Ensayo sobre Tlacalel azteca entre los aztecas

Introducción:

Tlacaélel, azteca entre los aztecas narra una historia desarrollada en la época prehispánica relatando en ella, el posicionamiento de un joven como el mayor emblema de este periodo donde la hegemonía, estaba inminentemente presente entre los pueblos.

Es de suma importancia conocer dicho acontecimiento ya que este proceso marco un antes y un después de la época prehispánica, puesto que el hecho de que Tlacaelel fuese nombrado el heredero de Quetzalcóatl provocó una serie de acontecimientos que cambiaron el rumbo de muchísimos pueblos del Valle de México.

Este hecho histórico no está exonerado de dramas amorosos, enseñando así que asumir ciertas responsabilidades –haciendo hincapié en la ruptura de Citlalmina con Tlacaelel tras el nombramiento de esté-  ha conllevado sacrificios emocionales desde la época prehispánica, rescatando con esto, el gran retroceso que la sociedad ha tenido sobre la relación vida personal-responsabilidad.

Se puede enmarcar el hecho cotidiano de las decisiones asertivas como las que no lo son. En la actualidad, podemos comparar esta historia con las decisiones que son llevadas en el ámbito político, todo el progreso social (en nuestro contexto social más retroceso que progreso) que se va haciendo progresivamente por las decisiones llevadas a cabo por nuestros representantes tanto jurídicos como sociales.

También puede resaltarse del punto anterior, que antes la elección de los representantes se hacía por medio de un circulo muy pequeño, herederos o gente influyente, ampliándose esto en la contemporaneidad, haciendo a la sociedad participe de la evolución en su estilo de vida, recayendo así, la responsabilidad del progreso social en mayores sectores de la población.

Dicha lectura, en el presente ensayo, servirá como un punto de referencia de la sociedad prehispánica donde se rescatarán los factores sociales que puedan ser comparados con los propios de la sociedad actual.

Desarrollo

El primer punto a abordar es la preparación tan determinada que llevaban a cabo las personas electas para desempeñar un cargo religioso, hecho que era considerado algo honorable, por lo cual dichas personas se privaban de aquellas acciones que para ellos resultaban gozosas, entregándose así con disciplina, pasión, devoción y dedicación a honrar y venerar a una deidad. La situación actual de las instituciones religiosas, tomando como referencia la católica, se encuentra en un estado crítico por todos aquellos actos reprobables como lo es, principalmente la pederastia, en los que se han visto envueltos grandes representantes de dicha religión, poniendo en duda así, las enseñanzas y cátedras moralistas que esta da a sus creyentes.

En la antigüedad las ciudades como Tenochtitlan –actualmente la ciudad de México- existía el respeto hacia las creencias de cada uno, inclinándose cada individuo por el dios de su preferencia, el politeísmo era más que aceptado y se manejaba de manera integral en los distintos pueblos, entre los dioses Quetzalcóatl era él más destacado, quien poseía mayor número de creyentes, por lo cual al portar el emblema de dicho dios Tlacaelel este se convirtió en el portavoz de la deidad antes mencionada, adquiriendo de esta manera el derecho al conocimiento adquirido por las generaciones pasadas. En la actualidad el formato de conocimientos pasados entre representantes religiosos está basado en secretos turbios, tratando de manipular a los creyentes más que educando a estos al acercamiento con Dios por empatía, generándoles miedo para que sigan siendo participes de dicha congregación. No debemos olvidar que hoy en día desempeñarse en el ámbito religioso es motivo de crítica y señalización.

Rescatando del punto anterior la disciplina que se tenía para la realización de alguna actividad, aquel notable compromiso, queda de lejos en la contemporaneidad donde podemos observar casos selectos de personas que verdaderamente realizan su trabajo con devoción, el recurso honorabilidad ha sido sustituido por motivación económica, ya que dejamos de basarnos en sentirnos orgullosos de nuestras actividades desempeñadas para desear adquirir bienes materiales, que reflejan de cierta manera la posición social ante los demás.

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