Evolución De Las Ideas Acerca De Los Niños A Través De La Historia Y La Influencia En Su Educación.

Evolución de las ideas acerca de los niños y la influencia en su educación.

INTRODUCCIÓN

El interés por educar y criar a los niños es tan antiguo como la historia pero las ideas sobre cómo hacerlo y las prácticas de crianza han sido muy diferentes en distintos momentos históricos. También desde siempre ha habido una tendencia a dividir el curso de la vida en etapas o periodos, desde el nacimiento a la muerte. La forma de dividir estos periodos tenía que ver con la concepción dominante de cada sociedad y momento histórico. Por ejemplo, en la Antigüedad y la Edad Media no se reconocía la infancia como etapa con sus propias características y cualidades, sino que el niño era visto como un adulto pequeño, y hasta el siglo XVII no hubo un sentimiento de la infancia como hoy en día.

En el presente trabajo se abordan las ideas principales que existían acerca del niño, las características de las relaciones familiares y las condiciones de vida que prevalecían en épocas anteriores, el cómo y las diferentes formas en que han ido evolucionando las ideas o concepciones sobre el niño y la educación y los diversos factores que influyeron en estos cambios. Lo cual fue estudiado en el primer periodo del curso.

DESARROLLO

En la sociedad medieval no existía el concepto de niñez, en la edad media los niños eran maltratados, no había un concepto de infancia tal como ahora nosotros lo conocemos. Los niños no eran visto como personitas inocentes, no existía la idea de que deberían ser prevenidos y cuidados de ciertas experiencias no aptas para ellos, no había juegos, juguetes ni ropa diseñada exclusivamente para ellos, y los artistas los retrataban como adultos pequeños, esto es lo que afirmaba Ariés, sin embargo algunos otros historiadores de esta misma época decían que lo que expresaba este autor, no era del todo cierto, puesto que en los registros médicos se reconocían ciertas enfermedades particulares de la niñez por lo que si se diferenciaban de los adultos y no eran visto de igual forma en todos los aspectos para la literatura de aquella época; pues ésta prestaba atención a las etapas de desarrollo infantil. La primera etapa estaba subdividida en varios subperiodos (de 0 a 7 meses y de 8 meses a 2 años), iniciando de los 0 meses y terminando a los siete años, y la segunda a los catorce. En la primera etapa, los niños debían considerarse como inexpertos y dependientes y no se debería esperar demasiado de ellos. A los niños se les debería permitir jugar tanto como su naturaleza lo demandara. Solo en la segunda etapa a partir de los siete años en adelante, debería haber un intento serio por su educación todo esto conlleva que tanto las ideas que expresaba Ariés y los historiadores conforme a la manera de ver al niño no eran del todo correctas puesto que en las etapas de desarrollo infantil que eran propuestas en esa época en la primer etapa se limitaba al niño, se veía como un ser completamente dependiente, inexperto e inútil, incapaz de hacer ciertas cosas y se creía que no aprendía en esta etapa y era sólo en la segunda etapa cuando ya creían que el niño estaba preparado para aprender, para adquirir conocimientos, para ser instruido y poder adentrarse en la sociedad siendo que en realidad el pequeño desde que nace es un ser activo dentro de ella y aprende desde antes de su nacimiento.

Los niños eran mezclados con los adultos y era a partir de los siete años cuando entraban de golpe a la sociedad de los hombres apoyando en los labores del hogar o del campo, a su corta edad ellos aportaban cierto ingreso a la familia.

Los niños eran vistos como árboles que necesitaban cuidarse y podarse, o como cera que se podía moldear cierta figura, por lo que la iglesia y los padres estaban unidos en la tarea de asegurar que se orientara a los niños hacia el bien y se les alejara del mal. (Para ellos el sacramento del bautizo aseguraba la salvación de los recién nacidos y era una desgracia para la familia si los niños morían sin estar bautizados). En la sociedad tradicional las madres veían con indiferencia el desarrollo y la felicidad de sus hijos. La familia solo cumplía la función de trasmitir la vida, los bienes y los apellidos, pero apenas penetraba en la sensibilidad y cariño, no se preocupaban por brindar educación a sus hijos ni amor. Los niños trabajaban

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