Ensayo - Historia De Las Mentalidades

Gabriela Faúndez Navarro

1° año de Pedagogía en Historia

Prof. Jorge Pinto

Introducción a la historia

Introducción

La Historia de las Mentalidades podría definirse de manera bastante resumida como el simple hecho de pensar. Pero esta definición no encierra toda la complejidad del objeto a definir, ni tampoco hace referente a la historia detrás de éste.

A pesar de ser los precursores de la Historia de las Mentalidades, ni Lucien Fevbre o Marc Bloch recurrieron al término “mentalidades” en sus obras para definir el objeto a tratar. No hacen mención de ella como tal en sus obras fundadoras, El problema de la incredulidad en el siglo XVI escrito por el primero, y Los reyes taumaturgos, por el segundo.

El objetivo principal de este ensayo es el de presentar ideas y planteamientos necesarios para así poder construir una definición basado en la historia y la metodología detrás de la historia de las mentalidades. En la elaboración del ensayo también hace referente al aporte de otras disciplinas, las posturas metodológicas y las corrientes más importantes.

La Historia de las mentalidades forma parte de una estructura compleja de investigaciones hacia lo que se podría definir como “los documentos imaginarios”, término acuñado por Duby en su obra Les trois ordres.

Esto quiere decir que no solo reúne datos historiográficos, sino que también se encargan de adentrase en los ámbitos que relacionan las emociones, las creencias, los rituales, los símbolos, las cosmologías y los valores propios de una época o de un grupo.

Por último, y no menos importante, se intentará relacionar los estudios de la época con las metodologías contemporáneas e instaurar una conexión entre ambos campos investigativos, para así poder dilucidar los aportes y consecuencias que la Historia de las Mentalidades tuvo en la investigación histórica desde su aparición.

Descripción, orígenes y logros

El estudio de la cultura y de las mentalidades dentro del ámbito historiográfico marco el comienzo del fin de los estudios de la historiografía positivista, cuales desde sus inicios dieron una visión tradicionalista que profesaba la sumisión pura y simple de los hechos 1.

Fue un formidable paso el cual dieron los historiadores desde lo económico a lo mental, asegurando una conquista valiosa de un nuevo territorio que no había sido explorado con anterioridad.

Los términos “mentalidades” no se impusieron hasta la década de 1960, durante la segunda etapa de su divulgación y difusión, ya transformada su metodología en una moda dentro de los parámetros investigativos de los historiadores contemporáneos.

Desde sus precursores, Lucien Fevbre y Marc Bloch, se buscó romper los parámetros estructurales del tradicionalismo histórico de la época. Se dio paso al estudio psicológico de las masas, además del ámbito filosófico y cultural de las fuentes, buscando la influencia de la mente humana en el ámbito histórico.

Lucien Fevbre abrió los parámetros analíticos hacia una historia dominada por la psicología, buscando cuál era la relación de las creencias e ideologías propias de una época con el contexto temporal y social que le corresponde. Mientras que Marc Bloch se encontró influenciado por la sociología, hallándose inverso en la estructuración de una época y la comprensión de la inteligencia de los procesos socioculturales de ésta. Estas tendencias alejaron los parámetros de ambos historiadores, cosa que se ve reflejada en el trabajo de Bloch, La sociedad feudal (1939), cual muestra la tendencia social del historiador y lo aleja de los parámetros psicológicos de Fevbre 2.

La palabra “mentalidad” es primeramente empleada por los filósofos ingleses (especialmente del siglo XVII) para designar la cualidad de la psiquis. Más tarde se encuentra un uso de ésta hacia lo que podríamos definir como los parámetros de la psicología social, gracias al Ensayo sobre las costumbres y el espíritu de las naciones (1745) de Voltaire.

Dentro de los estudios de Las Ciencia Humanas, Lucien Lévy-Bruhl empleó el estudio de las “mentalidades” dentro de su obra La mentalité primitive (1922) para definir crisis sociales y culturales, epidemias, la muerte, el milenarismo, las visiones pervertidas del mundo, fobias sociales, etc. Al igual que lo hicieron Fevbre y George Duby 3.

La Historia de las Mentalidades, si bien en un principio se vio como la investigación hacia el excentricismo humano, que no entraba dentro de los parámetros positivistas de la época, empezó tomar importancia cuando se dieron cuenta de que la psicología, junto con la estructuración y estudio de la sociedad significaban los principales engranajes dentro de la investigación histórica.

La Historia de las Mentalidades presentó un problema significativo en sus orígenes, puesto que la mayoría de los historiadores les pareció que simplemente se dedicaba a recopilar aspectos atractivos, peligrosos y polémicos, usando en sus construcciones investigativas los residuos de la historia tradicional, junto con lo inexplicable de las ciencias humanas y de la filosofía. Por estas razones la crítica dice que este tipo de historia no exhibe obras verdaderamente convincentes. Pero de este modo, esta “historia ambigua”, como se le ha denominado, posiblemente sea la más poderosa y rica expresión de la historia 4.

En el periodo de 1945 en adelante, la metodología investigativa de los historiadores quienes utilizaban la Historia de las Mentalidades como base fundamental para sus trabajos, se vieron opacadas por la historia económica a la que el contexto político internacional confería un dinamismo no exento de una fuerte dosis de imperialismo dictatorial 5.

Entramos al ámbito más solemne de las mentalidades, cual solo se verá roto en la época de los años sesenta y setenta, cuando los fuertes cambios sociales e ideológicos en plena Guerra Fría se adentren en el frío camino que la metodología Histórica estaba tomando hacia el objetivo de convertirse en una ciencia demasiado exacta y calculadora.

Hasta ese momento parecía que la sociedad solamente estaba formada de estratos sociales sólidos, sin dejar escapar de sus bien ordenados estamentos y grupos, a los grupos e individuos que hasta entonces habían quedado ocultos y sumergidos en su interior. Se entró en una época en donde las mujeres, los niños y los ancianos tomaron parte de la mirada pública, haciéndose participes de la historia como sujetos verdaderos.

La visión hacia el ser humano cambió desde una simple fuente histórica clasificada de

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