Espacio Y Poder En La Región

Para iniciar, un aspecto que toca el autor, quizás uno de los más relevantes, Eric Van Young en su ensayo respecto de las relaciones de desarrollo económico y social con el concepto de región, cuya definición inicial indica que es bastante simple, un determinado espacio geográfico con fronteras que lo demarcan.

En mi caso, más allá de discutir o estar en acuerdo o en desacuerdo con la simple definición que hace de la región, lo que tiene más relevancia para mí, es como enmarca en la región el tipo de relaciones que se producen y como su teoría se ajusta al tema económico cuando señala que es a las “relaciones de mercado” las que deben mirarse si lo que en verdad se desea es entender “la naturaleza de las relaciones geohistóricas”, acepción con la que estoy plenamente de acuerdo (parafraseando a un Profesor de la cátedra de geografía).

Con lo anterior ya predefine en verdad el concepto región, que guarda relación con temas que van más allá de lo meramente físico en el paisaje, aspecto que no deja de tener su importancia, sin embargo, el tema de la región, su conformación, su relevancia y las consecuencias de su estructura o de la definición que actualmente tiene, sólo se relacionan como sustento de todo lo demás en concordancia con el tema económico de esa determinada área, ahora bien, las consecuencias de esas relaciones están enmarcadas en el ejercicio del poder sobre aquel específico espacio, incluyendo por supuesto las relaciones sociales, en todas sus expresiones, que se llevan a cabo dentro del mismo.

Para clarificar la idea, es indispensable establecer de acuerdo a la mirada histórica que puede realizarse, en este caso para Chile, aunque también aplicable para otras zonas geográficas de la América Latina, México como el mismo autor modela, la conceptualización de región como la entendemos actualmente obedece por una parte a una cuestión de tradición en esa definición, resulta difícil pensar en una explicación de región que no sea la “simple” idea que nos da el autor Young, situación que nos es totalmente impensada, puesto que todo el concepto de vida en que se basa el modelo económico capitalista está sustentado en la propiedad y esta última establece sus derechos sobre espacios delimitados claramente. El modo de vida actual, inmerso en este “sistema mundo” del que nos habla Inmanuel Wallerstein. Entonces, el termino espacio o territorio no nos es ajeno y además lo comprendemos a la perfección puesto que es la propiedad lo que incentiva nuestra forma de vida como sociedad, en términos generales.

La forma en que representamos nuestras relaciones económicas y sociales en general se fundamentan en espacio o territorios demarcados por otros o por sí mismos, me estoy refiriendo a que las relaciones se llevan cabo, “dentro de una oficina”, en el living, en la terraza, etc., desde la menos hasta la más, esas demarcaciones representan gráficamente otro tipo de relaciones a mayor escala, en donde los países se administran de acuerdo a la mejor forma de obtener una plusvalía de la producción interna de una región determinada, en un país esa concepción histórica de lo que es región ha permitido construir modelos de desarrollo económicos que nada tienen que ver con las demarcaciones naturales de los espacios o territorios, es decir, a los límites naturales como lagos, montañas, etc. y aquellas otras demarcaciones que tienen que ver con el tipo de relaciones sociales que se dan o se han dado en términos históricos entre las sociedades, de acuerdo a su propias necesidades de intercambio económico, de dependencia, de hegemonía, etc., un intercambio más natural si se le puede llamar amigablemente y no recurriendo a clasificaciones tan rígidas desde el punto de vista “evolutivo” según la definición de las ciencias exactas.

Después de leer el texto del autor, es necesario entrar en el cuestionamiento ya mencionado tantas veces, del porqué las estructuras de administración política en Chile se sustentan y se mantienen como hasta ahora, de qué manera es posible entender que un sistema de regionalización que se ha demostrado incompetente en resolver los problemas que atañen puntualmente a esa sola región, temas de cualquier índole, como lo político, lo cultural, lo económico, las catástrofes climáticas, etc.,

No es difícil ver que la administración regional no cumple con el objetivo que tiene como responsabilidad, entiéndase Intendente y luego todas las otras autoridades por debajo, aún cuando la ley los faculta y en estricto rigor propende a la resolución de los problemas de cada región, desde su propia administración gubernamental, pero para todos está claro en la retina d ella memoria que los conflictos siempre derivan a la Santiago y la forma en que se resuelven los conflictos más allá de las competencias resolutivas del gobierno regional, finalmente se zanjan desde el centro de poder que está localizado en Santiago, Dicho lo anterior es que me parece la regionalización por sí misma no representa en nada un gobierno independiente con toma de decisiones internas, desde las perspectivas propias de esa región, características que tienen un basamento geográfico en términos de ubicación dentro del mapa geográfico y administrativo, pero que también debe mirar el tipo de relaciones sociales que corresponden a esa área, cuyo límites en el imaginario de fronteras es muy distinto para el gobierno central en Santiago, que para la región misma, para mí un ejemplo importante que es complejo de mirar por el tema a resolver, complejamente histórico, me refiero a la relación del Estado con el pueblo originario mapuche o muy mal llamado en la actualidad “Conflicto mapuche”, nombre asignado por el Estado al tema. Quizás esta región sea un ejemplo más complejo aún, porque además

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