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Formas Mentales

lupppayne4 de Noviembre de 2012

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¿En qué punto vamos?

La presente exposición consiste en la segunda parte del tema Introducción a la lógica y argumentación, de acuerdo al temario planteado y partiremos del punto donde nos quedamos en la primera parte.

Para este punto en el recorrido los participantes en un seminario de introducción a la Filosofía, como este, sabríamos que la Filosofía no es algo que se pueda definir en pocas palabras. Pues no se puede encasillar, clasificándola con criterios poco flexibles, simplistas o arbitrarios. Pero sí tendríamos una idea clara de que la Filosofía exige la autocrítica, el hábito de cuestionar lo que se ha establecido en la mente, averiguando —incluso en la historia de la Filosofía— el porqué eso llegó hasta ahí en primer lugar. También habríamos tenido ya esa experiencia mixta entre desasosiego y esperanza. Una especie de zozobra al aceptar la magnitud de nuestra grotesca ignorancia comparada con el colosal panorama del pensamiento humano que nos hace falta contemplar y entender en los campos del ser, el saber y el hacer. Mezclada con la confianza de que es posible acometer el empeño de mejorarse a uno mismo. Dicha experiencia ya habría empezado a servir como un constante acicate que nos impulsa a tomar en serio el estudio, la reflexión y el desarrollo de nuestro sentido crítico, tratando de pensar por cuenta propia. El reservar tiempo para la reflexión, para la mejor lectura posible, para cultivarse, sería una costumbre y un medio para ofrecer de lo mejor de nosotros a los demás: la búsqueda de una mejora sin fin de nuestra conciencia, de acuerdo con el significado de pertenencia a la especie humana.

Alcance del presente texto

Los temas que hoy trataremos, como los demás temas de la Filosofía, son bastante amplios como para poder ni siquiera resumirlos en tan poco tiempo y espacio. Sirva entonces este texto para lo siguiente:

Primero, dada la muy notable falta de completitud —por mucho— sirva para provocar, querido lector, que corrobore y vaya usted misma al fondo del asunto. Pues este seminario no está basado en un sistema escolarizante, donde la verdad sea sancionada desde una sola perspectiva. Una comunidad de indagación filosófica es lo que está proyectado para este seminario. Todos estamos aprendiendo y antes de aceptar algo como cierto cada uno lo examina y lo comprueba.

Segundo, sirva para mencionar algunos conceptos básicos de la Lógica, que funcionan como la materia prima con la que se pueden concebir pensamientos bien formados. Nótese que estos conceptos básicos son como los ladrillos en la estructura de los pensamientos, y muchas de nuestras opiniones cotidianas suelen ya tener estructuras muy elaboradas. Entonces por favor distíngase, por un lado, las ideas u opiniones usadas cotidianamente; y por otro lado, las partes, la estructura, y el proceso por los que cada idea u opinión fue formada. Al estudiar Lógica tratamos de esto último. Estudiar la formación de las opiniones es relevante pues al expresar una opinión se puede decir casi cualquier cosa, pero lo verdaderamente importante no es decirla, sino sustentarla. El estudio de la Lógica trata del sustento de las opiniones. Pero como éstas sólo residen en los individuos, son ellos los que buscarían el sustento para las opiniones que conservan. Si esa búsqueda utiliza la Lógica entonces el individuo ha elegido un patrón de pensamiento muy ordenado, con ese patrón mental el individuo tiene mayor posibilidad de acercarse más a la idea general de lo que es verdad. En contraste, con seguir el patrón perezoso y distraído de confiar enteramente en el “pensamiento colectivo” tan sólo conseguiría alejarse de la idea amplia de lo verdadero.

Breve resumen de lógica – Parte II

La caja de herramientas

La humanidad ha dependido del uso de herramientas para su supervivencia desde que se tiene registro. No parece que estemos diseñados para sobrevivir mucho si contamos tan sólo con el equipamiento natural. Los artefactos humanos encontrados en África oriental —que podrían remontarse a 2.3 millones de años— indican que desde entonces hemos empleado herramientas. Por ejemplo, una roca afilada para cortar nuestra comida, para cortar pieles de animal y formar nuestros primeros ropajes protectores del frio y de la lluvia. Hemos utilizado una imprenta para divulgar el conocimiento, esperando el fin del oscurantismo religioso, permitiendo que la vida intelectual no sea del dominio exclusivo de las iglesias ni de las elites económicas. Empleamos una red global de telecomunicación digital, llamada Internet, que o puede servir como una gran caja de resonancia para la estupidez humana o como una mina de gran valor educativo y cultural. Esos han sido algunos ejemplos de herramientas del ser humano.

Podemos observar que ir caminando por la vida como ser humano, a diferencia de las otras especies, significa llevar necesariamente una caja de herramientas humanas, las cuales pueden ser de muchos y muy variados tipos, materiales e intelectuales. Entre más herramientas tengamos a nuestra disposición y contemos con la destreza para emplearlas adecuadamente, mayores posibilidades tendremos no sólo de sobrevivir, sino de sacar el mayor provecho a nuestro tiempo de vida disponible. Pues es más probable que prefiramos pasar más tiempo recreándonos que haciendo forzadamente algo que no nos gusta. Pero, sin buenas herramientas y sin el conocimiento para usarlas bien, tendríamos que dedicar mucho tiempo para conseguir aun las cosas más básicas.

No es difícil observar a personas en la sociedad actual que requieren de muchas cosas externas para poder divertirse y disfrutar de su tiempo personal. Pareciera que sus herramientas de recreación son cada vez más sofisticadas y costosas. Sin embargo, con el ejercicio filosófico y sus herramientas podríamos, además, disfrutar desde momentos personales de profunda reflexión hasta el intercambio de ideas sobre un tema de nuestro interés. Sin necesidad de muchas cosas externas.

La Filosofía nos ofrece herramientas, de tipo intelectual, para equiparnos y abrirnos paso como seres humanos. La Lógica es una de esas herramientas, por supuesto que conocerla se hace necesario para saber aplicarla oportunamente. De otro modo, si mi única herramienta es un martillo, todo problema se percibe como un clavo; el cual terminará “resolviéndose” a martillazos. Entonces, hay poco caso en tratar de forzar el uso de una herramienta para lo que ésta no está diseñada.

La Lógica ha sido estudiada desde varios modos de pensamiento, al conocerlos podremos reconocer y aplicar el modo adecuado dependiendo de una necesidad determinada. La Lógica natural es la que todos aprendemos de la experiencia. La Lógica científica engloba más desarrollos. Por ejemplo, tenemos la Lógica clásica —desarrollada desde el inicio mismo del pensamiento occidental— y la Lógica moderna o simbólica, que son sistemas de lógica deductiva por los cuales se pueden conseguir pensamientos de certeza manifiesta. Por otro lado, la Lógica inductiva nos permite formar conclusiones a manera de predicción con base en lo observado en el pasado. La Lógica modal representa las relaciones lógicas entre enunciados de posibilidad e imposibilidad. Otro desarrollo es la Lógica deóntica la cual estudia las normas o enunciados obligatorios. También tenemos la Lógica difusa, donde se utilizan grados de certeza y falsedad. También contamos con la Teoría del conocimiento, lo cual va más allá de la Lógica, abarcando la intuición profunda y la creatividad artística; con lo cual se relaciona el trabajo de Edward De Bono y su Lógica fluida, enfatizando no lo que una conclusión pueda ser en un momento dado, sino hacia donde se dirigen las consecuencias de la situación analizada; junto con el pensamiento lateral o generativo serán temas a los que regresaremos cuando lleguemos a la cuestión del pensamiento creativo en sesiones posteriores de este seminario.

¿Para qué sirve la Lógica?

Una manera de pensar es por asociación libre, dando rienda suelta a nuestra imaginación, sin ninguna pauta a seguir. Pero al estudiar Lógica tratamos con otra manera de pensar llamada razonar. Razonar es una virtud intelectual; como virtud, es una disposición constante por la integridad, por lo valioso, por el recto proceder; desarrollarla es oponerse a los vicios de pensamiento, al error, a la tergiversación. Razonar es también un arte, y por tanto está en relación directa con la destreza del individuo. Afortunadamente, nuestra destreza intelectual es algo que podemos aumentar por medio de la teoría y la práctica. La Lógica provee el bastidor teórico de trabajo dentro del cual podemos desplegar nuestro ejercitar práctico.

Todo razonamiento es un pensamiento, pero no todo pensamiento es un razonamiento. Al razonar buscamos poner nuestras ideas en un cierto orden, con el cual queden alineadas o enlazadas unas con otras tal que formen así una base sobre la cual se pueda apoyar otra idea que surge como resultado o consecuencia de las anteriores. Al razonar obtenemos nuevas verdades combinando las que ya sabemos. Esta acción fundamental al razonar se llama inferir. La nueva idea inferida puede, a su vez, ser parte de la base para otra idea. Así vamos construyendo lo que llega a ser una opinión o la solución a un problema en la vida cotidiana. Existen varios modos de inferir: inductivamente, deductivamente, abductivamente; por mencionar los que son analizados con mayor frecuencia y que contemplaremos más adelante en esta exposición.

Estudiar Lógica nos ayuda a distinguir la solidez de un razonamiento. Contrastando su peso relativo con

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