano potosino se conformaba por mineros y hacendados generalmente de origen vasco o del centro-norte del país, aunque a finales de la Colonia cuando cayó la producción minera, los comerciantes comenzaron a entrar en esta élite; también se conformaba por una fuerte presencia militar y una administración de la Iglesia casi ausente, la cual dependía más bien de la diócesis eclesiástica de Valladolid. En el gobierno, los alcaldes solían ser comerciantes criollos o españoles; los criollos se convertían en militares, curas, comerciantes o burócratas. Los mestizos solo podían entrar en niveles bajos del ejército o en la Iglesia, aunque solían ser artesanos, empleados o arrieros, mientras que los indios de los pueblos no eran más que peones o jornaleros en las haciendas.

Por otro lado, la segunda región potosina, al oriente, era más bien ganadera con poco desarrollo agrícola, conformada por pueblos otomíes, pamis, huastecos y nahuas. Su actividad comercial radicaba principalmente en el puerto de Tampico, desde el que se comercializaba plata, pieles, madera, azúcar, café y tabaco principalmente, de forma clandestina hacia Louisiana, tal como entraban harina, plomo, alquitrán y armas de Estados Unidos. En cuanto a la división de clases, ésta era mucho menos marcada que en Altiplano, siendo que la élite se conformaba por unos cuantos comerciantes y hacendados como Felipe Barragán y la familia Moctezuma Ortiz de Zárate, propietarios de gran parte de la región; militares criollos eran burócratas o dueños de haciendas y ranchos; la presencia de la Iglesia era poco notable. La clase media se conformaba por rancheros o arrendatarios, existiendo pocos peones en las haciendas; no había gremios importantes de artesanos, más sí de arrieros. Finalmente, los indios de los pueblos se dedicaban a economías de subsistencia integradas con un activo comercio interno. En esta región la élite no tenía tanto poder sobre las demás clases.

Durante 1821-1823 y aún después de que la provincia se volviera Estado en 1824, el Altiplano potosino fue gobernado por el jefe político criollo Idelfonso Díaz de León (primer gobernador constitucional en 1827) y por comandantes militares, todos ex oficiales del ejército real de Calleja, que se encargaban de la administración y de la recaudación de impuestos. Los primeros congresos del estado estaban formados completamente por mexicanos, y se incluyeron algunos abogados y militares politizados e “ilustrados” que influyeron en la legislación de ese tiempo fomentando fuertemente la agricultura, por ejemplo obligando mediante un decreto de 1826 a los propietarios a arrendar las tierras que no pudieran ser cultivadas por ellos solos; también se regularon los contratos de arrendamiento de tierras, se abolió la esclavitud y se prohibió el servicio personal de indios. Esta corriente no era del todo apoyada por los demás diputados y representantes de la élite del Altiplano, sin embargo, Díaz de León creó una única política con ambas vertientes, decidiendo que la agricultura pasaría a un segundo plano después de la industria y la minería. Ante esto, en 1824 creó una fábrica de tabaco, una Casa de Moneda en 1825, y además facilitó y promovió la entrada de capital extranjero al sector minero e impuso gravámenes a las importaciones, buscando tener un monopolio sobre las actividades económicas de su territorio. Pero para llevar a cabo esos planes, se necesitaban fondos suficientes.

En la región del Altiplano, el núcleo principal de su actividad y economía residía en los comerciantes extranjeros (principalmente norteamericanos) y algunos españoles

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